Las dos transiciones econ¨®micas clave, rumbo a la colisi¨®n: por qu¨¦ la digitalizaci¨®n puede torpedear la lucha clim¨¢tica
Los centros de datos consumen mucha energ¨ªa. Los expertos advierten de su dif¨ªcil encaje con una econom¨ªa m¨¢s verde
Lo mejor, lo inteligente, lo prudente, es resolver las dificultades antes de que surjan. Est¨¢ escrito desde hace 2.500 a?os al menos (Sun Tzu), pero es m¨¢s f¨¢cil de decir que de hacer. Quiz¨¢ porque los problemas no siempre se detectan a tiempo; quiz¨¢ porque, aunque se detectan, nadie sabe resolverlos. Bank of America ha encontrado dificultades en dos ¨¢reas de actividad sensible: el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Navegan en rumbo de colisi¨®n. En uno de sus ¨²ltimos informes sobre precios del petr¨®leo, el banco de inversi¨®n alerta del ¡°enfrentamiento inminente entre la inteligencia artificial y la lucha contra el cambio clim¨¢tico¡±. La raz¨®n: la creciente demanda de energ¨ªa ¡ªy agua¡ª de los centros de datos, que mantendr¨¢ a los hidrocarburos ¡ªy sus precios¡ª en lo m¨¢s alto. El enfrentamiento que se anuncia, sostiene el banco, ¡°tiene la energ¨ªa en su n¨²cleo¡±.
La alerta toca a Espa?a de pleno por varias razones: porque se ha convertido en la meca de la inversi¨®n en centros de las tecnol¨®gicas (Amazon,Microsoft, Oracle, Meta), por la apuesta renovable del Gobierno para abaratar la energ¨ªa y combatir el cambio clim¨¢tico, y por el inter¨¦s de energ¨¦ticas y constructoras ¡ªIberdrola, ACS y Acciona, entre otras¡ª en participar en el negocio de infraestructuras para la IA. En apenas seis meses, los anuncios de inversi¨®n en Espa?a superan los 34.100 millones. El ¨²ltimo: 7.500 millones de Blackstone para un centro de 224 hect¨¢reas en Calatorao (Zaragoza). El despliegue de macrogranjas de datos por todo el mundo ni es f¨¢cil ni es pac¨ªfico. Irlanda, Pa¨ªses Bajos o Singapur han aplicado diferentes tipos de moratorias a su construcci¨®n. Demasiada voracidad en sistemas energ¨¦ticos limitados.
Hay mucho dinero en juego. Los estudios m¨¢s recientes que maneja la consultora KPMG precisan que la inversi¨®n en centros de datos globales super¨® los 200.000 millones de d¨®lares (183.000 millones de euros) en 2022, y se espera que contin¨²e creciendo con un enfoque en IA, 5G ¡ªtecnolog¨ªa m¨®vil de quinta generaci¨®n¡ª y la nube o cloud computing. La inversi¨®n seguir¨¢ increment¨¢ndose en los pr¨®ximos cinco a?os, a medida que las empresas expandan su infraestructura digital.
Todo ¡ªalertas, impacto en el medio ambiente, expectativas de negocio¡ª gira alrededor de los data centers (DC). Son sistemas inform¨¢ticos especializados, con hardware de alta potencia, que funcionan en un ambiente controlado ¡ªy refrigerado¡ª. Su fin es almacenar, resguardar y procesar datos a gran escala. Son un negocio en auge. El informe Global Investor Outlook Report 2022 de la compa?¨ªa de inversi¨®n en bienes inmobiliarios Colliers, apunta a que los centros de datos se encuentran entre los segmentos alternativos que atraen m¨¢s atenci¨®n ¡ªl¨¦ase dinero¡ª en Europa, junto con la biotecnolog¨ªa y las viviendas para estudiantes. Despiertan tanto inter¨¦s y atraen tanta inversi¨®n porque son indispensables en el mundo digital. Tienen cara B. Necesitan terrenos donde ubicarse, y necesitan energ¨ªa ¡ªmucha energ¨ªa¡ª y agua para refrigerar sus entra?as ¡ªlos racks¡ª, estructuras que guardan la materia prima m¨¢s valiosa, los datos, en el gran almac¨¦n.
N¨²cleos emergentes
Seg¨²n la organizaci¨®n 7-24 Exchange International existen 7.200 grandes DC en el mundo. En Espa?a hay 75, seg¨²n las estimaciones recientes de KPMG, con Madrid como uno de los n¨²cleos emergentes m¨¢s importantes de Europa, impulsado por la nube y la conectividad. Los n¨²meros var¨ªan. Spain Data Center eleva el n¨²mero de centros en Espa?a a 113 y la plataforma CloudScene a 143. Son entes voraces. Emy Llorens, responsable de Cloud & Digital Architectures de KPMG en Espa?a, explica la situaci¨®n: ¡°Los modelos avanzados de IA requieren una gran capacidad de procesamiento, lo que incrementa la demanda de energ¨ªa. Seg¨²n varios informes, los centros de datos podr¨ªan representar entre el 3% y el 4% de las emisiones globales para 2030. A pesar de los esfuerzos por reducir la huella energ¨¦tica, la IA sigue presionando este equilibrio¡±.
Es un asunto serio. BNP Paribas, en sus informes sobre el sector, recoge que la Agencia Internacional de la Energ¨ªa calcula que en 2026 la demanda el¨¦ctrica de los centros de datos subir¨¢ un 30% respecto a 2023, hasta representar el 3% de la demanda de electricidad total de la UE. La tendencia es imparable porque los centros son clave para el tratamiento, el almacenamiento y el buen funcionamiento de la inteligencia artificial, el machine learning ¡ªel entrenamiento de m¨¢quinas en tareas espec¨ªficas¡ª o el internet de las cosas.
Morgan Stanley tambi¨¦n ha hecho sus c¨¢lculos. La consultora asegura que los data centers se van a quintuplicar en Europa en la siguiente d¨¦cada. En los pr¨®ximos cinco a?os, el crecimiento anual ser¨¢ del 18%. Seg¨²n la entidad financiera estadounidense, el 60% del crecimiento vendr¨¢ de la nube, el 25% de la IA y el 15% de las distintas facetas relacionadas con la protecci¨®n, el cifrado, la transmisi¨®n y el almacenamiento de datos. La carrera es cosa de un pu?ado de empresas. El mercado europeo est¨¢ dominado por Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure (MSFT Azure), Google Cloud, Equinix, Digital Realty, Vantage, CyrusOne, OVH, IBM, y, en menor medida, por el private equity o capital riesgo (Blackstone o Brookfield).
Las empresas de telecomunicaciones como Iliad, DT, Altice y Orange tambi¨¦n juegan un papel clave. Los centros de datos europeos se concentran en Fr¨¢ncfort, Londres, ?msterdam, Par¨ªs y Dubl¨ªn, pero hay mercados emergentes en Estocolmo, Varsovia, Berl¨ªn, Mil¨¢n, Madrid, Z¨²rich e Islandia. Seg¨²n los datos de la Comunidad de Madrid, adelantados en la ¨²ltima feria Data Center World, la capital de Espa?a tiene instalados unos 100 megavatios (MW), y hay previsi¨®n de recibir m¨¢s de 6.000 millones de euros y alcanzar los 621 MW, multiplicando as¨ª su capacidad por seis para 2026. En todos los puntos en expansi¨®n ha habido cambios en la regulaci¨®n y acceso abundante a la energ¨ªa renovable a coste competitivo. Es una fiebre. La consultora EY-Parthenon cree que esto no ha hecho sino empezar. Porque aunque la IA ha entrado ya en la conciencia general, se encuentra todav¨ªa en sus primeras etapas en lo que respecta a tama?o, alcance e impacto. En todo el mundo. En Am¨¦rica Latina se pronostica un crecimiento del 11% en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n (TI), superando las cifras de crecimiento de EE UU.
En la b¨²squeda de terrenos y energ¨ªa barata es tanta la necesidad que las tecnol¨®gicas se agarran a los clavos disponibles. A todos; aunque est¨¦n ardiendo. Microsoft ha anunciado un acuerdo de compra de energ¨ªa durante 20 a?os con la compa?¨ªa de EE UU Constellation Energy, que reabrir¨¢ el centro nuclear de Three Mile Island (TMI), en Middletown (Pensilvania). El acuerdo tiene su miga. Three Mile Island, en el a?o 1979, fue escenario del peor accidente nuclear en la historia de EE UU. No importa. La necesidad deja en segundo plano las cuestiones de imagen.
Son intentos de responder a la gran pregunta: ?c¨®mo abastecer de energ¨ªa a cientos de gigantescos centros de datos sin convertir la atm¨®sfera en un lodazal de gases? Una de las respuestas aboga por desplegar peque?os generadores nucleares (SMR) que, seg¨²n sus promotores, aunque m¨¢s caros que una central t¨¦rmica tradicional, producen mucha energ¨ªa y poca contaminaci¨®n. El debate tiene tintes de urgencia. En EE UU, en una d¨¦cada, aseguran los expertos, la demanda de energ¨ªa podr¨ªa superar la oferta si se tienen en cuenta las proyecciones de crecimiento de los centros de datos y la evoluci¨®n del parque de generaci¨®n. No es ciencia ficci¨®n. El pico de demanda en verano de la red el¨¦ctrica estadounidense funcionaba ya al 94% de la capacidad permitida.
A la vista de lo que sucede en EE UU, Europa se tienta la ropa. El Centro Minderoo para la Tecnolog¨ªa y la Democracia ¡ªUniversidad de Cambridge¡ª organiz¨® en junio pasado un encuentro con acad¨¦micos y activistas que aportaron su experiencia de toda la UE, el Reino Unido y otros lugares acerca del despliegue de las macrogranjas digitales. El taller revel¨® una escasez de evidencias sobre el efecto de los centros de datos en la sostenibilidad en toda Europa. La ausencia de informaci¨®n y la falta de evaluaciones s¨®lidas de las consecuencias de la expansi¨®n de los centros de datos, asegura el centro, podr¨ªa tener un efecto nocivo en las comunidades locales, la econom¨ªa y el medio ambiente para las generaciones futuras.
La combinaci¨®n de demanda energ¨¦tica disparada ¡ªy subestimada¡ª, redes el¨¦ctricas insuficientes, especulaci¨®n inmobiliaria, presi¨®n de los fondos y expectativas de los grandes grupos energ¨¦ticos dibujan un horizonte intenso. Seg¨²n resume Morgan Stanley, ¡°el mercado subestima significativamente el tama?o y el alcance del crecimiento de los centros de datos en Europa¡±. Bruselas intenta entender y controlar la marea. El Libro Blanco de la Comisi¨®n Europea sobre la infraestructura digital en Europa propone medidas clave para abordar las necesidades de infraestructura digital en la regi¨®n: inversiones, interoperabilidad de sistemas y est¨¢ndares comunes, acceso de todas las regiones a infraestructuras digitales, innovaci¨®n y colaboraci¨®n p¨²blico-privada.
La direcci¨®n de la marcha parece clara. Otra cosa es el sentido. ?D¨®nde hay que colocar la apuesta? ?Qu¨¦ es mejor? ?Macrocentros de datos o peque?os nodos ¡ªedge computing¡ª para procesar datos lo m¨¢s cerca posible de dispositivos y usuarios? El Programa de Pol¨ªticas de la D¨¦cada Digital de la UE establece un objetivo de 10.000 nodos, m¨¢s seguros y neutrales desde el punto de vista clim¨¢tico, que se desplegar¨¢n para 2030. Pero las cosas no est¨¢n claras. El Informe de 2023 sobre el estado de la D¨¦cada Digital subray¨® los riesgos para el logro de estos objetivos. La denominada ¡°computaci¨®n de borde¡± todav¨ªa est¨¢ en sus inicios en Europa. La realidad es que dominan los planes para invertir en macrocentros a hiperescala: centros de datos masivos que proporcionan capacidades de escalabilidad extremas.
Espacios enormes
IBM describe bien ese tipo de instalaciones. ¡°Un centro de datos a hiperescala¡±, explican desde el gigante inform¨¢tico, ¡°se diferencia principalmente de un centro de datos tradicional por su enorme tama?o. Requiere un emplazamiento f¨ªsico lo suficientemente grande como para albergar todos los equipos asociados. Esto supone al menos 5.000 servidores y, muy posiblemente, kil¨®metros de equipo de conexi¨®n. Como tales, los centros de datos a hiperescala pueden abarcar f¨¢cilmente millones de metros cuadrados de superficie¡±. M¨¢s. Los centros a hiperescala proporcionan medidas y dispositivos de reserva que se activan autom¨¢ticamente en caso de aver¨ªa en los equipos o ante un apag¨®n. Se denomina redundancia y funciona de forma autom¨¢tica, en segundo plano, las 24 horas del d¨ªa y con poca supervisi¨®n directa¡±. Por dar una idea de dimensi¨®n: uno de los grandes centros de datos de EE UU, propiedad de Meta Platforms (Facebook) y ubicado Prineville, Oreg¨®n, ocupa el equivalente a 42 campos de f¨²tbol.
¡°Hiperescala (hyperscale, en ingl¨¦s) no significa solo que sean muy grandes, sino que el sistema est¨¢ dise?ado para escalar, es decir, para multiplicar su capacidad de manera, b¨¢sicamente, casi infinita¡±, explica Aurora G¨®mez, del proyecto activista medioambiental Tu Nube Seca Mi R¨ªo. Y sus procesadores, a?ade, necesitan refrigeraci¨®n. Agua. ¡°Utilizan distintas tecnolog¨ªas que llevan agua al chip, o sumergen directamente los racks de servidores en agua, o en un l¨ªquido diel¨¦ctrico¡±. Las empresas tienen que elegir entre electricidad y agua para refrigerar instalaciones. Seg¨²n activistas como G¨®mez, las empresas optan a menudo por la segunda v¨ªa, la del agua, porque ¡°es mucho m¨¢s barata¡± que la electricidad para hacer funcionar estos aires acondicionados. No hay datos exactos de cu¨¢nto l¨ªquido necesita una instalaci¨®n, pero una investigaci¨®n de 2021 publicada en la revista Nature apuntaba que un centro de tama?o mediano (15 MW) usa tanta agua como tres hospitales o dos campos de golf.
Es mucho l¨ªquido. G¨®mez esgrime los datos adelantados por EL PA?S en 2023 en un art¨ªculo titulado La sed de las tecnol¨®gicas est¨¢ en ascenso. ¡°El consumo de agua de Google aument¨® un 20% en 2022, seg¨²n cifras aportadas por la propia compa?¨ªa. Y el de Microsoft, due?a de un 75% de OpenAI (los creadores de ChatGPT), lo hizo en un 34% en el mismo periodo. No se contemplan aqu¨ª los recursos h¨ªdricos consumidos en la generaci¨®n de la electricidad que alimenta los servidores ni en los procesos de fabricaci¨®n del hardware. Amazon, que junto a las dos anteriores controla casi la mitad de los hipercentros de datos de todo el mundo (los que cuentan con m¨¢s de 5.000 servidores), y cuya filial AWS lidera el mercado de la computaci¨®n en la nube, ha preferido no aportar datos¡±, explicaba el art¨ªculo escrito por Manuel G. Pascual.
Inversiones millonarias
As¨ª est¨¢n las cosas. Quien disponga de terrenos adecuados, energ¨ªa renovable a buen precio y dinero para financiar proyectos est¨¢ en el punto de encuentro de las grandes oportunidades. Y Espa?a est¨¢ en el centro de ese escenario. Gigantes como Amazon han anunciado inversiones de v¨¦rtigo ¡ª15.700 millones hasta 2033¡ª en centros de datos en Arag¨®n, y sociedades de inversi¨®n inmobiliaria, caso de Merlin Properties, captan fondos mediante ampliaciones de capital para financiar la expansi¨®n en el negocio. Todo tiene su porqu¨¦. Hacia Espa?a ¡ªy Portugal¡ª se dirigen a corto plazo tres nuevas autopistas de datos; nuevos cables submarinos. Medusa (8.700 kil¨®metros en el Mediterr¨¢neo), Anjana (desde Santander hasta Myrtle Beach, en Carolina del Sur, 7.121 kil¨®metros) y Olisipo ¡ª110 kil¨®metros¡ª, que unir¨¢ el norte y el sur de Portugal. Con las nuevas infraestructuras, el 70% de los datos que lleguen a Europa lo har¨¢n a trav¨¦s de Espa?a.
El consejero delegado de Merlin Properties, Ismael Clemente, lo vio claro hace dos a?os: ¡°[Los centros de datos] son un mercado en claro auge, donde hay escasez de producto y adem¨¢s hay un catalizador temporal, que es el timing de entrada; porque est¨¢ llegando un importante n¨²mero de cables submarinos a la Pen¨ªnsula. Cuando se produzca, aumentar¨¢ el tr¨¢fico de datos¡±. Cosas de la tecnolog¨ªa y de la geograf¨ªa. Las aplicaciones est¨¢ndar de latencia m¨¢xima permitida ¡ªlo que tarda en llegar un dato desde el servidor hasta los equipos¡ª se sit¨²an en 65 milisegundos, lo cual implica que pueden operar en una distancia media de unos 5.500 kil¨®metros.
Si se traza una circunferencia con ese radio tomando como centro la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, en su interior se incluyen partes importantes de Am¨¦rica del Norte, Am¨¦rica del Sur, el norte de ?frica y la pr¨¢ctica totalidad de Europa. As¨ª se explica: la Pen¨ªnsula convertida en plaza mayor del gran negocio. La entidad gestora de la red, Red El¨¦ctrica, recibe peticiones para enganchar 11.000 megavatios (15.000, seg¨²n Spain Data Center), 18 veces m¨¢s que los proyectos reales. Los especuladores piden licencias para revenderlas, como pas¨® con las renovables. La fiebre de los data centers que se ha desatado en Espa?a impacta como una ola en el sector el¨¦ctrico.
Los grupos energ¨¦ticos europeos EDPR, Acciona Energ¨ªa, Fortum, Eon, Iberdrola y Endesa-Enel se colocan como ganadores en un doble plano. Como productores de electricidad ¡ªespecialmente, si es de origen renovable¡ª y, en el caso de compa?¨ªas que operan en Espa?a, como Enel-Endesa o Iberdrola, como grandes propietarios de redes de distribuci¨®n. Ambas, sumadas, copan en torno al 80% de estas redes. Suponen millones en ingresos. Como propietarias de activos regulados, reciben cada a?o una retribuci¨®n segura y fija que sale de los peajes que pagan los usuarios en el recibo de la luz. M¨¢s redes, m¨¢s negocio y m¨¢s retribuci¨®n. Est¨¢n en juego en torno a 5.200 millones de retribuci¨®n anual, seg¨²n c¨¢lculos de Fedea. Hay una consulta p¨²blica en marcha para establecer el marco del pr¨®ximo periodo de retribuciones para seis a?os ¡ªel vigente acaba en 2026¡ª y, c¨®mo no, hay pol¨¦mica y presiones.
Las empresas energ¨¦ticas quieren asegurar sus posiciones, contentar a sus accionistas ¡ªmuchos de ellos, fondos atra¨ªdos por el beneficio seguro de las redes¡ª, y asegurar que la electricidad que producen llega a sus clientes y, especialmente, a los gigantes de los centros de datos. Se apoyan en recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa para duplicar las inversiones en redes el¨¦ctricas de aqu¨ª a 2030, con una inversi¨®n de 0,7 euros en redes por cada euro que se invierta en renovables. A partir de 2030 recomienda invertir un euro en redes por cada euro invertido en renovables. Para abrir boca, las grandes el¨¦ctricas (Iberdrola, Endesa y Naturgy), junto con las asociaciones Aelec (donde est¨¢ integrada tambi¨¦n EDP) y CIDE ¡ªasociaci¨®n de distribuidoras¡ª, solicitan a la CNMC una subida de la tasa de retribuci¨®n financiera para las actividades de distribuci¨®n y transporte de electricidad del 5,58% actual hasta m¨¢s all¨¢ del 7% a partir de enero de 2026. Un interesante plazo fijo a resguardo de las tormentas.
La lucha por el relato
La asociaci¨®n de centros de datos en Espa?a ¡ªSpain DC¡ª admite que, durante muchos a?os, los data centers han sido foco de comentarios negativos por los altos consumos que requiere su actividad. Sin embargo, ¡°hoy en d¨ªa, y gracias al trabajo de todo el sector, disponemos de muchos datos que demuestran el impacto positivo que un data center puede tener en la econom¨ªa y el empleo de un pa¨ªs¡±, aseguran desde la patronal. Estos son sus n¨²meros: en 2022, el impacto econ¨®mico total de la industria en Espa?a fue de 73.307 millones de euros, lo que implica que el sector supuso un 2,49% del PIB. ¡°Si se dieran las condiciones apropiadas al sector en cuanto a fiscalidad, disponibilidad de energ¨ªa y espacio, la inversi¨®n directa podr¨ªa alcanzar los 14.400 millones de euros entre 2026 y 2030¡å, apuntan en Spain DC. A esto habr¨ªa que sumar las inversiones indirectas derivadas de las necesidades de hardware y software para la prestaci¨®n que requieren este tipo de centros y que implicar¨ªan una inversi¨®n adicional de 24.000 millones en el mismo periodo. ¡°En t¨¦rminos de demanda de empleo, el sector necesitar¨¢ de 2.000 nuevos profesionales cualificados hasta 2026 para dar respuesta a las necesidades de la industria¡±, a?aden en la asociaci¨®n.
La cuesti¨®n del empleo es un punto interesante. G¨®mez (Tu Nube Seca Mi R¨ªo) sostiene que los grandes centros apenas crean puestos de trabajo. ¡°Utilizan la mitolog¨ªa de las grandes f¨¢bricas de la primera revoluci¨®n industrial que daban puestos de trabajo, pero no es el caso. Los trabajadores de los centros de datos se llaman administradores de sistemas y trabajan en remoto. Los trabajadores reales del centro podr¨ªan ser los de refrigeraci¨®n. Y para un centro com¨²n, a lo mejor hay dos personas¡±. Pese a las cr¨ªticas, la ola es imparable. Equinix, una de las empresas que prestan servicio a los centros, resume as¨ª el momento: ¡°El mercado contin¨²a su crecimiento constante debido a la gran demanda de empresas, hiperescaladores y proveedores de redes y nube¡±. La fiebre contin¨²a.
Un nuevo El Dorado para Espa?a
La avalancha de anuncios relacionados con los centros de datos en Espa?a puede distorsionar la realidad. Manuel Gim¨¦nez, director ejecutivo de la asociaci¨®n Spain DC ¡ªocho socios en 2021 y 180 en la actualidad¡ª, pone pie a tierra. ¡°Espa?a no va a convertirse en primera potencia mundial [en data centers], que es lo que ser¨ªa en caso de que se materializaran todos los proyectos anunciados; aunque tampoco cabe la demonizaci¨®n del sector pretendiendo que hay una burbuja¡±. El censo de Spain DC registra 113 centros en Espa?a a partir de 500 KW. ¡°Las grandes potencias¡±, asegura Gim¨¦nez, ¡°ya tienen su infraestructura montada, lo que significa que tampoco debemos aspirar [en Espa?a] a ser el destino mundial de los centros de datos. Pero lo que s¨ª podemos hacer es ser un hub que conecte regiones importantes, aprovechar nuestra situaci¨®n geogr¨¢fica y la conectividad submarina que ya est¨¢ instalada¡±. Con una condici¨®n, seg¨²n Gim¨¦nez: que se aumente la inversi¨®n en redes de transporte y de distribuci¨®n, el gran cuello de botella que dificulta el crecimiento del sector.
Dificultades al margen, las previsiones son espectaculares. El n¨²mero de centros de datos en Espa?a crecer¨¢ en un 70% en los pr¨®ximos cinco a?os, con una inversi¨®n de 6.800 millones hasta 2026; la superficie dedicada a estas instalaciones crecer¨¢ un 120%, hasta alcanzar los 280.000 metros cuadrados, y la capacidad instalada pasar¨¢ de 126 MW a 613 MW en 2026, lo que supone multiplicar por cinco la capacidad actual. ¡°Pasamos de centros de datos de 10 megas a centros que multiplican esas dimensiones por cinco o por 10¡å, explica Gim¨¦nez. El directivo es muy rotundo al abordar las dos cr¨ªticas m¨¢s habituales al negocio de los data centers ¡ªpoco empleo y gran demanda de energ¨ªa¡ª. ¡°Los centros de datos no consumen energ¨ªa; quienes lo hacen son las empresas que alojan sus equipos en esos centros¡±, apunta; sobre el empleo adelanta que ¡°en 2022 exist¨ªan alrededor de 480.000 empleos relacionados con el sector¡±.
Hay viento a favor, pero Espa?a no es Virginia. En el Estado norteamericano, la abundancia de agua y de energ¨ªa ha colocado en tres condados ¡ªFairfax, Loundon y Prince William¡ª la tercera parte de la capacidad de centros de datos de hiperescala de EE UU, seg¨²n Synergy Research Group. Espa?a, el nuevo El Dorado de las tecnol¨®gicas, es, por el contrario, un pa¨ªs que tiene de media 660 metros sobre el nivel del mar y un clima m¨¢s bien seco. Eso condiciona el desarrollo del negocio. O deber¨ªa.
As¨ª lo cree Juan Carlos Vaamonde, director en Espa?a de Data 4, empresa participada por Brookfield Infrastructure con 35 centros en Europa ¡ªdos en Espa?a¡ª. Data 4 alquila espacios y suministra electricidad y refrigeraci¨®n a los servidores de empresas tecnol¨®gicas. Vaamonde lo tiene claro: ¡°[nosotros] refrigeramos como lo hace una nevera o una vivienda, usando un gas refrigerante y evacuando el calor al ambiente¡±, apunta la empresa.
Espa?a no es Virginia, pero tiene ventajas frente a pa¨ªses que tambi¨¦n han sido afectados por la fiebre de los data centers y han aprobado moratorias, como Irlanda, Pa¨ªses Bajos o la ciudad-Estado de Singapur. Sus mercados el¨¦ctricos, m¨¢s reducidos, han sido colonizados (entre el 15% y el 17%) por la tecnolog¨ªa vinculada a la inteligencia artificial. Demasiado y demasiado deprisa. En Espa?a, seg¨²n Vaamonde, en el mejor de los casos, la vinculaci¨®n de los proyectos a un mercado el¨¦ctrico con una red bien mallada apenas llegar¨¢ al 3,5%.
Todo sucede en un mercado en transici¨®n. ¡°Ha cambiado la din¨¢mica dentro del mundo del data center¡±, explica Vaamonde. ¡°Ha cambiado el dise?o y han cambiado muchas cosas; porque antes desarroll¨¢bamos mucho m¨¢s para servicios tipo cloud o servicios IT ¡ªservicios tecnol¨®gicos a empresas¡ª, y ahora uno de los motores del crecimiento va a ser la inteligencia artificial, que viene con otros par¨¢metros, densidades m¨¢s altas y m¨¢s requerimientos de energ¨ªa¡±. Es un cambio acelerado, adem¨¢s. En el mundo de los equipos, la vida media es corta, en torno a tres a?os. ¡°Un retraso implica volver a pensar los proyectos¡±, asegura Vaamonde. La agilidad y la rapidez en la tramitaci¨®n de los proyectos es vital. Se impone el concepto time to market, es decir, optimizar el tiempo de lanzamiento al mercado de un nuevo producto.
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