La urgencia de ir m¨¢s all¨¢ de las cifras en Am¨¦rica Latina
La gravedad de los fen¨®menos de la pobreza y la desigualdad aumentar¨¢ ineludiblemente si no hacemos nada. Si no es un tema prioritario, seguiremos lamentando estad¨ªsticas
Recientemente se ha presentado el informe Panorama Social de Am¨¦rica Latina 2017 de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal). Seg¨²n cifras oficiales, la pobreza aument¨® durante 2016 alcanzando a 186 millones de personas, representando el 30,7% de la poblaci¨®n total de la regi¨®n. Lo grave del tema es que de 2014 a 2016 hay ocho millones m¨¢s de personas viviendo en situaci¨®n de pobreza, lo que equivaldr¨ªa a que toda la poblaci¨®n de Bogot¨¢ o Lima, o el total de la poblaci¨®n combinada de Costa Rica y Panam¨¢, pasara a vivir en situaci¨®n de pobreza en un periodo de apenas dos a?os.
M¨¢s grave todav¨ªa es que el porcentaje de pobreza extrema aument¨® de un 8,2% en 2014 a un 10% en 2016, pasando de 48 a 61 millones de personas. Son 13 millones m¨¢s las que subsisten con menos de lo b¨¢sico para vivir, lo que equivale a cuatro veces la poblaci¨®n total de Uruguay o la cantidad de personas que reside actualmente en Sao Paulo.
Las nefastas cifras sociales del informe son el medio para poner en discusi¨®n la pobreza y la desigualdad en Am¨¦rica Latina, problema estructural en la regi¨®n que hemos arrastrado a?o tras a?o y para el que la pol¨ªtica p¨²blica tradicional no ha dado respuesta.
Antes de priorizar que un par de pa¨ªses de la regi¨®n entren a los selectos grupos econ¨®micos globales, en donde preocupa m¨¢s el lugar que uno ocupa en la lista y que entrega un innegable estatus de pa¨ªs desarrollado econ¨®micamente, es clave atender, a la luz de las cifras actuales, lo importante y esencial. Es pensar en quienes lo est¨¢n pasando mal porque el salario no alcanza para poder comer; en quienes tras un terremoto, hurac¨¢n o inundaci¨®n quedan sin nada (y eso que ya ten¨ªan poco antes del desastre natural); en quienes deciden migrar hacia otro pa¨ªs en busca de oportunidades y que se encuentra con muros f¨ªsicos, pol¨ªticos y culturales; en aquella familia que quiere una escuela para su hijo o hija, pero que no la puede pagar o no tienen un domicilio reconocido porque viven en un asentamiento popular, siendo invisibles para el resto de la sociedad. Esto es lo que se encuentra m¨¢s all¨¢ de las cifras, esto es m¨¢s importante que un gr¨¢fico o una proyecci¨®n matem¨¢tica, m¨¢s humano que la posici¨®n en una lista que ocupa un pa¨ªs a nivel internacional.
No hacer nada es una opci¨®n que nos lleva a un barranco de destrucci¨®n moral, para ver como Am¨¦rica Latina es absorbida por la violencia, la desconfianza e indiferencia
La pobreza y la desigualdad son un obst¨¢culo gigante, una pendiente inclinada para m¨¢s de 180 millones de latinoamericanos y latinoamericanas que viven la pobreza y extrema pobreza cada d¨ªa, de forma distinta seg¨²n el lugar en el que residan, si son hombres o mujeres, si son j¨®venes o reci¨¦n nacidos, si tienen un contrato de trabajo o carecen de resguardo alguno.
Conocer aquellos rostros, experiencias, trayectorias y expectativas, no son solo buenas intenciones de empat¨ªa ciudadana, son actos de justicia que permitir¨¢n poner el tema en agenda para la construcci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas que respondan a las grandes problem¨¢ticas sociales, no a ciertos grupos de poder y presi¨®n que toman decisiones para sus beneficios selectos.
La complejidad y gravedad del fen¨®meno de la pobreza y desigualdad aumentar¨¢ ineludiblemente si no hacemos nada para cambiar esta realidad. Si no es un tema prioritario nos seguiremos lamentando de las cifras. Por eso, tenemos que preguntarnos todos y todas qu¨¦ haremos al respecto, c¨®mo desde el lugar que ocupamos en este momento podemos aportar algo para ir m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros, para ponernos al servicio de una transformaci¨®n de la realidad, para ver si desde las instituciones o intereses personales en temas sociales, econ¨®micos, pol¨ªticos, culturales y principalmente de valores, podemos hacer algo colectivamente para superar la pobreza y desigualdad.
No hacer nada es una opci¨®n que nos lleva a un barranco de destrucci¨®n moral, para ver como Am¨¦rica Latina es absorbida por la violencia, la desconfianza e indiferencia. Con seguridad la mejor opci¨®n es hacer algo colectivamente, situando en el podio de prioridades a quienes lo est¨¢n pasando mal y que, de seguro, tienen mucho que decir para cambiar la situaci¨®n en la que est¨¢n viviendo. Este es el primer paso.
Juan Pablo Duhalde es soci¨®logo y director de ¨¢reas sociales de la ONG TECHO - Internacional.
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