?Por qu¨¦ en EE UU hay tanto pesimismo con la econom¨ªa?

Ha pasado casi un a?o desde que la Oficina de An¨¢lisis Econ¨®mico anunci¨® que la econom¨ªa estadounidense se hab¨ªa contra¨ªdo durante dos trimestres seguidos. Algunos creen err¨®neamente que dos trimestres de ca¨ªda del PIB es la definici¨®n oficial de recesi¨®n. La negatividad econ¨®mica se propag¨® sin freno, especialmente entre la derecha pol¨ªtica, pero no solo en ella.

La pregunta interesante ahora es por qu¨¦, al menos seg¨²n algunos sondeos, la opini¨®n p¨²blica sigue siendo pesimista respecto a la econom¨ªa ¡ªtanto como lo fue en el pasado en medio de graves depresiones econ¨®micas¡ª a pesar de que las advertencias sobre la recesi¨®n fueron claramente una falsa alarma, y de que, en realidad, la econom¨ªa muestra una notable fortaleza. O quiz¨¢ la pregunta deber¨ªa ser por qu¨¦ la gente dice que es pesimista.

Es un tema delicado que, no obstante, ya he abordado antes. No se trata de decir que los estadounidenses son est¨²pidos, ni, desde luego, parecerse a aquel asesor de John McCain que insist¨ªa en que Estados Unidos era un ¡°pa¨ªs de quejicas¡± que lo ¨²nico que estaba experimentando era una ¡°recesi¨®n mental¡±.

Por otra parte, hay enormes diferencias entre lo que la gente dice de la econom¨ªa y lo que afirman tanto los datos como la propia gente respecto a su experiencia. Y tenemos nueva informaci¨®n sobre lo que hay detr¨¢s de estas diferencias.

En primer lugar, hablemos de la tan cacareada ¡°recesi¨®n de Biden¡±. En la definici¨®n real de una recesi¨®n intervienen varios factores econ¨®micos, y aparte de las cifras sobre el PIB, nada de lo que le ha sucedido a la econom¨ªa se parece ni remotamente a una recesi¨®n. Desde diciembre de 2021, la econom¨ªa estadounidense ha a?adido casi seis millones de puestos de trabajo, mientras que la tasa de desempleo ha ca¨ªdo del 3,9% al 3,4%, un nivel no visto desde la d¨¦cada de 1960. Y no, el desempleo no es bajo porque los estadounidenses hayan decidido abandonar la poblaci¨®n activa: el porcentaje de adultos que trabajan o buscan empleo ha disminuido, pero ello se debe casi exclusivamente al envejecimiento de la poblaci¨®n, y la participaci¨®n en la poblaci¨®n activa ha vuelto a corresponderse con las previsiones anteriores a la pandemia.

Adem¨¢s, los empleos son de calidad, seg¨²n los propios trabajadores. The Conference Board, que desde 1987 hace un seguimiento de la satisfacci¨®n laboral, estima que ¡°los trabajadores estadounidenses nunca han estado tan satisfechos¡±.

Ciertamente, el regreso de una inflaci¨®n considerable tras d¨¦cadas de inactividad inquiet¨® a todo el mundo, y no solo porque redujera los ingresos reales (los salarios reales cayeron durante el segundo mandato de Ronald Reagan, y aun as¨ª la gente ten¨ªa una buena sensaci¨®n en lo referente a la econom¨ªa). Una de las ventajas de una inflaci¨®n baja es que te libra de una cosa de la que preocuparte; seg¨²n la Asociaci¨®n Estadounidense de Psicolog¨ªa, la subida de los precios fue una de las principales fuentes de estr¨¦s en 2022.

Pero la inflaci¨®n, aunque siga siendo elevada, ha bajado mucho. La tasa a lo largo de los ¨²ltimos seis meses ha sido del 3,3%, frente al 9,6% del pasado junio. El precio de la gasolina, uno de los principales temas de debate pol¨ªtico el a?o pasado, es ahora m¨¢s o menos normal en comparaci¨®n con los ingresos medios.

Y la gente se ha dado cuenta. En octubre, el 20% de los estadounidenses se?alaba el encarecimiento de la vida como el problema m¨¢s importante al que se enfrentaba el pa¨ªs; ahora ese porcentaje ha descendido al 9%.

?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo? La regla general parece ser que los estadounidenses se sienten bien respecto a su situaci¨®n personal, pero creen que los dem¨¢s lo est¨¢n pasando mal. Un estudio de la Reserva Federal descubri¨® que, a finales de 2021, un porcentaje r¨¦cord de ciudadanos se mostraba optimista en cuanto a su propia situaci¨®n econ¨®mica, mientras que un m¨ªnimo hist¨®rico lo era en lo referente a la econom¨ªa. Todav¨ªa no tenemos resultados para 2022, pero yo creo que ser¨¢n similares.

Gran parte de esta divergencia puede explicarse por el partidismo. Un estudio publicado recientemente muestra que quien ocupa la Casa Blanca influye en enorme medida en lo que se opina de la econom¨ªa. Esto es as¨ª para los votantes de ambos partidos, aunque parece que el efecto es m¨¢s o menos el doble de fuerte en el caso de los republicanos. Sin embargo, la investigaci¨®n tambi¨¦n concluye que estas diferencias de opini¨®n no parece que tengan ninguna repercusi¨®n sobre el gasto real, es decir, que reflejan ¡°apoyo¡± y no ¡°expectativas reales¡±.

Aparte de esto, hay buenas razones para creer que las informaciones de los medios de comunicaci¨®n sobre la econom¨ªa han tenido un sesgo muy negativo. Una cosa que ha ido pero que muy bien en Estados Unidos en los ¨²ltimos tiempos ha sido la creaci¨®n de empleo. Sin embargo, la gente afirma sistem¨¢ticamente que ha o¨ªdo m¨¢s noticias malas que buenas al respecto.

Y no nos olvidemos de los economistas. Como se?ala Mark Zandi, de Moody¡¯s Analytics, muchos expertos llevan un a?o prediciendo la recesi¨®n mes tras mes. Sin duda, tarde o temprano se producir¨¢ un retroceso econ¨®mico, pero como dice Zandi, ¡°en mis m¨¢s de 30 a?os como economista profesional, jam¨¢s he visto tanto pesimismo respecto a una recesi¨®n¡± a pesar de que la econom¨ªa ha resistido. Y este pesimismo se ha filtrado a la opini¨®n p¨²blica.

As¨ª pues, ?d¨®nde nos deja esto? Estados Unidos a¨²n no ha devuelto la inflaci¨®n a los niveles anteriores a la pandemia, y todav¨ªa es posible que suframos un aterrizaje brusco. Pero, al menos hasta ahora, nos hemos recuperado asombrosamente bien del golpe de la covid. Aunque muchos estadounidenses declaran en los sondeos que las cosas van fatal ¡ªlo cual nos dice algo de c¨®mo responde la gente a las encuestas y de d¨®nde obtiene la informaci¨®n¡ª, esto no contradice esa valoraci¨®n positiva.

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