12 de octubre: celebremos derechos en lugar de injusticias hist¨®ricas
En el D¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas debemos reflexionar sobre la narrativa del descubrimiento. Siguen siendo necesarias nuevas reformas legales para protegerlos
Hace 525 a?os Crist¨®bal Col¨®n lleg¨® por primera vez a la Isla de Guanahan¨ª, en el archipi¨¦lago de las Bahamas. Desde entonces, la fecha hist¨®rica del 12 de octubre de 1492 es celebrada de forma muy diferente a lo largo de toda Am¨¦rica.
Al principio, este primer contacto de Europa con un continente desconocido fue celebrado como el D¨ªa de la Raza (en Am¨¦rica Latina), D¨ªa de Col¨®n (en Am¨¦rica del Norte) y actualmente D¨ªa de la Hispanidad en Espa?a. Si bien se conmemora en diferentes fechas dependiendo del pa¨ªs, el origen es el mismo. El 12 de octubre marca el comienzo de un proceso de colonizaci¨®n que tuvo efectos devastadores y lleg¨®, en m¨²ltiples casos, al exterminio de muchos de los pueblos ind¨ªgenas.
Cada a?o, la fecha conmemorativa representa una oportunidad para estos pueblos de llamar la atenci¨®n sobre su situaci¨®n y reivindicar el respeto y protecci¨®n de sus derechos inherentes como habitantes originarios del continente.
A la par del reconocimiento internacional de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas, la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina han optado por dejar atr¨¢s el tradicional D¨ªa de la Raza y resaltar un cambio de sentido opuesto. Por ejemplo, Chile declar¨® esta fecha como el D¨ªa del Encuentro de Dos Mundos (2000); Venezuela como el D¨ªa de la Resistencia Ind¨ªgena (2002); Per¨² la llam¨® D¨ªa de los Pueblos Originarios y del Di¨¢logo Intercultural (2009); Argentina, D¨ªa del Respeto a la Diversidad Cultural (2010); Bolivia opt¨® por el D¨ªa de la Descolonizaci¨®n (2011) y Ecuador, por ¨²ltimo, como el D¨ªa de la Interculturalidad y de la Plurinacionalidad (2011).
Esta es tambi¨¦n una tendencia en Estados Unidos, donde 55 ciudades ya han adoptado el D¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas a cambio del D¨ªa de Col¨®n, fecha que se ha celebrado en todo el pa¨ªs desde 1937. Los ?ngeles ha sido la ¨²ltima ciudad en adoptar esta celebraci¨®n alternativa, que busca honrarlos frente a un hist¨®rico discurso de ¡°descubrimiento¡±.
Las buenas intenciones no son suficientes
A pesar de que esta creciente tendencia a cambiar el nombre de la fecha tiene m¨¢s valor simb¨®lico que real, no podemos menospreciar la importancia de su mensaje. Especialmente, el valor que tiene a la hora de impulsar procesos de reconciliaci¨®n y di¨¢logo intercultural basados en el reconocimiento de los derechos humanos.
La fecha es una oportunidad tambi¨¦n para los Estados de celebrar las culturas y civilizaciones ind¨ªgenas, reconociendo su derecho a existir y su contribuci¨®n en la creaci¨®n de sociedades m¨¢s justas, democr¨¢ticas e igualitarias.
Al mismo tiempo, los mensajes simb¨®licos y las buenas intenciones expresadas por los Estados no son suficientes para poner fin a los sistem¨¢ticos abusos y violaciones de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas, muy a menudo ligados a la defensa de sus derechos a la tierra, territorios y recursos naturales.
Reformas legales para cambios sustanciales
La buena voluntad es, sin duda, un buen primer paso, pero no basta. Hoy m¨¢s que nunca, las expresiones de buena voluntad de los Estados, reflejadas en el cambio de nombre de celebraciones como es la del 12 de octubre o peticiones formales de perd¨®n por las graves injusticias hist¨®ricas cometidas contra ellos, tienen que estar respaldadas por compromisos reales de efectuar reformas estructurales y legales.
En Estados Unidos, 55 ciudades ya han adoptado el D¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas
Estas son las herramientas m¨¢s eficaces para poner fin al racismo y a la discriminaci¨®n sistem¨¢tica que sufren y, a la vez, la ¨²nica acci¨®n consecuente que los Gobiernos pueden llevar a cabo para poner en pr¨¢ctica los compromisos internacionales que ya han asumido.
En 2014, los Estados miembros de la Asamblea General de la ONU afirmaron un¨¢nimemente su compromiso para avanzar en la implementaci¨®n pr¨¢ctica de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas. Tambi¨¦n adoptaron por unanimidad un documento donde se comprometieron a desarrollar, en cooperaci¨®n con ellos, medidas y acciones espec¨ªficas para asegurar el respeto de sus derechos en los pa¨ªses donde viven. La implementaci¨®n de estos compromisos, que fueron celebrados tanto por los Estados como por los beneficiarios, avanzan lentamente en algunos pa¨ªses, pero en muchos otros siguen siendo ignorados.
Documentando las brechas
Los pueblos ind¨ªgenas, IWGIA y otras instituciones internacionales de derechos humanos contin¨²an hoy urgiendo a los gobiernos para que este compromiso se traduzca en acciones concretas, ya que su vida y futuro peligran.
Nuestro anuario Mundo Ind¨ªgena 2017 reflexiona espec¨ªficamente sobre los avances y retrocesos acontecidos en el ¨²ltimo a?o ¡ªtanto en cada pa¨ªs como internacionalmente¡ª cuando se cumplen 10 a?os de la adopci¨®n de la Declaraci¨®n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind¨ªgenas.
La informaci¨®n y documentaci¨®n que IWGIA brinda sobre los grandes problemas a los que se enfrentan, se reafirman en los informes que anualmente preparan expertos y organismos de la ONU encargados de dar seguimiento a la implementaci¨®n de sus derechos. Como por ejemplo, el Informe Anual de la Relatora Especial sobre los Derechos de los Pueblos Ind¨ªgenas, que se presentar¨¢ el pr¨®ximo 21 de octubre en la ONU.
En este informe, la Relatora Especial brinda una evaluaci¨®n sustantiva del proceso de implementaci¨®n de la Declaraci¨®n a 10 a?os de su adopci¨®n. El informe hace hincapi¨¦ en la necesidad de establecer y reforzar procesos de reconciliaci¨®n entre los Estados y los pueblos ind¨ªgenas para superar las consecuencias de una historia marcada por la marginaci¨®n y el abuso.
Los datos son clave para monitorear
Para poder seguir de cerca la implementaci¨®n de los derechos sobre el terreno hacen falta datos fiables sobre la situaci¨®n actual en la que viven estas comunidades. Lamentablemente, en la mayor¨ªa de los casos, los censos nacionales no incluyen preguntas espec¨ªficas que ayuden a recopilar datos desagregados por etnicidad.
Esto apareja graves consecuencias para poder encontrar soluciones que reflejen sus aspiraciones de futuro y sus problemas concretos en los diferentes pa¨ªses. Al mismo tiempo, la falta de informaci¨®n es un gran obst¨¢culo, ya que sin ella, es muy dif¨ªcil poder monitorear la buena o mala conducta de los Estados.
En general, estas tendencias muestran que debemos poner el foco y todos nuestros esfuerzos en cerrar la brecha entre las buenas intenciones y los compromisos asumidos por los pa¨ªses. Una brecha que se profundiza a diario si no se toman medidas urgentes.
Lola Garc¨ªa-Alix es asesora y coordinadora del Equipo de Gobernanza Global (IWGIA)
Pamela Jacquelin-Andersen es periodista especializada en pueblos ind¨ªgenas, multiculturalidad y globalizaci¨®n (IWGIA)
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