?Qu¨¦ cosas deben pagar los sistemas de sanidad p¨²blica?
Elegir qu¨¦ medicamentos o tratamientos financian los Gobiernos es una tarea muy dif¨ªcil que requiere sistemas bien definidos y transparentes
En lo que va de siglo, la esperanza de vida mundial ha aumentado cinco a?os. La calidad de esta es mejor y las tecnolog¨ªas m¨¦dicas se desarrollan a velocidades vertiginosas. Las poblaciones est¨¢n cada d¨ªa mejor informadas con respecto a su salud y son, por ende, m¨¢s exigentes a la hora de reclamar servicios sanitarios. Esta nueva realidad, sin duda positiva, se une a importantes cambios epidemiol¨®gicos, y juntos act¨²an como fuerzas disruptivas en el panorama actual de la salud. La cobertura sanitaria universal es la meta y los gobiernos siguen teniendo ante s¨ª, en nuevos escenarios, el viejo reto de hacer el mejor uso posible de los recursos disponibles para el sector de la salud.
Sin embargo, ning¨²n pa¨ªs, por rico que sea, puede permitirse pagar todas las medicinas que su poblaci¨®n necesita, ni tiene capacidad econ¨®mica para financiar todas las tecnolog¨ªas o intervenciones sanitarias que aparecen en el mercado. Muchos Estados hacen frente a esta brecha de una manera impl¨ªcita a trav¨¦s de listas de espera, merma de la calidad de las prestaciones, copagos elevados o negaci¨®n de servicios en los puntos de atenci¨®n. Estas formas de proceder no siempre inciden sobre los temas de salud m¨¢s apremiantes o no tienen en consideraci¨®n a los grupos m¨¢s vulnerables, lo que les ha valido numerosas cr¨ªticas por ser poco equitativos e ineficientes, sobre todo en regiones con tanta desigualdad social como Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Por ello, en los ¨²ltimos a?os ha cobrado fuerza la tendencia a definir expl¨ªcitamente los servicios que ser¨¢n cubiertos con recursos p¨²blicos. Es lo que se conoce como priorizar en salud, ordenar seg¨²n el grado de importancia los servicios, tecnolog¨ªas o tratamientos sanitarios que ser¨¢n financiados con recursos p¨²blicos para beneficio de la poblaci¨®n.
Ning¨²n pa¨ªs, por m¨¢s rico que sea, puede permitirse pagar todas las medicinas que su poblaci¨®n necesita ni para financiar todas las tecnolog¨ªas o intervenciones sanitarias que aparecen en el mercado
El fin ¨²ltimo es racionalizar el gasto, mejorar el acceso y la calidad de los servicios y mantener o promover la equidad en los sistemas sanitarios. Esta es una tarea muy compleja que exige a numerosos actores, con intereses y objetivos muy diferentes, interactuar y trabajar de una manera articulada. Instituciones gubernamentales, pol¨ªticos, personal, industria farmac¨¦utica y pacientes, entre otros, han de participar de una manera coherente y transparente en las decisiones que afectan a la salud porque de ello depende el apoyo de la poblaci¨®n y de los grupos de inter¨¦s a las pol¨ªticas de cobertura sanitaria.
Sin embargo, la manera en que los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina tratan de adaptar sus recursos a las necesidades de sus poblaciones en materia de salud no ha sido uniforme y ha progresado a un ritmo diferente. La red regional Criteria del Banco Interamericano de Desarrollo acaba de publicar un an¨¢lisis comparativo de la priorizaci¨®n del gasto en salud en Brasil, Colombia y M¨¦xico. En ¨¦l emplea un enfoque sist¨¦mico que enfatiza la relaci¨®n existente entre los distintos procesos asociados a la priorizaci¨®n y en la definici¨®n de un principio rector que los coordine y articule. Las experiencias de pol¨ªtica p¨²blica de estos pa¨ªses permiten extraer conclusiones para incitar a la reflexi¨®n y el debate mientras que el enfoque sist¨¦mico ayuda a identificar las partes y las relaciones entre los actores, ordenar los procesos y entender c¨®mo su organizaci¨®n determina el resultado final.
Una adecuada planificaci¨®n y evaluaci¨®n de las pol¨ªticas de priorizaci¨®n facilita detectar y subsanar problemas con mayor facilidad y se traduce en una mejor eficiencia del gasto p¨²blico. Aunque no hay un camino ¨²nico y cada pa¨ªs ha abordado sus planes en diferentes momentos y de maneras distintas, la publicaci¨®n identifica una serie de acciones necesarias y comunes. Tambi¨¦n destaca los avances y los retos pendientes, puntos que pueden servir de referencia para aquellos pa¨ªses que todav¨ªa no han iniciado sus procesos de priorizaci¨®n en salud o que est¨¦n en proceso de crearlos o mejorarlos.
Construir sistemas fuertes de priorizaci¨®n sanitaria ¡ªcoherentes, eficaces, leg¨ªtimos y transparentes¡ª permite contar con el respaldo de las poblaciones y es fundamental en contextos de restricci¨®n fiscal que limitan los recursos para cumplir las expectativas de los ciudadanos. Pero ello exige articular y conectar muy bien los procesos teniendo en cuenta los contextos pol¨ªticos, institucionales y socioculturales. Una tarea larga y complicada de la que depende la salud y el bienestar de todos.
Ferdinando Regalia es jefe de la Divisi¨®n de Protecci¨®n Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo.
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