No hay t¨¦cnicos para encarar el futuro
Apenas el 23% de los universitarios espa?oles elige una ingenier¨ªa, cinco puntos menos que en Europa, y eso que la sociedad reclama su saber m¨¢s que nunca
Estudiar una ingenier¨ªa casi garantiza un buen sueldo, un trabajo estable y una gran proyecci¨®n laboral y creativa. Y, sin embargo, los estudios t¨¦cnicos han encallado en Espa?a y medio planeta cuando m¨¢s se necesita a estos profesionales. En 2018 estudiaban un grado 2.600 potenciales ingenieros y 7.600 arquitectos menos que en 2015, en el ¨²ltimo caso por la crisis del ladrillo. Por el contrario, Inform¨¢tica vive un repunte ¡ª5.500 inscritos m¨¢s¡ª, pero insuficiente para cubrir una demanda que crece de forma exponencial en un mundo cambiante que desconoce a qu¨¦ se va a enfrentar.
Entre 1970 y 2015, los ordenadores destruyeron en Estados Unidos 3,5 millones de puestos de trabajo y contribuyeron a crear 19,3 millones. Y la espiral crece. El 85% de los trabajos de 2030 no se han inventado, seg¨²n el informe Dell Technologies, del Institute for the Future (IFTF). El problema parece m¨¢s grave en Espa?a que en el resto del continente. Solo el 23,7% de los universitarios elige estos estudios, frente al 28,1% en Europa, seg¨²n los datos del informe anual de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE).
Los ingenieros entran a la carrera en Espa?a con un gran expediente y, sin embargo, salen con otro peor el resto de la UE y m¨¢s tarde. Y eso si no abandonan o son expulsados por los suspensos. Apenas el 13% est¨¢ en el curso que le corresponde. Y solo un 28% se licencia en el curso que prev¨¦ el plan de estudios. Por no mencionar que el 22,7% abandona el primer a?o. Quien se licencia, obtiene una nota media de 6,83, frente al 7,22 global.
Sigue habiendo ex¨¢menes que hacen estragos, como uno de Aeron¨¢uticas de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid que se hizo viral porque lo aprobaron cuatro de 519 inscritos en 2016, pero las universidades buscan la f¨®rmula para atraer talentos, en especial a las chicas. "Los bachilleres no saben muy bien diferenciar las ingenier¨ªas. Hay que hacer m¨¢s labor informativa y las universidades tenemos que reflexionar sobre nuestros planes de estudios", sostiene Francisco Mora, rector de la Polit¨¦cnica de Valencia y vicepresidente de la conferencia de rectores (CRUE).
"Pocos universitarios tienen claro qu¨¦ trabajo quieren desempe?ar, tienen que probar cosas hasta dar con lo que les gusta. No es un problema si cambian de titulaci¨®n ?qu¨¦ m¨¢s da terminar un a?o m¨¢s tarde, pero descubriendo lo que apasiona?", plantea Mora. Por eso en su polit¨¦cnica no "entorpecen" el cambio de t¨ªtulo. "Queremos grados abiertos, que dos o tres semestres cursen unos estudios que luego, con el consejo de orientadores, les valgan para decantarse. En el borrador de la ley de universidades aparece esa posibilidad", prosigue. La Universidad Carlos III ya lo est¨¢ implantando.
Los ingenieros tardan 5,3 a?os en sacar un t¨ªtulo dise?ado para cuatro, cuando la media de todas las carreras es 4,8 a?os. Los arquitectos extienden hasta 6,2 a?os sus cinco de carrera. Sin embargo, las estad¨ªsticas mejoran. En ocho a?os han crecido un 19,5% los cr¨¦ditos aprobados, aunque ocurre en todos los grados desde el Plan Bolonia. "Las metodolog¨ªas han insistido mucho en la evaluaci¨®n continua. Hay tutor¨ªas, trabajos, parciales que suman puntos... Y eso ayuda a la mejora de los resultados", explica Javier Uceda, profesor de Industriales en la Polit¨¦cnica de Madrid.
A Mario Montes le falta el trabajo de fin de grado en Inform¨¢tica en la Carlos III porque compagina los estudios con un empleo. Lo hace desde tercero de carrera, cuando lanz¨® una empresa de econom¨ªa colaborativa, y ahora est¨¢ en innovaci¨®n de la web Eventbrite. "Hay gente que se va en segundo curso y con un buen trabajo", cuenta. El abandono no es solo cosa de la dificultad. A los cuatro a?os de graduarse el 67% tiene un trabajo indefinido, la tasa m¨¢s alta de todas las ramas seg¨²n el Ministerio de Ciencia y Universidades.
Criba previa
El retraso en acabar tiene un coste para las arcas p¨²blicas ¡ªque costea del 80% de la primera matr¨ªcula al 10% de la ¨²ltima ¡ª y los chicos pueden llegar a abonar por una materia 800 euros. En la universidad privada, el 40% de los estudiantes est¨¢ en el curso que le corresponde, casi cuatro veces m¨¢s que en la p¨²blica, aunque suelen entrar con peor expediente, incluso rebotados de la p¨²blica, muy dura en los ex¨¢menes.
Exigente tambi¨¦n es la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenier¨ªa ICAI, de la Universidad Pontificia de Comillas, privada, que lleva 101 a?os formando ingenieros con una tasa alta de rendimiento. Sus alumnos terminan la carrera de cuatro a?os en 4,54 a?os. Mariano Ventosa, su director hasta 2018, cree que a ese ¨¦xito contribuye el acceso orientado a ingenieros. Esta prueba no existe en la p¨²blica, donde ingresan chicos que nunca han estudiado Dibujo, una asignatura que es necesaria para cursar estos estudios, porque siguieron otro itinerario cient¨ªfico.
"Tenemos unas normas acad¨¦micas muy exigentes", dice Ventosa: "Si se aprueba el 40% de las asignaturas, se repite. Si no, hay expulsi¨®n. Eso hace que tengan una motivaci¨®n muy fuerte". La mitad pasa a segundo y un 20% abandona. "Normalmente por falta de inter¨¦s, no por su capacidad", apunta.
En este progreso los estudiantes de ICAI est¨¢n "muy respaldados", seg¨²n Ventosa. Hay profesores que imparten clases extra las primeras semanas para los que flaquean. Adem¨¢s, se organizan tutor¨ªas. En la universidad p¨²blica est¨¢n m¨¢s perdidos, aunque tras Bolonia el trato sea m¨¢s cercano.
"Hay que convencerles de que la ingenier¨ªa es una actividad divertida, porque con asignaturas como ?lgebra o C¨¢lculo Diferencial es muy dif¨ªcil hacerse a la idea de algo creativo", sostiene Javier Uceda. "Hay que acercarles a la realidad de la profesi¨®n y hacer un contexto de acogida a los reci¨¦n llegados para fomentar su sentimiento de pertenencia".
Esta aproximaci¨®n a la profesi¨®n ya es un hecho en algunos campus. Los alumnos de la Carlos III, por ejemplo, organizan el T3chfest, una feria en la que participan 2.200 estudiantes y 35 tecnol¨®gicas que les asombran con lo ¨²ltimo en el mercado. As¨ª, la ingenier¨ªa adquiere otra perspectiva. Es dura, s¨ª, pero tambi¨¦n apasionante y divertida.
Un paquete motivador de grado y m¨¢ster
La p¨¦rdida de peso de las carreras t¨¦cnicas en el sistema universitario espa?ol es un hecho desde que hace una d¨¦cada comenz¨® a implantarse el Plan Bolonia. Ya no hay ingenieros t¨¦cnicos y superiores. Todos cursan el grado de una ingenier¨ªa (cuatro a?os), pero quienes quieren capacitarse para firmar un mayor n¨²mero de proyectos tienen que cursar dos a?os de m¨¢ster. Un plan de estudios que descoloca a muchas familias. Por ello algunas universidades plantean que exista un t¨ªtulo integrado de grado y m¨¢ster, de forma que se garantice seguir el posgrado en el mismo campus (ahora se compite con estudiantes de fuera) y este se pueda empezar con alguna asignatura a¨²n pendiente.
"Me parece bien que exista para una parte de los alumnos, los que tengan clara su salida profesional", razona Francisco Mora, rector de la Polit¨¦cnica de Valencia, la primera universidad espa?ola de car¨¢cter tecnol¨®gico en el ranking de Shangh¨¢i con sus 44 grados.
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