No siempre tiene que acabar la caja de antibi¨®ticos
Los antimicrobianos hay que tomarlos en su justa medida
Cuando tomamos antibi¨®ticos para combatir alg¨²n tipo de infecci¨®n ¡ªurinaria, de piel, dental, respiratoria, etc¨¦tera¡ª lo hacemos con miedo a los efectos secundarios que nos puedan provocar: a los males conocidos que se citan en los prospectos hay que a?adir que estos medicamentos podr¨ªan favorecer el desarrollo de la obesidad como consecuencia del impacto que tienen sobre las bacterias intestinales. Sin embargo, el gran problema asociado al consumo de antimicrobianos es el del desarrollo de g¨¦rmenes resistentes, capaces de sobrevivir al ataque de los antibi¨®ticos, y que suponen una seria amenaza para las personas debilitadas o con enfermedades graves.
Los expertos en patolog¨ªas infecciosas alertan de que si no se adoptan estrategias mundiales para frenar la proliferaci¨®n de bacterias resistentes en el a?o 2050 las infecciones matar¨¢n a 10 millones de personas (es decir, m¨¢s que el c¨¢ncer). Una previsi¨®n que adquiere tintes apocal¨ªpticos con la aparici¨®n de las superbug, bacterias casi indestructibles.
Un ejemplo extremo es la Klebsiella pneumoniae, resistente a 26 antibi¨®ticos y que hace unos meses cost¨® la vida a una mujer estadounidense que se hab¨ªa infectado en la India. Aunque la K. pneumoniae se encuentra de forma natural en el intestino humano, si se propaga por otras partes del cuerpo ¡ªnormalmente el contagio de produce en hospitales o centros m¨¦dicos¡ª puede provocar diferentes enfermedades (neumon¨ªa, meningitis, infecciones en el torrente sangu¨ªneo...).
La gravedad del asunto ha llevado a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) a lanzar una estrategia global para frenar las resistencias antimicrobianas, insistiendo en el precepto ampliamente aceptado de no interrumpir el tratamiento aunque mejore la enfermedad.
H¨¢gale caso a su m¨¦dico
Este principio acatado por todas las autoridades y profesionales sanitarios, e incluido en las pol¨ªticas de salud de diversos pa¨ªses, lleva dos meses en entredicho a ra¨ªz de la malinterpretaci¨®n de un an¨¢lisis llevado a cabo por un equipo de cient¨ªficos brit¨¢nicos, liderados por Martin J. Llewelyn, profesor de Enfermedades Infecciosas en Brighton and Sussex Medical School.
Seg¨²n recoge esta investigaci¨®n, "la idea de que detener demasiado temprano el tratamiento antibi¨®tico fomenta la resistencia a estos medicamentos no est¨¢ respaldada por la evidencia, mientras que tomar antibi¨®ticos por m¨¢s tiempo del necesario s¨ª aumenta el riesgo". Por el contrario, prosigue el art¨ªculo, "hay evidencia de que, en muchas situaciones, detener los antibi¨®ticos a tiempo es una forma segura y efectiva de reducir su uso excesivo".
Esto no quiere decir que uno deba dejar de tomar los antibi¨®ticos que se le han recetado una vez empiece a encontrarse mejor ¡ªcomo publicaba uno de los peri¨®dicos m¨¢s influyentes de Holanda, De Volkskrant, que lanzaba una noticia con el titular ?Terminar un tratamiento de antibi¨®ticos? Tonter¨ªas¡ª, sino que las autoridades sanitarias deber¨ªan modernizar su mensaje: acortar los tratamientos antibi¨®ticos puede ser una estrategia v¨¢lida para reducir las resistencias. De hecho, como explicaba la investigaci¨®n, las cajas de antibi¨®ticos en Estados Unidos y Reino Unido abandonaron hace tiempo la leyenda "ac¨¢bese la caja" por "termine el tratamiento que le ha recetado su m¨¦dico".
Una aclaraci¨®n que ha sido publicada por la prestigiosa revista cient¨ªfica The British Medical Journal (BMJ). ¡°Hay muchas evidencias cient¨ªficas en estudios concretos en los que cursos de tratamientos m¨¢s cortos son capaces de obtener mejor¨ªa, y microbiol¨®gicamente se ha comprobado que no hay un beneficio con mantener el tratamiento¡±, asegura Francisco Javier Candel, consultor de Patolog¨ªa Infecciosa del Hospital Cl¨ªnico San Carlos (Madrid).
"Tomar antibi¨®ticos por m¨¢s tiempo del necesario aumenta el riesgo de resistencia", Martin J. Llewelyn, profesor de Enfermedades Infecciosas en Brighton and Sussex Medical School.
Lo que sucede es que, ¡°muchas veces, los m¨¦dicos asumimos estereotipos como si fueran evidencias¡±, y esto es lo que, en opini¨®n de Candel, demuestra el an¨¢lisis del BMJ. Por ello, ¡°si a un paciente se le ofrece mejor¨ªa con menos d¨ªas, es una lucha muy buena en el mundo de las resistencias¡±, y la tendencia en el futuro ser¨¢ ¡°recomendar al paciente que mantenga el tratamiento los d¨ªas necesarios ¡ªentre 5 y 7 generalmente¡ª, acort¨¢ndolo si va mejor y alarg¨¢ndolo en caso contrario¡±.
Estos argumentos est¨¢n en la l¨ªnea de los del profesor Fernando Baquero, del Instituto Ram¨®n y Cajal de Investigaciones Sanitarias y una autoridad internacional en el campo de los antimicrobianos, para quien ¡°el problema de las resistencias est¨¢ ligado al hiperconsumo, y todos consumimos m¨¢s antibi¨®ticos de los que deber¨ªamos¡±. Y pone cifras a esta afirmaci¨®n: ¡°M¨¢s del 80% de los usos de antibi¨®ticos son, en cierto sentido, injustificados. Son para infecciones autolimitadas que sin dar antibi¨®ticos, simplemente f¨¢rmacos para aliviar los s¨ªntomas, se resuelven por s¨ª mismas¡±.
Una cosa es la curaci¨®n y otra que ¡°el antibi¨®tico mejore el proceso y reduzca algo la duraci¨®n de la enfermedad¡±, por tanto, ¡°la mayor parte de los antibi¨®ticos que se utilizan son para mantener el nivel de vida y no para salvar vidas¡±, una idea que recoge un art¨ªculo publicado en agosto en Trends in Microbiology.
Con todo, en el problema de las resistencias de los pat¨®genos a los antibi¨®ticos, el consumo humano excesivo no es el ¨²nico responsable. Como relata Candel, ¡°la medicina es la primera pata del asunto, pero la veterinaria emplea tambi¨¦n antibi¨®ticos para tratar al animal y para favorecer su crecimiento, y la agricultura, con el control de las aguas. Considera que es necesaria una conciencia ecol¨®gica ¡ªlanzamos antibi¨®ticos al entorno, y algunos se degradan en un mes (betalact¨¢micos), pero otros necesitan hasta dos a?os (quinolonas)¡ª e insiste en que ¡°cada individuo puede actuar desde muchos puntos. Se trata de no echar toda la culpa al enfermo ni al m¨¦dico pero s¨ª entender que todo forma parte de un conjunto¡±.
Que no cunda el p¨¢nico con los 'superbugs'
Los mensajes van calando y Baquero asegura que en los ¨²ltimos a?os "se ha mejorado mucho el consumo de antibi¨®ticos en Espa?a". Seg¨²n explica, "se han dejado de utilizar para enfermedades que no se necesitan, como las gripes o catarros, y se han sustituido por otros f¨¢rmacos y vacunas para controlar los s¨ªntomas".
"Tenemos que tener conciencia de que, en cuesti¨®n de prescripci¨®n de antibi¨®ticos, cuando todo va bien, menos es m¨¢s", Francisco Javier Candel, consultor de Patolog¨ªa Infecciosa del Hospital Cl¨ªnico San Carlos (Madrid).
Parece que no falta mucho para que caiga el mito de completar a toda costa los ciclos de antibi¨®ticos en contra de las indicaciones de nuestro m¨¦dico. Candel lo tiene claro: ¡°tenemos que tener conciencia de que, en cuesti¨®n de prescripci¨®n de antibi¨®ticos, cuando todo va bien, menos es m¨¢s¡±.
Pero ?qu¨¦ pasa con las bacterias multirresistentes? Se las conoce como superbacterias (derivado del t¨¦rmino ingl¨¦s superbug). ¡°No vamos a ser invadidos por ellas. Est¨¢n muy especializadas en atacar a las personas graves en el ¨¢mbito hospitalario, raramente lo hacen en sujetos normales¡±, tranquiliza Baquero, pero ¡°no tomar antibi¨®ticos cuando no se precisan es una labor social, de protecci¨®n para aquellos que tienen necesidad vital de ellos¡±.
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