Estudiantes que cambiaron el fracaso escolar por el ¨¦xito: ¡°Pas¨¦ de no hacer nada a desear que llegase el d¨ªa siguiente para ir a clase¡±
Cuatro alumnos cuentan c¨®mo cambi¨® su vida gracias a los grados b¨¢sicos de FP, y destacan el papel que los profesores tuvieron en ello. La etapa educativa sigue teniendo una elevada tasa de abandono
Juan Carlos de los Santos repiti¨® segundo de la ESO, y para mitad de tercero, cuando ya solo iba espor¨¢dicamente al instituto, parec¨ªa reunir todas las papeletas del fracaso escolar. ¡°Yo estaba en la ruina, b¨¢sicamente, porque no hac¨ªa nada con mi vida. Y entrar en la FP B¨¢sica me dio como un vuelco mental. Pas¨¦ de estar desmotivado y no querer estudiar, a estar deseando que llegase el d¨ªa siguiente para ir a clase y seguir aprendiendo¡±. A De los Santos, 21 a?os, vecino de Los Palacios y Villafranca (Sevilla), siempre le hab¨ªa gustado montar y desmontar aparatos. Pero gracias al grado b¨¢sico de Electricidad de un instituto p¨²blico y a los profesores que se encontr¨® en ¨¦l descubri¨®, dice, una pasi¨®n. Complet¨® los estudios, de dos a?os, que le dieron el t¨ªtulo de la secundaria obligatoria. Se matricul¨® en un grado medio de la misma familia, que acab¨® con sobresaliente. Y despu¨¦s en un grado superior, que est¨¢ terminando y compatibiliza con el trabajo en su propia peque?a empresa, de reparaci¨®n de tel¨¦fonos m¨®viles, que abri¨® en verano y le ha permitido independizarse con su novia, mientras se prepara para presentarse en junio a la Selectividad de quienes proceden de Formaci¨®n Profesional para estudiar la carrera de Ingenier¨ªa rob¨®tica.
De los Santos es uno de los cerca de 23.000 alumnos que cada a?o terminan la FP B¨¢sica, un itinerario educativo que combina una parte acad¨¦mica y otra profesional, pensado para quienes parecen abocados a dejar de estudiar sin sacarse ni el t¨ªtulo de la ESO. Se accede normalmente con 15 a?os. Y buena parte abandona: seg¨²n los datos publicados la semana pasada por el Ministerio de Educaci¨®n, solo logra titularse, a los cuatro a?os de haberse matriculado, el 50,4%. Un porcentaje 1,3 puntos mejor que un a?o antes, que sigue lejos del que presenta el grado medio de FP (64,3%) y el superior (75,3%). A muchos, sin embargo, como De los Santos y los otros tres j¨®venes entrevistados en este reportaje, les sirve para reengancharse y progresar con ¨¦xito en los estudios. Siete de cada 10 alumnos del grado b¨¢sico (que estudian, en total, 78.000) son chicos. La mayor¨ªa proviene de hogares de clase trabajadora (el padre de De los Santos es carpintero met¨¢lico, y su madre ama de casa y costurera). Y una parte ha vivido al borde o de lleno en la exclusi¨®n social, con situaciones familiares y personales muy complicadas.
Juanjo Alcal¨¢ lleva 34 a?os dando clase en la ense?anza p¨²blica, casi siempre en institutos de Albacete, y 10 de ellos en Formaci¨®n Profesional B¨¢sica. ¡°Por mi experiencia, es un alumnado que suele llegar con la autoestima muy baja, y eso es lo primero que hay que trabajar. Vienen de fracasar en la ESO porque, por unas circunstancias u otras, no han sabido adaptarse al sistema ni el sistema a ellos. En general han pasado por malas experiencias educativas, pueden haber tenido reiteradas expulsiones de clase o absentismo escolar. Normalmente, han sido estigmatizados como malos estudiantes. Y necesitan otros est¨ªmulos, otras metodolog¨ªas, contenidos m¨¢s pr¨¢cticos e interactivos. En mi caso, son los alumnos con los que m¨¢s satisfacci¨®n he tenido al trabajar¡±. Todav¨ªa m¨¢s que en otros niveles, con ellos tuvo que aprender a ser un poco ¡°psic¨®logo y pedagogo, a dejar a veces los contenidos en un segundo plano y actuar en otros campos¡±. ¡°Adquir¨ª unas herramientas que mi formaci¨®n acad¨¦mica no me hab¨ªa dado, y que me han servido para dar clase en otros niveles educativos¡±, dice.
Una de sus alumnas fue Alba Calder¨®n, de 21, que ahora est¨¢ acabando el grado superior de Administraci¨®n y finanzas. Hija de un militar y una empleada de hogar, antes de llegar a Albacete con 10 a?os, ya hab¨ªa vivido por cuatro provincias. En segundo de la ESO suspendi¨® nueve asignaturas, repiti¨®, y se convenci¨® de que no iba a poder acabar la secundaria. ¡°Por entonces no me gustaba estudiar. Lo ve¨ªa todo complicado. Me dec¨ªa: ¡®no voy a poder¡¯. Y al empezar la FP b¨¢sica me encontr¨¦ con unos profesores que te ayudaban, te motivaban, y al ser menos en clase, pod¨ªan estar m¨¢s pendientes de ti¡±, cuenta. En los grupos del grado b¨¢sico hay, de media, 12,1 alumnos (frente a los 24,9 de la ESO), seg¨²n los datos del Ministerio de Educaci¨®n. Con grandes diferencias por comunidades, que van de 8,2 en Extremadura a 15,3 de Madrid. Calder¨®n se titul¨® despu¨¦s, con matr¨ªcula de honor en una FP de grado medio en el instituto Leonardo da Vinci de Albacete, y en marzo empezar¨¢ las pr¨¢cticas de empresa del grado superior.
La perspectiva de la FP b¨¢sica hace replantearse qu¨¦ es el ¨¦xito educativo, comenta Roberto Garc¨ªa, coordinador de la Cooperativa Pe?ascal, una entidad sin ¨¢nimo de lucro surgida en los a?os ochenta en Euskadi en la que m¨¢s de 500 alumnos estudian la etapa. ¡°Muchos dicen que es ir a la universidad, pero antes que nada significa que una persona alcance la inclusi¨®n laboral y vital¡±. Christian Olfos, 23 a?os, criado en Otxarkoaga, uno de los barrios con menor renta de Bilbao, pas¨® por las aulas de la cooperativa. Sus padres, alba?il y barrendera, se separaron cuando ten¨ªa cinco a?os, y de ni?o sufri¨® la violencia que algunas parejas de su madre ejercieron contra ella. ¡°Vi muchas cosas en casa que no eran... Estuve en un centro de menores, me fugu¨¦, a los 15 a?os llegu¨¦ a vivir en la calle, y agradezco mucho la ayuda de los profesores y los familiares que me ayudaron a salir del pozo¡±, afirma. Olfos hizo una FP B¨¢sica y luego un grado medio de Soldadura. Mientras estudiaba, qued¨® quinto en un concurso de su especialidad organizado por Talgo y el CSIC entre centenares de alumnos de diversos lugares de Espa?a, y poco despu¨¦s lo contrataron. ¡°Ahora tengo un contrato indefinido, una casa, pareja. Vivo feliz¡±, dice.
Aprender de otra forma
Uno de los objetivos pendientes, dice Clara Sanz, secretaria general de FP, es que los grados b¨¢sicos dejen de ser considerados estudios de segunda y pasen a verse como una v¨ªa ¡°para estudiantes que aprenden de otra manera¡±. ¡°Yo¡±, dice Olfos, que repiti¨® en primaria y en la ESO, ¡°me sent¨ªa inc¨®modo estando tantas horas en una silla. Notaba que estaba hecho para cosas m¨¢s pr¨¢cticas¡±. E Ilyas Laktaoui, de 21 a?os, que lleg¨® a Espa?a con sus padres desde Marruecos cuando ten¨ªa dos, y repiti¨® secundaria antes de cambiarse al grado b¨¢sico en Albacete, a?ade: ¡°En la ESO ten¨ªa asignaturas que pueden ser importantes, pero que a m¨ª se me hac¨ªan un mundo, como Biolog¨ªa o Historia. En cambio, al entrar en la FP de Inform¨¢tica me gust¨® enseguida¡±. Laktaoui (padre, mec¨¢nico; madre, ama de casa) hizo despu¨¦s un grado medio, y ahora est¨¢ terminando el periodo de seis meses de pr¨¢cticas del grado superior en una multinacional, donde est¨¢ casi seguro de que se quedar¨¢ trabajando.
Reducir a niveles razonables el gran abandono que presenta el grado b¨¢sico pasa, cree Rodrigo Plaza, que fue durante a?os responsable federal de FP en Comisiones Obreras, por rebajar m¨¢s las ratios (hay centros donde las aulas tienen 25 alumnos), destinar a sus clases profesorado ¡°muy especializado en este tipo de alumnado¡±, y aumentar y diversificar la oferta p¨²blica, en la que ahora existen enormes contrastes territoriales, con Cantabria, donde la b¨¢sica puede estudiarse en la mayor¨ªa de institutos, en un extremo, y Catalu?a, donde hay pocas plazas, en la otra. ¡°En L¡¯Hospitalet, por ejemplo, la segunda ciudad m¨¢s poblada de Catalu?a, solo hay dos FP b¨¢sicas, y adem¨¢s muy sesgadas por g¨¦nero. Una, en el instituto donde yo doy clase, de Metal, al que pr¨¢cticamente solo van chicos, y otra, en otro instituto, de peluquer¨ªa, al que pr¨¢cticamente solo van chicas¡±.
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