Avances sanitarios para todos
Los gobiernos deben garantizar que los contratos con las farmac¨¦uticas reflejen el bien com¨²n
La pandemia demostr¨® que tenemos las capacidades cient¨ªficas e industriales para desarrollar y producir en masa vacunas seguras y efectivas de manera acelerada cuando aparecen nuevas amenazas. Pero el ¨¦xito de las vacunas contra la covid-19 tambi¨¦n reflej¨® dos d¨¦cadas de esfuerzos denodados por parte de los cient¨ªficos del mundo acad¨¦mico y del sector privado. Y, cuando lleg¨® el momento de la verdad, una inyecci¨®n oportuna de fondos p¨²blicos llev¨® ese trabajo hasta la l¨ªnea de llegada.
Si hubo una tecnolog¨ªa que desempe?¨® un papel especialmente decisivo fue el ARNm ¡ªo ARN mensajero¡ª, que ofrece un nivel de adaptabilidad y escalabilidad que lo torna altamente adecuado para la preparaci¨®n y respuesta ante pandemias (PRP por su sigla en ingl¨¦s). Las vacunas y los tratamientos de ARNm ya se est¨¢n poniendo a prueba para una amplia variedad de enfermedades, y hay esfuerzos en marcha para expandir la usabilidad de la tecnolog¨ªa (como mejorar su estabilidad de temperatura). Cuando estalle la pr¨®xima epidemia viral, las vacunas de ARNm muy probablemente sean la primera soluci¨®n en salir de las gateras.
Sin embargo, aunque este avance cient¨ªfico salv¨® innumerables vidas durante la ¨²ltima pandemia, los beneficios no se compartieron de manera equitativa. Un a?o despu¨¦s del despliegue de las vacunas contra la covid, aproximadamente el 73% de las dosis administradas estaba concentrado en pa¨ªses de ingresos altos y medio altos, mientras que apenas el 0,9% hab¨ªa llegado a pa¨ªses de bajos ingresos.
Esta disparidad fue a¨²n m¨¢s pronunciada en el caso de las vacunas ARNm, que se utilizaron principalmente en pa¨ªses ricos que, en un principio, acapararon los suministros. Mientras tanto, las empresas farmac¨¦uticas mantuvieron un control f¨¦rreo de las licencias y la producci¨®n, lo que les permiti¨® obtener ganancias extremadamente sorprendentes.
Otra lecci¨®n de la pandemia, entonces, es que la plataforma ARNm no alcanzar¨¢ su pleno potencial a menos que adoptemos una nueva estrategia que haga hincapi¨¦ en el acceso equitativo y en el bien com¨²n. Esto implica intentar sellar alianzas p¨²blico-privadas simbi¨®ticas que est¨¦n mejor dise?adas para compartir tanto los riesgos como las recompensas.
Cuando las empresas se ven beneficiadas con fondos p¨²blicos ¡ªsean subsidios, garant¨ªas, pr¨¦stamos, compromisos de compra o contratos de adquisici¨®n¡ª, se les deber¨ªa exigir que maximicen el valor p¨²blico de esas inversiones. Las condiciones vinculadas al financiamiento p¨²blico para investigaci¨®n y desarrollo, producci¨®n y distribuci¨®n relacionados con el ARNm, por ejemplo, podr¨ªan garantizar asequibilidad, acceso equitativo y reinversi¨®n de las ganancias en innovaci¨®n sanitaria. Las tecnolog¨ªas de ARNm que resulten de un esfuerzo colectivo no deber¨ªan estar bajo el control exclusivo de un pu?ado de empresas privadas. M¨¢s bien, deber¨ªan considerarse parte de un bien sanitario global y estar disponibles y accesibles para todos los que las necesiten.
Una comparaci¨®n de las vacunas de Oxford-AstraZeneca y Pfizer-BioNTech (ARNm) muestra por qu¨¦ esa gobernanza es importante. Ambas asociaciones recibieron un financiamiento p¨²blico considerable ¡ª445 millones de d¨®lares en el caso de BioNTech y 1.300 millones de d¨®lares en el de Oxford-AstraZeneca¡ª y ambas se beneficiaron de amplios compromisos de compra avanzados. Pero mientras que el financiamiento p¨²blico para la producci¨®n de la vacuna de Oxford-AstraZeneca estuvo condicionado a que la empresa fijara precios m¨¢s bajos en inter¨¦s de la accesibilidad, a Pfizer-BioNTech se le permiti¨® fijar precios m¨¢s altos y que luego rechazara pedidos para ofrecer acuerdos de licencia y transferencias de tecnolog¨ªa. La pr¨®xima vez, los gobiernos deben garantizar que las cl¨¢usulas contractuales reflejen el bien com¨²n y regulen la obtenci¨®n de un lucro excesivo.
De la misma manera, la gobernanza de la propiedad intelectual deber¨ªa apuntar a facilitar las transferencias de conocimiento entre pa¨ªses, en pro de una innovaci¨®n y fabricaci¨®n m¨¢s descentralizadas. Necesitamos con urgencia redise?ar las normas y pr¨¢cticas de propiedad intelectual (PI) para garantizar que las tecnolog¨ªas sanitarias cr¨ªticas ¡ªespecialmente aquellas que dependen sustancialmente de fondos de los contribuyentes y capital humano (desde investigadores hasta participantes en ensayos cl¨ªnicos)¡ª est¨¦n reguladas para el bien com¨²n. Es por eso que el Consejo sobre la Econom¨ªa de la Salud para Todos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, organismo que presido, ha exigido que las patentes de las tecnolog¨ªas ARNm est¨¦n reguladas sobre la base de una perspectiva de bien p¨²blico, y no del propietario.
En la pr¨¢ctica, esto significa que los criterios para otorgar patentes ¡ªinclusive patentes secundarias¡ª deber¨ªan ser m¨¢s rigurosos. Deber¨ªa exigirse, incluso, la presentaci¨®n de informaci¨®n adicional que pueda ayudar a los gobiernos a evaluar la escala del poder de mercado que otorgan. Las patentes deber¨ªan cubrir solo innovaciones fundamentalmente nuevas, y deber¨ªan estar confinadas, en general, a tecnolog¨ªas transformadoras, para impedir la privatizaci¨®n de herramientas, procesos y plataformas de investigaci¨®n b¨¢sicos. El objetivo de la innovaci¨®n m¨¦dica deber¨ªa ser el de mejorar la ¡°Salud para Todos¡± ¡ªla misi¨®n central de la OMS¡ª, que requiere un acceso oportuno y equitativo.
Brindar acceso a PI esencial y capital es cr¨ªtico para establecer la infraestructura local y regional necesaria para generar productos basados en ARNm. La OMS ha reconocido expl¨ªcitamente esta necesidad al lanzar un programa de transferencia de tecnolog¨ªa de ARNm, con un polo en Sud¨¢frica y nuevas alianzas de intercambio de tecnolog¨ªa entre empresas en por lo menos 15 pa¨ªses de bajos y medianos ingresos (LMIC por su sigla en ingl¨¦s).
Sin embargo, har¨¢ falta un fuerte respaldo financiero y pol¨ªtico para garantizar el ¨¦xito de esta iniciativa. Por ejemplo, los gobiernos de LMIC podr¨ªan ir m¨¢s all¨¢ y establecer polos de I+D regionales con el fin de fomentar la colaboraci¨®n entre los actores p¨²blicos y privados en carteras de I+D conjuntas.
En t¨¦rminos m¨¢s generales, en tanto los gobiernos muestran un inter¨¦s renovado en la pol¨ªtica industrial, deber¨ªan reconocer la oportunidad de movilizar m¨¢s inversi¨®n, innovaci¨®n y crecimiento en torno al objetivo de Salud para Todos. Brasil, a su favor, ya ha alineado la PPR con la pol¨ªtica industrial a trav¨¦s de su Complejo Econ¨®mico-Industrial de Salud, que utilizar¨¢ las contrataciones p¨²blicas para crear un mercado dom¨¦stico para vacunas ARNm desarrolladas localmente, generando importantes beneficios sanitarios y econ¨®micos.
Mientras avanzan las negociaciones internacionales sobre un Acuerdo de Prevenci¨®n, Preparaci¨®n y Respuesta ante Pandemias, la cuesti¨®n de garantizar un acceso oportuno y equitativo a contramedidas m¨¦dicas ¡ªincluidas las tecnolog¨ªas de ARNm¡ª debe ocupar un lugar central. La plataforma ARNm tiene el enorme potencial de ofrecer tratamientos y vacunas innovadores para enfermedades que afectan esencialmente a los LMIC y que se podr¨ªan producir local y asequiblemente bajo el r¨¦gimen apropiado de PI.
Para construir esta forma de resiliencia, debemos empoderar a los investigadores, fabricantes y gobiernos de estos pa¨ªses para forjar ecosistemas de I+D y fabricaci¨®n regionales en pro del bien com¨²n. Solo entonces la tecnolog¨ªa ARNm alcanzar¨¢ su pleno potencial.
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