Un gambito de dama para abrir las mentes infantiles
Los contrastados beneficios de jugar al ajedrez explican su expansi¨®n en los colegios espa?oles. La serie de Netflix puede ser el espaldarazo definitivo
Por sus escenas de drogas y suicidio, antes de cada cap¨ªtulo de Gambito de dama Netflix avisa de que se recomienda para mayores de 16 a?os, as¨ª que pocos escolares seguir¨¢n las andanzas de una ni?a prodigio del ajedrez, pero s¨ª sus padres. Y de esta miniserie ¡ª...
Por sus escenas de drogas y suicidio, antes de cada cap¨ªtulo de Gambito de dama Netflix avisa de que se recomienda para mayores de 16 a?os, as¨ª que pocos escolares seguir¨¢n las andanzas de una ni?a prodigio del ajedrez, pero s¨ª sus padres. Y de esta miniserie ¡ªla m¨¢s vista de la historia de la plataforma, lo que se traduce en un vertiginoso aumento de la venta de tableros (87% en Estados Unidos) y b¨²squedas en Google¡ª extraer¨¢n conclusiones sobre lo beneficioso que puede resultar que sus hijos muevan torres y alfiles. Beth Harmon, su protagonista, es un lince en matem¨¢ticas y lectura, tiene un poder de concentraci¨®n pasmoso y un orden mental ¡ªpese a sus tormentos personales¡ª envidiable. Y ese poder m¨¢gico lo conocen los Gobiernos auton¨®micos y los colegios en Espa?a, que cada vez apuestan m¨¢s por el ajedrez en patios y aulas. El duelo en plena Guerra Fr¨ªa entre EE UU (Fischer) y la URSS (Spassky), y las partidas entre los sovi¨¦ticos K¨¢rpov y Kasp¨¢rov ayudaron a popularizar este juego; ahora se ver¨¢ si Gambito de dama ¡ªuna apertura de ajedrez cl¨¢sica¡ª le da el empuj¨®n definitivo. La soledad durante la pandemia ha fomentado su juego online, pero ha dejado de ser extraescolar en muchos centros.
Lo ¨²nico que une a la campeona oscense Mar¨ªa Eizaguerri ¡ª16 a?os, altas capacidades y unos padres que se turnan en las vacaciones para acompa?arla a los torneos¡ª con Beth Harmon ¡ªuna hu¨¦rfana de Kentucky autodestructiva que no para de acumular traumas¡ª es que son un talento del ajedrez y mujeres (apenas hay un 7% de federadas en Espa?a). Una tarde tonta de verano, cuando Mar¨ªa ten¨ªa cuatro a?os, un vecino le ense?¨® a mover las piezas. Se engolosin¨®, y, con la ayuda de un libro, su padre y ella aprendieron. Aburrida de las partidas extraescolares, Mar¨ªa salt¨® a un club y de ah¨ª al podio: a los siete a?os qued¨® cuarta en el Europeo femenino de Praga y con 14 se convirti¨® en la primera chica que venci¨® un campeonato de Espa?a mixto sub-16. Pero no hay que ser un coco como ella para disfrutar del ajedrez. Los peque?os de infantil ya se divierten sobre tableros gigantes desplazando los peones y de paso, entre bailes y canciones, progresan en geometr¨ªa elemental, seriaci¨®n, control del primer impulso¡ Project Zero, de la Universidad de Harvard, da cuenta de ello. ¡°Antes se ense?aba el ajedrez desde un planteamiento l¨®gico-matem¨¢tico y por eso muchos ni?os peque?os no ten¨ªan acceso a este juego milenario¡±, argumenta la ling¨¹ista Adriana Salazar, 13 veces campeona de Colombia, que trabaja para Harvard y en un proyecto en Bogot¨¢.
Con un a?o de adelanto, Mar¨ªa empezar¨¢ a los 16 a?os una carrera t¨¦cnica en la Universidad de Zaragoza; y su intenci¨®n es no abandonar los torneos, que le han permitido conocer mucho mundo. Gracias a la Federaci¨®n de Espa?a de Ajedrez, tiene un entrenador individual, Ernesto Fern¨¢ndez Romero. A sus 37 a?os es un gran maestro ¡ªpor encima de 2.500 en el sistema de puntuaci¨®n Elo¡ª y le ense?a t¨¢cticas por remoto desde M¨¢laga. ?l se encaprich¨® a los siete a?os jugando en un tablero magn¨¦tico con su padre ¡ªa quien ahora el m¨¦dico recomienda que practique por la memoria¡ª y a los pocos meses compet¨ªa. ¡°Antes se aprend¨ªa por un conocido, ahora en los colegios. Hay torneos entre escuelas y luego los destacados pasan a los clubs¡±, relata el gran maestro, que lo ha ganado todo en Andaluc¨ªa. En los clubs aprenden a competir, t¨¢cticas y reglas psicol¨®gicas, mientras que en los colegios ¡°se utiliza como herramienta para mejorar en c¨¢lculo, comprensi¨®n lectora¡¡±, prosigue el mentor.
¡°El ajedrez te aporta atenci¨®n y concentraci¨®n. Hace dos a?os jugu¨¦ una partida de seis horas. No es como el tenis, que fallas y sigues jugando. Aqu¨ª con una mala decisi¨®n pierdes¡±, recuerda Eizaguerri, quien, a diferencia de Harmon, no memoriza jugadas devorando libros ¡ªtiene alguno en casa¡ª, sino que aprende jugando en el ordenador con amigos partidas r¨¢pidas o con desconocidos que tienen una puntuaci¨®n Elo similar a la suya (2.200) en plataformas como chess24. Este pasatiempo mejora la paciencia ¡ªsi tocas la pieza tienes que moverla¡ª y la autoestima ¡ªsolo depende de lo que t¨² hagas y creas tu propio mundo de 64 casillas¡ª. Carmen Saurina, directora del Observatorio de Ajedrez y Educaci¨®n de la Universidad de Girona, recuerda adem¨¢s que ¡°ense?a que cada decisi¨®n tiene una consecuencia, a saber ganar y perder, a desinhibirse y ser m¨¢s ordenados. Eso se ve, por ejemplo, en la sala de manualidades¡±.
La experiencia demuestra que jugar fomenta ¡°la integraci¨®n social, la lucha contra la discriminaci¨®n y las adicciones, y la reducci¨®n de la delincuencia¡±, seg¨²n una declaraci¨®n del Parlamento Europeo de 2012. Por eso, tres a?os m¨¢s tarde, el Congreso espa?ol aprob¨® que se introdujese en el curr¨ªculo educativo, pero la idea se ha paralizado, aunque casi la mitad de las 17 comunidades lo han implantado. ¡°Es importante que sea un plan pedag¨®gico del centro, porque si no cuando un docente se va desaparece el ajedrez¡±, subraya Saurina.
Ella investiga ¡ªayer de madrugada intervino en un congreso virtual organizado por Uruguay, donde el juego est¨¢ muy arraigado en las escuelas, como en Argentina¡ª, mientras su marido, Josep Serra, forma en Girona docentes para impartir ajedrez de forma transversal. Las universidades de Lleida y Rovira i Virgili de Tarragona tambi¨¦n preparan a maestros desde 2012. No hace falta conocer las reglas. El curso se divide en tres fases ¡ªpiezas y movimientos, pr¨¢ctica y t¨¢cticas e historia¡ª y hay una cuarta de formaci¨®n continua. Serra no es partidario de que sea una asignatura: ¡°Es injusto que saque buena nota el que es bueno y puede causar rechazo. Recuerdo una alumna rusa a la que en su pa¨ªs la obligaron a estudiar ajedrez cuando quer¨ªa nataci¨®n y lo detestaba. Eso me marc¨®¡±.
Cuatro comunidades comparten la misma filosof¨ªa para incluir el ajedrez en la ense?anza de una manera transversal: Catalu?a (pionera, con m¨¢s de 400 centros implicados), Canarias, Arag¨®n y Andaluc¨ªa y sus coordinadores comparten experiencias. Sirve para aprender geometr¨ªa, aritm¨¦tica o ¨¢lgebra en Matem¨¢ticas, o como parte de la educaci¨®n emocional, que es una materia transversal. En Andaluc¨ªa, donde la Junta ha apostado desde el curso 2018 fuertemente por el ajedrez, tambi¨¦n puede ser una asignatura espec¨ªfica. Mientras en Cantabria se han quedado a medias.
Y otras regiones lo han incorporado como materia de libre configuraci¨®n: Galicia (desde 2015 y presente en 37 centros), Navarra (desde 2018) o Baleares (desde 2018 y en 28 colegios). Mientras Murcia, que cuenta con unidades did¨¢cticas para primaria, prepara la asignatura para secundar¨ªa y en Extremadura est¨¢ dentro de un programa con fines terap¨¦uticos. En Madrid o Pa¨ªs Vasco toma fuerza, pero solo como taller. Veremos el efecto de Gambito de dama.
Siga EL PA?S EDUCACI?N en Twitter o Facebook
Ap¨²ntese a la Newsletter de Educaci¨®n de EL PA?S