Que no le den gato por ¡®premium¡¯
El Ministerio de Agricultura abre una batalla contra el uso de expresiones vac¨ªas que confunden al usuario
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La pelea est¨¢ servida: el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n se ha puesto en pie de guerra contra el t¨¦rmino premiun desde que el pasado mes de octubre acordase rechazar el uso de esta palabra en el etiquetado y presentaci¨®n de productos alimenticios por inducir a error al consumidor al sugerir que es de calidad superior. A diferencia de otras menciones que s¨ª describen caracter¨ªsticas de origen o producci¨®n del alimento, como ecol¨®gico, dicho concepto es ambiguo y puede vender humo. El criterio amenaza a cientos de marcas registradas con esta menci¨®n, desde caf¨¦ hasta aceites. Asimismo, el mal uso del adjetivo expone a sus titulares a pleitos por publicidad enga?osa o competencia desleal.
El acuerdo, adoptado por la Mesa de Coordinaci¨®n de Calidad Alimentaria, aplica, entre otros, el reglamento comunitario sobre informaci¨®n alimentaria facilitada al consumidor. Ante la proliferaci¨®n de la menci¨®n premium en la marca o etiqueta de nutrientes, el organismo pone pie en pared. El t¨¦rmino por s¨ª solo induce a pensar en caracter¨ªsticas superiores sin especificar qu¨¦ atributos son mejores. Una l¨®gica que tambi¨¦n aplica a productos con legislaci¨®n espec¨ªfica, como el caso de diferentes calidades, por ejemplo, en aceites virgen y extra.
La lucha contra el t¨¦rmino premium puede llegar a chocar con los derechos de los empresarios. Seg¨²n la Oficina Espa?ola de Patentes y Marcas (OEPM), actualmente hay 1.327 marcas que contienen este calificativo en su denominaci¨®n. Algo m¨¢s de un tercio (448) son nombres de alimentos o bebidas. ?Deber¨ªan de revisarse por tropezar con la pauta de Agricultura? La respuesta no es f¨¢cil y depender¨¢ de c¨®mo interpreten la restricci¨®n las autoridades auton¨®micas de control de calidad y fraudes alimentarios y la propia OEPM. La oficina, consultada por este medio, rechaza prohibirlas o anularlas mientas no haya una ley estatal o de la UE que as¨ª lo exija.
En principio, se?ala Jorge Oria, director de servicios legales de ClarkeModet, ¡°cualquier interesado podr¨ªa solicitar la nulidad de una marca que incluya premium alegando que conduce a error respecto de los productos registrados¡±. Este es uno de los motivos por los que, seg¨²n la Ley de Marcas, se puede denegar el registro del distintivo. La discusi¨®n es compleja. Para el abogado, ¡°una redefinici¨®n o limitaci¨®n de los art¨ªculos podr¨ªa solventar el problema¡±. Es decir, habr¨ªa que afinar las caracter¨ªsticas que convierten el alimento o bebida en mejor. Por ejemplo, que la pasta en cuesti¨®n est¨¢ elaborada con ingredientes especiales.
Ahora bien, que la marca siga funcionando registralmente ¡°no asegura per se la legalidad de su uso a ojos de Consumo¡±, apunta Oria. Y es que el citado acuerdo es muy tajante. Solo admite utilizar premium en casos avalados por la Comisi¨®n Europea. En concreto, para bebidas espirituosas, como el brandy o la ginebra, en las que ¡°podr¨ªa indicar un per¨ªodo de maduraci¨®n especialmente largo¡±. Un permiso que, en principio, no se extiende a la cerveza.
Ginebra s¨ª, cerveza no
En Espa?a hay m¨¢s de 40 marcas de cerveza registradas con la menci¨®n, algunas de las cuales datan de 1977. Como explica Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de Espa?a, es un t¨¦rmino que se ha utilizado esencialmente para ¡°diferenciar productos¡± de una misma cerveza. ¡°Es una denominaci¨®n que forma parte de la identidad de las marcas y que ha sido protegida como propiedad industrial¡±, subraya. La patronal aboga por evaluar caso por caso. ¡°Imponer restricciones de manera generalizada puede afectar negativamente a marcas que han utilizado esta denominaci¨®n de manera leg¨ªtima y reconocida durante d¨¦cadas¡±, afirma Olalla.
La prohibici¨®n radical de llamar premium a los alimentos, opina Jorge Oria, es m¨¢s dif¨ªcil de defender en el caso de los productos sin categor¨ªas comerciales reguladas. En todo caso, el experto recomienda informar al consumidor en qu¨¦ consiste esa calificaci¨®n en la etiqueta y publicidad del art¨ªculo. Cuando se usan superlativos o palabras como gourmet para identificar una gama m¨¢s cara debe de justificarse qu¨¦ beneficio aporta.
Por otro lado, subraya Jose Carlos Erdozain, of counsel de Pons IP, la Ley General de Publicidad ya ¡°proh¨ªbe taxativamente la publicidad que pueda calificarse de enga?osa¡±. Es decir, el uso de expresiones como premium ya est¨¢n vedadas por la legislaci¨®n general, a no ser que se refieran a productos o servicios elaborados por alg¨²n m¨¦todo ¡°que pueda elevar sus cualidades intr¨ªnsecas respecto a los competidores¡±.
El experto opina que ¡°incluir la menci¨®n premium u otra similar estar¨ªa elevando artificialmente la calidad del producto y, por tanto, incurri¨¦ndose en una especie de publicidad enga?osa prohibida¡±. Las consecuencias pueden ser serias para aquellos alimentos ¡°cuyas caracter¨ªsticas intr¨ªnsecas no son calificables o valorables por una circunstancia objetiva¡±. El tema, apunta el experto, tiene similitudes con el uso del denominativo ¡°leche¡± para bebidas vegetales sin origen animal, como la leche de almendra o de soja. Los tribunales lo declararon il¨ªcito por dar una imagen falseada al consumidor.
Por ¨²ltimo, llamar premium a un producto puede funcionar como un canto de sirena para desviar il¨ªcitamente la clientela de los adversarios. La ley reguladora de la competencia considera desleal por enga?osa ¡°cualquier conducta que contenga informaci¨®n falsa o informaci¨®n que, aun siendo veraz, por su contenido o presentaci¨®n induzca o pueda inducir a error a los destinatarios, siendo susceptible de alterar su comportamiento econ¨®mico¡± siempre que se refiera a las caracter¨ªsticas principales del art¨ªculo o servicio, se?ala Jos¨¦ Carlos Erdozain.
En suma, m¨¢s all¨¢ de las posibles sanciones administrativas y problemas legales con las marcas, el acuerdo de Agricultura enfrenta a las empresas al reto de redefinir su estrategia comercial: el consumidor es cada vez m¨¢s exigente.
Recomendado por los consumidores
No hay mejor publicidad para un producto que conseguir que los usuarios lo recomienden. Sin embargo, menciones como “recomendado” o “el más valorado por los consumidores” en la etiqueta o promoción de ciertos artículos están bajo la lupa de organizaciones como Facua, que pide que se controle el uso engañoso de estas advertencias. Rubén Sánchez, secretario general de la federación, defiende que el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 coja las riendas y regule esta práctica de forma que “tenga que especificarse a qué tipo de encuesta se hace referencia o qué institución avala que es el mejor producto”. Si no, argumenta, se convierten en mensajes genéricos que pueden “inducir a error”.
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