La aerotermia busca su hueco en las viviendas
La venta de bombas de calor de ¨²ltima generaci¨®n crece a un ritmo del 48% anual en Espa?a gracias a su eficiencia
Cada vez se escucha m¨¢s el nombre de aerotermia. Estos aparatos, que funcionan con electricidad y est¨¢n disponibles en cualquier tienda o cadena especializada, son bombas de calor de ¨²ltima generaci¨®n dise?adas para aportar calefacci¨®n en invierno, refrigeraci¨®n en verano y agua caliente todo el a?o. La tecnolog¨ªa, que funciona extrayendo la energ¨ªa ambiental contenida en el aire mediante un ciclo termodin¨¢mico, se postula como la alternativa m¨¢s eficiente para calentar y enfriar las casas en un futuro no muy lejano, por desempe?ar, gracias a su rendimiento (un 400% mayor que cualquier otro equipo t¨¦rmico), un papel clave en la descarbonizaci¨®n del parque inmobiliario.
Durante 2022 se vendieron un total de 70.300 unidades de bombas de calor multitarea (aerotermia m¨¢s geotermia), lo que supone un incremento del 48% con respecto al a?o anterior. Mientras que la comercializaci¨®n de bombas de calor solo para agua caliente sanitaria lleg¨® a las 25.000 unidades (un 51,5% m¨¢s), seg¨²n la Asociaci¨®n de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor (Fegeca).
Las ventas crecen, pero Espa?a sigue siendo el quinto pa¨ªs europeo con la tasa m¨¢s baja de equipos comercializados. Aunque son entre tres y cinco veces m¨¢s eficientes que sus competidores f¨®siles, estos aparatos siguen a mucha distancia de la cuota que representan las calderas de gas, presentes en el 40% de los hogares. El precio y tama?o de estos aparatos, as¨ª como su viabilidad son algunos de los interrogantes de la aerotermia. En obra nueva es f¨¢cil dise?ar un edificio teniendo en cuenta soluciones renovables como esta, pero en edificaci¨®n existente resulta m¨¢s complicado salvar la imposibilidad t¨¦cnica, sobre todo en edificios antiguos donde se impide la instalaci¨®n de bombas de calor por problemas de espacio y se proh¨ªbe colocar equipos en las fachadas.
¡°En nueva construcci¨®n la opci¨®n mayoritariamente elegida para la producci¨®n de agua caliente sanitaria y climatizaci¨®n es la aerotermia. La situaci¨®n cambia en rehabilitaci¨®n, cuando tenemos espacios reducidos en el interior o no podemos disponer de la fachada o el tejado para la colocaci¨®n de las unidades exteriores¡±, explica Sonia Pomar, directora general de Fegeca. ¡°Las normativas de ruido o las necesidades de aire aportado por la unidad exterior hacen m¨¢s complicada la sustituci¨®n de antiguas calderas de gas por bombas de calor en edificios de viviendas en bloque¡±, a?ade.
Caracter¨ªsticas del piso
Inmaculada Peir¨®, directora general de Agremia, la Asociaci¨®n de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energ¨ªa, apunta tambi¨¦n a las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas del inmueble en el que se quiera instalar el equipo: para un piso de 70 metros cuadrados, en una ciudad, y con una cocina de cinco metros (se estima que el 70% de la poblaci¨®n vive as¨ª), ¡°es complejo sustituir una caldera por una bomba de calor aerot¨¦rmica, debido fundamentalmente al espacio que ocupa el acumulador para agua caliente sanitaria porque es similar al tama?o de una nevera¡±.
Llegados a este punto, desde la Fundaci¨®n Renovables, su responsable de Comunicaci¨®n y Pol¨ªtica Clim¨¢tica, Ismael Morales, propone la creaci¨®n de un plan de electrificaci¨®n de la calefacci¨®n para 2025-2030, sustituyendo los sistemas con combustibles f¨®siles por bombas de calor. ¡°Una de las l¨ªneas de actuaci¨®n puede ser mantener el sistema de distribuci¨®n de calor, para minimizar la realizaci¨®n de obras, y que incluya la obligatoriedad de sustituci¨®n de todas las calderas que tengan m¨¢s de 10 a?os o que no sean de condensaci¨®n¡±, propone. De llevarse a cabo esta acci¨®n, se podr¨ªa llegar a un parque de calderas de gas instaladas importante porque en la actualidad hay nueve millones de unidades en Espa?a. ¡°De estas se estima que el 65% tiene una antig¨¹edad considerable y un nivel de eficiencia inferior a la de los equipos que se comercializan ahora¡±, dice Peir¨®.
Existe un ¡°pero¡±: en estos momentos, los equipos de aerotermia son bastante m¨¢s caros que una caldera de condensaci¨®n, por lo que no est¨¢n al alcance de todos los ciudadanos. El coste de las bombas de calor aerot¨¦rmicas se mueve entre los 3.600 y 12.700 euros, seg¨²n la OCU, a los que hay que sumar el coste de instalaci¨®n fijado entre 2.000 y 8.000 euros, m¨¢s IVA. Sin embargo, el coste de una caldera mural de gas de condensaci¨®n, ¡°estar¨ªa alrededor de los 1.500 y 2.000 euros m¨¢s IVA¡±, calcula Pomar.
No obstante, si se tiene en cuenta la inversi¨®n a largo plazo, el desembolso sale a cuenta. Francisco Zuloaga, consultor de Ecodes y experto en calefacci¨®n renovable, opina ¡°si se consideran los costes de operaci¨®n, la evoluci¨®n de los precios del gas y de la electricidad, el precio de la vivienda, y los propios costes de la bomba de calor, esta aparece como la opci¨®n m¨¢s ventajosa¡±, recoge la publicaci¨®n Cazamitos del Hidr¨®geno de esta organizaci¨®n. ¡°Existen adem¨¢s numerosas ayudas para la bomba de calor aerot¨¦rmica y ya casi ninguna administraci¨®n subvenciona las calderas de gas. De hecho, el acuerdo sobre la Directiva de Eficiencia Energ¨¦tica de Edificios decreta el final de las ayudas a este tipo de calderas a partir del 1 de enero de 2025¡å, justifica.
El estudio La caldera de condensaci¨®n, una oportunidad para la descarbonizaci¨®n de los hogares sin limitaciones, de la Asociaci¨®n Espa?ola del Gas (Sedigas), establece que la sustituci¨®n de todo el parque ineficiente de calderas de gas por equipos de aerotermia supondr¨ªa un coste de 201.314 millones de euros, el equivalente a cerca de dos veces el gasto p¨²blico en sanidad nacional y 15 veces m¨¢s que la sustituci¨®n a calderas de gas de alta eficiencia.
No obstante, Laureano Matas, secretario del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de Espa?a (CSCAE), considera que intervenir solo en las instalaciones, sustituyendo calderas por bombas de calor, sin actuar primero sobre la envolvente del edificio para reducir su demanda energ¨¦tica, no solo no asegurar¨¢ el cumplimiento de las exigencias europeas, ¡°sino que la obsolescencia que incorporan estos equipos nos devolver¨¢, un d¨ªa, a la casilla de salida, y eso es lo que debemos evitar, optimizando recursos¡±.
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