Lo que el ¡®big data¡¯ sabe de las mujeres
Sat¨¦lites, m¨®viles y redes sociales visibilizan los problemas con un nivel de detalle sin precedentes. As¨ª lo revela el primer estudio global sobre macrodatos y g¨¦nero
Poner medios, no excusas. Tambi¨¦n cuando se trata de rellenar los enormes vac¨ªos de informaci¨®n sobre el bienestar de las mujeres a escala global para dise?ar pol¨ªticas y programas de ayuda eficaces. Si hace falta, recurriendo al torrente de datos digitales ¡ªanonimizados¡ª que ofrecen las im¨¢genes por sat¨¦lite, las redes sociales y el uso de m¨®viles y tarjetas de cr¨¦dito. Con esta filosof¨ªa, expertos internacionales bajo el paraguas de la Fundaci¨®n ONU han puesto a prueba durante dos a?os el potencial de los macrodatos para arrojar luz sobre el estatus social, econ¨®mico y de salud de las mujeres en cuatro continentes. De aqu¨ª han emergido unos retratos en tiempo real y con un nivel de detalle geogr¨¢fico sin precedentes. ?Cu¨¢nta precisi¨®n es esta? Tanta, que "nos preguntamos si los responsables de la toma de decisiones ser¨¢n capaces de aprovechar el nivel de granularidad que ofrecen los mapas¡±, apunta Rebecca Furst-Nichols, vicedirectora de la iniciativa de la Fundaci¨®n ONU para los datos de g¨¦nero ¡ªData2X¡ª.
El estudio se inici¨® en 2014, en vista de que "nadie estaba investigando de qu¨¦ modo el big data puede aumentar el rango, cantidad y calidad de los datos sobre las vidas de las ni?as y mujeres", explica Furst-Nichols, al frente de los programas de macrodatos de Data2X. Con este objetivo, pusieron en marcha cuatro proyectos piloto para evaluar las grandes categor¨ªas de macrodatos. "Tambi¨¦n seleccionamos cuestiones con una falta de datos persistente y que suponen un riesgo desproporcionado para las mujeres". Por ejemplo, problemas de salud mental y acceso a la educaci¨®n. La premisa era sencilla: las fuentes de datos convencionales, como las estad¨ªsticas oficiales y encuestas de hogar, no cubren todo el territorio y se realizan con poca frecuencia ¡ªa menudo, cada cinco a?os¡ª. Los datos digitales pueden complementar a los tradicionales porque se generan de forma continua y se recolectan pasivamente, cubriendo zonas, temas y grupos de poblaci¨®n que a d¨ªa de hoy son invisibles para sus propios Gobiernos.
Los datos digitales se generan de forma continua y se recolectan pasivamente, cubriendo zonas, temas y grupos de poblaci¨®n que a d¨ªa de hoy son invisibles para sus propios Gobiernos
El big data tambi¨¦n es ¨²til para comprender grandes conmociones ¡ªdesde desastres naturales hasta recesiones, pasando por vuelcos en pol¨ªticas macroecon¨®micas¡ª. "Por definici¨®n, los choques son imprevisibles. Planificar y realizar encuestas convencionales con presteza para evaluar sus impactos es dif¨ªcil, tanto desde un punto de vista log¨ªstico como financiero", se?ala el economista de salud p¨²blica y coordinador de la investigaci¨®n, Bapu Vaitla. "Adem¨¢s, la posibilidad de desglosar los macrodatos permite analizar el impacto en diferentes territorios y sub-grupos de poblaci¨®n". Un matiz fundamental, puesto que los efectos de una inundaci¨®n, por ejemplo, pueden ser moderados en el conjunto de un pa¨ªs, pero devastar sus comunidades m¨¢s marginalizadas.
Paisajes de desigualdad
Cuatro de cada cinco pa¨ªses s¨ª producen de forma m¨¢s o menos peri¨®dica estad¨ªsticas desglosadas por sexo, apunta el informe Big data y el bienestar de mujeres y ni?as de Data2x. Sin embargo, estos datos no tienen la precisi¨®n geogr¨¢fica suficiente para orientar pol¨ªticas o planes de ayuda a escala local ¡ªprogramas sobre cuestiones de tanto calado como el analfabetismo y el acceso a contraceptivos por parte de las mujeres¡ª. Los encuestadores gubernamentales no llegan a todas las aldeas de Kenia, Tanzania, Nigeria, Bangladesh y Hait¨ª, pero las im¨¢genes de sat¨¦lite s¨ª. ?Y qu¨¦ tienen que ver el clima, la producci¨®n agr¨ªcola o la distancia a carreteras que muestran estas capturas con el estatus social y de salud de las mujeres? Lo suficiente para inferir su bienestar en territorios que nunca ha pisado un funcionario.
De hecho, los mapas generados en el estudio para cuestiones como el analfabetismo revelan paisajes de desigualdad ¡ªtanto de g¨¦nero como entre regiones de un mismo pa¨ªs¡ª que estaban ocultos hasta la fecha, y abren la puerta al dise?o de intervenciones dirigidas a las mujeres m¨¢s vulnerables. Aunque la correlaci¨®n entre fen¨®menos geoespaciales y el estatus de las mujeres var¨ªa en cada pa¨ªs, ya hay resultados prometedores. En Nigeria, se han visualizado zonas de clara desigualdad entre ni?os y ni?as en cuanto a retraso en el crecimiento. "Lo revelador es que esta desventaja de las ni?as frente a los ni?os en Nigeria no se puede generalizar", remarca Vaitla. "Lo que se observa es un complejo patchwork de desigualdades relacionadas con la zona geogr¨¢fica, la densidad de poblaci¨®n, los sistemas agr¨ªcolas y otros factores geoespaciales".
Otro hallazgo destacado parte de los datos sobre uso de m¨®viles y tarjetas de cr¨¦dito ¡ªen concreto, de las gestiones anonimizadas de 150.000 usuarios en M¨¦xico D.F.¡ª. Los investigadores analizaron el tipo de compras, en qu¨¦ orden se hac¨ªan y c¨®mo eran los patrones de movilidad de los usuarios. Ello permiti¨® identificar siete grupos diferentes seg¨²n el estilo de vida econ¨®mico. Los que se ocupan del hogar, por ejemplo, realizan la mayor¨ªa de sus compras en verduler¨ªas, tienen menos movilidad, disponen de una red social menos diversa y gastan menos con tarjetas de cr¨¦dito. Las mujeres no solo est¨¢n sobre-representadas en este grupo, sino que tienen peores indicadores que los hombres en la misma categor¨ªa. Las "fuertes diferencias de g¨¦nero" se repiten en todos los grupos, destaca Vaitla. En el caso de Los que viajan para ir al trabajo, los hombres se desplazan a m¨¢s lugares y viven mucho m¨¢s cerca del centro de la ciudad, lo que indica un mayor acceso a oportunidades econ¨®micas. En el grupo J¨®venes, "las mujeres tienen un radio de movimiento mucho menor, lo que vuelve a evidenciar un mundo social y econ¨®mico reducido".
Este conocimiento tiene aplicaciones pr¨¢cticas porque los subgrupos tienen necesidades sociales y econ¨®micas diferentes. Identificarlos "permite analizar los costes y beneficios relativos de las pol¨ªticas dirigidas a mejorar el acceso a comida, transporte o servicios de informaci¨®n", apunta el estudio. Analizar el comportamiento de la poblaci¨®n en tiempo real tambi¨¦n puede alertar del deterioro en la calidad de vida de algunos sectores, y ayudar a dise?ar sistemas de protecci¨®n social efectivos. El desplome de la movilidad en un grupo con niveles bajos de gasto, por ejemplo, podr¨ªa indicar que los m¨¢s pobres ya no pueden costearse el transporte necesario para acceder a los mercados y a los servicios gubernamentales. "A largo plazo, este enfoque podr¨ªa revelar c¨®mo las mujeres enfrentan factores de estr¨¦s como desastres ambientales y recesiones".
Ideas y emociones
Interesa saber c¨®mo subsisten las mujeres, pero tambi¨¦n qu¨¦ piensan y c¨®mo se sienten ¡ªempezando por su salud mental¡ª. Las mujeres se ven afectadas por condicionantes sociales y psicol¨®gicos diferentes a los de los hombres y sufren un mayor riesgo de trastornos vinculados a la pobreza, desigualdad y expectativas culturales. La mayor¨ªa de datos sobre salud mental no est¨¢n desglosados por sexo, sobre todo en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Las consecuencias son graves: abundan los diagn¨®sticos y tratamientos err¨®neos, y las pacientes carecen de apoyo para buscar ayuda. Frente a esta realidad, los expertos han desarrollado un m¨¦todo basado en el aprendizaje computacional autom¨¢tico: el sistema ha aprendido a rastrear actualizaciones de Twitter en busca de indicios de trastorno mental como la propensi¨®n al suicidio. ??ndice de aciertos?: del 96%.
Este m¨¦todo, que se ha probado en medio mill¨®n de usuarios y 1,5 millones de actualizaciones de India, Sud¨¢frica, Reino Unido y EE UU, tiene aplicaciones a dos niveles. En el plano individual, la propia red social podr¨ªa conectar autom¨¢ticamente a la usuaria con servicios de apoyo psicol¨®gico. A nivel de poblaci¨®n, el sistema permite seguir tendencias de salud mental en tiempo real y ver el impacto diferencial que las grandes crisis tienen en mujeres y hombres.
Analizar el comportamiento de la poblaci¨®n en tiempo real tambi¨¦n puede alertar del deterioro en la calidad de vida de algunos sectores
Un ¨²ltimo proyecto explora las prioridades e ideas de las mujeres a trav¨¦s de Twitter de mano de la Universidad de Leiden (Pa¨ªses Bajos) y Global Pulse ONU, iniciativa dedicada al aprovechamiento de macrodatos para el desarrollo y acci¨®n humanitaria. Sus expertos han desarrollado una herramienta que infiere el sexo de los usuarios de la red social con una precisi¨®n del 74% ¡ªcifra que conf¨ªan en aumentar¡ª. Para probarla, rastrearon 50 millones de cuentas en busca de 25.000 palabras clave. El objetivo era cuantificar las preocupaciones de las mujeres en materia de desarrollo sostenible y comprender como difieren de las de los hombres. En Nepal, por ejemplo, ellas hablaban m¨¢s sobre igualdad de g¨¦nero y ellos, sobre protecci¨®n ambiental.
Cuesti¨®n de voluntad
Los firmantes del estudio hacen ciencia, no magia. Por ello, admiten las limitaciones de los m¨¦todos testados: los proyectos basados en redes sociales se centran en los usuarios angl¨®fonos de una sola plataforma; los pagos con tarjeta de cr¨¦dito excluyen a los individuos de menor poder adquisitivo, y no siempre se dispone de datos de telefon¨ªa desglosados por sexo. En este ¨²ltimo caso, tampoco existen algoritmos que predigan con fiabilidad el sexo del usuario ¡ªmenos a¨²n en pa¨ªses en desarrollo en los que se comparten aparatos y tarjetas SIM¡ª.
La mayor¨ªa de datos sobre salud mental no est¨¢n desglosados por sexo, sobre todo en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo
La falta de acceso a tecnolog¨ªas digitales tambi¨¦n puede sesgar los resultados, de modo que "es cr¨ªtico utilizar fuentes de datos convencionales para validar las conclusiones", subraya Vaitla. "No obstante, los m¨®viles y otras tecnolog¨ªas digitales son cada vez m¨¢s vitales para el sustento de los hogares empobrecidos. Por ello, pueden ser fuentes de datos valiosas para comprender su bienestar". Los avances cient¨ªficos son un paso adelante, pero no bastar¨¢n para mejorar la calidad de vida de las mujeres en el mundo.
"La invisibilidad de las mujeres en las colecciones de datos es un problema pol¨ªtico, no solo t¨¦cnico", advierte el informe, y aboga por reformas que incluyan a las f¨¦minas en todas las esferas de la vida econ¨®mica y social. "Queda mucho trabajo por hacer en torno a la gobernanza de datos, la privacidad y la protecci¨®n de los usuarios m¨¢s vulnerables", constata la vicedirectora de Data2X. Por este motivo, su equipo trabajar¨¢ con socios p¨²blicos y privados "para garantizar que los di¨¢logos sobre privacidad tienen en cuenta las cuestiones que ata?en a las mujeres ¡ªcomo una voz o libertad de acci¨®n limitadas en muchos contextos¡ª". La colaboraci¨®n p¨²blico-privada es imprescindible porque buena parte de los macrodatos y de los m¨¦todos para analizarlos tienen propietario. Para Furst-Nichols, se deben acordar f¨®rmulas para proteger la innovaci¨®n, al tiempo que se permite el uso de estos recursos para el bien social.
Los expertos han demostrado el potencial de los macrodatos para visibilizar los problemas y prioridades de las mujeres. "Ahora debemos asegurarnos que los responsables de la toma de decisiones y los profesionales del desarrollo utilizan estos recursos para promover la igualdad de g¨¦nero", se?ala la participante en el informe y especialista en comunicaci¨®n de Global Pulse ONU Felicia Vacarelu. Para lograrlo, Data2X se centrar¨¢ en explorar c¨®mo los macrodatos se pueden aplicar al dise?o de pol¨ªticas concretas. "Nuestro pr¨®ximo paso ser¨¢ concentrarnos en un pa¨ªs. Queremos ver si es posible montar un sistema basado en datos para monitorizar el bienestar de las mujeres en tiempo real", informa Furst-Nichols. Vaitla contempla un futuro en el que las agencias nacionales de estad¨ªstica incorporen estas t¨¦cnicas en sus procedimientos habituales. Un futuro en el que se pongan medios y voluntades ¡ªno excusas¡ª para que esta mitad de la poblaci¨®n mundial que son las mujeres afronte la vida en igualdad.
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