Ganarse la vida con la pesca artesanal en el siglo XXI
El narcotr¨¢fico, la debilidad institucional, la falta de acceso a la educaci¨®n y el calentamiento global son algunas de las amenazas para las poblaciones de pescadores de la regi¨®n centroamericana
En 1983, Otto Juli¨¢n Obreg¨®n, con 21 a?os, decidi¨® adentrarse en el oc¨¦ano Pac¨ªfico en busca de sustento y oportunidades laborales a trav¨¦s de la pesca. Y al igual que ¨¦l en sus inicios, muchos j¨®venes de entonces, y de ahora, son los que ven en esta actividad una oportunidad de aventura, dinero y cohesi¨®n social con sus pares. Porque en los pueblos coste?os, la pesca no solo es fuente de alimento, sino tambi¨¦n el hilo conductor de las actividades sociales para hombres y mujeres.
Y como la variedad de vida que habita en el Pac¨ªfico, las oportunidades para los nuevos pescadores son abundantes. Con el tiempo se convierten en especialistas emp¨ªricos que van adquiriendo conocimientos durante cada viaje que realizan. ¡°Uno se puede dedicar solo a sacar camar¨®n o tiburones o langosta. Hay quienes, con solo dar un vistazo al mar y al cielo, saben d¨®nde encontrar los bancos de peces¡±.
Es esa abundancia la que hace que, no solo en Centroam¨¦rica, sino en todo el mundo, se tenga la idea de que los recursos marinos son ilimitados. ¡°Yo he estado en varias situaciones en donde la pesca de un d¨ªa pod¨ªa llegar a las tres toneladas, de la que solamente aprovech¨¢bamos tres quintales. Lo dem¨¢s lo tir¨¢bamos¡±, a?ade.
Impacto en los recursos naturales
El creciente inter¨¦s mundial sobre el estado de los oc¨¦anos motiva a prestar atenci¨®n a todas las actividades que se realiza en ellos, al tiempo de procurar oportunidades de desarrollo para las comunidades que viven directamente de los mares. Centroam¨¦rica no es ajena a ello.
¡°Existen muchas amenazas, como la debilidad institucional, la falta de educaci¨®n y preparaci¨®n, el narcotr¨¢fico y, en ¨²ltima instancia, las costumbres en las pr¨¢cticas artesanales que est¨¢n muy arraigadas en la poblaci¨®n¡±, dice Manoel Cifuentes, quien realiza investigaci¨®n y desarrollo en la Direcci¨®n de Pesca del Ministerio de Agricultura y Ganader¨ªa (Dipesca-Maga) de Guatemala.
En los [a?os] ochenta nosotros no ten¨ªamos idea de que los recursos eran limitados. Realiz¨¢bamos pr¨¢cticas da?inas para los ecosistemas y solamente pens¨¢bamos en el beneficio econ¨®mico
El narcotr¨¢fico, en particular, genera otras problem¨¢ticas, no solo para los pobladores locales, sino que afecta los procesos de investigaci¨®n, implementaci¨®n de normativas y capacitaci¨®n. ¡°El Pac¨ªfico es tierra de nadie¡±, a?ade Cifuentes. Hay casos como el de Plaplaya, una comunidad gar¨ªfuna al noreste hondure?o en donde el dinero il¨ªcito trajo algunos beneficios, como apertura de comercios, compra de lanchas y equipo para pesca, entre otras cosas, pero al mismo tiempo provoc¨® inestabilidad y violencia.
Todo esto se agrava cuando se toma en cuenta la falta de preparaci¨®n y educaci¨®n de parte de los habitantes de las comunidades pesqueras. ¡°En los [a?os] ochenta nosotros no ten¨ªamos idea de que los recursos eran limitados. Realiz¨¢bamos pr¨¢cticas da?inas para los ecosistemas y solamente pens¨¢bamos en el beneficio econ¨®mico¡±, recuerda Otto.
Y esta, probablemente, sea la mayor dificultad con la que se encuentran los pa¨ªses de la regi¨®n. La falta de conocimientos t¨¦cnicos, aunado a la continua pr¨¢ctica de artes de pesca poco beneficiosos para la vida marina, la contaminaci¨®n y las pobres condiciones laborales y sociales de los comunitarios crean un panorama complicado para los mares y la vida marina de la regi¨®n.
Investigaci¨®n y preparaci¨®n t¨¦cnica
Unas 145.000 personas se dedican a la pesca artesanal en Centroam¨¦rica, seg¨²n un estudio de 2011 de la Organizaci¨®n del Sector Pesquero y Acu¨ªcola del Istmo Centroamericano (Ospesca), una entidad integrada por representantes de los ocho institutos y direcciones de pesca de la regi¨®n. Generan una producci¨®n de 175.564 toneladas m¨¦tricas, provenientes del oc¨¦ano Pac¨ªfico, el Caribe y aguas continentales. Nicaragua y Panam¨¢ son los pa¨ªses en donde m¨¢s se pesca de toda la regi¨®n.
¡°La importancia de profesionalizar a los comunitarios har¨ªa de esta actividad una m¨¢s organizada, le brindar¨ªa trazabilidad e inocuidad a los productos y tendr¨ªa un impacto positivo en el cuidado y manejo de los recursos naturales¡±, dice Reinaldo Morales, director ejecutivo de Ospesca. Esto cobra mayor relevancia debido a que el 60,7% de los hogares de las 1.093 comunidades pesqueras centroamericanas dependen del trabajo del pescador.
En la regi¨®n se desarrollan algunos proyectos, como el de Conservaci¨®n y uso sostenible de la biodiversidad en ¨¢reas protegidas marino-costeras, que es desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en ingl¨¦s) y la participaci¨®n de entidades locales e internacionales. Esto ha dado pie a que se impulsen proyectos de investigaci¨®n para conocer el impacto que las actividades humanas generan en el ecosistema marino-costero.
En Guatemala se han dado, o est¨¢n en proceso, hasta 50 proyectos diferentes de educaci¨®n, investigaci¨®n, cient¨ªficos y normativos. En otros pa¨ªses, como Costa Rica, ya existen algunos programas que diferencian a los tipos de pesca que se realiza: peque?a escala, semiindustrial y artesanal avanzada. En Panam¨¢ hay un programa de recolecci¨®n de redes fantasma, es decir, aquellas que han sido abandonadas.
La idea es profesionalizar los procesos pesqueros, es decir, recolecci¨®n, clasificaci¨®n, venta y distribuci¨®n de las ganancias. ¡°Estamos buscando generar condiciones para el desarrollo de los comunitarios. Acceso a cr¨¦ditos, seguridad social y formaci¨®n de profesionales a peque?a escala¡±, a?ade Morales.
Mientras todo eso se logra, se realizan investigaciones para mejorar las pr¨¢cticas de los pescadores. En 2017 se realiz¨® un estudio cuya finalidad es la de generar registros de tipos de especies que se capturan, artes de pesca y costos de producci¨®n. La idea es poder tener un panorama claro para determinar ciclos de reproducci¨®n, tama?o de los peces y ¨¦pocas propicias para la pesca, lo que repercutir¨¢ en una mejora en las condiciones de la vida marina y en las ganancias de los pescadores.
¡°Seg¨²n los resultados obtenidos, en el corto y mediano plazo se podr¨ªa implementar un periodo de veda. Esto permitir¨ªa restaurar poco a poco los niveles de poblaciones y permitir que la captura de estas especies sea m¨¢s rentable¡±, dice Juan Carlos Hern¨¢ndez, del Centro de Investigaciones Acu¨ªcolas y Pesqueras La Paz, M¨¦xico.
Hacia la sostenibilidad
El calentamiento global ha provocado que las temporadas propicias para la pesca se reduzcan. ¡°Antes naveg¨¢bamos cinco millas n¨¢uticas para conseguir buena pesca. Ahora hay lanchas que se introducen hasta 60, 70 o m¨¢s dentro del mar. Adem¨¢s de ser m¨¢s peligroso, hace que los costos se eleven¡±, cuenta Otto.
Sin embargo, existen otras alternativas para reducir los riesgos para los pescadores y generar desarrollo econ¨®mico para las comunidades. ¡°El avistamiento de cet¨¢ceos, el turismo mar¨ªtimo y el empoderamiento general de los pescadores son algunas de las acciones viables para crear condiciones y desarrollo sostenibles en el mediano plazo¡±, dice Morales.
Y esta nueva apertura ha permitido la participaci¨®n de la mujer, algo muy poco usual en el pasado. ¡°Cuando era ni?a, la visita de una bi¨®loga guatemalteca nos permiti¨® conocer el comportamiento de las ballenas que visitan estas aguas y ahora tenemos la oportunidad de llevar turistas a contemplarlas¡±, dice Andrea Marroqu¨ªn, quien acompa?a a su padre como gu¨ªa de turistas en los recorridos de avistamiento de cet¨¢ceos, algo que tambi¨¦n ocurre en Panam¨¢ y El Salvador.
Tambi¨¦n es importante diversificar los mercados y promover la sectorizaci¨®n de los pescadores. En El Salvador existe una cooperativa, El Cuco, que ha logrado abrir mercado en Estados Unidos y exportan sus productos al pa¨ªs norteamericano. ¡°Es necesario involucrar a los pescadores en todos los procesos. Para ello se debe de capacitarlos y que sean ellos mismos quienes le hablen a otros pescadores. Se pueden tener las mejores normativas del mundo, pero si ellos no son parte del proceso de la creaci¨®n de dichas normas, es muy poco probable que funcionen¡±, concluye Morales.
Y eso es algo en lo que Otto coincide: ¡°De j¨®venes no le prestamos atenci¨®n a los temas ambientales ni a la organizaci¨®n comunitaria. Ya de mayores es que empezamos a tomar conciencia y puede que sea un poco tarde. Es b¨¢sico que todos tengamos ciertos conocimientos para evitar que los recursos se terminen¡±.
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