As¨ª funciona un colegio que ya autogestiona parte de su horario: ¡°Muchos ni?os est¨¢n deseando acabar las vacaciones para volver¡±
La nueva ley de educaci¨®n permite a miles de escuelas decidir por s¨ª mismas a qu¨¦ dedican una parte del horario lectivo para adaptarse mejor a sus alumnos. Algunas comunidades aut¨®nomas avanzan mucho en este camino y otras nada
El colegio p¨²blico Drassanes est¨¢ en el barrio G¨®tico de Barcelona, el coraz¨®n hist¨®rico de la ciudad. Pero la mayor¨ªa de los chavales que acuden cada ma?ana a sus aulas lo hacen desde el otro margen de Las Ramblas, porque viven en el barrio del Raval. La composici¨®n del alumnado hace de ¨¦l lo que administrativamente se cataloga como un centro de m¨¢xima complejidad. ¡°Nos gusta decir que es una escuela compleja en el sentido de diversa: hay muchas familias de or¨ªgenes diferentes, nuestros ni?os son todos pluriling¨¹es, hay muchas formas de ver el mundo. En realidad, creemos que es una de las cosas que le da valor a la escuela¡±, comenta su director, Alfons Espinosa i Mir¨®. El colegio tiene otras cosas que lo hacen diferente. Su forma de ense?ar lo aleja del patr¨®n tradicional y lo acerca al aprendizaje por competencias. Y el propio centro, su profesorado, con la participaci¨®n hasta cierto punto de los alumnos, deciden a qu¨¦ dedicar buena parte del horario. Como en la mayor¨ªa de escuelas de primaria, a los ni?os les gusta ir al colegio. Quiz¨¢ aqu¨ª un poco m¨¢s. ¡°Vienen contentos, muchos est¨¢n deseando que acaben las vacaciones para volver¡±, asegura Elisa Gonz¨¢lez, la presidenta de la asociaci¨®n de familias del centro.
Una de las novedades de la ley educativa, la Lomloe, es que los centros deben fijar un porcentaje del curr¨ªculo educativo, esto es, de lo que se ense?a. O dicho de otra forma, una parte del horario escolar. Estudios de organismos internacionales como la OCDE y ejemplos recientes como el de Portugal reflejan que dar autonom¨ªa a la escuela para adaptarse a su entorno, a sus estudiantes y a las caracter¨ªsticas del centro ayuda a mejorar los resultados. El Ministerio de Educaci¨®n pens¨® en fijar ese porcentaje en un m¨ªnimo del 10% de las horas lectivas. Pero durante la negociaci¨®n de la Lomloe en el Congreso la menci¨®n a un porcentaje concreto reservado para los centros se cay¨® del texto, que acab¨® estableciendo que lo decidir¨ªa cada comunidad aut¨®noma.
La consecuencia, seg¨²n el an¨¢lisis que ha hecho EL PA?S de la normativa elaborada por las 17 comunidades aut¨®nomas, es que algunos territorios han dejado bastante margen a los colegios e institutos para decidir una parte de su horario. Es el caso de Catalu?a, Comunidad Valenciana, Baleares, Andaluc¨ªa y Cantabria. Otros han dejado pocas horas: Arag¨®n, La Rioja, Pa¨ªs Vasco, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia. Y un ¨²ltimo grupo no les ha dejado ninguna: Madrid, Castilla y Le¨®n, Murcia, Asturias y, con matices, Navarra. En Canarias, que a¨²n no ha aprobado su norma, fuentes de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n aseguran que tendr¨¢n cierto margen, pero los centros han comenzado este curso sin ¨¦l.
Catalu?a, con una larga tradici¨®n de renovaci¨®n pedag¨®gica, es la que m¨¢s tiempo ha puesto en manos de los centros: un 18% de las horas en primaria y un 13% en la ESO. En muchas escuelas catalanas, como Drassanes, la decisi¨®n no ha preocupado a nadie porque con la aceptaci¨®n t¨¢cita de la inspecci¨®n educativa llevan a?os organiz¨¢ndose a su manera. Una franja del horario en todos los grupos del Drassanes se dedica al aprendizaje por proyectos, que se definen a escala de centro y en cada clase. ¡°Siempre seguimos el patr¨®n del m¨¦todo cient¨ªfico. Se plantea una pregunta al aula, que a veces propone la maestra o a veces los ni?os. Por ejemplo ?por qu¨¦ lloramos? o ?por qu¨¦ las burbujas son redondas? Formulan hip¨®tesis, investigan y llegan a una conclusi¨®n. Las preguntas pueden ser de cualquier tipo, no solo de ciencias¡±, dice el director.
Un grupo de tercero de primaria, en el que un alumno ten¨ªa un familiar que iba en silla de ruedas, decidi¨® plantear el a?o pasado si su barrio estaba adaptado para las personas con movilidad reducida. ¡°Los ni?os hicieron sus teor¨ªas, salieron a comprobarlas por el barrio y alcanzaron una conclusi¨®n. Siempre intentamos que, adem¨¢s de llegar a una conclusi¨®n, den el paso de decir: ?y con esto qu¨¦ podemos hacer? En este caso lo que hicieron fue difundirlo a las familias y tambi¨¦n le escribieron una carta a la alcaldesa de Barcelona, que despu¨¦s vino un d¨ªa a responderles, lo que no es habitual¡±, dice Espinosa. Unai, que tiene 11 a?os y estudia sexto de primaria en la escuela, prefiere las clases que implican moverse e investigar que las que siguen un planteamiento por asignaturas m¨¢s tradicional (¡°sistematizadas¡±, las llaman en el colegio), que tambi¨¦n se imparten en Drassanes. Tambi¨¦n le motiva que los proyectos traten de incluir siempre la perspectiva de tratar de mejorar algo del entorno. ¡°Esa parte me gusta porque le da muchas cosas, mucha vida al barrio¡±, cree Unai.
Dar m¨¢s autonom¨ªa a los centros para que afiancen sus propios proyectos educativos tambi¨¦n genera inc¨®gnitas. Una de ellas es si puede ampliar la desigualdad entre colegios, seg¨²n decidan avanzar m¨¢s o menos. Otra es si la escuela p¨²blica, que en general ha ido por detr¨¢s de la privada en este terreno (con abundantes excepciones), est¨¢ preparada para ello. ¡°En la p¨²blica existe el problema de la inestabilidad de las plantillas. Cada curso suelen variar como m¨ªnimo un 20% o un 30%, y es dif¨ªcil que una persona acabada de aterrizar pueda compartir un proyecto¡±, afirma Francina Mart¨ª, que hasta junio presidi¨® la asociaci¨®n de maestros Rosa Sensat.
Las comunidades que han decidido dar libertad a sus centros para decidir una parte del horario se la han dado sobre todo a los colegios de primaria (la excepci¨®n es Galicia, que ha dado poca y solo a los institutos). La secundaria tiene un curr¨ªculo m¨¢s complejo y la Selectividad en el horizonte y el asunto presenta, adem¨¢s, una mayor dificultad organizativa y un mayor peligro de alterar la paz social, afirma Antoni Salv¨¤, director de un instituto p¨²blico en Mallorca. ¡°Muchas veces resulta m¨¢s sencillo que venga todo dado que tener que distribuirlo en el claustro. En primaria est¨¢ el tutor y unos pocos especialistas. En los institutos, en cambio, hay m¨¢s de una veintena de especialidades. Esto va en detrimento de la autonom¨ªa del centro, pero es lo que hay¡±.
Para evitar que como ha pasado en la mayor¨ªa de colegios de Andaluc¨ªa las horas de autonom¨ªa que ganan los centros se adjudiquen a dar m¨¢s sesiones de alguna asignatura, como matem¨¢ticas, sin que ello implique necesariamente avanzar en el aprendizaje por competencias, la Comunidad Valenciana ha establecido que el horario que ahora deciden los colegios (11%) e institutos (6%) deba dedicarse a ¡°proyectos interdisciplinares¡±. La federaci¨®n de Ense?anza valenciana de CC OO ha considerado positiva la apuesta, pero ha advertido que trabajar por proyectos requiere tiempo, recursos y ¡°formaci¨®n docente espec¨ªfica¡±. Cantabria ha abierto un camino parecido, pero los centros deciden si tomarlo o no.
Esteban ?lvarez, presidente de la asociaci¨®n de directores de institutos p¨²blicos de Madrid, como otros colegas suyos de comunidades donde no se les ha permitido decidir una parte del horario, lo considera un error. ¡°Permitir¨ªa al centro adaptarse a su alumnado y a los profesionales con los que cuenta, sac¨¢ndoles m¨¢s partido. Lo que pedimos es tener esa autonom¨ªa y que vaya ligada a los indicadores necesarios para evaluar su funcionamiento y si es necesario corregirlo¡±.
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