Hay que blindar la protecci¨®n de los ni?os migrantes
La situaci¨®n de estos menores est¨¢ condicionada por un sistema complejo y con una casu¨ªstica tan extrema que genera tratamientos desiguales y desamparo
Oumar tiene 16 a?os y vivi¨® un aterrador viaje desde Ghana hasta Italia. Sab¨ªa que era peligroso, sab¨ªa que hab¨ªa traficantes que llevan a la gente a Europa. Pero prefiri¨® arriesgarse. El cumplimiento de la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o se resiste de forma especial en el ¨¢mbito migratorio. Por eso, el D¨ªa Internacional del Migrante no es un d¨ªa cualquiera para la infancia.
Los ni?os y ni?as que se desplazan crecen rodeados de normas y procesos migratorios que terminan asfixiando sus derechos y su infancia. Otras veces son tan invisibles para el sistema, que son las manos de los explotadores y la falta de oportunidades las que arruinan su vida.
La desprotecci¨®n que est¨¢n sufriendo estos ni?os es tan evidente, que el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o de Naciones Unidas no deja de llamar la atenci¨®n a los Estados cada vez que los examina. Tambi¨¦n le ha llevado a adoptar documentos interpretativos de la Convenci¨®n, con el fin de proporcionar a los pa¨ªses una orientaci¨®n clara sobre las obligaciones que tienen en relaci¨®n con este grupo vulnerable.
Dos de estas Observaciones Generales se presentan hoy en Nueva York. A trav¨¦s de ellas, el Comit¨¦ devuelve el principio de universalidad de los derechos de la infancia a la cima del sistema migratorio, y se?ala sin titubeos qu¨¦ pol¨ªticas y medidas migratorias vulneran derechos.
En el caso espa?ol, muchos de los retos existentes est¨¢n relacionados con los llamados menores extranjeros no acompa?ados. Son los ni?os que sufren m¨¢s vulneraciones, tanto en el plano normativo como en la aplicaci¨®n concreta que realizan los poderes del Estado y las entidades auton¨®micas y locales.
En un ¨¢rea tan compleja y con tales posibilidades de cometer errores, todas estas garant¨ªas jur¨ªdicas son absolutamente cruciales
Uno de estos menores no acompa?ados, que emprenden solos el viaje en busca de un futuro mejor, es Oumar. ?l lleg¨® solo a Italia. Dos personas murieron en la barca en la que viaj¨® hasta Europa, en la que trataba de huir de su pasado, creciendo solo en las calles de Ghana.
La situaci¨®n de estos ni?os, y su mayor o menor protecci¨®n, est¨¢ condicionada por un c¨®ctel de normativas de extranjer¨ªa y protecci¨®n en el que se mezclan distintos intereses y actores. Un sistema complejo y con una casu¨ªstica tan extrema que genera tratamientos desiguales y desprotecci¨®n en muchos casos.
En los procedimientos de determinaci¨®n de la edad encontramos un ejemplo evidente. La jurisprudencia espa?ola y las quejas que llegan al Defensor del Pueblo evidencian que se producen errores que tienen graves consecuencias para los ni?os, porque, en tanto que err¨®neamente considerados mayores de edad, pueden acabar en la calle o ingresados en un Centro de Internamiento. Se somete a los adolescentes a pruebas radiol¨®gicas de una forma casi rutinaria en algunos puntos, porque no siempre se tiene en cuenta la documentaci¨®n que aportan. Adem¨¢s, tampoco se adoptan todas las medidas cautelares que se deber¨ªan cuando la edad sigue en cuesti¨®n en sede judicial o cuando las solicita el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o.
Las nuevas Observaciones Generales dan pistas sobre c¨®mo se puede avanzar. La primera es que solo debe acudirse a un procedimiento de determinaci¨®n de la edad como ¨²ltimo recurso, y siempre buscando la protecci¨®n del ni?o. Esto significa, como dice el propio Comit¨¦, que hay que comenzar con una entrevista y que los documentos acreditativos de identidad que se aporten (pasaportes, partidas de nacimiento, certificados de inscripci¨®n consultar, etc¨¦tera) se consideren siempre v¨¢lidos, a menos que haya una prueba en contrario.
La segunda es que, en caso de duda o mientras la edad est¨¦ cuestionada, siempre se consideren y traten como menores de edad. Por ello, las medidas cautelares deben adoptarse con rapidez, para evitar situaciones de desprotecci¨®n. El ingreso en centros de menores o la paralizaci¨®n de las expulsiones son particularmente importantes.
La tercera es que los m¨¦todos tienen que ir encaminados a valorar el desarrollo f¨ªsico y psicol¨®gico, teniendo en cuenta el g¨¦nero, la edad y las caracter¨ªsticas ¨¦tnicas y culturales. Adem¨¢s, es necesario mencionar siempre el margen de error que tienen las radiograf¨ªas ¨®seas y dentales. Nunca se puede declarar una edad exacta, porque no existe ning¨²n m¨¦todo capaz de averiguarlo.
La cuarta es que los adolescentes tienen que estar acompa?ados por adultos durante todo el procedimiento, en concreto, el tutor y el representante legal. Este procedimiento no puede iniciarse hasta que el tutor y el representante legal hayan sido nombrados y est¨¦n en contacto con el afectado. Por ¨²ltimo, deben preverse mecanismos de revisi¨®n y apelaci¨®n de las determinaciones de la edad, por parte de un ¨®rgano independiente.
En un ¨¢rea tan compleja y con tales posibilidades de cometer errores, todas estas garant¨ªas jur¨ªdicas son absolutamente cruciales.
Un ni?o o una ni?a migrante puede conocer el lado oscuro de la experiencia migratoria por muchas razones que se nos escapan, pero no deber¨ªa ser nunca como consecuencia de una falta de diligencia en la adopci¨®n y aplicaci¨®n de las garant¨ªas jur¨ªdicas fundamentales.
Oumar ha encontrado una familia de acogida en Italia. "Ahora tengo a alguien que se preocupa por m¨ª. Ahora tengo una familia. Todas las malas experiencias por las que he pasado¡creo que han acabado". La traves¨ªa de todos los ni?os y ni?as migrantes merece un final feliz como el de Oumar.
Javier Martos es director ejecutivo de Unicef Comit¨¦ Espa?ol.
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