Una juventud que busca el futuro en barca
Costa de Marfil, que acoge una cumbre afroeuropea para frenar la migraci¨®n, se enfrenta al desaf¨ªo de satisfacer las inquietudes de sus j¨®venes
Se dir¨ªa que ya tenemos endurecido el callo del alma con las dram¨¢ticas historias de los refugiados africanos que cruzan el Mediterr¨¢neo huyendo de la violencia de grupos como Boko Haram o Al Shabab, la represi¨®n de sus propios Gobiernos, el cambio clim¨¢tico o la inseguridad alimentaria. Y si esas experiencias parecen quedarnos lejanas, nuestra empat¨ªa se evapora frente a las historias igualmente dram¨¢ticas de los "migrantes econ¨®micos" africanos, aunque se trate de un colectivo que ha sufrido experiencias simplemente inhumanas.
Algunos de los relatos m¨¢s sobrecogedores que hemos le¨ªdo en los ¨²ltimos tiempos sobre la migraci¨®n "econ¨®mica" africana est¨¢n protagonizados por ni?os. Uno es el de la hu¨¦rfana Sara Traor¨¦, cuya historia escribi¨® Agus Morales para The New York Times. Otro es el de un ni?o de cuatro a?os, Adraman, que lleg¨® a Espa?a en patera y al que puso voz Nicol¨¢s Castellano en la Cadena SER. En ambos casos, los protagonistas de estas historias proceden de Costa de Marfil, un pa¨ªs del oeste africano, en paz y modelo de crecimiento econ¨®mico y estabilidad pol¨ªtica, en el que tambi¨¦n naci¨® Adou, el ni?o que nos conmocion¨® al cruzar la frontera entre Marruecos y Espa?a dentro de una maleta.
Precisamente la capital econ¨®mica de Costa de Marfil, Abiy¨¢n, acoge desde ayer a un centenar de delegaciones y dignatarios de la Uni¨®n Africana y la Uni¨®n Europea, decididos a detener la sangr¨ªa migratoria del continente africano. La quinta cumbre conjunta de ambas organizaciones se ha dise?ado con el ¨¢nimo confeso de debatir sobre la inclusi¨®n de la juventud africana en la hoja de ruta hacia el futuro bienestar planetario. La seguridad, la creaci¨®n de empleo y la educaci¨®n se sit¨²an como puntos fuertes de la agenda.
Bomba o regalo
Los ni?os y j¨®venes africanos opositan a receptores de la etiqueta de "dividendo" o "bomba demogr¨¢fica", dependiendo de qui¨¦n hable. El 60% de los africanos tiene hoy menos de 24 a?os; la media de edad del continente se sit¨²a en los 19 a?os; y 28 de los 30 pa¨ªses m¨¢s j¨®venes del mundo se encuentran en ?frica, seg¨²n datos de la ONU. Dentro de apenas tres d¨¦cadas, dos de cada cinco j¨®venes del mundo ser¨¢n africanos.
Todos recordamos las declaraciones de Emmanuel Macron sobre la fertilidad de las mujeres africanas, que -a su juicio- imposibilita el ¨¦xito de un posible Plan Marshall africano. Se prevee que ?frica duplique su poblaci¨®n de aqu¨ª a 2050? y se repite desde hace tiempo y con urgencia el mantra de que unos 21 millones de j¨®venes africanos se incorporan al mercado laboral cada a?o. La agricultura, las infraestructuras y las nuevas tecnolog¨ªas son algunos de los campos en los que son m¨¢s necesarios y el fomento de la emprendedur¨ªa es el territorio que intentan explorar diferentes Gobiernos para ofrecerles salidas laborales, al igual que los partenariados de sector p¨²blico y privado que pretenden transformar las econom¨ªas africanas y contribuir a la consecuci¨®n de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.?Con este panorama ante nosotros, la educaci¨®n universal y de calidad se convierte en una necesidad b¨¢sica en el continente africano, donde 100 millones de ni?os, mayoritariamente ni?as, no van al colegio y s¨®lo un tercio de ellos completa su educaci¨®n secundaria.
Muchos j¨®venes africanos optan por el trabajo informal, las migraciones y en ocasiones, el extremismo o la delincuencia. Una realidad que tambi¨¦n se evidencia en Costa de Marfil, un remanso de paz y ¨¦xito macroecon¨®mico en ?frica occidental, en el que conviven el innegable crecimiento econ¨®mico y la pasi¨®n de las inversiones extranjeras con el hecho de que figura como punto de origen de gran parte de los j¨®venes que se aventuran a cruzar el Mediterr¨¢neo en barca. El Ejecutivo marfile?o es uno de los que se emplea m¨¢s a fondo, desde hace tiempo, en movilizar recursos para sensibilizar sobre los peligros de la migraci¨®n hacia Europa y rescatar a sus ciudadanos de las escalas de la ruta en que quedan varados.
Dentro de apenas tres d¨¦cadas, dos de cada cinco j¨®venes del mundo ser¨¢n africanos
"La gente no abandona su pa¨ªs s¨®lo para huir de la guerra", precisa Christian Olivier Djipro, tecleando una reflexi¨®n sobre migraci¨®n desde pa¨ªses que despegan y juventud insatisfecha en Facebook. El rapero, que se identifica con "Oli" como nombre art¨ªstico y ejerce de mitad del d¨²o musical marfile?o Garba50, contin¨²a explicando por escrito que, aunque la paz es un prerrequisito indispensable para el crecimiento econ¨®mico, "tambi¨¦n es el charco donde se multiplican todos los g¨¦rmenes de la rutina ligada a la ociosidad".
No s¨®lo balas
Se hizo p¨²blico recientemente que, en lo que va de a?o, ha llegado por mar a Espa?a una mayor¨ªa de ciudadanos marroqu¨ªes y argelinos, seguida inmediatamente por los marfile?os. Una tendencia que confirman expertos como la periodista e investigadora Helena Maleno Garz¨®n, que habla de un repunte del n¨²mero de ciudadanos de Costa de Marfil que intentan cruzar el Estrecho desde Marruecos, movimiento que data de un a?o y medio a esta parte. "Hablan de econom¨ªa", precisa Maleno tambi¨¦n por Facebook. "De falta de oportunidad para los j¨®venes. Futuro. Es gente con estudios, pero las chicas tienen indicios de trata. Muchas de ellas", concluye.
El incremento de la cifra de marfile?os que emprenden la aventura migratoria hacia el norte tambi¨¦n se hace evidente en las costas de Italia, donde se posicionan como tercer grupo nacional africano en cruzar el Mediterr¨¢neo seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de las Migraciones (OIM) y el ministerio de Asuntos Exteriores italiano. Les preceden los ciudadanos de Nigeria, Bangladesh y Guinea; les siguen los de Gambia.
Al hilo de esos datos, Olivier Monnier escrib¨ªa recientemente un reportaje para Bloomberg poniendo el acento sobre esta extra?a paradoja: Costa de Marfil se est¨¢ convirtiendo en uno de los exportadores de inmigrantes m¨¢s aventajados de ?frica occidental, a la vez que presume de crecimiento econ¨®mico y oposita a alumno favorito de las instituciones financieras globales. Monnier insist¨ªa en su reportaje en el papel de potencia regional de Costa de Marfil, sus altas tasas de crecimiento y la atracci¨®n que ha ejercido secularmente sobre los inmigrantes de la regi¨®n occidental africana. Utilizaba estos datos como un desconcertante contrapunto a la decisi¨®n de cientos de j¨®venes marfile?os de abandonar familias e incluso empleos y un cierto estatus social para emprender la incierta ruta hacia Europa.
"Muchos j¨®venes eligen irse de Costa de Marfil: algunos encuentran su sue?o en Ghana o en otro lado", admite Oli, antes de puntualizar que lo que sucede en Costa de Marfil es similar a lo que sucede en otros pa¨ªses de la regi¨®n. "Mala gesti¨®n de materias primas y materia gris", diagnostica. "Esto causa las fugas masivas que vemos, en avi¨®n o barca".
"La mala gesti¨®n de materias primas y materia gris provoca fugas masivas en avi¨®n o barco", dice el rapero Oli
Realidad versus cifras
El Banco Mundial atribuy¨® al pa¨ªs africano una tasa de crecimiento del 7,9% el a?o pasado y le concede la segunda posici¨®n de las potencias econ¨®micas de ?frica subsahariana (por detr¨¢s de Etiop¨ªa), muy por encima de la media del continente. El Fondo Monetario Internacional prevee un crecimiento del pa¨ªs para este a?o ligeramente inferior al de 2016, del 7,6%, y otra peque?a variaci¨®n a la baja para el a?o que viene: el 7,3%. El Banco Africano de Desarrollo no lo sit¨²a entre los 10 pa¨ªses m¨¢s ricos de ?frica, pero s¨ª lo posiciona como el segundo m¨¢s rico de la francofon¨ªa subsahariana. Ventures Africa publica una lista con los 10 pa¨ªses africanos en los que recomienda invertir en 2018 que cierra Costa de Marfil y alaba su econom¨ªa emergente, una clase media pujante, un desarrollo en¨¦rgico de sus infraestructuras y un clima de negocios mejorado. Por delante, en ?frica occidental, sit¨²an a su vecina Ghana, que ocupa el quinto lugar de la lista.
"El discurso del crecimiento con dos cifras es pura propaganda", opina el historiador Dagauh Komenan, por correo electr¨®nico, tambi¨¦n desde Abiy¨¢n. "El desarrollo macroecon¨®mico no se ve a nivel del ciudadano. Por ejemplo, el Gobierno destruy¨® tiendas y puestos de venta en espacios p¨²blicos sin proponer alternativas y as¨ª acab¨® con la fuente de recursos de los que trabajaban all¨ª", se?ala. "Encontrar un empleo es muy complicado. La cesta de la compra y la vida se encarecen y resulta cada vez m¨¢s dif¨ªcil asumir los gastos diarios. Esa es la raz¨®n principal de esta ola de emigraci¨®n marfile?a. Emigran estudiantes universitarios y gente formada, cualificada", observa.
La letra peque?a del "milagro marfile?o" parece darle la raz¨®n: en ella se pueden leer la persistencia de la pobreza en una parte importante de los hogares marfile?os, una esperanza de vida de 52 a?os, tasas de analfabetismo y desempleo significativas (sobre todo, entre los j¨®venes) y la inseguridad, presente en las calles a trav¨¦s del fen¨®meno de los microbios (o j¨®venes en conflicto con la ley), los recientes motines militares que ha sufrido el pa¨ªs o los asaltos a comisar¨ªas y cuarteles. A nivel macroecon¨®mico, el pa¨ªs tambi¨¦n se resiente de la bajada del precio del cacao, materia de la que es primer exportador global.
"Se hipermediatiza a los que se van, pero no se habla de los muchos que se quedan o que vuelven a casa despu¨¦s de sus estudios"
Oli, por su parte, acusa a los Gobiernos africanos de fallar, sistem¨¢ticamente, a sus ciudadanos y tambi¨¦n se muestra inexorable con fundaciones, instituciones y organismos internacionales. "El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son las nubes principales de la lluvia de miles de millones en ?frica", dice. "Las inversiones se muestran en los titulares, pero ?qu¨¦ pasa despu¨¦s? Por ejemplo: cuando se planean grandes infraestructuras y se despide a los empleados del puente o de otra construcci¨®n, una vez terminado el trabajo, ?qu¨¦ pasa con ellos? En lo que respecta a la creaci¨®n de negocios, los peces grandes se comen a los peque?os. As¨ª que el pez peque?o se escapa. El estado vende tierras para programas inmobiliarios e importa arroz perfumado ?A qui¨¦nes pertenecen esas empresas?". Y sentencia para finalizar: "No s¨®lo son las balas perdidas las que empujan a la hu¨ªda".?
Los datos del ¨²ltimo Afrobar¨®metro dan m¨¢s pistas acerca de las razones para exiliarse: un 47% de los marfile?os afirma haber pagado una mordida a la polic¨ªa en el ¨²ltimo a?o y el 68% teme represalias si denuncia casos de corrupci¨®n de la Administraci¨®n. La desconfianza en las autoridades e instituciones, ya sean fuerzas de seguridad, personal de la Administraci¨®n, parlamentarios o miembros del Gobierno, se ha reforzado y hablamos de una tendencia general en el continente.
"Las migraciones son la cara clarividente de las pol¨ªticas obsoletas de nuestros gobiernos", opina Odome Angone, hispanista gabonesa que actualmente imparte sus clases en la Universidad Cheikh Anta Diop, en Dakar. "Veo que se hipermediatiza a los que se marchan, pero no se habla de los muchos que se quedan o que vuelven a casa despu¨¦s de sus estudios, ni de aquellos que transmiten admiraci¨®n y que, por lo tanto, no sue?an con irse del continente matricial", a?ade, antes de afirmar que le interesan m¨¢s las causas de esas migraciones que sus consecuencias.
Cap¨ªtulo aparte merece el tema de la inclusi¨®n pol¨ªtica de la juventud y de su representatividad en gobiernos e instituciones. Los j¨®venes africanos han logrado cambios significativos en pa¨ªses como Senegal, Sud¨¢frica o Burkina Faso, muestran una vocaci¨®n panafricana en sus luchas y se enrolan en el activismo en la calle y las redes sociales. La participaci¨®n pol¨ªtica se erige, junto con las oportunidades socioecon¨®micas, la sanidad o la educaci¨®n, en otro de los puntos clave de la lista de desaf¨ªos que presentan en esta cumbre y para los que esperan respuesta.
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