Siete errores que cometemos a la hora de escoger el colegio de los ni?os
Creemos que nuestros hijos tienen que ir a un buen centro, el mejor dentro de nuestras posibilidades, pero ?c¨®mo realizamos esta selecci¨®n?
El pasado 5 de mayo tuvo lugar por tercer a?o consecutivo el congreso educativo ESCOeduca, que transcurri¨® en la localidad madrile?a de San Lorenzo de El Escorial, organizado con el apoyo del Observatorio de Educaci¨®n de la Universidad Rey Juan Carlos. Soy asidua de este espacio de reflexi¨®n educativa en el que siempre disfruto y aprendo mucho. Mi aportaci¨®n este a?o se centr¨® en dinamizar las mesas que trataban acerca de la familia. Seg¨²n avanzaba la jornada, el debate de estas mesas deriv¨® hacia la brecha existente entre las familias y la escuela. ?Por qu¨¦ nos cuesta tanto formar equipo? ?Por qu¨¦ no nos sentimos miembros del mismo bando? Tal vez sea porque las familias no escogemos concienzudamente el centro escolar al que llevamos a nuestros hijos, no pensamos realmente en la importancia que tiene sentirse identificado con los valores del centro.
La conferencia de clausura fue a cargo del doctor Javier Blumenfeld y del neuropsic¨®logo Jos¨¦ Ram¨®n Gamo. El discurso, totalmente provocador, puso tanto a docentes como a familias en la situaci¨®n de plantearse muchas de las cosas que hacemos en nuestra labor como educadores sin apenas cuestionarnos su l¨®gica. Por ejemplo, a la hora de escoger colegio ?qu¨¦ l¨®gica seguimos los padres? Creemos que nuestros hijos tienen que ir a un buen colegio, el mejor dentro de nuestras posibilidades, pero ?c¨®mo realizamos la selecci¨®n del centro? En la mayor¨ªa de las ocasiones, nos solemos decantar por el colegio que est¨¢ m¨¢s cerca de casa, lo cual es totalmente incoherente, si no incluimos ning¨²n criterio m¨¢s. Una decisi¨®n tan importante como en qui¨¦n confiamos la educaci¨®n de nuestros hijos la fundamentamos en algo tan simple como la comodidad de ir al colegio m¨¢s pr¨®ximo.
Continu¨® Gamo provocando a los asistentes con otros hechos que escapan a la l¨®gica. Y es que cuando no escogemos el colegio con la excusa de que es el que est¨¢ m¨¢s cerca, lo hacemos porque es el centro al que fuimos nosotros mismos. Como si la educaci¨®n que recibimos hace 20 o 30 a?os fuera la que queremos para nuestros hijos. Puede ser un argumento bastante flojo para elegir colegio si no nos hemos informado de c¨®mo se ha adaptado el colegio a los retos de la nueva sociedad. Y si no, tambi¨¦n nos mueven los argumentos econ¨®micos, algo menos cuestionable tal vez, pero que tambi¨¦n demuestra, junto a los dem¨¢s, que en lo que menos nos fijamos es en el proyecto educativo del centro.
Creo que cometemos al menos siete errores a la hora de escoger colegio. El primero es que dado que solemos buscar centro escolar cuando el ni?o tiene tres a?os, nos preocupamos solo por la etapa de educaci¨®n infantil, por lo inmediato, y no nos informamos adecuadamente de la siguiente etapa, la primaria. Estas son las dos etapas que normalmente abarca un colegio p¨²blico, con lo que nos deber¨ªamos informar muy bien de c¨®mo se trabaja en ese centro en primaria y no solo de si los ni?os de tres a?os duermen la siesta o de si los cambian de ropa cuando se hacen pis encima, que tambi¨¦n es importante, pero cuando el ni?o tenga cinco a?os, eso ya no tendr¨¢ relevancia.
Otras familias, planifican con demasiada antelaci¨®n, quieren un colegio desde los tres hasta los dieciocho a?os. Y ponen esto por encima del resto de criterios. Este ser¨ªa para m¨ª el segundo error. Pero sin duda, el que me parece m¨¢s cr¨ªtico, es no prestar atenci¨®n al proyecto educativo del centro, claro que, para prestarle atenci¨®n, tienes que saber que existe tal cosa. Con esto hemos llegado al tercero. Pero ?qu¨¦ sabemos los padres de educaci¨®n? ?Sabemos lo que es un proyecto educativo? Los padres nos convertimos en educadores sin necesidad de hacer ning¨²n curso para ello, no porque sepamos hacerlo innatamente, sino porque es lo que nos ha tocado. Afortunadamente no se nos exige ning¨²n m¨¢ster o certificado para ser padres, pero eso no nos exime de la responsabilidad de formarnos.
A veces, en la elecci¨®n del centro, se prioriza el que el colegio tenga un determinado servicio, como ruta escolar, horario ampliado, comedor, actividades extraescolares, etc. Y ya van cuatro fallos. Solemos tambi¨¦n fiarnos de cualquier alma bienintencionada que nos diga que sus hijos van a tal o cual colegio y est¨¢n contentos. ?Contentos con qu¨¦? ?Cu¨¢l es la definici¨®n de buen colegio que nos puede dar el vecino? A menos que sea un experto en temas de educaci¨®n, no nos deber¨ªamos dejar aconsejar por cualquiera. Desde mi punto de vista, para que alguien te pueda aconsejar y recomendar realmente un colegio, tiene que haberlo escogido siguiendo alg¨²n criterio m¨¢s all¨¢ del de la proximidad. Este era el quinto fallo.
El sexto error que cometemos es no informarnos de c¨®mo atienden a los ni?os con necesidades educativas especiales. A menudo, pensamos que el colegio es facil¨ªsimo, que es un lugar al que los ni?os van a jugar y a pas¨¢rselo bien, que no van a tener ning¨²n problema, hasta que lo tienen. Si quieres preguntarle a alguien qu¨¦ tal es un colegio y si est¨¢ contento con el centro, preg¨²ntales a los padres de un ni?o con necesidades educativas, como la dislexia o el TDAH, que son dificultades muy habituales. Ellos te podr¨¢n decir mejor que nadie si es un centro que se preocupa, que atiende a todos los ni?os, sean cuales sean sus necesidades o sus diferencias.
Y el ¨²ltimo fallo es querer tener a todos nuestros hijos reagrupados en el mismo centro. Yo ca¨ª en cinco de estos siete errores, adem¨¢s de por supuesto elegir un colegio que estuviera cerquita de casa. Aunque tambi¨¦n tengo que reconocer que a veces tenemos la suerte loca de vivir cerca de un cole que mola, y si es as¨ª, solo puedo decir ?enhorabuena! Es cierto que la log¨ªstica puede complicarnos mucho la vida, que lo tenemos muy jorobado para conciliar, pero de verdad que, si pensamos que no hay nada m¨¢s importante que la educaci¨®n de nuestros hijos, tenemos que ser coherentes y actuar de manera l¨®gica. Si el colegio que nos queda m¨¢s cerca no cumple con las caracter¨ªsticas educativas del cole que so?amos, deber¨ªamos buscar otro. ?Nos paramos a pensar acaso c¨®mo es ese colegio ideal? El colegio perfecto no deber¨ªa ser aquel en el que soltamos al ni?o para que nos lo eduquen a su antojo y lo tengan ocupado un n¨²mero determinado de horas, acorde a nuestras necesidades laborales.
El reto, como apuntaba Gamo, es llegar a los padres, a las familias, para que no cometamos tantos errores, para que seamos l¨®gicos en la elecci¨®n de centro y para que demandemos una educaci¨®n diferente de la que recibimos nosotros. ?De verdad nos preocupa la educaci¨®n de nuestros hijos? Pues si es as¨ª, ya podemos empezar a reclamar una educaci¨®n m¨¢s innovadora e inclusiva, centrada en los alumnos y en su aprendizaje, a rebelarnos contra las pr¨¢cticas educativas bul¨ªmicas, pasivas y obsoletas, a desobedecer cuando algo no est¨¦ bien, cuando veamos que se educa a nuestros hijos rompiendo los esquemas de la l¨®gica. Y aqu¨ª, Gamo, invitaba no solo a los padres , sino tambi¨¦n a los docentes, a ser desobedientes cuando la ocasi¨®n lo merezca, como son las pruebas de evaluaci¨®n externas. Si queremos que nuestros hijos sean cr¨ªticos, debemos serlo nosotros mismos, obedecer y ser sumiso puede sonar pol¨ªticamente correcto, pero as¨ª no es como se generan cambios en la sociedad.
Una sociedad que, por otro lado, se est¨¢ transformando mucho m¨¢s deprisa de lo que lo est¨¢n haciendo muchos centros educativos. Algunos expertos, como el evangelista y experto en tecnolog¨ªa Javier Sirvent, auguran un futuro bastante rompedor, en el que hasta los profesores podr¨¢n ser sustituidos por m¨¢quinas, en el que desaparecer¨¢n multitud de puestos de trabajo, en el que si queremos tener valor, ya podemos empezar a diferenciarnos de lo que pueda hacer un robot o una inteligencia artificial. ?Preparan a nuestros hijos los colegios que elegimos porque est¨¢n al lado de casa para sobrevivir en ese entorno que nos auguran los expertos?
Creo que hay dos momentos en los que los padres realmente nos preocupamos por el centro educativo de nuestros hijos: cuando vamos a escolarizarlos por primera vez, lo cual ocurre habitualmente cuando los ni?os tienen alrededor de tres a?os, o cuando una vez escolarizado algo muy preocupante les ocurre a nuestros peque?os. Por eso pienso que, si est¨¢s en alguna de estas dos situaciones, deber¨ªas tratar de evitar caer en los errores que tantos de nosotros hemos cometido y tomar consciencia de que, como usuarios del sistema educativo, tenemos el poder de cambiarlo demandando la educaci¨®n con la que so?amos. Las familias podemos y debemos contribuir a acelerar el cambio educativo que avanza tan despacio.
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