La IA irrumpe en los trabajos de fin de carrera: ¡°Estoy por poner en los agradecimientos a ChatGPT ¡±
Cada vez m¨¢s alumnos usan la inteligencia artificial en los proyectos acad¨¦micos. Aunque todav¨ªa es muy imperfecta, los profesores plantean poner m¨¢s controles
¡°A mis pap¨¢s y a ChatGPT¡±. ¡°Estoy por poner en los agradecimientos del TFG al ChatGPT porque me est¨¢ echando un buen cable¡±. Las redes est¨¢n llenas de mensajes de universitarios agradecidos por la aparici¨®n de la inteligencia artificial (IA) generativa que les hace o les ayuda a redactar el resumen de un libro que hab¨ªa que leerse, una disertaci¨®n breve o la introducci¨®n a su trabajo fin de m¨¢ster. Pero la IA se inventa lo que no sabe, sufre lo que los t¨¦cnicos llaman ¡°alucinaciones¡±, as¨ª que su uso ¨Dsin ser detectado¨D es limitado. Sus creadores prefieren hablar de un ¡°copiloto¡± que te orienta. Este marzo, la conferencia de rectores (CRUE) en Santiago volver¨¢ a abordar el tema que cada cual solventa como puede. Algunas universidades de Estados Unidos y Australia han prohibido su uso, pero los expertos creen que es tratar de poner puertas al campo.
Dos encuestas de Wuolah ¨Dla plataforma que compra y vende apuntes de bachillerato y universidad¨D en las que participaron casi 5.000 usuarios dan idea de la expansi¨®n de la IA desde que en noviembre de 2022 se anunci¨® en Estados Unidos el nacimiento de ChatGPT. El pasado junio usaba esta herramienta o pensaba hacerlo el 25,2% de estos alumnos (solo un 15% en sus estudios), frente al 60% de la pasada semana. En junio se pregunt¨® tambi¨¦n por el uso de otras tecnolog¨ªas en el plano acad¨¦mico: el 64% empleaba Google, el 61% Youtube y el 38% WhatsApp/ Telegram. Les resulta ¨²til la IA, en especial para hacer esquemas, reescribir con otras palabras y algo menos para resumir un texto o contestar a preguntas. Enrique Ruiz, cofundador de Wuolah, sostiene que no les afecta: ¡°En nuestra p¨¢gina pueden encontrar contenido espec¨ªfico de cada asignatura y recursos de otros a?os, en cambio, en ChatGPT pueden encontrar soluciones sobre conceptos m¨¢s globales¡±.
Robert Claris¨®, profesor del ¨¢rea Estudios de Inform¨¢tica, Multimedia y Telecomunicaci¨®n de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), descarta que se puedan redactar as¨ª trabajos de fin de grado (TFG) o de m¨¢ster (TFM), obligatorios para obtener el t¨ªtulo: ¡°Son trabajos muy extensos de hacer. No es tan sencillo. A lo mejor, el alumno lo que s¨ª que puede pedirle a la IA es, por ejemplo, que le d¨¦ un primer borrador de una introducci¨®n con una serie de pistas sobre lo que quiere¡±, argumenta. ¡°O pedirle fragmentos peque?os o, cuando ya lo tiene escrito, decir: ¡®Reescr¨ªbelo para que sea un poco m¨¢s claro o para destacar m¨¢s esta idea...¡±.
¡°Adem¨¢s, ser¨ªa muy f¨¢cilmente detectable [la mano de ChatGPT]. En un trabajo tan grande, las secciones no ser¨ªan coherentes entre s¨ª¡±, prosigue Claris¨®. ¡°Tiene tendencia a inventar. Si quieres que te haga la bibliograf¨ªa, por ejemplo, la mitad de las referencias que te da no existen¡±.
Las empresas a las que se encargan estos trabajos finales aseguran no sufrir una ca¨ªda de clientes. ¡°No tenemos menos demanda, pero desde hace un a?o notamos que s¨ª han cambiado las expectativas de los alumnos. Nos contactan porque han hecho un borrador con ChatGPT y no saben c¨®mo utilizarlo o darle continuidad¡±, cuenta la directora de Proyecta tu proyecto, una compa?¨ªa peculiar que asegura intentar convencer al cliente de que haga el trabajo ¨¦l, guiado por un tutor o le fuerza a implicarse en el TFG aunque se lo redacten. ¡°La inteligencia artificial no es lo que necesitan los estudiantes. [La herramienta] te puede escribir un texto general, pero sin referencias, que es lo requiere un proyecto de investigaci¨®n. No sabe hacer una introducci¨®n sistem¨¢tica¡±.
La biblioteca de la Universidad Carlos III ha optado por ense?ar a sus alumnos a referenciar la IA, lo que da idea de su implantaci¨®n en las aulas. ¡°Igual que si se tratara de una conversaci¨®n personal, una charla o una clase escuchada a un profesor, en el texto se debe citar como ¡®comunicaci¨®n personal¡±, recomiendan. Ya hay herramientas que rescriben para maquillar el uso de ChatGPT.
Sen¨¦n Barro, exrector de la Universidad de Santiago y catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n, lo tiene claro y as¨ª lo hizo saber a sus compa?eros en un reciente encuentro de digitalizaci¨®n organizado por CRUE en Valladolid. ¡°No hay que prohibir la inteligencia artificial. Quienes somos profesores tenemos que aprenderla a usar para integrarla en nuestra docencia, porque los alumnos la van a tener que usar s¨ª o s¨ª en su ejercicio profesional. La van a usar igual con nosotros o sin nosotros. Para m¨ª es una herramienta muy ¨²til en mi labor docente¡±, argument¨®. Y a?adi¨®: ¡°El sistema educativo sigue muy anclado en la memorizaci¨®n, la redacci¨®n¡ y eso, o lo cambiamos, o no tiene sentido ninguno porque la m¨¢quina lo hace mejor que el alumno medio. Nos va a obligar a cambiar. La ¨²nica forma de llegar a la ense?anza personalizada son los asistentes de aprendizaje¡±.
Herramientas antiplagio
Muchas p¨¢ginas que hacen trabajos finales entregan al cliente un informe positivo de una herramienta antiplagio para demostrar que es un documento totalmente original, como se le requiere al estudiante, pero no existe ning¨²n instrumento fiable para perseguir el uso de IA generativa. ¡°Hay herramientas que te dan un indicador de sospecha: por ejemplo, que a un 70% dir¨ªa que ese trabajo ha sido realizado con inteligencia artificial. El problema es que estas herramientas tienen falsos positivos o negativos¡±, explica Claris¨®, de la UOC. ¡°Con el antiplagio, puedes comprobar si la coincidencia realmente es significativa o no; en el caso de la IA, no tienes este elemento, pero es una alarma para estar pendiente de si lo ha generado IA. El profesor puede hacer unas preguntas muy espec¨ªficas para ver si realmente el alumno ha hecho el trabajo o mirarlo con m¨¢s detalle¡±.
No solo los profesores hacen cada vez m¨¢s preguntas para cerciorarse de que los universitarios han hecho ellos el trabajo, hay quien reivindica que en los cient¨ªficos vayan al laboratorio o quien pide que las disertaciones sean a mano para, al menos, forzarles a que se lo lean. En la Universidad Blanquerna-Ram¨®n LLull los que se examinan del trabajo final tienen que argumentar por qu¨¦ y en qu¨¦ momento del proceso usan la IA, pero no est¨¢ prohibida. Tampoco en la Universidad de Alcal¨¢, donde deben de explicar qu¨¦ le han preguntado y repreguntado a la m¨¢quina y qu¨¦ contest¨®; le dan ahora m¨¢s relevancia a la presentaci¨®n.
El debate de si es l¨ªcito y moral que un universitario pague por no hacer el trabajo provoca que este tipo de negocios que los redactan reh¨²ya siempre de la prensa. Este peri¨®dico ha contactado con una decena de empresas que no han querido contestar. La mayor¨ªa subcontrata la redacci¨®n a un externo, en una especie de subasta. Se queda con el encargo del cliente el mejor postor y muchos trabajan desde Sudam¨¦rica. ?Usar¨¢n la IA para hacer el trabajo como autores en la sombra? Es posible.
EL PA?S se neg¨® a incluir un enlace que publicitase las p¨¢ginas de dos compa?¨ªas que hacen trabajos dispuestas a hablar a cambio de esta contraprestaci¨®n. Es su ¡°pol¨ªtica¡±, argumentan, porque la ¨²nica forma de darse a conocer es internet cuando la competencia por posicionarse es feroz y m¨¢s si la IA se va perfeccionando. ¡°Sin enlace no vamos a perder toda la ma?ana en contestar todas las preguntas¡±, explica por tel¨¦fono un trabajador. Relata que, por sus conversaciones con ¡°cientos de alumnos¡±, conocen bien los ¡°problemas¡± que est¨¢ generando la IA entre ellos, pero asegura que a la p¨¢gina no le afecta en la demanda de sus servicios.
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