La gran brecha de los ingresos: los ricos invierten; las clases medias trabajan
La gran mayor¨ªa de los hogares espa?oles vive esencialmente de su trabajo. Sin embargo, la inversi¨®n empieza a cobrar peso a medida que se asciende en los tramos de ingresos
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
?ngela Montaner, Hugo Pastor y Mario Ferrer tienen 28, 37 y 52 a?os. Cada uno recibe al a?o unos ingresos que oscilan entre los 26.000 euros de la m¨¢s joven y los 57.000 euros del m¨¢s mayor. Pese a la brecha de edad y de renta, comparten una similitud: los tres viven esencialmente de su trabajo. Montaner, educadora social, tiene su sueldo, mientras que Pastor, empleado en una empresa de mantenimiento, lo complementa con rendimientos de dep¨®sitos bancarios. Ferrer, un alto funcionario, engorda su remuneraci¨®n con peque?as inversiones que en 2023 le dieron una rentabilidad de algo m¨¢s de 2.000 euros. Estos tres perfiles forman parte del colectivo mayoritario de contribuyentes, aquel que obtiene el grueso de sus ingresos del salario. La nota discordante la da un peque?o grupo que se nutre fundamentalmente de la inversi¨®n y en el que el sueldo es secundario: apenas les supone un tercio de las ganancias.
En Espa?a, la mayor¨ªa de los hogares viven de su trabajo. Tal y como muestran los datos del Ministerio de Hacienda, nueve de cada 10 personas se sit¨²an en los tramos de base imponible (la renta sobre la que se tributa) que oscilan entre los 18.000 y los 60.000 euros anuales. En este amplio abanico, casi el 90% de los ingresos totales medios se explican por el factor trabajo. Estos se complementan con otras partidas menores como los rendimientos del alquiler, las ganancias patrimoniales (por ejemplo, tras vender una casa) o las prestaciones monetarias. Sin embargo, a medida que se avanza en la escala de ingresos, la tendencia se va invirtiendo paulatinamente hasta que, a partir de los 240.000 euros anuales, se da un punto de inflexi¨®n y el trabajo empieza a representar menos del 50% del rendimiento medio total. Cuando se sobrepasa la barrera de los 600.000 euros, el ¨²ltimo tramo que desglosa Hacienda y en el que hay unas 15.000 personas, esta actividad explica solo el 30% de la renta. El 70% restante viene de la inversi¨®n.
El dibujo es m¨¢s llamativo todav¨ªa si se analizan los quintiles de renta, es decir, un c¨¢lculo que divide a la poblaci¨®n en cinco partes iguales y que, a su vez, desglosa al 20% m¨¢s rico en deciles para tener una radiograf¨ªa m¨¢s precisa de este grupo. Seg¨²n datos recopilados por Fedea, en los cuatro primeros quintiles (el 80% de la poblaci¨®n con menos dinero) la inversi¨®n tiene un peso testimonial (no superior al 3% de la ganancia media), mientras que gana peso en el 20% restante. De hecho, si se mira solo al 1% m¨¢s rico, el concepto se dispara hasta el 63%.
?ngela Montaner y Hugo Pastor se sit¨²an en los quintiles inferiores y medios. Ella reconoce no estar interesada en estas formas de obtener rendimientos adicionales por razones ideol¨®gicas, ya que ¡°muchas veces se relacionan con pr¨¢cticas especulativas¡±, y tambi¨¦n materiales: ¡°Aunque quisiera, no me da el dinero porque vivo pr¨¢cticamente al d¨ªa¡±. Pastor ten¨ªa algo ahorrado y el banco le ofreci¨® meterlo en un fondo de inversi¨®n. ¡°Si no fuera por eso, creo que nunca habr¨ªa llegado a dar el paso¡±. No obstante, reconoce, su decisi¨®n fue fruto de la oportunidad: ¡°No todos tienen la capacidad de meter el dinero en un fondo durante meses o a?os, sin poder acceder a ¨¦l en el caso de que haya necesidad o urgencia¡±. Al otro lado, explica Alejandra Hern¨¢ndez, directora de grandes patrimonios en ATL Capital, se encuentran las grandes rentas y patrimonios, personas de diferente perfil que siempre cuentan con m¨²sculo financiero de sobra para poder embarcarse en estos proyectos y obtener con ellos rentabilidad. Es la gran brecha fiscal.
Una de las v¨ªas para aproximarse a este fen¨®meno es el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF), un tributo a trav¨¦s del cual los contribuyentes dan cuenta de todos sus rendimientos cada a?o. Esta figura se estructura en dos palancas principales: la base general, donde van esencialmente las rentas del trabajo, y la base del ahorro, donde acaban la mayor parte del capital mobiliario y de las ganancias patrimoniales, como por ejemplo las plusval¨ªas y los dividendos. Echar un vistazo sobre ellas ayuda a comprender c¨®mo se estructura la renta en Espa?a y c¨®mo se forma este contraste.
Los datos proporcionados por Nuria Badenes Pl¨¢, coordinadora de ¨¢rea e investigadora en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), dan cuenta de la magnitud de la disparidad. ¡°Pr¨¢cticamente, todos los contribuyentes presentan base general¡±, resume la experta. En efecto, el 93% de ellos tributan por esta v¨ªa, un porcentaje que no es mayor por el efecto a la baja de los tramos inferiores. En cambio, solo el 38% de los contribuyentes tributan tambi¨¦n por la base en la que est¨¢n las inversiones, un porcentaje que llega al 69% a partir de los 60.000 euros y que sobrepasa el 90% cuando se mira a los perfiles m¨¢s acaudalados.
Pese a la rotundidad de estas cifras, Badenes Pl¨¢ anima a poner el foco en la cuant¨ªa de las bases gravables, algo que ¡°evidencia mucho mejor que la concentraci¨®n est¨¢ en los tramos m¨¢s elevados, especialmente los dos ¨²ltimos¡±. Seg¨²n los datos, los contribuyentes con ingresos brutos bajos y medios declaran un m¨¢ximo de 2.300 euros al a?o en la base del ahorro. Sin embargo, a medida que crece la renta, la inversi¨®n aumenta poco a poco y llega al techo de los 970.510 euros anuales en el tramo que alberga a las personas m¨¢s ricas. La investigadora del IEF recuerda que esto es solo una parte de la fotograf¨ªa. ¡°La verdadera riqueza no queda reflejada en los datos del IRPF, porque los m¨¢s ricos tienen dinero en para¨ªsos fiscales y en otros veh¨ªculos que tributan por sociedades. Si lo que es transparente pone en evidencia esta polarizaci¨®n, habr¨ªa que imaginarse qu¨¦ pasar¨ªa si incluy¨¦ramos la informaci¨®n de la que no disponemos¡±.
Hay varias razones para explicar esta estructura de los ingresos. Para Julio L¨®pez Laborda, profesor de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Zaragoza e investigador en Fedea, los tramos m¨¢s altos de renta tienen una mayor capacidad de ahorro que los inferiores, lo que de alguna forma alimenta esta espiral de concentraci¨®n de capital en unas pocas manos. Los componentes con m¨¢s peso en estos ingresos, apunta, son los intereses de dep¨®sitos y los dividendos. ¡°Esta ¨²ltima es la partida m¨¢s importante para los contribuyentes en los tramos de renta m¨¢s elevados¡±. Tambi¨¦n es muy llamativo el peso de las ganancias de capital, provenientes de la venta de t¨ªtulos societarios y fondos de inversi¨®n. La composici¨®n de ingresos para los contribuyentes m¨¢s ricos, en definitiva, ¡°muestra la importancia de sus participaciones en el capital y, por tanto, los beneficios de las sociedades¡±.
Los altos contribuyentes, prosigue Miguel Artola, investigador en la Universidad Carlos III de Madrid, pueden recibir rentas del trabajo o no, pero siempre tienen rentas del ahorro y del capital que les permiten maniobrar para engordar sus rendimientos. Seg¨²n explica Alejandra Hern¨¢ndez, entre los clientes con los que tratan hay dos perfiles mayoritarios: est¨¢n los altos directivos, que tienen niveles salariales muy elevados, y los empresarios.
Los primeros, por lo general, tienen poco tiempo para gestionar sus ingresos y suelen acumular grandes cantidades de dinero. Los segundos suelen tener una empresa familiar e invierten sus rendimientos en el propio negocio. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os y al calor del auge del capital riesgo, est¨¢n creciendo aquellos que venden compa?¨ªas y ¡°se encuentran de golpe con millones que tienen que gestionar¡±. La experta de ATL Capital a?ade que siempre recomiendan optar por la diversificaci¨®n. ¡°El objetivo es tener parte en inmobiliario, otra en financiero cotizado, otra en mercados privados¡ Todos los sectores y segmentos pasan por ciclos distintos, por lo que aconsejamos ampliar las inversiones para asegurar la rentabilidad¡±, a?ade.
Estas din¨¢micas, apuntan Artola y Badenes Pl¨¢, generan un c¨ªrculo vicioso al permitir a los m¨¢s ricos seguir engrosando su patrimonio. Mientras tanto, las rentas del trabajo, con un margen de maniobra mucho menor por ser m¨¢s bajas y estables, imposibilitan a la mayor parte de los contribuyentes salir de la rueda.
Otra de las causas que hay tras este fen¨®meno de concentraci¨®n de capital, contin¨²a L¨®pez Laborda, ¡°es la propia normativa del IRPF, que ha reforzado este proceso al conceder un tratamiento fiscal m¨¢s favorable a todas las rentas del ahorro¡±. En efecto, mientras que los rendimientos salariales tributan a tipos m¨¢s elevados, que pueden rozar el 50% en el caso del marginal (el m¨¢ximo), las rentas del capital llegan al tope del 28%, a partir de plusval¨ªas anuales superiores a los 300.000 euros. Este dise?o convierte al IRPF en un impuesto regresivo en el ¨²ltimo tramo, ya que, en la pr¨¢ctica, los m¨¢s ricos disfrutan de un tipo impositivo menor al que realmente les corresponder¨ªa.
Es decir, como las alt¨ªsimas rentas reciben la mayor parte de sus ingresos de la inversi¨®n y las ganancias patrimoniales ¡ªque cuentan con tasas impositivas m¨¢s atractivas¡ª, el tipo efectivo total que soportan en el IRPF se reduce dr¨¢sticamente. Este dise?o, apunta Artola, existe para evitar la doble imposici¨®n, ya que se presupone que parte de esas rentas empresariales ha tributado previamente en el impuesto de sociedades. Sin embargo, matiza el investigador, ¡°eso no est¨¢ del todo claro¡±, ya que cada vez es menor la parte de los beneficios de las compa?¨ªas que pasa por la Agencia Tributaria. Por eso, es necesario ¡°corregir la tarifa dual, imputar las partes no distribuidas de las rentas societarias y buscar alternativas como un impuesto especial sobre la riqueza¡±. De lo contrario, a?ade, ¡°esta tendencia solo ir¨¢ a m¨¢s¡±.
La escasa movilidad de renta
Una vez analizada esta brecha y sus or¨ªgenes, plantean varios expertos, uno de los aspectos a estudiar es hasta qu¨¦ punto es posible salir de la rueda y que, por ejemplo, una persona de rentas bajas o medias termine sus d¨ªas en el tramo m¨¢s elevado de ingresos. Hay poca informaci¨®n al respecto, por lo que la mejor manera de aproximarse al fen¨®meno es utilizar los datos de movilidad social elaborados por Javier Soria, investigador en el departamento de Econom¨ªa de la Universidad de Harvard y cofundador de Future Policy Lab. Responder a esta pregunta, en la pr¨¢ctica, implica saber si existe o no movilidad de la renta en Espa?a.
La informaci¨®n recopilada sugiere que hay una clara correlaci¨®n entre el percentil de ingresos de los padres y el de los hijos, por lo que solo una minor¨ªa de quienes vienen de familias pobres acaban accediendo a los tramos m¨¢s altos.
Las cifras, explica Soria, muestran que ¡°entre los hijos que consiguen llegar al 1% m¨¢s rico, solo el 3,77% viene de familias del decil m¨¢s bajo de ingresos¡±, lo que ser¨ªa el 10% m¨¢s pobre. Este porcentaje ¡°deber¨ªa ser exactamente de un 10% en una sociedad igualitaria¡±. Por otra parte, entre los hijos que consiguen llegar a la c¨²spide, un 39% proviene de padres del decil m¨¢s alto de ingresos. ¡°Este porcentaje deber¨ªa ser de solo el 10% en una sociedad igualitaria¡±, repite.
¡°Comparando la probabilidad de los hijos del 1% m¨¢s rico y del 10% m¨¢s pobre de llegar cuando sean adultos a ese top 1%, obtenemos que es 24 veces m¨¢s f¨¢cil hacerlo si se viene del percentil m¨¢s alto¡±, a?ade Soria. ?Se puede entonces escapar de la posici¨®n natural y que alguien de los tramos bajos llegue a los m¨¢s elevados? ¡°Siempre habr¨¢ excepciones, pero nadie se convierte en un inversor rico trabajando desde la parte baja y media de la tabla¡±, se?ala Badenes Pl¨¢.
El investigador insiste en la relevancia de la fluidez social en el acceso a la ¨¦lite econ¨®mica del pa¨ªs debido a la gran influencia de este grupo reducido de personas sobre las decisiones pol¨ªticas y econ¨®micas. ¡°As¨ª, si el top 1% siguen siendo mayoritariamente los hijos de una clase privilegiada, no solo estaremos ante un fallo del sistema en t¨¦rminos de justicia social, sino que tambi¨¦n nos enfrentaremos a una situaci¨®n en la que una peque?a ¨¦lite seguir¨¢ defendiendo sus intereses din¨¢sticos¡±.
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