Educaci¨®n h¨ªbrida: de la emergencia a la transformaci¨®n
La adopci¨®n acelerada de tecnolog¨ªa en la ense?anza debe servir para aumentar la calidad de los aprendizajes sin excluir a los estudiantes m¨¢s vulnerables
Hace poco m¨¢s de dos a?os que las escuelas en casi todo el mundo cerraron por la pandemia, inaugurando el mayor experimento natural en la historia de la educaci¨®n.
Hoy tenemos una idea inicial de los resultados. Para alumnos de bajos recursos ¡ªcomo los 60 millones de estudiantes en Am¨¦rica Latina y el Caribe que carecen de internet¡ª la pandemia fue una cat¨¢strofe.
Pero para quienes estaban conectados y ten¨ªan computadoras o al menos un tel¨¦fono m¨®vil compartido, los encierros llevaron al testeo intensivo de una enorme variedad de pr¨¢cticas ¡ªalgunas improvisadas, otras tradicionales¡ª de aprendizaje h¨ªbrido. Aunque estos estudiantes tambi¨¦n sufrieron las consecuencias sociales, psicol¨®gicas y educativas del aislamiento, los que contaban con maestros formados en el uso de plataformas digitales y cuidadores capaces de apoyarles en las tareas no perdieron tanto terreno. Algunos alumnos, incluso, descubrieron nuevas y mejores maneras de aprender.
Aunque la presencialidad sigue siendo irremplazable, muchos docentes hoy est¨¢n convencidos que la educaci¨®n h¨ªbrida tiene un enorme potencial para ampliar los espacios de aprendizaje y brindar las competencias que nuestros j¨®venes necesitan para prosperar en la era digital.
Pero ?c¨®mo aseguramos que la adopci¨®n acelerada de tecnolog¨ªa en educaci¨®n aumente la calidad de los aprendizajes, sin excluir a los estudiantes m¨¢s vulnerables?
Las autoridades deben definir las estrategias para lograr este salto, pero esta transformaci¨®n no vendr¨¢ s¨®lo desde el Estado. Durante los ¨²ltimos dos a?os vimos una colaboraci¨®n in¨¦dita entre familias, escuelas, universidades, alumnos y sociedad civil, y ese mismo sentido de corresponsabilidad ser¨¢ esencial para acometer las cuatro grandes tareas de esta pr¨®xima etapa.
Primero, dado que no existe un modelo ¨²nico de educaci¨®n h¨ªbrida, hay que fomentar la experimentaci¨®n continua para encontrar estrategias adaptadas a las necesidades espec¨ªficas de cada pa¨ªs, cada regi¨®n y cada segmento social y de cada nivel educativo. En M¨¦xico, por ejemplo, la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica est¨¢ explorando maneras de optimizar su sistema de ense?anza para comunidades rurales y aisladas, fortaleciendo el programa de telesecundaria e impulsando la conectividad comunitaria en sitios p¨²blicos.
Segundo, es vital potenciar a los docentes, que, seg¨²n toda evidencia, siguen siendo el actor m¨¢s importante de cualquier modelo de aprendizaje. La falta de formaci¨®n continua para ellos ha debilitado los sistemas de educaci¨®n en muchos pa¨ªses de la regi¨®n durante d¨¦cadas, particularmente en Am¨¦rica Latina. Pero la pandemia mostr¨® que los profesores, as¨ª como los alumnos, pueden usar modalidades h¨ªbridas para fortalecer sus capacidades de manera flexible. En Brasil, se ha formado una alianza entre redes educativas municipales, Sincroniza Educa??o e Ita¨² Social, para pilotear una plataforma de formaci¨®n docente que ofrece segmentos de instrucci¨®n sincr¨®nicos y asincr¨®nicos. En 2023 se llevar¨¢ a cabo una evaluaci¨®n que proporcionar¨¢ evidencia rigurosa sobre el uso de modelos h¨ªbridos para la formaci¨®n docente en cada modalidad, y quedar¨¢ disponible la versi¨®n 100% en l¨ªnea del programa de forma gratuita.
El caso de la educaci¨®n superior merece una especial atenci¨®n por el imparable crecimiento de las ense?anzas a distancia en ese nivel educativo. Ese crecimiento requiere desarrollar y aplicar procedimientos de evaluaci¨®n y acreditaci¨®n de su calidad, como ya est¨¢ implementando la Organizaci¨®n de Estados Iberoamericanos para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (OEI) en algunas de las m¨¢s importantes universidades de Iberoam¨¦rica.
La tercera tarea es asegurar que la ense?anza h¨ªbrida sirva para suplementar la educaci¨®n tradicional con habilidades del siglo XXI y competencias t¨¦cnicas y socioemocionales demandadas por el mercado laboral. En esta l¨ªnea, el Instituto Nacional de Formaci¨®n Docente de El Salvador, en asociaci¨®n con la ONG colombiana Coschool, est¨¢ ofreciendo un paquete de webinarios, tutor¨ªas grupales y materiales de consulta a m¨¢s de 3.500 maestros que quieren incorporar el desarrollo socioemocional dentro del aula.
Por ¨²ltimo, debemos garantizar acceso universal a internet y cerrar las ¨²ltimas brechas digitales. El sector privado tiene los recursos y la tecnolog¨ªa para hacerlo, pero solo cuando el Estado impone marcos regulatorios que aseguran inversiones y precios competitivos para todos los niveles socioecon¨®micos. La iniciativa Internet Para Todos, surgida de un pacto entre el Gobierno de Per¨² y Telef¨®nica Per¨², es una de varias que han mostrado que con pol¨ªticas innovadoras es posible conectar a las comunidades m¨¢s remotas de zonas rurales. Ya no quedan excusas para negarle este recurso a toda nuestra juventud, no obstante su situaci¨®n econ¨®mica.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la OEI han lanzado una iniciativa que financia estos y otros esfuerzos para ampliar la ense?anza h¨ªbrida en la regi¨®n con una gran comunidad de socios. Si seguimos trabajando juntos, a¨²n podemos lograr que el legado de la pandemia sea un ecosistema educativo m¨¢s din¨¢mico, flexible e inclusivo.
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