¡°Los profesores no van a cambiar de golpe su forma de trabajar el curso que viene por la nueva ley educativa¡±
El instituto Leonardo da Vinci de Albacete, un macrocentro con 1.700 alumnos, resume c¨®mo llega la escuela a la gran transformaci¨®n en la forma de ense?ar. Los docentes se dividen entre el escepticismo y las ganas de cambio
¡°Nos espera un mes de julio intenso¡±, advierte el director Juan Luis Garc¨ªa mientras recorre el pasillo central de su instituto, el Leonardo da Vinci de Albacete: un macrocentro con 1.700 alumnos, baldosas verdes en las paredes, tuber¨ªas a la vista y la atm¨®sfera general de b¨²nker que caracteriza cierta arquitectura educativa p¨²blica de los a?os ochenta. El Leonardo da Vinci, como cerca de 30.000 escuelas e institutos espa?oles, se enfrenta a la implantaci¨®n en septiembre de los grandes cambios educativos que trae la nueva ley educativa, la Lomloe, de forma un tanto precaria. Los decretos del Gobierno que desarrollan la ley se publicaron tarde. Los de las comunidades aut¨®nomas, que deben concretarlos en cada territorio, todav¨ªa no han sido aprobados. Y los centros se preparan para el salto de modelo de ense?anza con borradores.
Garc¨ªa parece, pese a ello, tranquilo. Otras docentes de su centro expresan mayor preocupaci¨®n. ¡°Est¨¢ siendo todo precipitado¡±, afirma Isabel Mart¨ªnez, una de las jefas de estudios, ¡°hay una mezcla de agotamiento, de muchas novedades que no est¨¢n del todo claras, de otras que no caen bien¡¡±. Y Araceli Ruiz, profesora de Geograf¨ªa e Historia, a?ade: ¡°Todo esto nos pilla desbordados de trabajo, como siempre a final de curso. Hasta julio no tendremos la normativa de la comunidad aut¨®noma y ah¨ª nos pondremos a mirar algo, pero hasta septiembre no empezaremos con las modificaciones de las programaciones de las clases y dem¨¢s. Eso abruma porque es mucha burocracia. Dicho esto: ?hay ganas de cambio? Pues s¨ª. Al menos algunos las tenemos, porque hace falta¡±.
El Leonardo da Vinci ha tomado varias decisiones para ganar tiempo. Los alumnos se matricular¨¢n del curso que viene sin tener del todo claro qu¨¦ materias tendr¨¢n en septiembre, especialmente los que pasan a primero de Bachillerato. Pero el centro considera que los cambios que introduce la ley en las asignaturas son manejables utilizando los borradores de los decretos auton¨®micos. La elecci¨®n de los libros de texto tambi¨¦n se ha aplazado a septiembre, cuando los departamentos puedan ver qu¨¦ editoriales se adaptan mejor a los contenidos aprobados por Castilla-La Mancha.
El director admite que los profesores del centro est¨¢n ¡°un poco verdes¡± respecto al cambio m¨¢s importante que persigue la ley educativa: implantar una forma de aprender m¨¢s competencial, en la que los alumnos interioricen los conocimientos de forma m¨¢s profunda, sepan aplicarlos y relacionarlos entre s¨ª. Un giro para el cual no han sido preparados. ¡°Se necesitar¨¢ formaci¨®n y tiempo para que realmente cale. El a?o que viene no creo que en ning¨²n instituto el profesorado cambie de repente radicalmente su forma de trabajar porque haya cambiado la ley. Eso lleva mucho detr¨¢s¡±.
Al mismo tiempo, Garc¨ªa que es profesor de Inform¨¢tica en Formaci¨®n Profesional, unas ense?anzas que por su naturaleza tienden desde hace tiempo a ser mucho m¨¢s competenciales que la ESO y el Bachillerato, cree que el cambio en la manera de dar clases resulta ¡°inevitable¡±: ¡°Y no solo porque lo diga la ley educativa, sino porque es la sociedad la que cambia. No puedes permanecer est¨¢tico porque los alumnos que tienes delante no lo hacen¡±.
Las reformas educativas generan siempre escepticismo y resistencias en el profesorado, dicen los docentes del Leonardo da Vinci. Y si se implantan precipitadamente, con la experiencia de haber visto caer otras leyes anteriores y con la perspectiva de que la nueva tambi¨¦n ser¨¢ sustituida si cambia el color del Gobierno, m¨¢s. La jefa de estudios general, Isabel Mart¨ªnez, considera que lo que m¨¢s dudas genera en su centro es el nuevo sistema para pasar de curso y titular, que ya no depende de un n¨²mero de suspensos. ¡°La teor¨ªa es muy l¨®gica. Tenemos que decidir en funci¨®n de las competencias y los objetivos alcanzados por el alumno, pero es nuevo para nosotros. Al profesorado le gustar¨ªa saber con cu¨¢ntas asignaturas repite: dos, tres, cuatro¡ Pero no podemos transmitirle esa instrucci¨®n porque la normativa no lo permite¡±. Mart¨ªnez ve en ello un problema de igualdad: ¡°Ahora el equipo docente es el ¨®rgano decisor. Pero equipos educativos hay muchos y es posible que ante situaciones similares respondan de forma distinta. Eso genera la sensaci¨®n de no saber si est¨¢s actuando bien, perjudicando a un alumno o beneficiando a otro¡±.
Los cambios son vistos con otra perspectiva por otra jefa de estudios del Leonardo da Vinci, Maribel Cebri¨¢n, encargada de la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO) y el Bachillerato. ¡°Yo creo que la ley trata, sobre todo en la ESO, de que el alumno se titule, de que obtenga el graduado¡±. La Lomloe intenta que la repetici¨®n sea algo excepcional (un objetivo que las normas anteriores tambi¨¦n enunciaron, sin lograrlo), como sucede en los pa¨ªses del entorno de Espa?a. Tambi¨¦n prev¨¦ que cuando se decida que un alumno debe repetir, los docentes expliquen en un informe el por qu¨¦, algo que Cebri¨¢n considera acertado: ¡°Hay compa?eros que dicen: ¡®Vaya burocracia¡¯. Pero yo creo que es como si eres m¨¦dico y vas a dejar tu puesto: lo suyo es que dejes por escrito que a Juan Garc¨ªa lo han operado de tal, has probado con esta medicaci¨®n¡, para cuando llegue tu sustituto. Si un alumno repite, tenemos que saber en qu¨¦ ha fallado para empezar a construir desde ah¨ª¡±.
¡°Lo que hacemos ahora es muy te¨®rico, lo olvidamos pasado el examen¡±
?Y los alumnos? Carlos Tapias, que est¨¢ a punto de acabar cuarto de la ESO en el instituto de Albacete, se plantea ser ingeniero, y no tiene claro qu¨¦ asignaturas tendr¨¢ el curso que viene en primero de Bachillerato, admite que sobre los cambios que vendr¨¢n en septiembre le suena sobre todo la pol¨¦mica que se mont¨® en torno a la filosof¨ªa. Preguntado sobre el cambio en la forma de ense?ar que pretende la nueva ley, contesta: ¡°Me parece bien, porque al final lo que hacemos es todo muy te¨®rico. Est¨¢ claro que tenemos que aprender, pero con tanta teor¨ªa, al final hacemos un examen y lo olvidamos al cabo de un tiempo. A lo mejor este sistema ayuda a que se nos quede en la memoria¡±.
Antonio Parada, profesor de Historia en el Leonardo da Vinci afirma que la metodolog¨ªa no soluciona por s¨ª sola los problemas que los docentes se encuentran en el aula, pero ayuda. A Parada le gusta el planteamiento general de la nueva ley: ¡°Ir hacia una educaci¨®n menos memor¨ªstica, m¨¢s comprometida con las necesidades, capacidades e intereses del alumnado. Evaluar las destrezas¡¡±. Pero no le agrada tanto el curr¨ªculo de su asignatura, en el que echa en falta una mayor concreci¨®n y una estructura m¨¢s cronol¨®gica, ¡°al menos en Bachillerato¡±. Su compa?era, Araceli Ruiz, cree que la nueva ley facilita una ense?anza m¨¢s enfocada a que los alumnos aprendan ¡°a pensar y a razonar¡±, pero advierte de que ello requiere formaci¨®n, tiempo para coordinarse con otros departamentos y m¨¢s profesorado para que, entre otras cosas, pueda haber en ciertos momentos dos docentes en la misma clase.
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