Por favor, se?or presidente, haga lo correcto

He aqu¨ª tres verdades sobre el presidente Joe Biden. Ha hecho un trabajo excelente como presidente. Ha sido absurdamente maltratado; cada uno de sus tropiezos verbales o f¨ªsicos ha sido diseccionado en un grado muy superior a cualquier escrutinio aplicado al torrente incoherente de mentiras y vilezas que Donald Trump suelta habitualmente. Y deber¨ªa apartarse como candidato de su partido a la presidencia, probablemente en favor de la vicepresidenta Kamala Harris.

Cualquiera que haya estado siguiendo la pol¨ªtica estadounidense tiene que ser consciente de lo extraordinarios que han sido los logros de Biden. Durante d¨¦cadas, Estados Unidos dio la impresi¨®n de ser incapaz de actuar para garantizar su futuro. Pero Biden, a pesar de contar con una mayor¨ªa legislativa sumamente ajustada, ha decretado importantes inversiones en infraestructuras, tecnolog¨ªa avanzada y energ¨ªa verde.

Y todo ello mientras gobernaba la econom¨ªa con mejores resultados del mundo desarrollado. S¨ª, la inflaci¨®n se dispar¨® mientras la econom¨ªa mundial se recuperaba de los efectos de la pandemia de la covid-19, pero eso ocurri¨® en casi todas partes, mientras que el crecimiento en Estados Unidos, como afirma el Fondo Monetario Internacional, fue ¡°extraordinario con respecto a sus pares¡±, y la inflaci¨®n cay¨® r¨¢pidamente sin provocar una recesi¨®n. Los duros ataques a la pol¨ªtica econ¨®mica de Biden parecen ahora un desprop¨®sito.

Uno se queda boquiabierto viendo hasta qu¨¦ punto se le ha negado el reconocimiento por estos logros. Casi el mismo n¨²mero de votantes atribuyen el m¨¦rito de las infraestructuras a Trump ¡ªcuyas repetidas promesas de presentar un plan se convirtieron en una broma recurrente¡ª que a Biden, que hizo el trabajo. Todo el mundo recuerda cuando los precios de la gasolina (sobre los que los presidentes tienen poca influencia) llegaron a los cinco d¨®lares el gal¨®n (3,78 litros); muchas menos personas se han fijado en que acabamos de ver en las gasolineras en un 4 de julio los precios m¨¢s bajos en tres a?os.

Al mismo tiempo, es probable que muchos estadounidenses no sean plenamente conscientes de la imagen tan grotesca y amenazadora que da Trump. Hay que ver fragmentos de sus m¨ªtines para darse cuenta de lo inconexos y disparatados que se han vuelto sus discursos; ?escucharon su perorata sobre los barcos el¨¦ctricos y los tiburones? Hasta que la actriz Taraji P. Henson no habl¨® del profundamente antiestadounidense Proyecto 2025 cuando present¨® los Premios BET 2024, creo que poca gente conoc¨ªa el plan, cuyo l¨ªder promete una ¡°segunda Revoluci¨®n de Estados Unidos¡±, que seguir¨¢ siendo incruenta ¡°si la izquierda lo permite¡±.

Trump ha intentado ¨²ltimamente desvincularse del proyecto, afirmando que, por alguna raz¨®n, no sabe ¡°nada¡± de un plan ideado por gente muy cercana a su campa?a, antes de declarar que no est¨¢ de acuerdo con ¡°algunas de las cosas que dicen¡± ¡ªun buen truco, teniendo en cuenta que no sabe nada al respecto¡ª y acabar deseando suerte, en cualquier caso, a los autores del plan.

Pero la cosa es que el debate presidencial de junio brind¨® a Biden una oportunidad de oro para que el pueblo estadounidense viera qui¨¦n es ¨¦l y qui¨¦n es Trump, para que se mostrara tranquilo y tranquilizador mientras Trump despotricaba. Y Biden suspendi¨® estrepitosamente la prueba. La ¨²nica esperanza real de salvar la situaci¨®n habr¨ªa sido que Biden hubiera salido lo antes posible y lo m¨¢s a menudo posible a dar ruedas de prensa abiertas y entrevistas para demostrar que su mala noche fue producto de la casualidad. Por alguna raz¨®n, no lo hizo.

Lo que s¨ª hizo en cambio fue conceder una entrevista a George Stephanopoulos, de ABC News, que no repar¨® el da?o. Da igual el teatro que hicieron, la impresi¨®n que dio o lo que fuera. El momento crucial, a mi modo de ver, fue cuando preguntaron a Biden c¨®mo se sentir¨ªa si Trump ganara las elecciones y respondi¨®: ¡°Mientras lo d¨¦ todo y haga el mejor trabajo que s¨¦ que puedo hacer, de eso se trata¡±.

No, no se trata de eso. Siento una gran admiraci¨®n por Biden, pero esto no es un juego en el que uno obtiene puntos por darlo todo y puede sentirse contento aunque resulte que no es suficiente.

Porque estas son unas elecciones en las que est¨¢ en juego lo m¨¢s importante. Si Trump gana, puede que sean las ¨²ltimas elecciones verdaderas que Estados Unidos celebre en mucho tiempo, es decir, unas elecciones en las que el partido en el poder permite a sus adversarios arrebat¨¢rselo. Si creen que esto es una exageraci¨®n, despu¨¦s de que Trump intentara anular las elecciones de 2020, es que no han estado prestando atenci¨®n. Por eso, llegados a este punto, se trata de defender la democracia.

Tal vez podamos aprender una lecci¨®n de los franceses. Enfrentados a una amenaza a su democracia despu¨¦s de que la extrema derecha de su pa¨ªs quedara primera en la ronda inicial de sus elecciones parlamentarias, muchos pol¨ªticos franceses se retiraron de la segunda ronda, poniendo los intereses de la naci¨®n por encima de sus ambiciones para mejorar las posibilidades de sus rivales de derrotar a los adversarios antidemocr¨¢ticos. Y en parte como consecuencia de ello, el domingo, la derecha dura francesa sufri¨® una sorprendente e inesperada derrota.

?Sabemos si Biden podr¨ªa conseguir lo mismo para Estados Unidos si se echara a un lado ahora? Por supuesto que no. S¨ª sabemos que si Harris le sustituye ¡ªa estas alturas, es dif¨ªcil ver una alternativa plausible¡ª se enfrentar¨¢ a su propia oleada de calumnias e insinuaciones. Pero ella es inteligente y dura, y la fealdad de los previsibles ataques sobre su sexo y raza podr¨ªa tener un efecto contrario al deseado. En cualquier caso, est¨¢ claro que Biden ya es mercanc¨ªa da?ada, y si insiste en presentarse, parece demasiado probable que ¨¦l, y posiblemente el futuro de nuestra democracia, pierdan. No me cabe duda de que el presidente es un buen hombre que ama a su pa¨ªs. Y como tal, espero que haga lo correcto y se eche a un lado.

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