Mayores vulnerables: cuando el que maltrata es una persona de confianza

Seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en 2015 hab¨ªa en el mundo 900 millones de personas mayores de 60 a?os, una cifra que sobre la base de las previsiones se duplicar¨¢ hasta sobrepasar los 2.000 millones en 2050. Este incremento, y el envejecimiento asociado de la poblaci¨®n mundial, ha tra¨ªdo consigo tambi¨¦n un aumento considerable de los casos de maltrato y de abuso a la vejez, definido como ¡°un problema importante de salud p¨²blica¡± por parte de la propia OMS. Un dato que no puede pasar desapercibido este viernes 15 de Junio, D¨ªa Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez

Un incremento dif¨ªcil de cuantificar, ya que los datos oscilan ostensiblemente entre unos estudios y otros; a lo que habr¨ªa que a?adir los ancianos que ocultan su realidad o no denuncian, lo que subestima el verdadero alcance de la problem¨¢tica. Seg¨²n la OMS, se estima que hoy por hoy el 10% de las personas mayores ha sufrido malos tratos en el ¨²ltimo mes, una cifra que pod¨ªa ser considerablemente mayor si tenemos en cuenta que solo el 4% de los casos se notifican. En Espa?a, seg¨²n Carmen Garc¨ªa Revilla, presidenta de la Comisi¨®n Ni abuso, Ni maltrato: no est¨¢s solo de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones de Mayores (CEOMA), los datos de prevalencia que se barajan oscilan entre el 0,6% y el 52,7%, aunque ¡°la media se aproximar¨ªa a alrededor de un 15,2% de personas que sufren o se sospecha que sufren abuso y /o maltrato¡±.

Pese a la alarmante cifra y a que, como afirma Garc¨ªa Revilla, hablamos de una realidad que, adem¨¢s de ser un problema de salud p¨²blica, es tambi¨¦n ¡°un problema de violaci¨®n de los derechos humanos¡±, para los expertos consultados a¨²n estamos lejos de tomar conciencia pol¨ªtica y social de la dimensi¨®n del mismo. ¡°Se sabe que existe el problema, pero se mira de soslayo. Se elaboran protocolos y gu¨ªas y con eso ya creemos haber cumplido. Y desde luego no solo no hemos cumplido, sino que adem¨¢s no le damos la importancia que tiene¡±, afirma la portavoz de CEOMA.

Una opini¨®n que comparte Alejandra Chuli¨¢n, psic¨®loga y coordinadora del Grupo de Trabajo Promoci¨®n para el Buen Trato hacia las Personas Mayores del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid, que se?ala como causa de esta falta de conciencia al hecho de que los efectos del envejecimiento de la poblaci¨®n no hayan sido evidentes hasta ahora: ¡°El maltrato al mayor no se empieza a reconocer hasta 1975, hace muy poco si tenemos en cuenta que el maltrato al ni?o se reconoce desde el siglo XIX. Ahora empezamos a ser conscientes de la vulnerabilidad de las personas mayores, ahora se ha hecho m¨¢s visible el aumento de personas con dependencia f¨ªsica y deterioro cognitivo, que necesitan cuidados y mayor atenci¨®n; y ahora, por tanto, es cuando est¨¢n empezando a brotar los casos¡±.

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Un maltrato que aumenta el riesgo de muerte

No ayuda a la visibilidad de la problem¨¢tica, no obstante, el hecho de que las personas mayores tengan poca voz, participaci¨®n y representaci¨®n en la sociedad, lo que la portavoz de CEOMA califica de ¡°marginaci¨®n de los mayores¡±, asociada en parte a la imagen de ¡°inoperancia del jubilado¡± y a otros estereotipos vinculados a la tercera edad. Tampoco lo dif¨ªcil que resulta aceptar que te est¨¢n maltratando y, por tanto, dar el paso de denunciarlo, sobre todo cuando el maltratador es un hijo. No existen los medios (¡°carecen de servicios telef¨®nicos como los de Violencia de G¨¦nero y Acoso Escolar¡±) y, adem¨¢s, los ancianos conviven con el miedo a las represalias, a perder el afecto de sus hijos, a la soledad. ¡°Muy pocas de las muchas denuncias que nos llegan a CEOMA son realizadas por la misma persona que sufre el maltrato. Suelen ser familiares, amigos o vecinos los que las presentan¡±, confirma.

?Existe un retrato robot del anciano maltratado, unas caracter¨ªsticas comunes entre las v¨ªctimas? Partiendo de la base de que todos somos susceptibles de sufrir maltrato, para Garc¨ªa Revilla existe una relaci¨®n directa entre la fragilidad del anciano, su grado de dependencia y el riesgo de que sufra maltrato. Cuanto mayores sean las dos primeras, mayores ser¨¢n tambi¨¦n las probabilidades. Seg¨²n Alejandra Chul¨ªan, por su parte, las investigaciones recientes muestran que el riesgo es mayor en mujeres que en hombres, y que el maltrato es m¨¢s frecuente sobrepasados los 80 a?os porque aumenta el grado de dependencia f¨ªsica y el deterioro cognitivo. ¡°Otros factores asociados ser¨ªan los problemas econ¨®micos, la infravivienda, la convivencia con mucha gente en el domicilio, el no tener recursos sociales. Como retrato robot podr¨ªamos decir que tenemos a una mujer mayor de 80 a?os con dependencia f¨ªsica y/o cognitiva y con problemas econ¨®micos¡±, explica.

Seg¨²n las expertas, el maltrato que sufren los ancianos, m¨¢s all¨¢ de las consecuencias f¨ªsicas, se traduce en problemas de ¨ªndole emocional y psicol¨®gico, como demuestran los aumentos de casos de ansiedad, estr¨¦s o depresi¨®n. ¡°El maltrato a las personas mayores normalmente viene generado por una persona de confianza, con la que convive o que le cuida. No es alguien de fuera que viene y le da un golpe, sino que hablamos de alguien en quien deposita sus emociones y necesidades de cuidado, en muchos casos los propios hijos e hijas. Piensa que uno de tus hijos un d¨ªa te maltrata. El da?o emocional es insoportable¡±, reflexiona la psic¨®loga, que a?ade que muchos de estos casos de ansiedad y depresi¨®n est¨¢n mal diagnosticados y mal tratados ¡°ya que se recetan f¨¢rmacos cuando el problema real est¨¢ en el domicilio¡±.

Pero no son las ¨²nicas consecuencias. A ellas Carmen Garc¨ªa Revilla une la ¡°falta de higiene personal y externa, la desnutrici¨®n, el retraimiento, el miedo, la ira hacia el cuidador, los problemas para dormir o la tristeza infinita¡±. Problemas todos ellos que pueden acarrear un deterioro f¨ªsico y que seg¨²n Alejandra Chuli¨¢n incrementan ¡°hasta en un 200%¡± el riesgo de muerte del anciano.

Medidas para poner coto al maltrato

Para Carmen Garc¨ªa Revilla el primer paso para actuar con eficiencia y eficacia sobre la problem¨¢tica pasa, necesariamente, por dimensionarla, por tener datos exactos y no el baile de cifras existente hoy en d¨ªa: ¡°hay que cumplir la estrategia y los planes mundiales sobre envejecimiento y salud adoptados en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2016, que entre las medidas prioritarias para los gobiernos fij¨® como primera la inversi¨®n en estudios para determinar la frecuencia del maltrato a las personas de edad¡±.

Partiendo de esa base, el maltrato a la vejez deber¨ªa convertirse para la portavoz de CEOMA en ¡°un tema de debate p¨²blico y prioritario para los gobiernos¡±. En ese sentido, recuerda que en el mes de febrero el Grupo Parlamentario Socialista, entonces en la oposici¨®n, present¨® en el Congreso una proposici¨®n no de ley sobre el Plan de prevenci¨®n y erradicaci¨®n del maltrato a las personas mayores para su debate en el Pleno.

Y de ese debate p¨²blico y pol¨ªtico, para ambas expertas, deber¨ªan surgir leyes que den protecci¨®n jur¨ªdica a las personas mayores. ¡°Un marco legal m¨¢s completo y espec¨ªfico para esta casu¨ªstica especifica como instrumento para quienes tienen el deber de actuar¡±, reivindica Garc¨ªa Revilla. Y tambi¨¦n campa?as de difusi¨®n y sensibilizaci¨®n para dar visibilidad al abuso y maltrato a los mayores, para que como afirma Alejandra Chuli¨¢n no dudemos en denunciar si vemos o conocemos un caso: ¡°tenemos muy asumido con la violencia de g¨¦nero lo que tenemos que hacer y con las personas mayores deber¨ªa ser exactamente igual¡±.

La psic¨®loga a?ade tambi¨¦n la necesidad de que las autoridades se impliquen para dar m¨¢s ayuda en domicilio, ya que en su opini¨®n ¡°tenemos a muchos cuidadores saturados que no tienen con qui¨¦n compartir esas tareas¡±. Por ¨²ltimo, destaca la importancia de la formaci¨®n a los profesionales de la salud, m¨¦dicos de cabecera y enfermeros, ¡°para que sepan detectar malos tratos, para que entiendan c¨®mo es una persona mayor y para que puedan formar a los cuidadores¡±.