Maceteros hechos con botes vac¨ªos de pastillas contra el estigma del VIH
La artista B¨¢rbara Kemigisa conoce los peligros de no seguir el tratamiento antirretroviral. Ahora difunde este mensaje con figuras hechas con tarros usados de medicamentos, algunos suyos
Los contenedores de basura situados en diferentes rincones del campus de la Universidad Makerere de Kampala, en Uganda, no son unos cubos cualquiera. Cada uno de ellos est¨¢ hecho con m¨¢s de 100 botes de pastillas vac¨ªos que antes contuvieron los f¨¢rmacos antirretrovirales (FAR) que toman las personas VIH para controlar al virus.
La artista que est¨¢ detr¨¢s de esos contenedores es Barbara Kemigisa, y algunos de los botes eran suyos. Otros son de su hija peque?a. Kemigisa tiene 31 a?os y habla abiertamente de su condici¨®n de seropositiva, pero dice que la mayor¨ªa de las personas que conviven con la enfermedad suelen quemar los envases vac¨ªos o tirarlos a la letrina por miedo a que los dem¨¢s descubran que tienen sida. As¨ª que, en octubre de 2016, puso en marcha su proyecto art¨ªstico como una manera de combatir el estigma y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente del humo que se desprende cuando la gente quema los botes.
"Empec¨¦ a reunir y guardar mis botes de pastillas cuando me di cuenta de que pod¨ªa hacer algo con ellos y lograr un efecto duradero", cuenta. Con los envases y un poco de alambre, Kemigisa ha creado toda clase de cosas, desde cubos de basura y macetas hasta cestos para la colada y sillas.
Como piensa que sus creaciones tienen que ser tanto funcionales como pedag¨®gicas, se las vende a escuelas y universidades, pero est¨¢n a la venta para todo el mundo, y algunas instituciones como ONUSIDA le han dado su apoyo comprando sus macetas. Dependiendo del tama?o, el precio de las piezas va de 150.000 a 350.000 chelines ugandeses (de 35 a 85 euros).
Los curiosos se pueden acercar al taller de Kemigisa para ver las piezas acabadas. Ella aprovecha la ocasi¨®n para hablar con ellos del sida y les cuenta que algunos de los botes conten¨ªan sus propios medicamentos. "Transmiten un mensaje sobre el sida y la importancia de ser constante en la toma de los antirretrovirales", explica. "Me dirijo principalmente a los j¨®venes que viven con la enfermedad. Intento animarlos a que sigan tomando la medicaci¨®n".
Crear conciencia
Seg¨²n los datos m¨¢s recientes, Uganda, un pa¨ªs que hab¨ªa sido considerado un ¨¦xito en la lucha contra la epidemia de sida en ?frica oriental, ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos a?os la prevalencia de la enfermedad entre la poblaci¨®n en general aumentaba de un 6,4% en 2005 a un 7,3% en 2011. Se calcula que, actualmente, en el pa¨ªs hay 1,5 millones de personas que viven con el virus del sida. Los afectados reciben f¨¢rmacos antirretrovirales gratuitos, financiados en gran parte por el Gobierno de Estados Unidos.
Kemigisa se enter¨® de que ten¨ªa la enfermedad cuando ten¨ªa 22 a?os y esperaba a su primer hijo. Dio a luz un beb¨¦ seropositivo, pero al cabo de seis meses, las pruebas del hospital revelaron que la peque?a hab¨ªa contra¨ªdo la infecci¨®n a trav¨¦s de la leche materna. Como ten¨ªa poco dinero y ninguna ayuda, Kemigisa no hab¨ªa podido proteger del virus a su hija. "Al ser madre soltera, no ten¨ªa el apoyo ni la capacidad econ¨®mica para permitirme comprar leche de f¨®rmula para mi hija, as¨ª que segu¨ª d¨¢ndole el pecho", recuerda.
Con los envases y un poco de alambre, ha creado toda clase de cosas, desde cubos de basura y macetas hasta cestos para la colada y sillas
Hoy en d¨ªa, gracias a que sigue estrictamente el tratamiento, su carga viral ha alcanzado niveles indetectables, y la de su hija tambi¨¦n se ha reducido. La artista dice que la ni?a toma la medicina ella sola cada d¨ªa y que no necesita que se lo recuerden.
Cuando los seropositivos reducen su carga viral a niveles indetectables mediante el uso constante de antirretrovirales, disminuyen de manera significativa el riesgo de transmitir el virus a otras personas. No obstante, la doctora Cordelia Katureebe, coordinadora del programa de sida en ni?os y adolescentes del Ministerio de Sanidad de Uganda, se?ala que las estad¨ªsticas oficiales muestran que la tasa de eliminaci¨®n entre los menores es baja comparada con la de los adultos, debido en gran medida a que no siguen bien el tratamiento. "Solamente el 69% de los ni?os menores de cinco a?os y el 71% de los adolescentes han quedado libres del virus, frente a un 93% de los adultos", informa.
El poder de las pastillas
Kemigisa sabe por propia experiencia lo dif¨ªcil que puede ser seguir un tratamiento sin el apoyo de la familia o de los miembros de la comunidad. "Algunas [personas] no tienen comida para tomarla despu¨¦s de la medicaci¨®n o transporte para ir al centro m¨¦dico a que les den m¨¢s medicamentos. Eso repercute en el seguimiento del tratamiento", afirma.
Para ayudarlas, la artista ha organizado las llamadas Unidades de Potencia de las Pastillas, formadas por j¨®venes adolescentes seropositivos que van a los centros de salud que prestan servicios de tratamiento del sida y recogen los botes vac¨ªos de antirretrovirales que ella necesita para sus obras art¨ªsticas. A cambio reciben una peque?a cantidad de dinero que pueden utilizar para comprar comida o pagar el transporte para conseguir m¨¢s medicamentos.
A veces, Kemigisa recibe una llamada de alguien que le dice que tiene botes vac¨ªos para que los recoja. La artista piensa que esto significa que su mensaje dirigido a borrar el estigma, al tiempo que a proteger el planeta, est¨¢ calando. "Ahora, en vez de tirar los envases a las letrinas, la gente nos los da, lo cual es fant¨¢stico", asegura. "Cuando la gente ve todos estos botes sabe que esa es la realidad de las personas que viven con el virus del sida y siguen un tratamiento antirretroviral. Para que tengan un aspecto tan sano como el m¨ªo tienen que ser constantes en la toma de la medicaci¨®n".
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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