Moda contra la exclusi¨®n
En Jordania, donde los refugiados no pueden trabajar, la iniciativa Rafed¨ªn ense?a costura a j¨®venes iraqu¨ªes para darles un futuro
En Jordania, los refugiados no pueden trabajar. No les est¨¢ permitido. Esa es la raz¨®n por la que un grupo de j¨®venes cristianas iraqu¨ªes ha encontrado la salida para poder tener un futuro en la firma Rafedin.
¡°Viv¨ªa en Bagdad con mi familia. Iba a la Universidad y ten¨ªa una vida tranquila y serena. Nunca habr¨ªa imaginado que tendr¨ªa que dejar mi pa¨ªs, ni abandonar mi futuro sin poder volver atr¨¢s. Todo cambi¨® muy r¨¢pido y de manera muy tr¨¢gica¡±, explica la joven iraqu¨ª, Shahad Zakko. La realidad de esta chica de 22 a?os ejemplifica la batalla de los refugiados de todo el mundo que, despu¨¦s de tener que abandonar forzosamente su pa¨ªs, se enfrentan a una situaci¨®n que dista mucho de la vida so?ada, o simplemente, de un futuro digno.
Shahad, que pertenece a la minor¨ªa cristiana en Irak, tuvo que huir debido a la guerra y a la fuerte discriminaci¨®n que sufr¨ªa por su religi¨®n. Ella y su familia se refugiaron en Jordania, dispuestos a iniciar una nueva vida. Sin embargo, se encontraron con que all¨ª los refugiados no pueden trabajar, ni estudiar. Ni siquiera tienen derecho a la sanidad p¨²blica. ¡°?Qu¨¦ iba a hacer yo?, ?c¨®mo ¨ªbamos a sobrevivir? Fue horrible¡±, se lamenta Shahad.
Viv¨ªa en Bagdad con mi familia. Iba a la Universidad y ten¨ªa una vida tranquila y serena. Nunca habr¨ªa imaginado que tendr¨ªa que dejar mi pa¨ªs, ni abandonar mi futuro sin poder volver atr¨¢s.
A pesar de que el derecho internacional consuetudinario y varios tratados obligan a los pa¨ªses a acoger a ¡°toda persona que tenga motivo para sentirse amenazada en su pa¨ªs de origen, as¨ª como a garantizar sus derechos civiles¡±, Jordania no ha firmado la Convenci¨®n del Estatuto de los Refugiados de 1951, lo que conlleva importantes lagunas en los derechos otorgados a los refugiados. Algo preocupante, ya que el reino jordano hist¨®ricamente es un territorio que ha destacado por acoger a un gran n¨²mero de refugiados de pa¨ªses vecinos. De hecho, en octubre de 2016 figuraba como el pa¨ªs con mayor n¨²mero de refugiados del mundo con 2,7 millones de personas acogidas.
¡°Mi vida en Jordania comenz¨® en 2015, cuando llegu¨¦ a Amm¨¢n con mi familia. No fue nada f¨¢cil. Yo quer¨ªa ayudarles, pero aqu¨ª no pod¨ªa hacer nada. Solo pod¨ªamos y podemos esperar a conseguir visado para ir como refugiados a otro pa¨ªs, como el resto de los iraqu¨ªes¡±, explica la joven, que finalmente encontr¨® una salida.
Rafedin, un punto de luz
En 2016, un cura italiano, Mario Cornioli, del Patriarcado latino de Jerusal¨¦n, y Rosaria, una costurera de la misma nacionalidad, se conocieron en Bel¨¦n, Palestina, donde decidieron emprender un nuevo proyecto para ayudar a las refugiadas cristianas iraqu¨ªes en Jordania, a trav¨¦s de la moda.
Mi vida en Jordania comenz¨® en 2015, cuando llegu¨¦ a Amm¨¢n con mi familia. No fue nada f¨¢cil. Yo quer¨ªa ayudarles, pero aqu¨ª no pod¨ªa hacer nada.
Surgi¨®, entonces, Rafedin ¨Ccuyo significado hace referencia a Irak¨C. Esta iniciativa naci¨® con ayuda de la oeneg¨¦ ATS Pro Terra Sancta en asociaci¨®n con el sector privado comercial italiano, "con el objetivo principal de proporcionar una formaci¨®n profesional ¨²til y una oportunidad de trabajo a j¨®venes refugiadas, de otro modo forzadas a quedarse en casa¡±, explica la responsable del proyecto, Maria Paola Crisponi.
Rafedin es una marca, un taller de costura, una tienda y una familia, gracias a la cual 20 j¨®venes refugiadas iraqu¨ªes, como Shahad, han conseguido aprender un oficio y elaborar productos textiles, que les permiten cobrar una peque?a remuneraci¨®n y apostar por un futuro.
¡°A pesar de las dificultades que encontr¨¦ a mi llegada a Jordania, tuve la gran suerte de conocer Rafedin, donde he aprendido muchas cosas que me ayudar¨¢n en el nuevo pa¨ªs en el que tenga que establecerme", afirma Shahad. "Adem¨¢s es una oportunidad de futuro, aqu¨ª he encontrado a un grupo de chicas como yo y un lugar en el que me siento como en casa¡±.
Las clases de ingl¨¦s y los cursos de sastrer¨ªa y patronaje italiano, realizados por formadoras italianas, han supuesto todo un cambio en la vida de unas j¨®venes que se encontraban perdidas en un pa¨ªs en el que les impide ser ciudadanas de pleno derecho. Las pajaritas, camisas, vestidos, bolsos o pulseras son algunos de los productos que confeccionan estas j¨®venes y que pueden adquirirse, a trav¨¦s de su p¨¢gina de Facebook, en toda Europa y en Amm¨¢n. Los beneficios son destinados ¨ªntegramente a las chicas.
Tras estudiar las posibilidades de este proyecto y del entusiasmo que muestran las refugiadas, el padre Mario y su equipo, est¨¢n analizando la posibilidad de realizar un proyecto similar en Bel¨¦n, Palestina, donde la poblaci¨®n sufre serios problemas debido a los asentamientos ilegales por parte de Israel.
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