El latido de la empresa familiar acecha a Pedro S¨¢nchez

No se entiende muy bien, pero las cosas entre el presidente del Gobierno y la empresa familiar van a peor. Despu¨¦s del varapalo que recibi¨® el a?o pasado en el XXIV Congreso Nacional, en Pamplona, los empresarios familiares (o las familias empresarias) esperaban que Pedro S¨¢nchez acudiera a la celebraci¨®n de la edici¨®n que cumple las bodas de plata, en C¨¢ceres. Es posible, incluso, que los responsables eligieran el eslogan El latido de Espa?a para implicarle m¨¢s. Pero no. No lo hizo y sus razones tendr¨¢; que, desde luego, no convencen a este colectivo, al que volvi¨® a sacar su cara m¨¢s amarga y rebelde. Y si el a?o pasado el catal¨¢n Marc Puig, presidente de turno del Instituto de la Empresa Familiar, estall¨® y lanz¨® serias soflamas contra el presidente, esta edici¨®n su sustituto, el vasco Andr¨¦s Sendagorta, dio una vuelta de tuerca m¨¢s.

¡°Quiero confirmarles que hemos invitado al presidente¡±, enfatiz¨® Sendagorta, presidente a su vez de Sener (empresa de ingenier¨ªa y aeron¨¢utica), en su discurso de clausura. ¡°Nos hubiese encantado contar con la presencia del presidente, y quiero asegurarles que el a?o que viene [ser¨¢ en Bilbao] le volveremos a invitar porque para nosotros es un gran honor poder contar con el presidente del Gobierno de Espa?a¡±, remach¨®. El empresario vasco elev¨® el tono para pedir (a S¨¢nchez, pero tambi¨¦n al resto de partidos) ¡°reflexi¨®n y an¨¢lisis riguroso¡± y que ¡°se entienda la necesidad prioritaria de tener un tejido industrial con empresas enraizadas en Espa?a¡±. ¡°Queremos ayudar y creemos que podemos hacer m¨¢s si se tiene en consideraci¨®n nuestro criterio, no pretendemos imponer nada, pero s¨ª que se nos escuche¡±, recalc¨® para reclamar despu¨¦s huir de los populismos y las ocurrencias. ¡°En esa tarea podr¨¢n contar con las empresas¡±, a?adi¨® en un discurso en el que ya no aparecen menciones a los nacionalismos.

La empresa familiar supone el 90% de las compa?¨ªas espa?olas, dan empleo al 70% de los trabajadores y representan el 60% del PIB, razones de peso para que a sus congresos hayan asistido de forma habitual el presidente del Gobierno y el l¨ªder de la oposici¨®n, as¨ª como el Rey, que se siente muy arropado. Esa tradici¨®n se ha quebrado con S¨¢nchez. Con este son ya tres congresos de ausencia en cuatro a?os (en 2020 no se celebr¨®). La distante relaci¨®n comenz¨® en el congreso de Valencia de 2018, pocos meses despu¨¦s de haber llegado a La Moncloa. No tuvo una buena entrada: lleg¨® con retraso y se fue casi sin despedirse. No funcion¨® la qu¨ªmica con los empresarios, que no entend¨ªan por qu¨¦ les hab¨ªa acusado de pagar un reducido impuesto de sociedades. No recibi¨® abucheos, pero los aplausos no pasaron de ser corteses en un acto en el que Francisco Riberas (Gestamp), el presidente de entonces, le pidi¨® que pusiera las luces largas y se dejara de cortoplacismos. La deriva se fue enconando. Al a?o siguiente, en Murcia, pr¨¢cticamente les dio plant¨®n. Solo un d¨ªa antes anunci¨® que, por problemas de agenda, no podr¨ªa ir. Env¨ªo a la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, que hizo lo que pudo. El a?o de la pandemia no hubo congreso y el pasado, en Pamplona, como este, en C¨¢ceres, la representaci¨®n del Gobierno se limit¨® al ministro de turno, en este caso a la titular de Educaci¨®n, Pilar Alegr¨ªa, que dej¨® buen sabor de boca entre los empresarios.

As¨ª que queda abierta la inc¨®gnita de si el a?o que viene el presidente acepta la invitaci¨®n. Se presume que ser¨¢n fechas en las que se encuentre en precampa?a electoral con las espadas en alto. Es probable que los estrategas socialistas no encuentren un caladero de votos en estas aguas empresariales, por muy familiares que sean, pero siempre viene bien mantener buenas relaciones con los empleadores de la mayor parte de los trabajadores del pa¨ªs.

Eso lo sabe muy bien la derecha, que desde luego se siente m¨¢s respaldada en el ambiente de trajes y corbatas que la izquierda. Por eso no falta a los congresos. Este a?o se estren¨® Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que lleg¨® al palacio de congresos cacere?o sin apenas cohorte para actuar despu¨¦s de que los m¨¢s de 500 empresarios hubieran dado un aprobado raspado (4,54 sobre nueve) a la situaci¨®n econ¨®mica, peor nota que el a?o pasado (4,91). Es decir, un caldo de cultivo apropiado para armar una buena arenga. Sin embargo, el l¨ªder conservador no super¨® las expectativas, estuvo correcto; pero se lio con el taco de fichas-chuletas que, en lugar de ayudar, reflejaban inseguridad. Los empresarios esperaban m¨¢s, a juzgar por las impresiones tomadas en el c¨®ctel posterior.