La seducci¨®n del grafiti
Muchas ciudades se han convertido en un atractivo tur¨ªstico por su arte callejero y las autoridades locales han descubierto sus posibilidades
El arte urbano (street art) es una pr¨¢ctica que relata la identidad de un territorio y en los ¨²ltimos a?os, se revela como una estrategia viable e innovadora para crear un producto que beneficie a la ciudad.
En sus comienzos, la autonom¨ªa y la vinculaci¨®n directa de la performatividad con el espacio p¨²blico era la esencia que prevalec¨ªa entre los graffiteros, manteniendo esta pr¨¢ctica en un c¨ªrculo clandestino; pero hoy en d¨ªa, mucho de esto se ha subvertido.
Muchas ciudades se han convertido en un atractivo tur¨ªstico por su arte callejero y las autoridades locales han descubierto el gran poder del arte urbano como transformador del espacio p¨²blico. Sin embargo, la contrapartida es que no cualquier expresi¨®n pl¨¢stica entra dentro de los est¨¢ndares institucionales; mientras por un lado se potencian estas pr¨¢cticas, por el otro se destruyen grafitis y se persiguen a artistas callejeros, considerados como v¨¢ndalos.
Cabe recordar la estrategia de Tolerancia Cero al graffiti con respecto a los usos del espacio p¨²blico en Madrid que promulgaron el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y su concejal de medio ambiente, Ana Botella.
Hoy en d¨ªa, la mayor¨ªa de Ayuntamientos han entendido que esta pr¨¢ctica puede convertirse en un bien mercantil mediante jornadas ¡®participativas¡¯, iniciativas art¨ªsticas y festivales urbanos ¨Cdonde, lo que antes se consideraba vandalismo ahora se realza positivamente con valores de autenticidad, libre expresi¨®n y creatividad.
Es el caso, por ejemplo, de los festivales al aire libre -generalmente equipados con foodtrucks y Dj's- donde una serie de artistas (principalmente muralistas) embellecen las paredes de un barrio. Este tipo de festivales aportan un cierto tono institucional, e (in)directamente forman parte de una estrategia gentrificadora de los espacios donde se emplazan. El documental Right to Wynwood perfectamente ejemplifica lo que pas¨® en un barrio de Miami, transformando un barrio considerado 'feo' en tendencia (turning ugly into trending).
En Espa?a, algunas instituciones han apostado por la instrumentalizaci¨®n del arte urbano como eje vertebrador de la ciudad. La iniciativa Murs lliures (muros libres), promovida por el ayuntamiento de Barcelona permite a los artistas agilizar los permisos para poder pintar en ciertas zonas habilitadas. Mientras tanto, fuera de los per¨ªmetros establecidos, la brigada antipintadas elimina lo que es considerado ¡®no arte¡¯. En algunas comunidades tambi¨¦n existen carn¨¦s para grafiteros para que los muros cedidos por el consistorio puedan ser intervenidos.
Otras iniciativas se impulsan a trav¨¦s de museos de grafiti al aire libre como en Lavapi¨¦s (Madrid), M¨¢laga, o la peque?a aldea de Fanzara (Castell¨®n), de poco m¨¢s de 300 habitantes, donde se cre¨® el Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU) y se pudo intervenir en los muros y fachadas de las casas con apoyo institucional y vecinal.
Pero, no solo se trata de ¡®ceder¡¯ espacios para la creaci¨®n art¨ªstica, ni desarrollar proyectos institucionales que se limiten a promover la ¡°ciudad creativa¡± para un fin ¨²nicamente lucrativo porque, de hecho, ya existen iniciativas tanto en lo local como en lo global que catalogan y estudian el arte urbano.
Los Street art tours, por ejemplo, ya son una realidad en la que muchos individuos, de manera altruista, recorren y ense?an obras singulares en los rincones de las ciudades. Tambi¨¦n han aparecido plataformas en l¨ªnea y aplicaciones m¨®viles que localizan las piezas (Street art cities, Geo Street art, entre otros). Muchas de estas apps y plataformas no dependen de ninguna instituci¨®n y utilizan el conocimiento colectivo para completar su archivo de obras.
Y es que, el arte urbano ¨Cpor el simple hecho de ejecutarse en el espacio p¨²blico- no tiene que ser propiedad de la instituci¨®n. Y parece que es aqu¨ª donde hay el problema. Se debe avanzar para entender que el arte urbano es parte de la cultura de la ciudad, articulando un discurso global desde lo local sin caer en el prejuicio legal o ilegal de estas pr¨¢cticas.
El artista cede su obra a la ciudadan¨ªa, puesto que se ubica en un espacio de todos, y cabe la posibilidad de que la pieza pueda ser borrada, re-pintada o ¡®robada¡¯, como es el caso de los trabajos de Banksy. Pero, ?cu¨¢les son los par¨¢metros impuestos para eliminar una obra y dejar expuesta otra?
Imaginemos, por un instante, qu¨¦ pasar¨ªa si el artista brit¨¢nico pintase ¨²nicamente su firma en una pared de la ciudad. Es aqu¨ª donde el mercado del arte urbano entra en otro contexto ya que la obra y el artista se entender¨ªan de otra manera; ya no se tratar¨ªa de vandalismo sino de arte en may¨²sculas.
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