En busca de bananas resistentes (y sabrosas)
El desarrollo de nuevas variedades o los agentes biol¨®gicos est¨¢n entre las alternativas para combatir la fusariosis, una plaga altamente destructiva que se transmite con facilidad por el agua o el suelo

Solo quedan cinco de su especie. A principios de julio saltaban las alarmas: el banano de Madagascar (Ensete perrieri), planta end¨¦mica de la isla, pasaba a la categor¨ªa de peligro cr¨ªtico en la lista roja de especies en riesgo de extinci¨®n. El fruto de este pariente lejano y salvaje del pl¨¢tano tiene semillas y es poco agradable para comer. Pero la noticia de su posible desaparici¨®n puso los focos sobre otra amenaza para esta familia de alimentos en general: la fusariosis del banano.
"El reto es grande, pero las bananas no se extinguir¨¢n". Fazil Dusunceli, experto de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura), pide evitar el catastrofismo pese al poder destructivo de la plaga. La fusariosis es una enfermedad causada por un hongo, el Fusarium oxysporum, que habita en los suelos y, seg¨²n Dusunceli, es imposible erradicar con los medios actuales. "Una vez que se establece en una plantaci¨®n, puede causar p¨¦rdidas de hasta el 100%". Infecta la ra¨ªz y se traslada por el sistema vascular de la planta, llegando a acabar con ella.
La preocupaci¨®n es mayor en las ¨²ltimas d¨¦cadas porque, a diferencia de las anteriores, la ¨²ltima variedad del hongo, conocida como TR-4 (raza tropical 4) afecta tambi¨¦n a la banana Cavendish, la m¨¢s consumida del mundo (supone casi el 50% de la producci¨®n global). "Y no es f¨¢cil evitar su expansi¨®n. Se transmite f¨¢cilmente a trav¨¦s del agua, de los zapatos o los veh¨ªculos que pasan por suelo afectado...", explica Dusunceli.
La variedad Cavendish, que representa una de cada dos bananas producidas con fines comerciales, es vulnerable al TR-4
El Fusarium TR-4, presente desde hace casi dos d¨¦cadas en el Sudeste asi¨¢tico, se ha detectado ya en al menos 12 pa¨ªses, en lugares tan distantes como China, Jordania, Australia o Mozambique. Hay alrededor de 100.000 hect¨¢reas (casi dos veces la superficie de Ibiza) afectadas. "Y ser¨ªa muy preocupante que llegara a Am¨¦rica Latina, la huerta de bananas del mundo", se?ala V¨ªctor Prada, del Foro Mundial Bananero. En Ecuador, por ejemplo, se producen tres de cada 10 ejemplares de esta fruta, que es la m¨¢s exportada del mundo por valor de 10.000 millones de d¨®lares anuales.
Hay dos medidas b¨¢sicas para prevenir la expansi¨®n: la utilizaci¨®n de semillas certificadas (que asegure que est¨¢n libres de TR-4, ya que el hongo se puede transmitir por ellas) y la precauci¨®n de los viajeros que hayan estado en zonas afectadas, para no transportarlo en su ropa, calzado, muestras de tierra... "Hay algunos fungicidas que funcionan cuando atacan al hongo directamente", explica el experto de la FAO. "Pero la dificultad es que est¨¦ est¨¢ en los suelos, y all¨ª los productos se disuelven restando efectividad al tratamiento", a?ade. Su uso tambi¨¦n presenta riesgos medioambientales.
?Y el pl¨¢tano de Canarias?
El Fusarium oxysporum TR-4 est¨¢ presente en Canarias desde los setenta, pero las condiciones subtropicales del cultivo en las islas hacen que la enfermedad no sea tan virulenta, seg¨²n explica Esther Dom¨ªnguez, responsable del departamento t¨¦cnico de Asprocan, la organizaci¨®n de productores de la fruta.
"En Canarias es f¨¢cil evitar la dispersi¨®n del hongo ya que las parcelas son peque?as y escalonadas, a diferencia de las grandes extensiones de cultivo americanas", apunta Dom¨ªnguez. "La incidencia del hongo es puntual y no supone una preocupaci¨®n para los productores canarios: su presencia es pr¨¢cticamente anecd¨®tica", a?ade. En las islas se produjeron el a?o pasado 437.782 toneladas de pl¨¢tanos.
"Si detectas la presencia a tiempo, puedes contenerla aislando la zona y evitando la entrada de trabajadores o agua", se?ala Dusunceli. "Hay varios ejemplos de contenci¨®n exitosa en Australia y otros lugares, pero para los peque?os agricultores sin capacidad para la detecci¨®n y reacci¨®n tempranas es muy complicado", a?ade.
"En las plantaciones no comerciales, de subsistencia o silvestres no hay capacidad t¨¦cnica para identificar si se trata del hongo", apunta Prada. "Por eso es mucho m¨¢s dif¨ªcil de controlar y con toda seguridad esto va a afectar much¨ªsimo a pa¨ªses donde el consumo es necesario para la seguridad alimentaria de la poblaci¨®n", agrega.
En pa¨ªses como Mozambique (el 20? exportador mundial) y otros del sur de ?frica, donde el sector bananero crece en importancia, la aparici¨®n del hongo pone en peligro adem¨¢s la fuente de subsistencia de miles de campesinos. Ni siquiera una compa?¨ªa con los medios de la multinacional Rift Valley no pudo evitar la destrucci¨®n de una plantaci¨®n entera ¡ªllamada Matanuska¡ª de 1.500 hect¨¢reas en el norte mozambique?o.
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En la b¨²squeda de alternativas es donde cobra importancia el riesgo de extinci¨®n del banano de Madagascar y otros parientes salvajes. Anteriores tipos de fusariosis ¡ªmal conocido en su d¨ªa como la enfermedad de Panam¨¢¡ª se llevaron por delante a las bananas Gros-Michel, las m¨¢s comerciales hasta mediados de los sesenta, cuando desaparecieron.?
Las Cavendish fueron sus sustitutas. Pero su vulnerabilidad a la TR-4 aconseja explorar el desarrollo de otras m¨¢s resistentes. "Eso es bueno, porque depender tanto de una variedad aumenta la vulnerabilidad de las bananas en general", apunta Dusunceli. "Y hay muchos recursos gen¨¦ticos infrautilizados". Hay quien apuesta por utilizar la planta de Madagascar u otras, aparentemente inmunes, para cruzarlas con las que no lo son.

Pero encontrar un sustituto de las Cavendish que sea aceptable para el mercado no es sencillo. "Ya nos hemos acostumbrado a su sabor, menos dulce", apunta Prada. "Y la industria se ha redise?ado en torno a esa variedad. Hoy est¨¢ perfectamente calculado el n¨²mero de manojos por caja, el espacio que ocupan... Solamente un cambio en el tama?o de las frutas significar¨ªa un trastorno incre¨ªble para la actividad comercial".
"Debemos seguir trabajando en esa l¨ªnea y en el desarrollo de fungicidas, pero por ahora la detecci¨®n temprana y la cuarentena son las medidas m¨¢s efectivas", resume el experto de la FAO. Tambi¨¦n se explora la utilizaci¨®n "agentes biol¨®gicos" para el control de la plaga. Por ejemplo, y aunque las conclusiones a¨²n son preliminares, se cree que plantar puerros chinos en el mismo terreno reduce la severidad del da?o a los bananos. "Es muy importante mantener unos suelos sanos con rotaci¨®n de cultivos. Porque es ah¨ª es donde vive el hongo", insiste Dusunceli.?
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