Marc Brackett: ¡°La mayor¨ªa de los padres y maestros creen que la ansiedad y el estr¨¦s son lo mismo, cuando no lo son¡±
El director del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale sostiene que un adulto no puede ense?ar a un ni?o a manejar sus emociones si no se conoce a s¨ª mismo
La infancia del estadounidense Marc Brackett (Nueva Jersey), 52 a?os pese a su aspecto ani?ado, fue un infierno del que jam¨¢s pens¨® que saldr¨ªa: sufri¨® abusos sexuales de un vecino, acoso escolar y bulimia, y en casa tampoco encontraba el descanso, porque su madre era depresiva y ten¨ªa problemas con la bebida y su padre era agresivo. ¡°El lenguaje de los sentimientos me era desconocido¡±, cuenta. Por eso, ¡°bendice¡± cada d¨ªa que su t¨ªo Marvin, un profesor convencido de que las emociones son el eslab¨®n perdido de la educaci¨®n, le hiciese un test de inteligencia ¨Dresult¨® ser m¨¢s listo de lo que dec¨ªan sus notas¨D y le preguntase: ¡°Marc, ?c¨®mo te sientes?¡±. Brackett, que fund¨® en 2003 el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, le ha dedicado a Marvin el libro Permiso para sentir (publicado en espa?ol por Diana, en 2020) y, basado en los principios de su t¨ªo, crea m¨¦todos para que aprendan a manejar las emociones desde preescolares a directores de compa?¨ªas.
Este profesor de Psicolog¨ªa en Yale ¨Dla universidad en la que se public¨® por primera vez el concepto de inteligencia emocional, en 1990¨D habl¨® de las habilidades afectivas en el foro WISE de la Fundaci¨®n Qatar ¨Dal que este diario fue invitado por la organizaci¨®n¨D en un momento de aut¨¦ntica eclosi¨®n de su aprendizaje. La pandemia ha puesto el foco en los problemas mentales de la poblaci¨®n y en Espa?a el manejo de las emociones vertebra en parte la ley Cela¨¢.
Pregunta. ?Con la pandemia ha llegado la hora de la inteligencia emocional?
Respuesta. Hay padres en Zoom que me dicen: ¡°Marc, yo no lo hab¨ªa pensado, pero ahora que estoy trabajando en casa, que mis hijos est¨¢n con la tecnolog¨ªa, que hago la comida y esto y lo otro¡ ?Necesito ayuda con mis sentimientos!¡±. Y me pregunto: ?Estamos ante una crisis? Es una oportunidad para que la gente se tome en serio sus vidas.
Necesito saber que estoy decepcionado para pedir ayuda
P. En Permiso para sentir afirma que los padres y los profesores deben conocer sus sentimientos antes de ense?ar a los ni?os.
R. Por eso digo que la pandemia es una oportunidad de que los padres no solo se preocupen de sus hijos, sino de ellos. T¨² no puedes ense?ar inteligencia emocional a tu hijo si no te conoces. Como no puedes ense?arle a leer si t¨² no sabes.
P. ?Por qu¨¦ es tan importante que los ni?os se conozcan para aprender?
R. La conciencia emocional es un derecho humano. No puedo comunicar mis necesidades si no puedo comunicar mis sentimientos. Necesito saber que estoy decepcionado para pedir ayuda o que estoy enfadado porque alguien me maltrata.
P. ?Y qu¨¦ ventajas se logran con la educaci¨®n emocional?
R. Hablamos de cinco logros: eres mejor aprendiz, tomas mejor las decisiones, puedes construir y mantener mejor las relaciones sociales, tienes mejor salud f¨ªsica y mental y puedes construir estrategias para lograr tus sue?os.
La parte del cerebro que aprende las habilidades emocionales se puede desarrollar a cualquier edad
P. En una comunidad espa?ola, Canarias, se decidi¨® quitar horas de Matem¨¢ticas para d¨¢rselas a educaci¨®n emocional y la medida en un principio fue pol¨¦mica.
R. ?Perfecto! No puedes hacer nada sin educaci¨®n emocional. Yo fui un estudiante fallido y ahora soy profesor universitario. Mi coeficiente intelectual es bastante bueno, pero de ni?o estaba tan preocupado por mi seguridad que era terrible en el colegio. Ahora echo la vista atr¨¢s y me digo: ?c¨®mo fue posible que ni mis padres ni mis profesores captasen mis expresiones, mi lenguaje corporal? Mi cerebro serv¨ªa para sobrevivir no para aprender. Por suerte mi t¨ªo, mi h¨¦roe, me dio el permiso para sentir. Me escuch¨® y anim¨®. Bendigo que alguien se diese cuenta de lo que estaba pasando.
P. ?Resulta complicado empezar a conocerte cuando eres un adulto?
R. Hay buenas noticias. La parte del cerebro que aprende las habilidades emocionales se puede desarrollar a cualquier edad y eso puede ser liberador y esperanzador para la gente. T¨² a¨²n puedes aprender esas habilidades. El mejor ejemplo es mi padre, de 78 a?os, que nunca tuvo una educaci¨®n emocional. Su nueva mujer me dec¨ªa: ¡°Tu padre est¨¢ enfadado siempre¡±. Ella se estaba dedicando mucho tiempo a sus nietos y ¨¦l se sinti¨® bloqueado. Le expliqu¨¦: ¡°Pap¨¢, me parece que lo que est¨¢s es celoso¡±. ¡°?Qu¨¦ quiere decir que estoy celoso?¡±, me respondi¨®. ¡°Bueno, me est¨¢s diciendo que te sientes enfadado cuando tu mujer pasa m¨¢s tiempo con sus nietos que contigo¡±, le repliqu¨¦. Y empez¨® a llorar: ¡°?Me est¨¢s diciendo que soy celoso?¡±. Y yo: ¡°No, eso me lo est¨¢s diciendo t¨². Solo lo he verbalizado¡±. Ese d¨ªa mi padre cambi¨® su comportamiento, se dio cuenta de que nadie pod¨ªa hacer nada por ¨¦l.
P. En su presentaci¨®n ha mostrado una tabla de colores para evaluar las emociones.
R. ?El medidor emocional![dice en espa?ol] Poder nombrar las emociones es important¨ªsimo. Por ejemplo, si te digo: ?cu¨¢l es la diferencia entre estr¨¦s y ansiedad?
P. No s¨¦, quiz¨¢s la ansiedad tiene consecuencias f¨ªsicas.
R. El estr¨¦s llega cuando tenemos muchas demandas, queremos llegar a todas y no tenemos los recursos. Y la ansiedad surge cuando tenemos incertidumbre hacia el futuro. ?Por qu¨¦ es importante distinguirlos? La mayor¨ªa de los padres y maestros creen que la ansiedad y el estr¨¦s son lo mismo, ambos malos, pero son muy diferentes. Recibo cartas de gente a sus 60, 70 a?os... que me dice: ¡°?Oh Dios m¨ªo, empiezo a entender mis sentimientos!¡±.
Sabemos que como nos sintamos influye en c¨®mo interactuamos
P. Pero usted piensa que el estr¨¦s y el enojo pueden ser tambi¨¦n buenos.
R. El estr¨¦s bueno lleva a la gente a tener un reto y trabajar duro para lograrlo, pero la l¨ªnea al estr¨¦s malo es fina. Todo depende de la percepci¨®n de cada uno, no de la realidad. Participo en muchos actos p¨²blicos y a veces me digo ¡°otra vez¡¡±. Pero respiro, me quito el estr¨¦s negativo, y pienso que puedo ense?ar mi trabajo a personas de muchos pa¨ªses y eso es maravilloso.
P. ?En las charlas creen que es un exc¨¦ntrico o interesante?
R. Una mezcla. Es un trabajo complicado porque eval¨²as sentimientos, no es un experimento que controles en el laboratorio. Pero tengo varios mentores que han introducido la idea de la inteligencia emocional [el psic¨®logo y rector de Yale Peter Salovey y Jack Mayer, de la Universidad de New Hampshire] y yo ahora me centro en la educaci¨®n.
P. ?No puede resultar muy cansado preguntar todo el tiempo a tus alumnos c¨®mo se sienten?
R. Es mi trabajo y no me gusta estar hablando de mis sentimientos todo el tiempo. Ser¨ªa una locura saber c¨®mo te encuentras cada minuto, pero dos veces al d¨ªa ¨Dcuando voy a la oficina, despu¨¦s de comer o cuando vuelvo¨D es una buena cosa. Porque sabemos que c¨®mo nos sintamos influye en c¨®mo interactuamos.
P. En sus talleres los profesores lloran cuando se dan cuenta de que tratan de una manera distinta a cada ni?o, con favoritismos. ?Qu¨¦ tienen que hacer?
R. La gente est¨¢ buscando la respuesta correcta y no la hay. Cada uno tiene que construir estrategias para sus circunstancias, para s¨ª mismo. Decirles a los profesores antes del taller ¡°a por ello¡± no tiene ning¨²n sentido. Les reconforta saber que no tienen que saber las respuestas. Esto no va de evaluar con un A, B o un C, sino de ense?ar a los ni?os estrategias y que ellos mismos eval¨²en cu¨¢les les funcionan.
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