¡°?Logros acad¨¦micos? Lo primero es ayudar al alumno a sentirse bien consigo mismo¡±
Ante el aumento de los problemas de convivencia y psicol¨®gicos, un instituto navarro dise?a un programa donde los chavales expresan sus sentimientos y reciben apoyo de especialistas. ¡°Los partes se han reducido dr¨¢sticamente¡±
¨DXabi.
¨D?Qu¨¦, qu¨¦ pasa?
¨DGracias.
¨DGracias, ?por qu¨¦?
¨DPor todo.
La conversaci¨®n tuvo lugar hace unos d¨ªas en el instituto p¨²blico Mendillorri, en Pamplona, entre un alumno y Xabier Mariezcurrena (Sunbilla, 24 a?os). Fue presenciada por Mar¨ªa Gonz¨¢lez (Pamplona, 30 a?os) y, al rememorarla, los dos docentes de Pedagog¨ªa Terap¨¦utica dejan traslucir su emoci¨®n. Trabajan en el programa Prepara tu Futuro, impulsado desde octubre en este centro para promocionar el bienestar emocional del alumnado. El proceso no est¨¢ siendo f¨¢cil, pero los resultados ya se ven, subraya la directora adjunta Raquel ?lvarez (Castej¨®n, 39 a?os): ¡°Los partes de convivencia se han reducido dr¨¢sticamente¡±. Es un programa propio en el que participan 33 estudiantes de 12 y 13 a?os (primero y segundo de la ESO), que cuenta con el visto bueno del Departamento de Educaci¨®n, pero que no se apoya en ning¨²n plan marco de salud mental o pedag¨®gico, lo que dificulta su continuidad. Los participantes salen un d¨ªa a la semana del aula, durante las dos ¨²ltimas horas de la jornada, y participan en un taller adaptado a su perfil (ansiedad, falta de motivaci¨®n por lo acad¨¦mico, dificultades de regulaci¨®n de conducta, baja autoestima...). Entrar en el programa es voluntario y exige una serie de compromisos, como recuperar la lecci¨®n y no acumular partes de convivencia.
¡°Los lunes y los viernes tenemos el programa de autodescubrimiento. Va alumnado con falta de regulaci¨®n del comportamiento. Son grupos reducidos, de siete personas. Hay un monitor que es educador social y, a trav¨¦s del baloncesto, trabaja h¨¢bitos, les dota de habilidades emocionales¡±, explica ?lvarez. A este taller, financiado por la federaci¨®n navarra de baloncesto, acude Aitor (nombre ficticio, como el del resto de menores que aparecen en este reportaje), de 13 a?os. ¡°Me apetec¨ªa ir porque cre¨ªa que me iba a ir bien. Antes suspend¨ªa, ten¨ªa partes de convivencia y, a veces, sent¨ªa mucha ira¡±. Ha sido un punto de inflexi¨®n: ¡°Los primeros d¨ªas ya not¨¦ que me iba mejor a casa, tengo amigos, hacemos juegos chulos...¡±. El a?o pasado, cuenta, no hab¨ªa nada que le motivara. Ahora, llega ¡°al lunes pensando en venir el viernes ¨Dd¨ªa del taller¨D¡±. Ve en I?igo, el monitor, a un amigo y reconoce que le ha ense?ado a controlarse: ¡°El a?o pasado creo que en esta ¨¦poca ya hubiera tenido tres o cuatro expulsiones, tuve muchas. Este a?o no me han expulsado ninguna vez¡±. Quiere llegar a ser profesor de esqu¨ª y, por ahora, ha conseguido darle la vuelta a su expediente acad¨¦mico. Ha pasado de diez suspensos en la primera evaluaci¨®n a uno.
Hay, adem¨¢s, talleres de convivencia. Son los que imparten Mariezcurrena y Gonz¨¢lez. Trabajan las emociones y el autoconocimiento con grupos de m¨¢ximo cinco alumnos. El trabajo no es sencillo. Faltan horas de coordinaci¨®n que los docentes intentan suplir con horas extras, reuniones a la carrera durante los cambios de clase, audios de WhatsApp y correos. Nos dejan entrar en una de las sesiones. Llegamos en medio de un debate intenso sobre una cuesti¨®n que prefieren no desvelar. La confidencialidad es fundamental. Tambi¨¦n lo es la flexibilidad. A veces se planifica una sesi¨®n, pero surge otro tema y se adaptan. ¡°Hay d¨ªas en los que uno tiene un problema y nos dedicamos a escucharle porque no tiene otro espacio donde poder expresarse¡±, cuenta Mariezcurrena. Es un espacio seguro donde no se enjuicia al menor. Los docentes tambi¨¦n se ponen de ejemplo ¡°para que vean que Xabi tambi¨¦n llora o que ha tenido un conflicto con su padre y se ha enfadado¡±.
En esta sesi¨®n analizan qu¨¦ son los celos, la ira, la envidia. Aprenden que no es malo sentir esas emociones, que lo importante es aprender a controlarlas. ¡°Todas las emociones son necesarias y nos hacen sentir personas¡±, se escucha en el aula. Las dificultades para regular la ira llevaron a Killian (13 a?os) a acudir al programa. ¡°Lo ped¨ª yo porque a veces no s¨¦ manejar los problemas. Ahora estoy m¨¢s calmado. Si me provocan, lo dejo estar¡±. Hoy, se siente mejor: ¡°El Killian de antes era un poco vacil¨®n, no controlaba sus impulsos. El de ahora es mejor persona, m¨¢s majo, dispuesto a ayudar a cualquier persona¡±.
Controlar sus emociones es tambi¨¦n un reto para Miren, de 13 a?os. Al principio, ten¨ªa miedo de qu¨¦ le pudieran decir sus compa?eros y ha sufrido algunas burlas: ¡°Me han dicho que es para ni?as peque?as o ni?os que tienen problemas¡±. Eso le afect¨®, pero ahora, asegura, ya no le importa. ¡°Yo me veo m¨¢s tranquila¡±. De mayor, aspira a ser psic¨®loga y sus profesores constatan que tiene madera para ello. Se ha convertido, afirman, en un pilar muy importante para el grupo. No todos los talleres tienen una alta carga emocional, matiza Gonz¨¢lez. ¡°Podemos estar un rato jugando o haciendo unas palomitas porque a veces necesitan no profundizar en otras cosas¡±. As¨ª tambi¨¦n trabajan, aunque de otro modo, valores como el compa?erismo.
Hay un ¨²ltimo taller en el que cuentan con voluntarios de Aulexna ¨Del aula de la experiencia de la Universidad P¨²blica de Navarra¨D. Los adolescentes realizan actividades de rob¨®tica, pasatiempos o cocina junto a personas mayores. ¡°Es incre¨ªble¡±, expresa Mariezcurrena. ¡°Ves a una persona de 70 a?os hablando con uno de 12, como si fueran abuelo y nieto. Cada uno tiene su referente¡±. El objetivo es crear un v¨ªnculo intergeneracional, se?ala ?lvarez: ¡°Son alumnos que por circunstancias familiares necesitan una mayor seguridad a nivel afectivo o poner el foco en el futuro para encontrar motivaciones¡±. Tambi¨¦n han creado un programa de tutor¨ªa afectiva, similar al existente en otros centros, para atender individualmente al alumno que lo necesita.
Las otras mochilas
Las primeras evaluaciones del alumnado, las familias y el profesorado han sido positivas. En general, ha mejorado el clima de convivencia. Todav¨ªa no tienen un indicador del efecto en el rendimiento acad¨¦mico. Lo tendr¨¢n. Por ahora, Mariezcurrena marca prioridades: ¡°?Logros acad¨¦micos? Lo importante es ayudarles a que se sientan bien consigo mismos. A veces, ves un cuatro en un examen y dices: no ha estudiado. Pero ?has visto la mochila que tiene detr¨¢s? No la de los libros, la otra. Algunos llegan a casa y tienen unos dilemas..., y t¨² les exiges que aprueben biolog¨ªa con un siete¡±. ¡°O que no dejen los estudios en tercero¡±, a?ade ?lvarez. Intentan ayudar al resto de docentes a entender, sin entrar en detalles, explica Gonz¨¢lez. ¡°A veces nos transmiten que no ha estudiado y les tienes que responder que, en ese momento, con que est¨¦ en clase, ya es mucho¡±. Se accede al programa por motivos distintos, pero la mayor¨ªa procede de familias vulnerables.
El programa tiene recursos para este a?o, pero no se sabe qu¨¦ ocurrir¨¢ en el futuro. Desde el instituto aspiran a que el Ejecutivo elabore un plan marco de Salud Mental que cuente con los centros educativos. Por ahora, disponen del programa Laguntza. ¡°Da cobertura a todo lo que tiene que ver con la convivencia, con el bienestar del alumnado, para evitar el acoso¡±, explica Alicia Ruiz, directora del servicio de Inclusi¨®n, Igualdad y Convivencia del Gobierno de Navarra. Detalla que ya existe un grupo de trabajo interdepartamental entre Salud, Educaci¨®n y Derechos Sociales para abordar ese plan de salud mental y que, entre este curso acad¨¦mico y el pr¨®ximo, van a realizar un sondeo en los centros educativos para constatar el estado de bienestar emocional del alumnado. Ser¨¢ el punto de partida para elaborar pol¨ªticas p¨²blicas m¨¢s concretas. Est¨¢n en ello porque, reconoce, desde la pandemia de covid han notado un empeoramiento de la salud mental de la juventud que est¨¢ muy relacionado, advierte, con el uso de las pantallas y el aislamiento cada vez m¨¢s frecuente de los m¨¢s j¨®venes.
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