Aire fresco para las neumon¨ªas
Nace una coalici¨®n para sumar esfuerzos contra ese conjunto de males respiratorios que son la principal causa infecciosa de mortalidad infantil: un mill¨®n de ni?os al a?o; es decir: 2.500 cada d¨ªa
La comunidad de salud global puede congratularse por los incre¨ªbles ¨¦xitos alcanzados a la hora de reducir la mortalidad infantil en los ¨²ltimos a?os. Por primera vez en la historia de la humanidad, ¡°tan solo¡± seis millones de ni?os ¡ªmenos del 5% de los aproximadamente 130 millones de nacimientos anuales¡ª morir¨¢ de forma prematura, y esto ha sido posible gracias a avances notables en la prevenci¨®n, diagn¨®stico y manejo de las grandes enfermedades pedi¨¢tricas.
Sin embargo, la neumon¨ªa ¡ªun t¨¦rmino que engloba cual caj¨®n de sastre a m¨²ltiples etiolog¨ªas diferentes causantes de infecciones de las v¨ªas respiratorias bajas¡ª sigue siendo la principal causa infecciosa de mortalidad infantil, y es directamente responsable de una de cada seis muertes pedi¨¢tricas, un dato que deber¨ªa sonrojarnos. Aunque quiz¨¢s deber¨ªa sonrojarnos a¨²n m¨¢s el hecho de que nueve de cada diez de estas muertes ocurran en los pa¨ªses m¨¢s pobres, recalcando as¨ª la inequidad inherente a esta enfermedad, que se nutre, y a la vez genera, pobreza.
Llama la atenci¨®n como en los pa¨ªses ricos la neumon¨ªa se mantiene como una de las grandes causas de enfermedad, tanto en ni?os como en adultos, aunque su manejo r¨¢pido y adecuado haya permitido reducir a an¨¦cdota su potencial letalidad. A diferencia de las otras grandes causas de mortalidad en ni?os, como la malaria, las enfermedades diarreicas, el sida o el sarampi¨®n, la neumon¨ªa ha reducido sus n¨²meros de forma mucho menos apreciable y sigue cobr¨¢ndose anualmente la vida de 920.000 ni?os, o para hacerlo m¨¢s tangible, 2.500 cada d¨ªa.
?Y por qu¨¦ siguen muriendo tantos ni?os de neumon¨ªa en los pa¨ªses pobres? La respuesta a esta simple pregunta es relativamente simple tambi¨¦n, y se enmarca en el concepto de acceso. Aunque parezca contraintuitivo, las herramientas actualmente disponibles para prevenir y tratar las neumon¨ªas son extraordinariamente efectivas. Existen vacunas cuya implementaci¨®n a gran escala ha reducido de forma asombrosa la incidencia de la enfermedad. Existen asimismo antibi¨®ticos altamente eficaces y con un coste muy bajo (menos de 32 c¨¦ntimos de euro por un tratamiento completo de tres a cinco d¨ªas de duraci¨®n).
El ox¨ªgeno, otra de las intervenciones necesarias para tratar una de las complicaciones m¨¢s temibles de las neumon¨ªas, denominada hipoxemia, es barato y f¨¢cil de producir. Pero como ya hemos dicho, las neumon¨ªas se ceban en los m¨¢s pobres de los pobres, y el acceso de estos grupos altamente vulnerables al sistema de salud es altamente problem¨¢tico.
La falta de aire que presentan muchos ni?os con neumon¨ªas es comparable a la sensaci¨®n de ahogo que un pez sufrir¨ªa si le vaci¨¢semos su pecera
En una zona rural de Nigeria, por escoger el ejemplo del pa¨ªs africano que concentra mayores tasas de mortalidad por neumon¨ªa, el acceso a cualquier centro de salud, por muy sencillo que sea este, se convierte en una tarea tit¨¢nica. El fr¨¢gil sistema de salud, adem¨¢s, puede tener carencias importantes de f¨¢rmacos esenciales, o no disponer del personal adecuado para un diagn¨®stico certero o una evaluaci¨®n ¨¢gil de la gravedad, y los sistemas de referencia a centros sanitarios con mayores facilidades pueden no existir, o ser altamente disfuncionales. Por ¨²ltimo, los costes asociados a la visita pueden ser inasequibles por parte de familias que, como hemos dicho, sobreviven frecuentemente en un contexto de pobreza cr¨®nico.
La falta de aire que presentan muchos ni?os con neumon¨ªas es comparable a la sensaci¨®n de ahogo que un pez sufrir¨ªa si le vaci¨¢semos de agua su pecera. Por desgracia, los esfuerzos internacionales por afrontar las neumon¨ªas de forma concertada y coordinada han sido discretos y poco exitosos.
Por alg¨²n motivo que desconozco, esta enfermedad que deber¨ªa ser el estandarte de muchos de los esfuerzos de salud global, ha sido una de las m¨¢s descuidadas hist¨®ricamente, sobre todo desde que su incidencia se haya ido circunscribiendo progresivamente a los pa¨ªses m¨¢s pobres.
Esta enfermedad ha sido una de las m¨¢s descuidadas hist¨®ricamente, sobre todo en pa¨ªses pobres
Sin embargo, aire fresco y revitalizante est¨¢ siendo insuflado por parte de una coalici¨®n internacional reci¨¦n constituida y que engloba a m¨¢s de 30 instituciones internacionales, entre las cuales se incluye la Fundaci¨®n Bancaria La Caixa ¡ªuno de los impulsores filantr¨®picos m¨¢s importantes y coherentes en el ¨¢rea de las neumon¨ªas¡ª, y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Esta coalici¨®n, que toma el nombre de Every breath counts (Cada respiraci¨®n cuenta), deber¨¢ ocupar la vacante existente en el liderazgo por la lucha contra esta enfermedad, record¨¢ndonos cada segundo, minuto, hora y d¨ªa de nuestras vidas (y no solo en el d¨ªa mundial de las neumon¨ªas, una vez al a?o), que cada respiraci¨®n cuenta, y que cada esfuerzo por prevenir o contrarrestar los efectos de las neumon¨ªas a nivel global es moralmente innegociable y absolutamente justificado.
Quique Bassat es pediatra y Profesor ICREA de Investigaci¨®n del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundaci¨®n Bancaria La Caixa, y del Hospital Materno Infantil Sant Joan de D¨¦u de Barcelona.
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