La inclusi¨®n pendiente del alumnado LGTBI: ¡°Todo depende de si te toca un profesor comprometido¡±
La falta de formaci¨®n y el temor a un conflicto con algunas familias lastran los esfuerzos para normalizar la diversidad afectivo-sexual en las aulas
Chris tiene 12 a?os e inici¨® su transici¨®n hace dos cursos, en quinto de primaria. Siempre ha sabido que es un ni?o. Cuando ¨¦l y su madre pidieron en el colegio ¡ªun centro p¨²blico de la Comunidad de Madrid¡ª que se le presentara p¨²blicamente, a trav¨¦s de una actividad formativa, como un chico y por su nombre ante todos los profesores y alumnos, la direcci¨®n y el equipo de orientaci¨®n se negaron, alegando que pod¨ªa traer problemas con el resto de padres.
La Ley de Identidad y Expresi¨®n de G¨¦nero e Igualdad Social y no Discriminaci¨®n de la Comunidad de Madrid, de 2016, recoge medidas de actuaci¨®n y protecci¨®n para las infancias trans que permiten a los menores ser reconocidos por su nombre sentido, sin necesidad de que el cambio registral sea efectivo. Esto les posibilita ser presentados ante la comunidad escolar como una persona transg¨¦nero de una manera segura. Chris quer¨ªa eso. La Asociaci¨®n de familias de Infancia y Juventud Trans Chrysallis les recomend¨® tanto a ¨¦l como a su madre, Julia, hacerlo mediante una actividad formativa en la que se hablara sobre la diversidad, para que el ni?o se sintiera protegido y no atosigado. Pero no tuvo una presentaci¨®n formal, y algunos profesores siguieron refiri¨¦ndose a ¨¦l por su antiguo nombre y con pronombres femeninos. ¡°La mayor¨ªa de personas s¨ª actuaron con muy buena intenci¨®n, y le llamaron por su nombre. La direcci¨®n lo especific¨®. El problema principal no fue la falta de voluntad, sino la falta de conocimiento¡±, precisa Julia.
¡°Todo lo que socialmente se sale del carril se problematiza y en educaci¨®n, mucho m¨¢s. Y todav¨ªa m¨¢s si se trata de diversidad afectivo-sexual¡±, afirma la profesora de Pedagog¨ªa de la Universidad de Valladolid, Mar¨ªa Elena Ruiz, que forma parte del equipo que acaba de publicar una investigaci¨®n titulada Inclusi¨®n de la Diversidad Sexual en los Centros Educativos desde la Perspectiva del Profesorado. La firma junto a las docentes de la Universidad de Burgos Mar¨ªa Fern¨¢ndez Hawrylak (como investigadora principal), Laura Alonso Mart¨ªnez y Elena Sevilla Ortega. Las cuatro describen, en una conversaci¨®n por videoconferencia, un panorama escolar en el que la tendencia general es a evitar esos temas que pueden suponer un conflicto con alguna familia o incluso alg¨²n otro decente. Recordemos que las principales pegas que plantearon en su d¨ªa los detractores de la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o los defensores del llamado veto parental tienen precisamente que ver con la diversidad sexual, por no hablar de los recientes y m¨¢s que enconados debates sobre la ley trans.
Pero por mucho que se intente esquivar, la realidad desborda cada d¨ªa esas actitudes evasivas, obligando a los profesores a reaccionar y, por lo general ¡ªo, al menos, en demasiadas ocasiones¡ª, se hace mal, pues ni siquiera los m¨¢s sensibles hacia las necesidades de los alumnos LGTBI suelen estar preparados. Iria Antu?a e Isabel Desclas, de CC OO, hablan de un escenario de cambio, empujado por distintos colectivos ¨Dcomo la Rede Educativa de Apoio LGBTIQ+ de Galicia o Docentes LGTBI+, en Madrid¨D, pero que avanza muy despacio. Demasiado para todos los alumnos que cada a?o caen en un centro que no les da lo que necesitan.
Julia, la madre de Chris, explica que en el colegio de su hijo desconoc¨ªan totalmente el protocolo de la Comunidad de Madrid. ¡°No nos dejaron en ning¨²n momento transmitir al profesorado ninguna idea sobre c¨®mo tratar a la infancia trans. De hecho, lo rechazaron¡±. Desde entonces, Chris se ha sentido un poco solo, tratado con recelo y poco apoyado, como si no fuera un ni?o tan ¡°normal¡± como el resto. ¡°Hac¨ªan equivaler la situaci¨®n ¨®ptima con la ausencia de bullying, pero eso no es as¨ª¡±, aclara Julia. ¡°No fue una experiencia totalmente negativa, pero s¨ª insuficiente. Creo que no evaluaron bien mis necesidades¡±, apunta el ni?o que, aun as¨ª, destaca las partes positivas de su paso por primaria: ¡°?Pero me dejaron usar el ba?o de chicos! Y dormir con ellos en las excursiones¡±. Su madre desarrolla que existi¨® una evoluci¨®n positiva en el equipo docente, sobretodo a partir del segundo curso de transici¨®n, cuando ya conoc¨ªan m¨¢s la situaci¨®n de Chris, aunque no emprendieron actividades de formaci¨®n colectivas, ni se plante¨® la presentaci¨®n colectiva. ¡°Hab¨ªa reticencias, pero es sobre todo desconocimiento¡±, explica la madre, que considera importante valorar las ayudas que s¨ª se reciben.
No solo la violencia f¨ªsica o verbal tiene consecuencias da?inas para el desarrollo de estos ni?os; el no poder participar en un grupo, el sentirse apartados, puede provocar que tengan depresi¨®n, ansiedad u otros malestares emocionales. Los casos de bullying son las manifestaciones m¨¢s graves de toda una compleja trama de elementos hostiles para el alumnado LGTBI, que no siempre son f¨¢ciles de identificar para el ojo no entrenado. Por eso, las especialistas castellano-leonesas reclaman mucha m¨¢s formaci¨®n para el profesorado en este ¨¢mbito. ¡°Va cambiando la sociedad, y ahora los prejuicios son m¨¢s indirectos, m¨¢s sutiles, con patrones diferentes, nuevos roles¡±, aporta la profesora Alonso Mart¨ªnez. En sus trabajos de campo ¡ªhechos en Castilla y Le¨®n¡ª han encontrado que, ante preguntas generales sobre diversidad sexual, las respuestas del profesorado son muy positivas, pero cuando se trata de llevar a cabo conductas inclusivas, estas ¡°son menos frecuentes¡±.
David Armenteros, profesor de Matem¨¢ticas de secundaria en Salamanca y coordinador de Educaci¨®n de la FELGTBI+, echa de menos, por ejemplo, orientaciones sobre el uso de los pronombres: ¡°Preguntar con qu¨¦ pronombre puedes referirte a un alumno puede hacerle sentirle seguro. Hay que pensar en todos los alumnos. La diversidad es ya una realidad que existe en el mundo, pero que no se traduce as¨ª en el interior del aula¡±. Armenteros, que se queja de haber tenido que formarse por su cuenta sobre todos estos asuntos, incide en que las consecuencias psicol¨®gicas del rechazo o la exclusi¨®n para una persona que se est¨¢ desarrollando pueden ser muy graves: ¡°Cuando no se habla de algo, no existe. Le est¨¢s negando sin querer a un ni?o lo que es¡±.
Para Daniel, que hoy tiene 25 a?os, estar en el colegio y ser gay era vivir en una incomprensi¨®n continua. ¡°Yo no quer¨ªa hablar de chicas, sino de chicos. Pero tampoco me conoc¨ªa del todo a m¨ª mismo ni sab¨ªa con certeza que era gay¡±, cuenta este joven zamorano. Pronto llegaron los insultos, la palabra maric¨®n. ¡°Los dem¨¢s notaron que era gay antes que yo. No entend¨ªa nada, no sab¨ªa por qu¨¦ se re¨ªan de m¨ª. No entenderlo me enfadaba¡±, recuerda. Sus padres le dec¨ªan que, para evitarlo, ten¨ªa que sentarse con una postura m¨¢s varonil, ¡°de hombre¡±, no sesear, para entrar en el caj¨®n de la masculinidad tradicional. ¡°A?oro saber qu¨¦ hubiera pasado si un profe hubiera salido en mi defensa¡±, incide Daniel.
Pero, por importante que sea, no se trata solo de saber reaccionar si surge alg¨²n conflicto o cuando alguien suelta alegremente un comentario hom¨®fobo en mitad de clase, insisten los expertos, sino de adelantarse, de ofrecer de una vez esa educaci¨®n sexual que nunca llega a generalizarse por miedo a la pol¨¦mica, quedando al albur de la ideolog¨ªa y del compromiso de cada centro, de cada equipo de profesores. ¡°La legislaci¨®n est¨¢ hecha para que podamos trabajar la inclusi¨®n de forma transversal, pero me da rabia que todav¨ªa sea algo opcional¡±, protesta Armenteros. ¡°Sigue siendo un tab¨². Cuando se tratan estos temas, se suele hacer desde la perspectiva m¨¢s biologicista¡±, resume, por su parte, Fern¨¢ndez Hawrylak.
En el colegio madrile?o de Chris, cuando les explicaron la funci¨®n reproductora en el cuerpo humano y trataron la sexualidad, el ni?o no pudo ver ning¨²n ejemplo con el que se sintiera identificado. ¡°Los libros de texto no incluyen todav¨ªa la posibilidad de las relaciones no heterosexuales, hay una carencia total de referentes y de informaci¨®n sobre la diversidad¡±, desarrolla su madre. A Chris le extra?a que la justificaci¨®n para no tratar otros tipos de relaciones o identidades de g¨¦nero sea cuesti¨®n de edad: ¡°Dicen que todav¨ªa somos demasiado peque?os, pero me parece un poco raro, porque la parte heterosexual s¨ª se ense?a, pero el resto no¡±. Entonces, sigue el chico, es cuando surgen las burlas: ¡°Como no conocen nada de esto, les parece extra?o, malo. Y lo apartan¡±.
Chris cree que es muy importante que los profesores puedan hablar durante la infancia sobre diversidad: ¡°Mostrar que somos normales antes de que se formen los prejuicios, que merecemos el mismo respeto como personas que ellos. Luego es m¨¢s dif¨ªcil enfrentarlos¡±. Adem¨¢s, Chris piensa que no tratar otras realidades tambi¨¦n supone un perjuicio para sus compa?eros. ¡°Privarles de esa informaci¨®n tambi¨¦n ser¨ªa faltar a su derecho a la educaci¨®n, porque somos una parte de la realidad y del mundo. Creen que no tenemos la suficiente inteligencia para entenderlo, pero s¨ª la tienen¡±, expresa el chico.
El trato en el instituto ha sido diferente. Chris comenz¨® este curso primero de la ESO, y la atenci¨®n tanto por parte del profesorado como por el equipo de orientaci¨®n es m¨¢s respetuosa y cuidadosa. Por ejemplo, Chris agradece mucho que desde la administraci¨®n cambiaran su nombre para la cuenta de correo y los expedientes acad¨¦micos cuando lo pidi¨®, algo que no hicieron en el colegio. ¡°Parece una tonter¨ªa, pero es muy significativo y ayuda mucho¡±, expresan madre e hijo. ¡°Todo depende de la voluntad de un profesional en concreto, de si te toca un profesor o un tutor comprometido¡±, dice Julia, que comenta que el protocolo de la Comunidad de Madrid y la ley trans obligan a que los docentes se formen en materias de diversidad, aunque eso no est¨¢ ocurriendo.
El hecho es que no en todas las comunidades hay protocolos; en Castilla y Le¨®n, ¨¢mbito donde las profesoras Fern¨¢ndez, Alonso, Sevilla y Ruiz han desarrollado sus investigaciones, el documento sigue arrumbado en un caj¨®n, pendiente de aprobaci¨®n. Y que, aunque est¨¦n aprobados desde hace a?os, no est¨¢ garantizado que se cumpla, como le pas¨® a Chris en Madrid. ¡°Incluso en la Comunidad Valenciana, con una administraci¨®n sensible, leyes de protecci¨®n y protocolos de actuaci¨®n en los colegios, encontramos centros p¨²blicos, no solo concertados, que tienen reticencias a tratar ciertos temas¡±, explica Descals, de CCOO.
Desde el sindicato, y con ayuda del centro de formaci¨®n del profesorado de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n valenciana, han organizado ya ocho jornadas para docentes para hablar sobre todos estos temas, las tres ¨²ltimas dedicadas a la transexualidad, ¡°porque hab¨ªa una gran demanda¡±. En ese sentido, y aunque insiste en que la oferta de formaci¨®n sigue siendo muy escasa, destaca ese aumento de la demanda de informaci¨®n por parte de los docentes, que va muchas veces a la par del trabajo de los colectivos de profesorado LGTBI. Descals pone un ejemplo de los asuntos que se abordan en los talleres: ¡°Por ejemplo, hablar con los padres para explicarles lo que se va a tratar en clase sobre diversidad afectivo-sexual suele ser muy efectivo¡±. Explicarles que se va a hablar, por ejemplo, de algo tan razonable como lo que reclama Julia, la madre de Chris: que no se puede seguir asumiendo en clase que una ni?a tendr¨¢ un novio, que ellas querr¨¢n hacer de dama y no de caballero, que un menor no siempre tendr¨¢ un padre y una madre, porque puede tener dos pap¨¢s o ninguno.
Fern¨¢dez Hawrylak insiste en que s¨ª hay inter¨¦s por formarse en estos asuntos entre gran parte del profesorado, para el que pide en todo caso comprensi¨®n y apoyo, abrumado como est¨¢n por la enorme cantidad de responsabilidades que recaen sobre ellos. Por eso, Antu?a, de CCOO, destaca la importancia de que en los centros haya al menos una figura de referencia para atender y abordar la diversidad sexual. Armenteros est¨¢ de acuerdo con la necesidad de ofrecer ese perfil, pero va m¨¢s all¨¢, y reclama una legislaci¨®n que proteja a los docentes y les facilite todas las herramientas necesarias. ¡°No podemos negar la diversidad. Y tener conocimiento sobre lo que se va a encontrar en la vida es un derecho del alumno. Todav¨ªa nos queda mucho de este trabajo por delante dentro del aula¡±, concluye.
Explicaciones cortas y malos referentes
Daniel, joven zamorano de 25 años, ofrece hoy en los colegios que lo solicitan la información que él no tuvo en el suyo. “No se hablaba de estas cosas. Y cuando me quejaba a los profesores, se achacaba a problemas de niños. Nunca se llegaba a abordar”. “Añoro saber qué hubiera pasado si un profe hubiera salido en mi defensa”, incide Daniel. Panda (26 años, Toledo) recuerda unas hostilidades y agresiones “lo suficientemente sutiles y suaves como para que ni los profesores ni la dirección dijeran nada”. Nunca recibió charlas sobre diversidad, y sus referentes eran alumnos más mayores. “Pero no referentes en plan bien, sino que los tenían en cuenta para mal, porque les hacían bullying”, sostiene la joven. “Casi nadie se visibilizaba. Para qué, ¿para que me hagan bullying a mí?”.
Los talleres, aporta Eva (24 años, Tenerife), tampoco garantizan nada si no están bien hechos. Los que recibió ella, por ejemplo, siempre estuvieron enfocados en “prevenir embarazos, y las cuestiones se trataban desde una perspectiva completamente heterosexual”. En bachillerato, una entidad externa si apareció un día en el instituto a hablar sobre diversidad: "Aunque estuvo enfocada únicamente en la discriminación. Me ayudaron a entender algunas cuestiones, pero considero que no fueron suficientes”, apunta. Eva, que es bixual, pero nunca lo dijo abiertamente en el instituto, insiste en que hay muchos más temas de los que hablar además de la homofobia, que el colectivo LGTB es muy diverso, y que no se debería tratar la diversidad únicamente de forma extracurricular. “Hoy venimos a hablar de esto, y ya no lo vamos tocar más durante el curso. A mí me hubiera gustado que lo trataran en clase los propios profesores, que apareciéramos en un problema de matemáticas para que la gente viera que no somos extraños, que esta es nuestra realidad”, explica la joven.
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