Ciudades por la justicia global
Barcelona, Madrid o Valencia son algunas de las urbes que abanderan un nuevo tipo de cooperaci¨®n entre los Ayuntamientos y aspiran a ser coherentes y globalmente responsables
El que fue siempre el departamento de cooperaci¨®n al desarrollo del Ayuntamiento de Barcelona, es hoy la Direcci¨®n de Justicia Global y Cooperaci¨®n Internacional (DJGCI). M¨¢s que un nuevo nombre, es toda una declaraci¨®n de intenciones que plantea un cambio de rumbo respecto al cl¨¢sico modelo. ¡°Nuestra pol¨ªtica de cooperaci¨®n tiene ver con la forma como deseamos que Barcelona se relacione con el mundo y no es exactamente a trav¨¦s del desarrollo, al ser una cuesti¨®n bastante discutible el d¨®nde y de qu¨¦ forma se produce ese desarrollo, sino que preferimos hacerlo impulsando condiciones de justicia global¡±, explica David Llistar, director de la DJGCI. La nueva estrategia se ha plasmado ya en el Plan Director de Cooperaci¨®n para la Justicia Global de Barcelona, aprobado con el consenso de todos los partidos municipales, excepto el Partido Popular que se abstuvo.
La capital catalana se ha propuesto ser un referente en este nuevo modelo. Madrid ya dio un primer paso y acu?¨® el t¨¦rmino de ciudadan¨ªa global en sus pol¨ªticas de cooperaci¨®n. ¡°La ra¨ªz de muchos de los problemas que vivimos se encuentran a miles de kil¨®metros y por lo tanto actuar globalmente no es solo una tarea de las ONG sino de toda la ciudadan¨ªa¡±, se?ala Antonio Zurita, m¨¢ximo responsable de la Direcci¨®n General de Acci¨®n Internacional y Ciudadan¨ªa Global de la alcald¨ªa de Madrid. Desde Valencia, la concejala de cooperaci¨®n y migraci¨®n Neus F¨¢bregas tiene una opini¨®n parecida: "Las ciudades tenemos un papel protagonista en la construcci¨®n de ciudadan¨ªa responsable con el mundo", indica.
Como cofundador del Observatorio de la Deuda en la Globalizaci¨®n (ODG) y en su trayectoria en distintas ONG, universidades y movimientos sociales, lleva tiempo pregunt¨¢ndose qu¨¦ sentido tiene seguir haciendo cooperaci¨®n al desarrollo si en paralelo se desencadenan procesos de ¡°anticooperaci¨®n¡± a trav¨¦s de instrumentos transnacionales mucho m¨¢s potentes que generan pobreza, destruyen ecosistemas o permiten la violaci¨®n de los derechos humanos. Llistar se refiere a ellos como "interferencias negativas" que afirma se producen a trav¨¦s del comercio internacional, la financiaci¨®n de reg¨ªmenes poco democr¨¢ticos, la venta de armas o la generaci¨®n de guerras para controlar recursos naturales estrat¨¦gicos. ¡°La justicia global pone el acento en quien gana y quien pierde en los procesos de tipo global, en cu¨¢les son los mecanismos de dominaci¨®n y jerarqu¨ªas que lo determinan o en qu¨¦ actores merecen ser reconocidos y deber¨ªan participar leg¨ªtimamente en las decisiones y no lo est¨¢n haciendo", defiende.
La DJGCI ha tenido como principal aliado a la Federaci¨®n catalana de ONG (Lafede). Esta plataforma, que agrupa a 116 ONG, celebra el rumbo del Ayuntamiento: ¡°Un an¨¢lisis causal previo dar¨¢ contenido a tu proyecto o a tu campa?a en base a otro enfoque porque quiz¨¢ sepamos de antemano que las desigualdades que se producen, por ejemplo, en Guatemala o en el Congo tienen una parte muy importante de responsabilidad aqu¨ª en Europa o est¨¢n relacionadas con determinadas empresas", explica Miguel Castro, de la Organizaci¨®n Suds y miembro de la junta de Lafede.cat.
El conocimiento y la experiencia de las ciudades para contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo sostenible (ODS) sigue sin aprovecharse en gran medida
Frente com¨²n?
Trece localidades espa?olas vienen reuni¨¦ndose desde hace un tiempo para crear un espacio de actuaci¨®n pol¨ªtica com¨²n con la intenci¨®n de conseguir un mayor protagonismo en cooperaci¨®n que supere su habitual papel subsidiario del Estado. Al contrario de lo que sucede en otros muchos pa¨ªses europeos, Espa?a es donde m¨¢s posibilidades hay de realizar cooperaci¨®n descentralizada. El conocimiento y la experiencia de las ciudades para contribuir de manera significativa al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sigue sin aprovecharse en gran medida. ¡°Las agendas globales como la agenda 2030 o la nueva agenda urbana son imposibles de cumplir sino se aterrizan en el mundo urbano que sostiene el 80% de la poblaci¨®n mundial, genera la mayor¨ªa de los residuos y consume buena parte de la energ¨ªa. Existen muy buenas pr¨¢cticas que merecen ser divulgadas para que se conviertan en pol¨ªticas p¨²blicas¡±, apunta Antonio Zurita.
Adem¨¢s de Barcelona, Madrid y Valencia, tambi¨¦n Pamplona, Coru?a, M¨¢laga, C¨¢diz, C¨®rdoba, Sevilla, Zaragoza, Gij¨®n, Santiago, Valladolid, Bilbao y Vitoria se plantean tener un nuevo rol en la cooperaci¨®n con capacidad de incidencia en los grandes problemas globales como el calentamiento clim¨¢tico, la pobreza urbana, la violencia de g¨¦nero o la crisis humanitaria en el Mediterr¨¢neo. ¡°Todas las ciudades nos hacemos preguntas similares sobre como reinterpretar la acci¨®n internacional desde lo local¡±, indica Zurita.
Madrid dedica hoy el 0,3% y Valencia el 0,6% de sus ingresos propios a cooperaci¨®n internacional con la idea de llegar al 0,7 que desde el a?o 2015 aplica ya el Ayuntamiento de Barcelona, y cuyo monto dedica en un 70% a financiar proyectos de las ONG¡¯s, con especial incidencia en la Mediterr¨¢nea y Oriente Medio.. La atenci¨®n prioritaria en el Mediterr¨¢neo tiene su raz¨®n de ser por la crisis migratoria y reafirma la voluntad de Barcelona de ser una ciudad de acogida para los refugiados a la que se sumaron tambi¨¦n Valencia, Madrid o Zaragoza. El Plan Director barcelon¨¦s reconoce expl¨ªcitamente el derecho a migrar, a desplazarse y al refugio.
Pero Barcelona, al igual que Madrid, es tambi¨¦n consciente que, por ser una ciudad con una gran proyecci¨®n internacional, vive inmersa en una econom¨ªa globalizada. ¡°Un 40% de los contenedores que entran por el puerto de Barcelona proceden de China con todo el impacto que esto tiene sobre el clima, sobre el consumo de energ¨ªa o la alimentaci¨®n. Debemos poner este y otros muchos aspectos sobre la mesa asumiendo que la acci¨®n global de la ciudad genera tambi¨¦n impactos negativos que debemos tratar de reducir¡±, reconoce Llistar.
Entre las medidas que se contemplan como eje transversal de su pol¨ªtica est¨¢ la de conseguir la coherencia del conjunto de acciones del gobierno municipal, sean del ¨¢rea que sean. ¡°Queremos que nuestro departamento se comporte como un lobby interno. Se trata de velar porque el presupuesto total no tenga efectos directos, indirectos o colaterales que generen pasivos sociales o ambientales¡±, indica Llistar. Un ejemplo: que en la compra p¨²blica municipal, que puede estar entorno a los 1.000 millones de euros anuales, se evite que empresas que violen derechos humanos en pa¨ªses terceros puedan ganar licitaciones p¨²blicas. Madrid y Valencia seguir¨¢n tambi¨¦n este ejemplo.
Otra de las modalidades de cooperaci¨®n pionera es la bilateral centrada en el intercambio de conocimiento t¨¦cnico con los Ayuntamientos de otras ciudades. Una pr¨¢ctica que se inici¨® entre Barcelona y Sarajevo en los 90. La Habana, Medell¨ªn, T¨¢nger, Tetu¨¢n, Gaza, Aman, Bel¨¦n o Maputo son algunas de las ciudades con las que Barcelona coopera actualmente. En el caso de la colombiana Medell¨ªn, la relaci¨®n lleg¨® a ser muy fruct¨ªfera. Durante diez a?os, ambas ciudades trabajaron en infinidad de temas con la implicaci¨®n de muchas ¨¢reas de ambos ayuntamientos como bibliotecas, mercados, h¨¢bitat urbano, educaci¨®n o servicios sociales. No fueron los ¨²nicos actores. Tambi¨¦n participaron museos, universidades y ONG. Jordi Cort¨¦s, t¨¦cnico de la DJGCI lo resume as¨ª: ¡°Creamos un modelo de cooperaci¨®n urbana que integra todas las riquezas y capacidades de las ciudades buscando transformaciones interesantes de una forma muy polivalente¡±.
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