Desastres naturales, no tan desastrosos para la econom¨ªa
El crecimiento del PIB casi siempre se recupera, pero los pa¨ªses latinoamericanos no tienen instrumentos para hacerlo de la forma m¨¢s eficiente
No importa cu¨¢n devastador sea un desastre natural, la historia dice que la econom¨ªa de los pa¨ªses que los sufren se acaba recuperando. Una revisi¨®n de la literatura cient¨ªfica que ha publicado recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que, salvo contadas excepciones ¡ªque ten¨ªan que ver con complicaciones geopol¨ªticas, como el del terremoto de 1972 en Nicaragua, al que sigui¨® una revoluci¨®n¡ª, las calamidades no suelen tener un gran impacto en la evoluci¨®n del Producto Interior Bruto a largo plazo. Pero tambi¨¦n revela que los pa¨ªses Latinoamericanos deben trabajar mucho para mitigar sus consecuencias.
¡°Tras un periodo de 10 a?os, ya no hay secuelas perceptibles en la econom¨ªa que puedan ser achacables a estos desastres de gran magnitud, como alguno de los que hemos visto recientemente, que en el corto plazo s¨ª tienen un impacto muy grande¡±, expone Eduardo Cavallo, investigador l¨ªder en el Departamento de Investigaci¨®n del BID, responsable de esta revisi¨®n.
Existen incluso estudios que apuntan a que, si los desastres no son muy severos y las condiciones del pa¨ªs que las sufren son adecuadas, puede ser positivo a medio plazo. "Hay factores que pueden resultar beneficiosos: la reconstrucci¨®n, los fondos que aportan las aseguradoras y las ayudas estatales pueden generar un efecto positivo¡±, explicaba en un art¨ªculo publicado en este peri¨®dico uno de los mayores expertos en la materia, Mark Skidmore. Un ejemplo, citaba el texto, es Greensburg, un peque?o pueblo de Kansas que tras sufrir en 2007 un tornado que acab¨® con el 95% de sus edificios se ha reconvertido en l¨ªder en edificaci¨®n verde.
En un periodo de 10 a?os despu¨¦s ya no hay consecuencias perceptibles a la econom¨ªa que puedan ser achacables a estos desastres de gran magnitud
Estas conclusiones son puramente macro econ¨®micas, no tienen en cuenta otro tipo de secuelas, como las personales o las que ata?en a la salud. Los estudios tambi¨¦n muestran que, adem¨¢s de las desastrosas consecuencias inmediatas, la desnutrici¨®n y las enfermedades despu¨¦s de un desastre pueden influir en la salud de los ni?os. "Y las muertes, la p¨¦rdida de la vivienda y de los modos de subsistencia pueden producir estr¨¦s postraum¨¢tico. Esto puede afectar tanto a las mujeres embarazadas, que lo transmiten a sus hijos in utero, como a los ni?os durante la infancia, causando depresi¨®n y ansiedad que puede ser profunda y perdurable", concluye el economista Sebastian Miller en otro estudio para el BID. Su investigaci¨®n demostr¨® que casi 40 a?os despu¨¦s terremoto que azot¨® en 1970 a las regiones de Ancash y La Libertad, en el norte de Per¨², las personas afectadas in utero por el terremoto tuvieron 0,65 a?os menos de educaci¨®n. Adem¨¢s, los hijos de las mujeres que se vieron expuestas cursaron 0,45 a?os menos de educaci¨®n.
Una cat¨¢strofe, adem¨¢s, dependiendo del tipo que sea, puede dejar consecuencias medioambientales y humanas que no se recuperan tan f¨¢cimente. Pero, analizando solamente la macroeconom¨ªa, se descubre que los pa¨ªses m¨¢s vulnerables a huracanes, tormentas e inundaciones tienen muy bajas posibilidades (entre un 2% y un 4%) de enfrentar una cat¨¢strofe tras la cual la producci¨®n caiga 4% y no se recupere.
¡°Pero ese tipo de eventos son tan devastadores que pueden afectar la econom¨ªa de un pa¨ªs de la misma forma en que una herida grave en la cabeza afecta el cerebro: se expande r¨¢pidamente en una reacci¨®n en cadena desde el lugar donde se produjo el impacto a regiones distantes; se alteran funciones clave; se paralizan actividades. Un desastre natural severo no solo arrasa con la agricultura y la industria. Hay una necesidad abrumadora de volcar recursos a asistencia humanitaria y reconstrucci¨®n. Y cuando gran parte de su base de ingresos queda destruida y actividades b¨¢sicas como recaudar impuestos se ven limitadas, el gobierno avanza con dificultad y poca capacidad de ayudar al pa¨ªs a recuperarse¡±, subraya el informe.
Los recursos de los pa¨ªses Latinoamericanos para enfrentarse a esta reconstrucci¨®n, en general, son escasos, pero resultan cruciales, ya que la ayuda internacional que reciben tan solo supone un 0,25% del PIB de esos pa¨ªses y un 3% de los da?os econ¨®micos estimados. Adem¨¢s, parte de esa ayuda ya hab¨ªa sido otorgada; simplemente se reasigna a asistencia humanitaria desde otros sectores para los que ya estaba presupuestada.
Los recursos de los pa¨ªses Latinoamericanos para enfrentarse a esta reconstrucci¨®n son muy escasos, pero resultan cruciales, ya que la ayuda internacional cubre una ¨ªnfima parte de los da?os
Esto quiere decir que la respuesta tiene que venir de dentro. ¡°La mejor forma de prepararse para este tipo de eventos es tratar de ahorrar y de generar los recursos locales para hacer frente y no depender tanto de ayuda externa, que tiende a ser insuficiente, tarda y a veces no atiende las demandas de mediano plazo¡±, apunta Cavallo. En la regi¨®n, el ejemplo a seguir ser¨ªa Chile, que en febrero de 2010 sufri¨® un terremoto de 8,8 grados de magnitud seguido de un tsunami. M¨¢s de 500 muertos, un mill¨®n de desplazados, y p¨¦rdidas econ¨®micas por valor de casi 30.000 millones de d¨®lares (un 19% de su PIB). ¡°El pa¨ªs ten¨ªa una tradici¨®n de manejo macroecon¨®mico saludable que le permiti¨® aumentar su tasa de ahorro en 11 puntos entre 1985 y 2012, frente al per¨ªodo 1960-1984, y le dio el espacio fiscal para reconstruir y recuperarse sin depender de ayuda extranjera¡±, se?ala el informe.
Otro instrumento que puede ser crucial para enfrentar estos desastres son los seguros que, sin embargo, est¨¢n muy poco desarrollados. Si bien una empresa puede calcular cu¨¢nto le cuesta asegurar un coche con la base de millones de usuarios y siniestros, las cat¨¢strofes naturales son m¨¢s escasas e imprevisibles. Cavallo explica que, aunque existen, son ¡°muy caros¡±. ¡°Se necesita una acci¨®n concertada de los actores en el sistema financiero internacional y los gobiernos para crear mecanismos que permitan fomentar esa soluci¨®n. La poca evidencia que hay es que pueden ser muy efectivos, pero no est¨¢n desarrollados¡±, a?ade.
Para generalizarlos har¨ªa falta profundizar en el sistema regulatorio. ¡°Para que el mecanismo del seguro funcione es necesario diversificar los riesgos. No puede haber una compa?¨ªa que provea seguros de todo tipo de riesgos solamente en un pa¨ªs, porque si sucede un evento grave localizado all¨ª, los costes ser¨¢n tan grandes que no va a poder cumplir con los contratos. Es necesario crear mecanismos para que a trav¨¦s del mercado de capitales se diversifiquen los riesgos¡±, explica el experto. Un ejemplo ser¨ªan los bonos cat¨¢strofe; se pueden emitir para peligros variados en distintas partes del mundo, lo que hace poco probable que ocurran al mismo tiempo. ¡°Pero para avanzar en eso tiene que haber coordinaci¨®n entre pa¨ªses y con la cooperaci¨®n internacional¡±, subraya Cavallo.
En definitiva, para que un pa¨ªs se recupere bien de una cat¨¢strofe, necesita capacidad de planificar a largo plazo, lo que incluye buena gesti¨®n macroecon¨®mica para ahorrar, seguros, infraestructuras resilientes y buena capacidad de reconstrucci¨®n.
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