El agua tambi¨¦n falta para las personas mayores
Hay que hacer m¨¢s para comprender las pr¨¢cticas discriminatorias que limitan el acceso de los ancianos al agua y al saneamiento y encontrar soluciones
Tenemos una deuda vital con nuestros padres y abuelos, y una deuda de educaci¨®n y experiencia con tantos otros que han enriquecido nuestras vidas. Desafortunadamente, tambi¨¦n debemos reconocer que esta deuda a menudo no se paga, y a las personas a quienes debemos tanto se les deja sufrir de una forma que se podr¨ªa aliviar f¨¢cilmente.
En Saneamiento y Agua para Todos estamos trabajando para asegurar que todos tengan acceso adecuado a estos dos servicios. Reconocer las necesidades de las personas mayores es esencial para nuestro futuro com¨²n.
A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunol¨®gico se debilita y nos hacemos m¨¢s vulnerables a las enfermedades, entre ellas las causadas por la mala calidad del agua y los inodoros mal gestionados. La falta de acceso al agua y al saneamiento tambi¨¦n puede exacerbar otros problemas de salud. La incontinencia, por ejemplo, es un problema frecuente entre las personas mayores, y no disponer de un inodoro cerca empeora la situaci¨®n. Esta es una cuesti¨®n importante para las personas que viven en barrios marginales o viviendas informales en los pa¨ªses en desarrollo, pero tambi¨¦n es un problema en Occidente, en Europa. La falta de ba?os p¨²blicos puede llevar a que las personas mayores queden confinadas en sus casas, porque un viaje a la ciudad podr¨ªa llevar a una situaci¨®n embarazosa, ya que en nuestras ciudades cada vez hay menos ba?os p¨²blicos o son inaccesibles porque no se gestionan adecuadamente.
Los problemas como la incontinencia en las mujeres se deben a menudo a que recibieron una atenci¨®n inadecuada cuando la mujer era m¨¢s joven. El parto puede provocar que se debilite el control de la vejiga y el intestino, un problema que se remedia f¨¢cilmente cuando el individuo es joven, pero que si no se gestiona adecuadamente puede provocar incontinencia en la vejez.
Las personas mayores suelen disponer de ingresos reducidos y, en muchos pa¨ªses, puede que no tengan acceso a una pensi¨®n. Esto genera problemas de asequibilidad en el acceso a muchos servicios, entre ellos el agua y el saneamiento, as¨ª como la salud y la vivienda y otros servicios esenciales. En muchas culturas, las personas que son mayores y ya no trabajan activamente pierden estatus y poder, y con ello su capacidad para reclamar recursos o para que sus necesidades sean escuchadas y comprendidas. Esto tambi¨¦n puede afectar su capacidad el acceso al agua y al saneamiento, particularmente cuando se requiere agilidad f¨ªsica para bombear agua, o para caminar a trav¨¦s de un terreno desigual hasta un inodoro. Las viudas pueden perder el derecho a su hogar, lo cual afecta su acceso a servicios como el agua y el saneamiento.
Reconocer las necesidades de las personas mayores es esencial para nuestro futuro com¨²n
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) exigen que nadie quede atr¨¢s, y esto debe incluir activamente a las personas mayores. Espec¨ªficamente, el ODS 6 requiere que todos, incluidas aquellas personas susceptibles a quedar vulnerables o marginadas, tengan acceso a servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene.
Desafortunadamente, hay poca informaci¨®n disponible sobre el acceso de las personas mayores al agua, el saneamiento y la higiene, y esto podr¨ªa agravar el acceso de estas personas mayores a los servicios. Hay que hacer m¨¢s para comprender las pr¨¢cticas discriminatorias que limitan el acceso de las personas mayores al agua y al saneamiento, as¨ª como para encontrar soluciones a fin de hacer frente a este problema.
La participaci¨®n activa en la vida familiar y comunitaria, la participaci¨®n en las decisiones sobre el acceso al agua y el saneamiento, incluidas las que se refieren a las tecnolog¨ªas y la ubicaci¨®n de los servicios, son esenciales para el acceso de los ancianos a los servicios. Las ciudades y los pueblos deben reconsiderar la forma de configurar la infraestructura urbana para que las personas mayores puedan participar en la vida p¨²blica sin preocuparse de si van a poder encontrar un ba?o y si su utilizaci¨®n no presenta riesgos. A medida que la poblaci¨®n de muchos pa¨ªses envejece, esta cuesti¨®n se convertir¨¢ en un problema m¨¢s urgente que no es posible dejar de lado.
Catarina de Albuquerque es presidenta ejecutiva de la Alianza Mundial Saneamiento y Agua para Todos.
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