M¨¢s luz y menos cambios de hora bruscos
En el debate sobre los horarios en la UE hay que tener en cuenta lo que dice la ciencia: las modificaciones lum¨ªnicas repentinas y artificiales provocan alteraciones en la salud
La Uni¨®n Europea debate actualmente sobre la conveniencia de suprimir el cambio de hora. Aprovechar al m¨¢ximo las horas de luz fue lo que motiv¨® la introducci¨®n del retraso y adelanto del reloj en funci¨®n de las estaciones. Y lo cierto es que la luz ambiental tiene una especial importancia para la salud y la calidad de vida de las personas, como ha quedado demostrado por la ciencia. Someterlas a cambios bruscos puede alterar los ritmos biol¨®gicos y la salud.
Los cambios diarios en el entorno luminoso, en los horarios de diferentes turnos de trabajo, en el acortamiento de los d¨ªas en invierno o en los viajes a¨¦reos transmeridianos se asocian con frecuencia a problemas mentales, emocionales y de salud, como el bajo rendimiento en el trabajo f¨ªsico o intelectual, los cambios de humor, el malestar del jet lag, la depresi¨®n o el trastorno afectivo estacional.
Los cambios diarios en el entorno luminoso, por turnos de trabajo, o el acortamiento de los d¨ªas en invierno se asocian a problemas mentales, emocionales y de salud
Una funci¨®n muy importante de la luz ambiental es la de sincronizar los relojes biol¨®gicos internos de nuestro cuerpo con el ciclo d¨ªa/noche solar. ?C¨®mo funciona? El principal de esos relojes es el n¨²cleo supraquiasm¨¢tico del hipot¨¢lamo. Se trata de un potente reloj del cerebro, con gran autonom¨ªa funcional, que sincroniza nuestros tiempos de sue?o y de vigilia, la temperatura corporal y el ritmo de producci¨®n de muchas hormonas y actividades fisiol¨®gicas con el ciclo de luz-oscuridad ambiental. Contiene unas 10.000 neuronas en cada lado del cerebro, las cuales reciben permanentemente informaci¨®n de la luz exterior desde la retina de cada ojo y a trav¨¦s del nervio ¨®ptico.
El reloj del n¨²cleo supraquiasm¨¢tico del cerebro no es perfecto, pues atrasa. Lo sabemos porque cuando una persona es mantenida varios d¨ªas en un entorno luminoso constante, donde no hay ciclos o cambios de luz, se va a dormir cada d¨ªa un poco m¨¢s tarde, pudiendo llegar un tiempo en que ha invertido el ciclo natural, pues duerme de d¨ªa y est¨¢ despierta de noche. Pero eso normalmente no ocurre, porque la luz de la ma?ana pone cada d¨ªa en hora nuestro reloj circadiano interior. Es una funci¨®n que pueden realizar tambi¨¦n otros est¨ªmulos externos, como la alarma del despertador, el cami¨®n de la basura que pasa a la misma hora todos los d¨ªas o el ruido que hace el vecino de al lado cuando se ducha cada ma?ana. Esta funci¨®n fue bautizada por la literatura cient¨ªfica alemana con el nombre de zeitgeber (dador de tiempo), t¨¦rmino que ya ha sido adoptado tambi¨¦n en otros pa¨ªses. La luz es el m¨¢s potente zeitgeber que conocemos.
Pero ?c¨®mo llega la informaci¨®n de la luz ambiental al n¨²cleo supraquiasm¨¢tico del cerebro? Hace tiempo se produjo una interesante observaci¨®n que sorprendi¨® a los cient¨ªficos: un grupo de personas ciegas, aunque no pod¨ªan detectar im¨¢genes visuales, s¨ª pod¨ªan detectar la luz. Igualmente, algunos ratones gen¨¦ticamente modificados para no tener conos y bastones en la retina, tambi¨¦n detectaban la luz de cada ma?ana. Esos hallazgos llevaron a descubrir la existencia en la retina humana de una peque?a fracci¨®n de c¨¦lulas ganglionares, sobre un 4% y al menos 5 subtipos diferentes. Estas c¨¦lulas sintetizan el fotopigmento melanopsina y as¨ª son capaces de recibir directamente la luz ¡ªigual que los conos y los bastones¡ª, convertirla en actividad el¨¦ctrica y enviar esa actividad al n¨²cleo supraquiasm¨¢tico del cerebro a trav¨¦s del nervio ¨®ptico.
Los aparatos electr¨®nicos suprimen la liberaci¨®n de melatonina y retrasan los ritmos circadianos
Las c¨¦lulas ganglionares fotosensitivas, adem¨¢s de enviar la informaci¨®n relativa a la luz al n¨²cleo supraquiasm¨¢tico, la env¨ªan tambi¨¦n a otras amplias zonas del cerebro implicadas en la regulaci¨®n del sue?o y de la vigilia, en la cognici¨®n, las emociones y el estado de ¨¢nimo de las personas.
A esto hay que a?adir el papel de la melatonina, una hormona liberada por la gl¨¢ndula pineal del cerebro que se incrementa por la noche, coincidiendo con el inicio del sue?o y se mantiene durante todo el periodo de oscuridad. La melatonina favorece el sue?o con un ritmo e intensidad de liberaci¨®n inverso al de la luz/oscuridad (a m¨¢s luz, menos melatonina; a m¨¢s oscuridad, m¨¢s melatonina), lo que la convierte en otra importante se?al temporal interna del cerebro de los mam¨ªferos. Los aparatos electr¨®nicos, que generalmente son muy ricos en luz, suprimen la liberaci¨®n de melatonina y retrasan los ritmos circadianos y el inicio del sue?o, aumentando como consecuencia la somnolencia de la ma?ana, especialmente en quienes abusan de esos aparatos a altas horas del d¨ªa.
Gracias a esos mecanismos, el cerebro acopla los ritmos biol¨®gicos de funcionamiento del organismo a los cambios en luz que la naturaleza lentamente va estableciendo a medida que se suceden las estaciones del a?o. Cuando esos cambios son bruscos y artificialmente impuestos, esos mecanismos tienen dificultades para ajustarse y tardan en hacerlo, lo que se refleja en las alteraciones mentales, emocionales y de salud anteriormente mencionadas.
Cuando una persona es mantenida varios d¨ªas en un entorno luminoso constante, puede acabar por invertir el ciclo natural
Las personas que padecen trastorno afectivo estacional ¡ªmuy propio de poblaciones que viven en altas latitudes donde la duraci¨®n del d¨ªa es menor y los cambios estacionales, m¨¢s fuertes¡ª tienen tambi¨¦n alterados los ritmos de producci¨®n y liberaci¨®n de melatonina. Y otro tipo de pacientes, los maniaco-depresivos, tienen alterados los estados de ¨¢nimo. Suelen deprimirse al empezar el oto?o, cuando disminuye la luz ambiental y se estimulan cuando este vuelve a aumentar en la primavera. En ellos suelen funcionar los tratamientos terap¨¦uticos consistentes en ratos de exposici¨®n a luz brillante. La luz azul (480 nan¨®metros de frecuencia) es la que m¨¢s activa a la melanopsina, el fotopigmento de las c¨¦lulas ganglionares sensibles a la luz, por lo que no es extra?o que sea tambi¨¦n el tipo de luz con m¨¢s capacidad para activar regiones del cerebro involucradas en atenci¨®n, alerta y procesos emocionales, incluso en personas ciegas.
Todo esto nos da idea de la poderosa influencia que puede tener la luz ambiental y sus cambios, no solo para regular el sue?o y la vigilia, sino tambi¨¦n para seguir con naturalidad y sin problemas los cambios estacionales o modular la cognici¨®n y el humor. Nos explica asimismo c¨®mo los cambios bruscos de luminosidad artificialmente impuestos pueden afectar a la salud y la calidad de vida de las personas. Es un conocimiento que, junto a otras consideraciones como las econ¨®micas, deber¨ªan tener en cuenta los Gobiernos y las Administraciones a la hora de establecer cambios horarios bruscos en sus respectivos pa¨ªses.
Ignacio Morgado Bernal. Director del Instituto de Neurociencias de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Autor de?Como percibimos el mundo: una exploraci¨®n de la mente y los sentidos. (Ariel, 2012).
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