As¨ª salvan la econom¨ªa los inmigrantes
Las personas que llegan a EE UU son en su inmensa mayor¨ªa adultos en edad de trabajar que ingresan recursos en el sistema
Aunque muchos pol¨ªticos nunca lo admitir¨¢n, actualmente la econom¨ªa de Estados Unidos est¨¢ funcionando mucho mejor de lo que la mayor¨ªa de los analistas preve¨ªan. Seguimos a?adiendo puestos de trabajo a buen ritmo, y aunque la inflaci¨®n contin¨²a inaceptablemente alta, es probable que baje. ?C¨®mo lo estamos consiguiendo?
Seguramente las razones son m¨²ltiples, pero puede que no hayan o¨ªdo hablar de un ingrediente de la salsa especial de la econom¨ªa: un repentino y saludable repunte de la inmigraci¨®n neta, que en 2022 se dispar¨® a m¨¢s de un mill¨®n de personas, su nivel m¨¢s alto desde 2017. No sabemos si este aumento va a durar, pero ha sido de gran ayuda. Es una exageraci¨®n, aunque verdad en parte, que los emigrantes est¨¢n salvando la econom¨ªa de Estados Unidos.
En cuanto a esa econom¨ªa: a pesar de la pronunciada subida de los tipos de inter¨¦s, el mercado laboral mantiene su fortaleza con obstinaci¨®n, y el mes pasado sum¨® 236.000 empleos. La ocupaci¨®n no solo se ha recuperado con asombrosa rapidez de la recesi¨®n de la covid, sino que est¨¢ superando los pron¨®sticos anteriores a la pandemia. En su Previsi¨®n Presupuestaria y Econ¨®mica para 2020, publicada justo antes de la crisis sanitaria, la Oficina Presupuestaria del Congreso predijo que la econom¨ªa estadounidense crear¨ªa dos millones de empleos en los siguientes tres a?os. En realidad, hemos a?adido m¨¢s de tres millones.
En el confuso ambiente pol¨ªtico actual, las buenas noticias a menudo se consideran malas. La Reserva Federal est¨¢ intentando ralentizar la econom¨ªa, quiz¨¢ hasta provocar una recesi¨®n, para bajar la inflaci¨®n. As¨ª que las s¨®lidas cifras de empleo deber¨ªan considerarse preocupantes, un anuncio de que la inflaci¨®n va a empeorar.
Pero no parece que eso vaya a ocurrir. El debate entre los economistas que hurgan en las entra?as de los datos sobre salarios y precios buscando augurios para el futuro es sopor¨ªfero incluso para los que se supone que nos ganamos la vida con esto. Sin embargo, en general parece que, si acaso, la inflaci¨®n est¨¢ retrocediendo a pesar de la t¨®rrida creaci¨®n de empleo.
?C¨®mo es posible?
Observemos la econom¨ªa estadounidense de los ¨²ltimos tres a?os desde 9.000 metros de altura. La historia es la siguiente: ante una pandemia que paraliz¨® temporalmente gran parte de la actividad econ¨®mica, el Gobierno federal respondi¨® con enormes programas de ayuda a los trabajadores despedidos y a las empresas en apuros, entre otros.
Esos programas mitigaron en gran medida lo que podr¨ªan haber sido graves dificultades econ¨®micas, pero mantuvieron o aumentaron la capacidad de la poblaci¨®n de comprar bienes y servicios en una ¨¦poca en que la capacidad de la econom¨ªa para suministrar esos bienes y esos servicios se hab¨ªa visto reducida por las perturbaciones relacionadas con la pandemia. El resultado fue la inflaci¨®n.
Ahora muchas de esas perturbaciones se han resuelto; la mayor¨ªa de los estrangulamientos de la cadena de suministro se han deshecho, y los grandes paquetes de ayuda van quedando atr¨¢s. Pero hasta hace muy poco, mucha gente sosten¨ªa que la covid hab¨ªa causado da?os duraderos a la econom¨ªa estadounidense y hab¨ªa reducido la oferta potencial de mano de obra.
Por ejemplo, en noviembre Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, pronunci¨® un discurso en el que afirmaba que segu¨ªan ¡°faltando¡± millones de trabajadores con respecto a las previsiones anteriores a la crisis sanitaria. La enfermedad hab¨ªa mermado directamente la oferta de mano de obra al acabar con unos 400.000 posibles trabajadores, mientras que los s¨ªntomas de la covid persistente imped¨ªan trabajar a muchos m¨¢s. Powell afirmaba tambi¨¦n que otra consecuencia de la pandemia hab¨ªa sido la jubilaci¨®n anticipada de millones de trabajadores mayores que es improbable que se reincorporen a la fuerza laboral. Por ¨²ltimo, hizo hincapi¨¦ en la fuerte ca¨ªda de la inmigraci¨®n neta.
Pocos meses despu¨¦s, muchas de sus preocupaciones, aunque no todas, parece que eran infundadas. Los datos no corroboran las historias sobre jubilaciones anticipadas: la participaci¨®n en la mano de obra de los estadounidenses de entre 55 y 64 a?os ha vuelto a los niveles anteriores a la covid.
Como he dicho, la inmigraci¨®n ha experimentado un verdadero repunte. Los inmigrantes recientes son en su inmensa mayor¨ªa adultos en edad de trabajar. Seg¨²n los datos del censo, el 79% de los residentes nacidos en el extranjero que llegaron despu¨¦s de 2010 tienen entre 18 y 64 a?os, mientras que en el conjunto de la poblaci¨®n este porcentaje es del 61%. As¨ª pues, es probable que el aumento de la inmigraci¨®n haya contribuido de manera significativa a la capacidad de la econom¨ªa de mantener un r¨¢pido crecimiento del empleo sin una inflaci¨®n galopante.
Es decir, la inmigraci¨®n ha ayudado a limitar los efectos adversos a corto plazo del elevado gasto asociado a la pandemia. ?Y a largo plazo?
Desde esta perspectiva, los argumentos a favor de m¨¢s inmigraci¨®n son incluso m¨¢s s¨®lidos. Las preocupaciones sobre la futura situaci¨®n financiera de Estados Unidos se deben en gran medida al aumento de la tasa de dependencia de la tercera edad, que tiene en cuenta el creciente porcentaje de ancianos en relaci¨®n con la poblaci¨®n adulta total, ancianos y personas en edad de trabajar incluidos. Si definimos la edad laboral como la comprendida entre los 18 y los 64 a?os, la tasa de dependencia de la tercera edad en Estados Unidos ¡ªcalculada a partir de los mismos datos censales¡ª es del 27,5%. En el caso de los residentes nacidos en el extranjero, el porcentaje es tan solo del 5,8%. B¨¢sicamente, los nuevos inmigrantes ingresan recursos en el sistema, pero no extraer¨¢n de ¨¦l demasiadas prestaciones hasta dentro de muchos a?os.
Por lo tanto, desde el punto de vista econ¨®mico el resurgimiento de la inmigraci¨®n es positivo. Y un sistema pol¨ªtico racional que no se dejara enga?ar por falsas afirmaciones sobre inmigraci¨®n y delincuencia ver¨ªa con buenos ojos una recuperaci¨®n sostenida de la llegada de emigrantes.
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