Por qu¨¦ un ¡®spoiler¡¯ no te arruinar¨¢ la pel¨ªcula: as¨ª funciona la ciencia del giro argumental
Una parte del placer causado por los giros argumentales no deriva del impacto de la sorpresa, sino de contemplar las partes anteriores del relato a la luz del giro
Recientemente he hecho algo que a muchos les resultar¨ªa impensable, o al menos perverso. Antes de ir a ver Los vengadores: Infinity War, le¨ª deliberadamente una rese?a que revelaba los principales puntos del argumento, de principio a fin.
No se preocupen; no voy a compartir aqu¨ª ninguno de esos spoilers. Aunque s¨ª pienso que la aversi¨®n a ellos ¨Clo que A. O. Scott, de The New York Times lamentaba recientemente como ¡°un tab¨² f¨®bico e hipersensible contra la discusi¨®n p¨²blica de todo aquello que ocurre en la pantalla¡±¨C es un tanto exagerada.
En mi trabajo como cient¨ªfica cognitiva estudio la relaci¨®n entre cognici¨®n y narraciones, y s¨¦ que las pel¨ªculas ¨Ccomo todos los relatos¨C aprovechan nuestra tendencia natural a anticipar qu¨¦ va a pasar a continuaci¨®n.
Estas tendencias cognitivas ayudan a explicar por qu¨¦ los giros argumentales pueden causar tanta satisfacci¨®n. Pero de manera un poco il¨®gica, explican tambi¨¦n por qu¨¦ el hecho de conocer por adelantado un giro argumental ¨Cel temido ¡°spoiler¡±¨C no estropea en absoluto la experiencia.
La maldici¨®n del saber
Cuando tomamos un libro por primera vez, normalmente queremos tener una idea de qu¨¦ debemos esperar; las novelas de misterio blandas, por ejemplo, no deben contener violencia o sexo expresos. Pero probablemente tambi¨¦n esperemos que lo que vamos a leer no sea completamente predecible.
Hasta cierto punto, el miedo a los spoilers est¨¢ fundado. Solo tenemos la oportunidad de descubrir algo por primera vez. Una vez descubierto, ese descubrimiento afecta a lo que percibimos, a lo que anticipamos, e incluso a los l¨ªmites de nuestra imaginaci¨®n.
Lo que sabemos nos hace equivocarnos en muchos aspectos, una tendencia general conocida como la ¡°maldici¨®n del saber¡±.
Por ejemplo, cuando sabemos la respuesta a un enigma, ese conocimiento hace que nos sea m¨¢s dif¨ªcil calcular cu¨¢nto le costar¨¢ a otra persona resolverlo: lo vemos m¨¢s f¨¢cil de lo que realmente es.
Cuando conocemos la resoluci¨®n de un suceso ¨Cya sea un partido de baloncesto o unas elecciones¨C tendemos a sobreestimar en qu¨¦ medida dicho resultado era probable.
La informaci¨®n que encontramos antes influye en nuestro c¨¢lculo de lo que es posible despu¨¦s. Da igual que estemos leyendo un relato o negociando un salario: cualquier punto de partida inicial para nuestro razonamiento ¨Cpor arbitrario o aparentemente irrelevante que sea ¨C ¡°ancla¡± nuestro an¨¢lisis. En un estudio con expertos jur¨ªdicos a los que se les presentaba una causa penal hipot¨¦tica, los participantes propon¨ªan penas m¨¢s largas cuando se les presentaban n¨²meros m¨¢s elevados obtenidos con dados lanzados al azar.
Los giros argumentales lo unen todo
Ya sea de manera consciente o intuitiva, los buenos escritores saben todo esto.
Un relato eficaz obra su magia aprovech¨¢ndose en parte de estos y otros h¨¢bitos de pensamiento predecibles. Las pistas falsas, por ejemplo, son un tipo de ancla que establece falsas expectativas, y que puede hacer que los giros parezcan m¨¢s sorprendentes.
Una parte del placer causado por los giros argumentales no deriva del impacto de la sorpresa, sino de contemplar las partes anteriores del relato a la luz del giro. Las sorpresas m¨¢s satisfactorias adquieren su fuerza ofreci¨¦ndonos una percepci¨®n nueva y mejor del material previo. Esta es otra oportunidad para que los relatos aprovechen a su favor la maldici¨®n del conocimiento.
Recuerden que una vez que conocemos la respuesta a un enigma, sus claves pueden parecernos m¨¢s transparentes de lo que realmente eran. Cuando retomamos partes anteriores del relato a la luz de ese conocimiento, las pistas bien construidas adquieren una importancia nueva y satisfactoria.
Piensen en El sexto sentido. Una vez revelado su gran giro argumental ¨Cque el personaje de Bruce Willis ha sido todo el tiempo uno de los ¡°muertos¡± que solo el ni?o protagonista ve¨C la pel¨ªcula ofrece una repetici¨®n r¨¢pida de escenas que despu¨¦s de la sorpresa cobran otro sentido. Ahora entendemos, por ejemplo, que su esposa (su viuda, de hecho) no se apresur¨® a tomar la cuenta en un restaurante antes que ¨¦l por resentimiento, sino porque, hasta donde ella sab¨ªa, estaba cenando sola.
Incluso a?os despu¨¦s de estrenada la pel¨ªcula, los espectadores sienten placer con este giro, saboreando en qu¨¦ medida deber¨ªa haber sido ¡°obvio, si se presta atenci¨®n¡± a las partes anteriores de la pel¨ªcula.
Pros y contras de los ¡®spoilers¡¯
Al mismo tiempo, hay estudios que demuestran que incluso cuando los espectadores est¨¢n seguros de un resultado, indefectiblemente experimentan suspense, sorpresa y emoci¨®n. Las secuencias de acci¨®n siguen acelerando el coraz¨®n, las bromas siguen haciendo gracia y los momentos conmovedores siguen haci¨¦ndonos llorar.
Como demostraban no hace mucho Jonathan Levitt y Nicholas Christenfeld, investigadores de la Universidad de California en San Diego, los spoilers no estropean. En muchos casos, aumentan activamente el disfrute.
De hecho, cuando un giro importante en el relato es verdaderamente inesperado, puede tener un efecto catastr¨®fico en el disfrute, como muchos indignados espectadores de Infinity War pueden atestiguar.
Si uno conoce el giro de antemano, la maldici¨®n del conocimiento tiene m¨¢s tiempo para obrar su magia. Los elementos anteriores del relato parecer¨¢n presagiar m¨¢s claramente el final cuando se sabe cu¨¢l es dicho final. Esto puede hacer que la obra en conjunto parezca m¨¢s coherente, unificada y satisfactoria.
Por supuesto, la anticipaci¨®n es por s¨ª misma un placer delicioso. Conocer por adelantado los giros argumentales puede reducir dicho entusiasmo, a pesar de que el conocimiento previo no arruine el disfrute del relato en s¨ª.
Los expertos en mercadotecnia saben que lo que los spoilers s¨ª arruinan es la urgencia del deseo de los consumidores de ver o leer una historia. El inter¨¦s y la anticipaci¨®n pueden rebajarse hasta tal punto que la gente se quede en casa, perdi¨¦ndose el placer que habr¨ªa experimentado si nunca hubiese sabido el resultado.
Vera Tobin es profesora adjunta de Ciencias Cognitivas en la Case Western Reserve University
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n
Vera Tobin no trabaja para ninguna empresa u organizaci¨®n que pueda beneficiarse de este art¨ªculo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiaci¨®n. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte del cargo acad¨¦mico mencionado.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
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