Espa?a mejora lentamente su nivel educativo: el 28% de las personas entre 25 y 34 a?os tienen como m¨¢ximo la ESO
El ¨²ltimo informe de la OCDE insiste en que la repetici¨®n de curso, ¡°pese a su popularidad en algunos pa¨ªses, tiene una eficacia baja¡±
Los indicadores educativos espa?oles siguen emitiendo se?ales muy preocupantes. Pero el informe presentado este lunes por la OCDE tambi¨¦n contiene algunos datos para la esperanza respecto al progresivo aumento del nivel formativo del pa¨ªs. Se trata de una esperanza que avanza, eso s¨ª, con lentitud. El a?o pasado, por ejemplo, el 36,1% de la poblaci¨®n espa?ola de 25 a 64 a?os solo hab¨ªa terminado como m¨¢ximo la secundaria obligatoria. El porcentaje es alt¨ªsimo (la media de la OCDE se situaba en el 20,1%), pero en 2010 alcanzaba al 47,1%.
O tambi¨¦n: el porcentaje de espa?oles de 25 a 34 a?os con estudios terciarios, es decir, carreras universitarias o t¨ªtulos de Formaci¨®n Profesional de grado superior, alcanz¨® el a?o pasado el 48,7%, un punto por encima del promedio de la OCDE, seg¨²n el informe Education at a Glance 2022, presentado este lunes en Par¨ªs, donde tiene su sede la organizaci¨®n formada principalmente por los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Al mismo tiempo, el 27,7% de la poblaci¨®n espa?ola de 25 a 34 a?os solo ten¨ªa, como m¨¢ximo, la ESO. Un porcentaje que, siendo tambi¨¦n muy alto (dobla al de la media de la OCDE), era cinco puntos inferior al de una d¨¦cada antes.
Los cambios en educaci¨®n requieren tiempo. En parte porque el factor que m¨¢s influye en la trayectoria escolar de los alumnos es el nivel educativo de sus padres. Y Espa?a part¨ªa, dentro del club de los pa¨ªses desarrollados, de un nivel muy bajo y una estructura social muy segregada. La gran diferencia del pa¨ªs con la OCDE es, adem¨¢s del elevado porcentaje de personas que como mucho termin¨® la secundaria obligatoria, el bajo n¨²mero de personas con estudios medios. Esto es, con t¨ªtulos de Formaci¨®n Profesional de grado medio o de bachillerato (sin haber continuado m¨¢s all¨¢). En Espa?a el porcentaje es del 23,2% en la poblaci¨®n de 25 a 34 a?os, en el conjunto de la OCDE el 42,1% y en los 22 pa¨ªses de la UE que forman parte de la organizaci¨®n (todos menos Bulgaria, Croacia, Chipre, Malta y Ruman¨ªa), el 45,8%.
Debido a ello, fuentes del Ministerio de Educaci¨®n se?alan que, sin renunciar a seguir aumentando la proporci¨®n de espa?oles con estudios terciarios, buena parte de los esfuerzos de estos a?os se dirigen a ampliar el segmento de los que consiguen al menos una formaci¨®n media a base de reducir el grupo de los que hasta ahora como mucho logran la ESO. El Gobierno espera que a ese objetivo contribuyan las millonarias partidas que est¨¢ invirtiendo en la Formaci¨®n Profesional, la nueva ley aprobada de FP y la reforma educativa general (la Lomloe), que persigue un aprendizaje m¨¢s competencial y menos basado en repetir contenidos. Tambi¨¦n los programas de refuerzo PROA, pensados para reducir el abandono educativo temprano ¨Drecuperados por el ministerio despu¨¦s de que, pese a haber dado buenos resultados en la etapa de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, fueran suprimidos por el PP¡ª, el aumento de las becas y tambi¨¦n la reducci¨®n al m¨ªnimo de la repetici¨®n de curso, que los datos asocian al abandono educativo temprano y que, seg¨²n el informe de la OCDE, ¡°a pesar de su popularidad en algunos pa¨ªses, la evidencia sugiere que tiene una eficacia baja¡±.
Ismael Sanz, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, celebra el descenso de personas que no pasan de la ESO. Un porcentaje que durante una d¨¦cada permaneci¨® enquistado: en 2007 se situaba en el 34,6% y en 2017, en el 33,8%. El a?o pasado baj¨®, en cambio, al 27,7%. ¡°A pesar de la mejora, hay que seguir reduci¨¦ndolo porque son personas que van a tener problemas para encontrar empleo e incluso de inserci¨®n social¡±, afirma Sanz. El profesor de Econom¨ªa aplicada cree que las medidas adoptadas en la pandemia, consistentes en flexibilizar las evaluaciones y la titulaci¨®n, que ahora se han consolidado con la Lomloe han sido positivas. Pero que habr¨¢ que estar pendiente de los resultados de los pr¨®ximos informes internacionales, como Pisa, para comprobar que no est¨¦n afectando a la calidad.
Sanz admite, con todo, que no ser¨¢ f¨¢cil determinar hasta qu¨¦ punto las variaciones que eventualmente se produzcan en dichas evaluaciones internacionales se deben a la reforma educativa o al impacto educativo de la pandemia. Los informes realizados en los ¨²ltimos dos a?os en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a ya han mostrado que los meses de cierre escolar tuvieron un importante efecto negativo, sobre todo en ¨¢reas como matem¨¢ticas e ingl¨¦s, y m¨¢s en la escuela p¨²blica.
Los ¡®ninis¡¯
Los vaivenes generados en buena medida por la pandemia han dejado desfasados algunos de los datos incluidos en el informe de la OCDE. El principal es de los espa?oles de 18 a 24 a?os que ni estudian ni trabajan (los ninis). Seg¨²n los datos publicados hace unos d¨ªas por Fedea y el BBVA, su nivel ha ca¨ªdo al m¨ªnimo hist¨®rico, el 11,25%. Pero el informe de la OCDE ofrece datos anteriores, y adem¨¢s diferentes. Por un lado, el 20,3% y, por otro, el 19%. La organizaci¨®n internacional y el Ministerio de Educaci¨®n explican que el primer dato corresponde al primer trimestre de 2021, mientras que el segundo corresponde a la media de todo el a?o. La OCDE se ha basado tradicionalmente para hacer el informe en el dato de un solo trimestre, pero decidi¨® recientemente empezar a incluir el porcentaje anual, ante el riesgo de que los vaivenes coyunturales causados por la pandemia generasen distorsiones. As¨ª parece que ocurri¨® con el dato del primer trimestre de 2021, afectado por la variante ¨®micron y las restricciones aprobadas para contenerla. El dato anual de 2021 mejora el del 2020 (que alcanz¨® el 22%), y vuelve a niveles de 2019, cuando fue del 19,2%. Con las cautelas ya expuestas, en el primer trimestre de 2021 Espa?a tambi¨¦n superaba con creces el promedio de la OCDE de espa?oles de 18 a 24 a?os que segu¨ªa estudiando: 62% frente a 54%.
En la franja de edad siguiente, de 25 a 29 a?os, el porcentaje de espa?oles que en 2021 ni estudiaban ni ten¨ªan empleo se situ¨® en el 25,8% (la media en la OCDE fue del 18,8%). Ello implic¨® un descenso respecto a 2020 (cuando fue del 28,2%), pero sin regresar al nivel anterior a la covid (24,4% en 2019). Entre los de dicha edad que contaban como m¨¢ximo con el t¨ªtulo de la ESO, la tasa de ninis se disparaba al 48,1%, 20 y 30 puntos m¨¢s que aquellos que ten¨ªan estudios medios y superiores, respectivamente.
El informe Education at a Glance, que la OCDE publica cada a?o, dedica un apartado a mostrar las ventajas que proporciona haber estudiado a la hora de trabajar. ¡°La tasa de empleo entre las personas de 25 a 34 a?os con educaci¨®n terciaria en Espa?a es 19 puntos porcentuales m¨¢s alta que entre aquellos con un t¨ªtulo inferior a la segunda etapa de educaci¨®n secundaria y nueve puntos porcentuales m¨¢s que entre aquellos con un t¨ªtulo de segunda etapa de educaci¨®n secundaria¡±. La diferencia salarial tambi¨¦n resulta elevada: los trabajadores espa?oles de 25 a 64 a?os con estudios medios ganaron un 32% m¨¢s que aquellos que ten¨ªan como mucho la ESO, y los que contaban con un t¨ªtulo de educaci¨®n terciaria, un 91% m¨¢s.
El informe aborda otros aspectos de los sistemas de ense?anza. Como que, en el conjunto de la OCDE el 90% de la financiaci¨®n de la educaci¨®n, dejando aparte los estudios terciarios, es de origen p¨²blico. La media en los 22 pa¨ªses de la UE que forman parte de la organizaci¨®n llega al 92%, pero en Espa?a baja al 87%.
Rezagados en la financiaci¨®n universitaria: 3.400 euros menos por alumno que la media
En 2019, el gasto medio por alumno de educación terciaria en España (universidad y Formación Profesional Superior) estuvo 3.400 euros por debajo de la media de la OCDE (17.928 euros). Un puñado de países invierten por encima de los 25.000 euros y desvirtúan la media —Noruega, Suecia, Luxemburgo, Reino Unido y Estados Unidos (en estos dos últimos países hay abundante gasto privado)—, pero en todo caso nadie discute en España que los campus, que perdieron un 20% de su presupuesto en una década, están infrafinanciados.
El informe de la OCDE señala que el gasto en educación en España equivalió al 4,3% del PIB en 2019, año en el que la media de la OCDE fue del 4,9%. Los últimos datos conocidos, sin embargo, correspondientes al año 2020, han elevado dicho porcentaje en el caso de España al 4,9%. La ley Celaá, aprobada en diciembre de 2020, comprometió al país a invertir el 5% de su PIB en educación en una década. La intención es que a universidad se dedique un 1% y el proyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) prevé el compromiso en su texto, para disconformidad de muchos ejecutivos regionales, pues las autonomías aportan el 87% de la financiación.
La Conferencia de Rectores (CRUE) calcula que serán necesarios unos 2.500 millones de euros para poner en marcha la LOSU y exige un pacto de las administraciones, al que el ministro Joan Subirats dice estar dispuesto. “Si no se concretan mejor los plazos de los pagos, corremos el riesgo de que mañana nunca sea mañana y no termine de llegar la financiación”, afirmó su presidente, Juan Romo, en la Comisión de Ciencia del Congreso el pasado septiembre.
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