La otra patata caliente de Muface: la atenci¨®n sanitaria de 8.000 funcionarios en el extranjero

M¨¢s de dos millones de funcionarios y sus familiares siguen desde hace un mes con m¨¢xima expectaci¨®n lo que ocurre con el modelo Muface, que les ha permitido hasta ahora escoger cada a?o si quieren tener atenci¨®n sanitaria p¨²blica o a trav¨¦s de una aseguradora concertada. La decisi¨®n de Adeslas, Asisa y DKV de no presentarse a la ¨²ltima licitaci¨®n ha dejado en el aire la continuidad de esta f¨®rmula de colaboraci¨®n p¨²blico-privada, tras 49 a?os de funcionamiento. La renovaci¨®n de los conciertos con la mutualidad de los militares (Isfas) y la de la Administraci¨®n de Justicia (Mugeju) tambi¨¦n ha quedado suspendida provisionalmente. M¨¢s all¨¢ de estos tres convenios ¡ªcon 2,2 millones de personas implicadas¡ª, el Gobierno tiene otra patata caliente sobre la mesa: el concierto de Muface Internacional, que da cobertura sanitaria a casi 8.000 funcionarios que trabajan en el extranjero, ya sea en embajadas, consultados o en las sedes en otros pa¨ªses del Instituto Cervantes.

En el ¨²ltimo concierto, la ¨²nica compa?¨ªa de seguros que se present¨® para atender a este colectivo fue DKV (filial del grupo alem¨¢n Munich Re). Ahora, la aseguradora est¨¢ plante¨¢ndose presentarse de nuevo, pero exige dos condiciones. Primero, que se mejore la retribuci¨®n de las primas en un 30,35%. Y, segundo, que el convenio sea solo por un a?o. Para el concierto gen¨¦rico de Muface la entidad pide una subida a¨²n mayor, del 40%.

El condicionante en el caso de Muface Internacional es que DKV es la ¨²nica compa?¨ªa que tiene un cierto inter¨¦s y que para poder presentarse a este convenio la aseguradora debe acreditar que tiene la capacidad para alcanzar acuerdos con otras entidades y hospitales que ofrezcan cobertura m¨¦dica en los m¨¢s de 100 pa¨ªses donde hay funcionarios espa?oles trabajando. Esto limita los posibles candidatos a un pu?ado de gigantes internacionales y ninguno, salvo DKV, ha mostrado la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de presentarse.

¡°Estamos hablando de tener la capacidad para dar una atenci¨®n desde Burundi a Filadelfia y eso es muy, muy complicado¡±, explica una fuente del sector asegurador. ¡°Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que uno de los pa¨ªses donde hay m¨¢s presencia diplom¨¢tica y de otros cuerpos es Estados Unidos, donde la atenci¨®n m¨¦dica es car¨ªsima y va en aumento, y en la que hay que ser extremadamente cuidadoso para que el concierto no sea una ruina¡±.

Para tratar de limitar los riesgos, DKV quiere que el concierto sea de un a?o y quiere establecer unos topes m¨¢ximos, para las intervenciones quir¨²rgicas que superen los tres millones de euros y con un cierto compromiso para que los funcionarios se puedan trasladar a Espa?a para seguir los tratamientos.

DKV se hizo cargo de Muface Internacional en 2006. Para dar servicio a estos mutualistas, la aseguradora cre¨® una unidad de tramitaci¨®n espec¨ªfica, para poyar a la unidad de reembolsos. entre ambas se encargan del reembolso de las facturas m¨¦dica de la atenci¨®n al cliente, as¨ª como de las redes de sucursales del extranjero. La aseguradora explicaba en informes internos que eran capaces de atender los pagos en menos de 72 horas.

De acuerdo con un directivo de una compa?¨ªa que dio cobertura a Muface Internacional antes que DKV, ¡°se trata de un contrato muy complicado, donde hay que tener una especializaci¨®n m¨¢xima y que, a¨²n con todo, es muy dif¨ªcil que salga a cuenta¡±.

Muface Internacional cubre a todo el personal que trabaja en las embajadas y consulados de Espa?a. Tambi¨¦n a los miembros de la Polic¨ªa Nacional all¨ª desplazados, a investigadores que trabajan para el CSIC en otros pa¨ªses, servidores p¨²blicos de los Institutos Cervantes, funcionarios docentes en el extranjero, como los profesores visitantes....

Mientras est¨¦ destinado en otro pa¨ªs, el mutualista y sus beneficiarios est¨¢n cubiertos a trav¨¦s de DKV Internacional, tanto en el extranjero como en Espa?a. Por tanto, desde el momento en que se produzca su alta en dicha entidad, estos mutualistas causar¨¢n baja en la entidad m¨¦dica de ¨¢mbito nacional a la que estaban adscritos anteriormente.

Aunque son un colectivo peque?o, el dilema para el Gobierno es enorme, porque a diferencia de lo que ocurre con Muface, Isfas o Mugeju, en este caso no tiene la alternativa de recurrir a la sanidad p¨²blica, como se pide desde el Ministerio de Sanidad. Los funcionarios del Instituto Cervantes en Abiy¨¢n (Costa de Marfil), Han¨®i (Vietnam) o Seattle (Estados Unidos) dif¨ªcilmente van a poder ser atendidos por los sistemas p¨²blicos de salud de los pa¨ªses donde trabajan.