Informe PISA: siete claves b¨¢sicas para descifrar lo que esconde el gran bar¨®metro educativo

Este martes se lanza la ¨²ltima edici¨®n del informe del Programa Internacional para la Evaluaci¨®n de Estudiantes, m¨¢s conocido como el informe PISA, por sus siglas en ingl¨¦s, que pretende medir si el alumnado cuenta con las habilidades suficientes para seguir aprendiendo e incorporarse al mercado laboral. Sobre la base de esos datos, se elabora un plan de mejora de la ense?anza en cada pa¨ªs y se comparan las cifras internacionalmente y en el entorno escolar. No se plantea como una competici¨®n entre Estados.

?Qu¨¦ es PISA?

A finales de los a?os noventa, los 34 pa¨ªses de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) se plantearon concebir unas pruebas que midiesen si los chicos de 15 a?os est¨¢n preparados para participar en la sociedad. La primera edici¨®n se present¨® en el a?o 2000 para medir las competencias matem¨¢ticas y de lectura; y en 2006 se a?adieron las cient¨ªficas. En cada edici¨®n se incluyen m¨¢s preguntas de una de las destrezas, en esta ocasi¨®n de matem¨¢ticas.

Con los a?os se han ido incorporando otras pruebas que valoran unas habilidades no tan apegadas a las asignaturas, y de las que no se conocen resultados este martes. En 2014 surgi¨® el PISA financiero, que ofrece un diagn¨®stico de esas habilidades, y en 2020 se desvel¨® por primera vez los resultados en competencias globales, vitales para analizar, cuestionar y proponer soluciones a retos del siglo XXI, como la igualdad de g¨¦nero o la pobreza. A partir de 2025 incluir¨¢ la evaluaci¨®n del nivel de ingl¨¦s de los alumnos.

?Cada cu¨¢nto se celebran las pruebas?

Se repiten cada tres a?os y los resultados tardan un a?o en conocerse, pues se analizan todos los factores antes de lanzarse el informe definitivo que detalla por nivel de renta. Los alumnos se examinaron en la primavera de 2022, con un a?o de retraso en esta ¨²ltima convocatoria, por el cierre de las escuelas por la pandemia.

?Qui¨¦n se examina?

Son convocados una muestra de los escolares de entre 15 a?os y tres meses y 16 a?os y dos meses que hayan recibido seis a?os de formaci¨®n ¨Dcon independencia de que hayan repetido o se han decantado por la FP¨D de 81 pa¨ªses y territorios (690.000 estudiantes que representan a 29 millones). Es decir, alumnos nacidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2006. Se acord¨® establecer la prueba a los 15 a?os porque en casi todos los pa¨ªses los chicos est¨¢n terminando su escolarizaci¨®n obligatoria, aunque en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, una parte importante de los m¨¢s desfavorecidos ya no estudia, por lo que previsiblemente mejora los resultados nacionales que son de por s¨ª bajos.

Esta edici¨®n tiene la mayor representaci¨®n de la historia. Por primera vez se conocer¨¢n los datos de Palestina, Uzbekist¨¢n, Jamaica o Mongolia. Y no participa China, a la cabeza en 2018, por la pandemia.

?Qui¨¦n eval¨²a?

La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) coordina con los pa¨ªses participantes. Cada uno somete al examen a una muestra, que se puede ampliar si hay comunidades de un pa¨ªs que quieren datos propios, que deben costear con sus fondos. Madrid, por ejemplo, presupuest¨® 200.000 euros para PISA 2018. Todas las autonom¨ªas espa?olas contratan una ampliaci¨®n de la muestra, por lo que el pa¨ªs invierte mucho m¨¢s en la prueba que otros. Algunos colegios privados espa?oles han empezado a pagar sus propias pruebas y se promocionan de esta forma. Un pa¨ªs peque?o gasta alrededor de 75.000 euros cada a?o en esta prueba; uno grande, en torno a 300.000 euros

?En qu¨¦ consisten las pruebas?

Existen dos tipos de pruebas, que desde 2015 se completan por ordenador: unas de conocimiento que miden el rendimiento del estudiante y unos cuestionarios de contexto que deben de contestar los alumnos y los equipos directivos. Por primera vez se incluye el razonamiento matem¨¢tico. El objetivo es comprobar si saben aplicar a su vida lo que han aprendido en la escuela: si entienden un formulario, una receta, un manual de instrucciones, un gr¨¢fico... Los analistas se detienen en los resultados de las pruebas y los cuestionarios de los pa¨ªses m¨¢s exitosos para establecer las caracter¨ªsticas de sus sistemas educativos que puedan convertirse en referencia: ?Cu¨¢ntos alumnos hay en el aula? ?A sus maestros se les paga m¨¢s? ?Hay un curr¨ªculum determinado por un gobierno central?

?C¨®mo se punt¨²a?

PISA no escala del 0 al 10 como se hace en Espa?a, sino que se basa en las variaciones que hay entre todos los participantes. La puntuaci¨®n media de los pa¨ªses de la OCDE se fij¨® en 500 puntos y se estima que 40 puntos de diferencia en una prueba de PISA equivalen a un curso acad¨¦mico (algunos estudios lo reducen a 30, porque no es un dato oficial de la OCDE). En 2018, Espa?a logr¨® en ciencias 483 puntos (13 puntos menos que en 2013) y en matem¨¢ticas 481 puntos, cinco menos que en 2015. Es decir, que se situaba medio curso por debajo de la media. Los evaluadores detectaron ese a?o ¡°anomal¨ªas¡± en las contestaciones de comprensi¨®n lectora espa?olas y anularon esa parte del examen.

?Qu¨¦ pasa si suspendes?

Los resultados son an¨®nimos y solo una muestra, por tanto, ni cuentan para el expediente del alumno ni son una rev¨¢lida para aprobar esa etapa educativa. No se quiere conocer los resultados de cada estudiante, sino extrapolarlos a nivel nacional. PISA se?ala semejanzas y diferencias entre los distintos sistemas educativos, pero no muestra un veredicto. Muchos pa¨ªses establecen est¨¢ndares y objetivos nacionales basados en los resultados internacionales de PISA; y algunos expertos critican a los gobiernos por hacer solo cambios cosm¨¦ticos para salir mejor en la foto o que extrapolan con fallos parte de los datos para justificar la direcci¨®n de sus pol¨ªticas. En cualquier caso, los cambios estructurales en un sistema se tardan en reflejar en PISA tanto en sentido positivo como en negativo.

En el informe sale bien parado no solo el pa¨ªs que tiene un promedio alto en la puntuaci¨®n, sino el que consigue que la calidad educativa empape a todas las clases sociales, tambi¨¦n a las m¨¢s bajas. Eso ocurre en Shangh¨¢i, Hong Kong, Singapur o Finlandia.

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