Del ¡®greenwashing¡¯ al ¡®greenhushing¡¯: los gigantes de la inversi¨®n tapan la apuesta ecologista en Estados Unidos
En Europa, las decisiones de las grandes gestoras estadounidenses se ven con recelo


Las mayores gestoras de fondos del planeta ¡ªtodas ellas estadounidenses¡ª se han visto abocadas con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca a abandonar sus compromisos en materia de inversi¨®n socialmente responsable. El Partido Republicano de EE UU hace ya tres a?os que desat¨® una furibunda batalla con todo lo que sonara a compromisos medioambientales, sociales o de igualdad y el regreso de Trump no ha hecho sino exacerbar ese ataque.
La persecuci¨®n de la inversi¨®n verde o sostenible ha llegado al extremo de que dos gigantes del sector ¡ªBlackRock y Vanguard, que manejan de forma conjunta m¨¢s de 20 billones de euros¡ª tuvieron que suspender varias reuniones con empresas cotizadas ante el temor de estar incumpliendo las nuevas directrices del supervisor de los mercados financieros de EE UU, la SEC. La nueva administraci¨®n quiere imponer neutralidad en estos temas a los grandes inversores y que, en sus reuniones con empresas o votaciones en las juntas de accionistas, no traten de imponer su agenda respecto a la reducci¨®n de la huella de carbono o la inclusi¨®n de m¨¢s mujeres en los ¨®rganos de gobierno.
La animadversi¨®n contra la inversi¨®n con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en ingl¨¦s) comenz¨® con varias demandas por parte de Estados norteamericanos controlados por el partido republicano. En ellas se argumentaba que los gestores de los fondos de pensiones de los funcionarios estatales no pod¨ªan tener esos sesgos ESG, porque estar¨ªan incumpliendo con su deber fiduiciario con los due?os del dinero. Deb¨ªan ce?irse a los criterios financieros puros. En el imaginario de la derecha norteamericana, la inversi¨®n sostenible se ha convertido en una manifestaci¨®n m¨¢s de la cultura woke (o progresista) que ha impregnado Wall Street, la administraci¨®n y las universidades y que, seg¨²n ellos, hay que combatir.
El m¨¢ximo directivo de una gestora de fondos internacional en Espa?a explica que ¡°la persecuci¨®n contra todo lo que tiene que ver con ESG est¨¢ siendo muy fuerte en Estados Unidos, y se entiende que las compa?¨ªas se plieguen a la nueva administraci¨®n, pero habr¨¢ que ver si no hay un efecto bumer¨¢n¡±. El ejecutivo se refiere a c¨®mo en Europa se empieza ya a ver con recelo este radical giro de las gestoras norteamericanas. El jueves, por ejemplo, se conoci¨® que uno de los mayores planes de pensiones de Reino Unido ¡ªThe People Pension¡ª hab¨ªa decidido encargar a la firma francesa Amundi y a la americana Invesco la gesti¨®n de 34.000 millones de euros de sus clientes ¡°por sus conocidos credenciales en materia de inversi¨®n sostenible y responsable¡±. Antes, ese dinero lo administraba la gestora State Street, que fue una de las firmas que hace un mes se retiraron de la alianza mundial de gestoras para combatir el calentamiento global. Los tiempos est¨¢n cambiando, como canta Bob Dylan.
El movimiento demuestra c¨®mo Europa cada vez se est¨¢ alejando m¨¢s de Estados Unidos en este ¨¢mbito. En el Viejo Continente, lejos de ser un tema controvertido, es una cuesti¨®n de consenso para las grandes fuerzas pol¨ªticas, y la Uni¨®n Europea sigue apostando claramente por la agenda verde. De hecho, el a?o pasado los fondos con un perfil ESG siguieron atrayendo dinero. Europa acumula el 85% de todo el dinero que hay en este tipo de estrategias.
Para Joeri de Wilde, jefe de estrategia de Triodos IM ¡ªuna entidad muy comprometida con la inversi¨®n sostenible¡ª, el movimiento pendular que se est¨¢ viviendo en Estados Unidos tiene algo de artificial. ¡°Nuestros estudios sugieren que la demanda real de este tipo de productos sigue siendo alta, tanto entre particulares como por parte instituciones, porque todos ven que hay un creciente riesgo en sus carteras por el impacto del cambio clim¨¢tico¡±. Adem¨¢s, argumenta que este tipo de tem¨¢tica de inversi¨®n ESG acaba rentando m¨¢s a largo plazo.
El primer ejecutivo de VidaCaixa ¡ªbrazo asegurador de CaixaBank¡ª, Javier Valle, descarta que el cambio de administraci¨®n en Washington vaya a modificar su hoja de ruta en materia de inversi¨®n sostenible, para un conjunto de 130.000 millones de euros en activos. ¡°Para nosotros, la inversi¨®n sostenible no es una moda, es una cuesti¨®n capital desde 2009, y vamos a seguir apostando por ella, sobre todo por la parte social¡±, subraya.
El silenciamiento verde
Otro de los efectos que est¨¢ teniendo la caza de brujas contra la inversi¨®n sostenible es que cada vez hay m¨¢s compa?¨ªas que tienen una agenda verde, pero la ocultan. No hablan de ella para no llamar la atenci¨®n de las autoridades. Es el fen¨®meno bautizado como greenhushing (el silenciamiento verde), que es el reverso del greenwashing o ecospostureo, que consiste en que una empresa trata de aparentar ser m¨¢s sostenible de lo que realmente es.
Kushal Bhimjiani, consejero general de la consultora clim¨¢tica South Pole, explica a la agencia Bloomberg que en Estados Unidos, ¡°las empresas est¨¢n atrapadas en una paradoja ESG: se las persigue por alardear demasiado sobre el tema, pero tambi¨¦n se las demanda por esconderlo¡±.
Dentro de las compa?¨ªas cotizadas europeas, el impacto que perciben por esa cruzada americana contra la sostenibilidad es a¨²n escaso. Felipe Nascimento, consejero delegado de Mapfre Brasil y gran conocedor de los mercados financieros, explica que ¡°un grupo asegurador como el nuestro no va a variar sus compromisos con la sostenibilidad o la presencia de mujeres en los puestos directivos y ¨®rganos de gobierno, por mucho que haya habido un cambio en la Casa Blanca¡±.
Su visi¨®n es compartida por la mayor¨ªa de fuentes consultadas. La transici¨®n energ¨¦tica de Europa hacia una econom¨ªa descarbonizada es firme, y requerir¨¢ inversiones por valor de 27 billones de euros hasta 2050. Umberto Tamburrino, socio y CEO de Sosteneo (parte del grupo Generali) recuerda que ¡°invertir en energ¨ªas sostenibles va a seguir siendo atractivo, sobre todo en empresas de almacenamiento de energ¨ªa en bater¨ªas y en las que construyen nuevas infraestructuras de red.
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