¡°Los ni?os asocian el agua y la comida a grifos y supermercados¡±
Erik N. G¨®mez-Baggethun nos habla de la 'amnesia ecol¨®gica generacional' y de la necesidad de (re)alfabetizaci¨®n ecol¨®gica de la ciudadan¨ªa.
Tradicionalmente los sectores p¨²blico y privado han dado la espalda al medio ambiente urbano. La situaci¨®n cr¨ªtica de muchas ciudades est¨¢ ayudando a un cambio de actitud, con un cambio de mentalidad social hacia la llamada naturaci¨®n urbana. A ello contribuye el profesor hispano-noruego Erik N. G¨®mez-Baggethun, profesional con un dilatado curr¨ªculo en temas relacionados con el medio ambiente y su incidencia en los programas urbanos. Erik es catedr¨¢tico de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida e investigador en el Instituto de Cambio Medioambiental en la Universidad de Oxford, habi¨¦ndose graduado en la Aut¨®noma de Madrid en el Departamento de Ecolog¨ªa y con experiencia en universidades europeas y latinoamericanas. Recientemente ha sido nombrado Socio de Honor 2017 de PRONATUR, y tuvimos la oportunidad de hablar con ¨¦l sobre diferentes temas que ata?en este blog
Pregunta: Desde su atalaya como profesor e investigador ?cu¨¢les son los retos m¨¢s significativos a los que se enfrentan los estudiosos del medio ambiente urbano, qu¨¦ dificultades encuentran y qu¨¦ apoyo reciben de los poderes p¨²blicos y del sector privado?
- P. Respuesta: Uno de los principales al que han tenido que enfrentarse los estudiosos del medio ambiente urbano es la relativa falta de inter¨¦s por parte de las autoridades p¨²blicas y el sector privado. En Espa?a, los espacios verdes urbanos y periurbanos se han percibido a menudo como meros terrenos de reserva para el desarrollo urban¨ªstico, y su extensi¨®n se ha mermado fuertemente a base de recalificaciones y pelotazos urban¨ªsticos. El colapso de la ¨²ltima burbuja inmobiliaria ha dado un respiro al verde urbano. Esto ha coincidido adem¨¢s con un aumento del inter¨¦s por la ecolog¨ªa urbana por parte de los poderes p¨²blicos y la sociedad civil, y con un florecimiento de movimientos sociales que velan por el medio ambiente urbano. Un ejemplo es el resurgimiento de los movimientos de agricultura urbana, que se ha extendido por Europa y que han tenido un fuerte arraigo en Espa?a tras la crisis.
- P. De su vivencia en ciudades como Madrid, Barcelona y Oslo ?qu¨¦ elementos comunes y diferenciales aprecia en los servicios ecol¨®gicos urbanos y cu¨¢les son las acciones desarrolladas por la sociedad acad¨¦mica y municipal?
R. Hoy como ayer, las sociedades, rurales o urbanas, dependen de los ecosistemas y la biodiversidad para poder sostener la vida y el bienestar humano. La demanda de agua, energ¨ªa, materias primas y servicios ambientales nunca han sido tan altos como lo es en nuestro planeta urbanizado, y la huella ecol¨®gica de las ciudades puede ocupar entre quinientas y mil veces el tama?o de su propia superficie, lo que supone que dependen de enormes territorios m¨¢s all¨¢ de sus fronteras para abastecerse de recursos y para procesar sus residuos.
Adem¨¢s los ciudadanos obtienen m¨²ltiples beneficios de los servicios ambientales generados por los espacios verdes urbanos y periurbanos. El arbolado urbano purifica el aire, regula el clima local generando humedad y sombreado y amortigua la contaminaci¨®n ac¨²stica mediante la absorci¨®n de las ondas sonoras. Las ra¨ªces de la vegetaci¨®n sujetan el suelo, reducen la erosi¨®n y previenen deslizamientos. Los bosques y ¨¢reas periurbanas captan, purifican y regulan el agua, y amortiguan las inundaciones reduciendo la escorrent¨ªa. Asimismo, nuestra interacci¨®n con la naturaleza nos genera m¨²ltiples beneficios culturales e inmateriales, como el paisaje y la aportaci¨®n de espacios p¨²blicos que permiten el ejercicio f¨ªsico, la relajaci¨®n y la contemplaci¨®n, y que refuerzan la socializaci¨®n, la cohesi¨®n social y sentido de pertenencia.
- P. Uno de los temas de inter¨¦s en sus trabajos se relaciona con la Econom¨ªa Ecol¨®gica. ?Podr¨ªa decirnos las principales tendencias y qui¨¦nes son las instituciones l¨ªderes en este campo?
R. Esta trata de reformar la econom¨ªa para hacerla ecol¨®gicamente viable en el largo plazo. Va m¨¢s all¨¢ del an¨¢lisis monetario para poner atenci¨®n en los pilares ecol¨®gicos de la econom¨ªa, incluidos el papel de la naturaleza como fuente de recursos naturales y como sumidero de los residuos generados por nuestro sistema econ¨®mico. Pone atenci¨®n en los costes sociales y ambientales del crecimiento econ¨®mico que tienden a ser ignorados por la econom¨ªa convencional (por ejemplo en t¨¦rminos de contaminaci¨®n, agotamiento de recursos y p¨¦rdida de diversidad biol¨®gica), y propone instrumentos que permitan reconvertir la econom¨ªa hacia horizontes m¨¢s sostenibles, tales como la fiscalidad ambiental, cambios en el sistema de subsidios, incentivos para el desarrollo de energ¨ªas renovables, etc. La econom¨ªa ecol¨®gica cuenta ya con un fuerte arraigo en la academia y tiene una influencia creciente en el dise?o de pol¨ªticas ambientales. El Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa Ambiental (ICTA) de la UAB, es una referencia mundial de la econom¨ªa ecol¨®gica.
- P. La justicia medioambiental es otra de sus preocupaciones. Describa cuales son algunas de las lagunas m¨¢s importantes y c¨®mo pueden encontrarse soluciones.
R. La justicia medioambiental estudia las desigualdades sociales en el acceso a los beneficios de la naturaleza (recursos naturales y servicios ambientales) y analiza c¨®mo determinados estratos sociales sufren una carga desproporcionada de exposici¨®n a la contaminaci¨®n y a los residuos, con los riesgos que esto suponen para la salud y la calidad de vida. La apropiaci¨®n urbana de espacios ambientales m¨¢s all¨¢ de sus fronteras conlleva el desplazamiento de costes ambientales y sociales a otros territorios y a las generaciones futuras, generando deudas ecol¨®gicas. Revertir estas tendencias no solo requiere cambios en la forma que contabilizamos los costes y beneficios de nuestras decisiones sino tambi¨¦n una revoluci¨®n en la planificaci¨®n urban¨ªstica. Esta puede sacar lecciones de los saberes populares tanto como en el conocimiento acad¨¦mico, e inspirarse en el legado de urbanistas visionarios como Lewis Mumford o Patrick Geddes, pioneros de una vis¨®n ecol¨®gica de la ciudad.
- P. La resiliencia urbana ante el cambio clim¨¢tico es otra de las dimensiones que los ciudadanos debemos considerar. ?Podr¨ªa indicarnos algunas ciudades l¨ªderes en este campo tanto en Europa como en Latinoam¨¦rica y cu¨¢les son sus l¨ªneas de acci¨®n?
R. Las ciudades que sufren de una escasez de ecosistemas urbanos y periurbanos son m¨¢s vulnerables frente al cambio clim¨¢tico. Los manglares y marismas son barreras naturales que protegen a las ciudades costeras frente a los tsunamis, huracanes y tormentas, que el cambio clim¨¢tico est¨¢ haciendo m¨¢s frecuentes, intensos e impredecibles. Muchas ciudades est¨¢n tomando conciencia de esto y han comenzado a proteger y restaurar espacios verdes tambi¨¦n como una estrategia de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico.
Diferentes ciudades han liderado distintas estrategias para combatirlo:
- Bogot¨¢ ha hecho grandes inversiones en la mejora de transporte urbano a trav¨¦s de su Sistema de Tr¨¢nsito R¨¢pido de Autobuses. Las metas a futuro incluyen reemplazar toda la flota de transportes que utilizan di¨¦sel con buses h¨ªbridos y el¨¦ctricos y crear una nueva l¨ªnea de metro.
- Copenhague es una ciudad l¨ªder en medir y planificar las emisiones de carbono y tienen un ambicioso proyecto de hacer a la ciudad neutral en cuanto a carbono para el 2025. Si el proyecto tiene ¨¦xito, habr¨¢ reducci¨®n de emisiones de 400.000 toneladas.
- Ciudad de M¨¦xico, que ha sido la ciudad m¨¢s contaminada en el mundo, ha implantado un programa que ha reducido dr¨¢sticamente las emisiones de CO2 y la contaminaci¨®n en el aire en los ¨²ltimos 20 a?os.
- M¨²nich ha puesto en marcha una iniciativa para que la ciudad utilice en su totalidad fuentes de energ¨ªa renovables para 2025.
- En Estados Unidos, Nueva York se ha comprometido a reducir sus emisiones un 80% para el 2050 y est¨¢ haciendo grandes inversiones en plantaci¨®n de ¨¢rboles, aumento de la eficiencia energ¨¦tica de las viviendas, electrificaci¨®n de su parque automovil¨ªstico y promover los techos verdes.
- Oslo ha anunciado un plan para reducir la contaminaci¨®n que contempla la prohibici¨®n total de coches en el centro de la capital noruega a partir de 2019...
- P. Entendemos que los problemas medioambientales urbanos y la b¨²squeda de un modelo sostenible es una labor conjunta de toda la sociedad. No obstante, la Universidad y los centros de investigaci¨®n deben jugar un papel esencial en la formaci¨®n de especialistas y asesoramiento de los otros actores. En este campo, ?c¨®mo ve usted los programas acad¨¦micos de las universidades espa?olas en relaci¨®n con otras extrajeras?
R. Los problemas ambientales de la ciudad dentro y fuera de sus territorios son uno de los grandes desaf¨ªos del siglo XXI. Desde hace una d¨¦cada m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n mundial vive en ciudades y se estima que para el a?o 2030 esta proporci¨®n se haya incrementado hasta el 60%, lo que supone que en los pr¨®ximos quince a?os la poblaci¨®n urbana habr¨¢ aumentado en 1.500 millones. Cada vez es mayor la proporci¨®n de la poblaci¨®n que vive desconectada de la naturaleza y sus din¨¢micas.
Una consecuencia de esta desconexi¨®n creciente entre los seres humanos y la naturaleza es que las nuevas generaciones han perdido la noci¨®n de la dependencia humana de la naturaleza y de los procesos ecol¨®gicos de sustento vital. Los peque?os asocian el agua y la comida a grifos y supermercados antes de que a cuencas hidrogr¨¢ficas o a campos de cultivo. Vivir en entornos cada vez m¨¢s empobrecidos desde el punto de vista ecol¨®gico reduce, adem¨¢s, nuestra capacidad para apreciar la calidad ambiental. Quienes han nacido y crecido bajo la contaminaci¨®n lum¨ªnica de las ciudades no pueden echar en falta las estrellas que durante milenios contemplaron sus antepasados ni las especies y paisajes que anta?o enriquec¨ªan la vida de su entorno. Algunos autores describen este fen¨®meno en t¨¦rminos de una 'amnesia ecol¨®gica generacional'. La academia puede jugar un papel clave a la hora de revertir este fen¨®meno, impulsando y promoviendo la (re)alfabetizaci¨®n ecol¨®gica de la ciudadan¨ªa.
Isabel de Felipe es profesora ad hon¨®rem de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y miembro del Consejo de Direcci¨®n del itdUPM (Centro de Innovaci¨®n en Tecnolog¨ªa para el Desarrollo Humano). Pertenece a la Junta Directiva de PRONATUR de la Universidad Polit¨¦cnica y es evaluadora de proyectos de varias instituciones. Ha dirigido numerosos proyectos de cooperaci¨®n en Am¨¦rica, Asia y ?frica, y ha colaborado en proyectos de investigaci¨®n de la UE. Tambi¨¦n ha publicado art¨ªculos y libros sobre naturaci¨®n urbana y agricultura para el desarrollo.
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