Bolsonaro, el presidente-capit¨¢n que quiere convertir las ciudades en campos de batalla
Especialistas en seguridad p¨²blica coinciden en que las propuestas de Bolsonaro contra la violencia urbana tendr¨¢n un impacto desastroso en todo Brasil
Brasil es uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo. En el ranking elaborado por la organizaci¨®n mexicana Seguridad, Justicia y Paz, el gigante latinoamericano es el que tiene m¨¢s ciudades (en total 17) entre las 50 m¨¢s violentas del planeta. Tan solo en 2017, fueron contabilizadas 63.880 muertes violentas intencionales, seg¨²n el F¨®rum Brasile?o de Seguridad P¨²blica. Son 175 personas por d¨ªa, una marca inaudita. Un ocho por ciento de todas esas muertes fueron provocadas por la polic¨ªa ¡ªun promedio diario de 14 asesinatos¡ª.
Si se tratara apenas de n¨²meros, ser¨ªa un esc¨¢ndalo. Pero es m¨¢s: hablamos de una tragedia que deja por el camino v¨ªctimas con nombre y apellido.
Rodrigo Alexandre da Silva Serrano, de 26 a?os, es una de ellas. Viv¨ªa en una comunidad de R¨ªo de Janeiro y trabajaba hac¨ªa poco tiempo como camarero en uno de los barrios abastados de la ciudad. En agosto, Rodrigo fue a la calle a recoger a su esposa y sus dos hijos. No alcanz¨® encontrarlos. Mientras esperaba, recibi¨® una r¨¢faga de disparos de un polic¨ªa, que afirm¨® haber confundido el paraguas que ¨¦l cargaba con un fusil. En el pecho, Rodrigo ten¨ªa puesto el canguro en donde sol¨ªa cargar a su beb¨¦ de tan solo diez meses. En el bolsillo llevaba su documento de trabajo, que termin¨® empapado en sangre.
La mayor¨ªa de v¨ªctimas de la violencia intencional en Brasil son hombres negros j¨®venes que habitan los territorios perif¨¦ricos de las grandes ciudades
Su historia es solo un ejemplo. La mayor¨ªa de v¨ªctimas de la violencia intencional en Brasil son hombres negros j¨®venes que habitan los territorios perif¨¦ricos de las grandes ciudades. Seg¨²n el Atlas de la Violencia 2018, la tasa de homicidios de personas negras fue dos veces y media mayor que la de personas no negras. Entre 2006 y 2016, los homicidios de negros aumentaron un 23%, mientras entre los no negros la tasa se redujo en un 6,8%, en una muestra inequ¨ªvoca del pasado esclavista y del presente profundamente racista.
Parece imposible, pero este ciclo de violencia puede agravarse r¨¢pidamente en los pr¨®ximos meses, tras la elecci¨®n del capit¨¢n reformado del ej¨¦rcito y l¨ªder de extrema derecha Jair Bolsonaro para la Presidencia de la Rep¨²blica. Especialistas en seguridad p¨²blica coinciden en el an¨¢lisis: las propuestas de Bolsonaro para este ¨¢mbito ¡ªo por lo menos, lo que se pudo conocer sobre ellas, ya que el candidato boicote¨® la prensa y los debates a lo largo de toda la campa?a electoral¡ª tendr¨¢n un impacto desastroso en la violencia en Brasil.
Su programa est¨¢ descrito en forma de t¨®picos en el plan de gobierno que ¨¦l entreg¨® a la justicia electoral. En una docena de l¨¢minas de Power Point, Bolsonaro explica que "los cinco primeros estados en el ranking de empeoramiento (...) son regiones que pasaron a ser gobernadas por la izquierda o sus aliados y en donde la 'epidemia' de las drogas no fue?coincidentemente introducida. De hecho, el avance de las drogas y de la izquierda son prevalentes en las regiones m¨¢s violentas del mundo".
Especialistas en seguridad p¨²blica coinciden en el an¨¢lisis: las propuestas de Bolsonaro para este ¨¢mbito tendr¨¢n un impacto desastroso en la violencia en Brasil
En otro punto, sobre los agentes policiales muertos en el ejercicio de su funci¨®n, dice: "son h¨¦roes que cayeron y fueron olvidados por los actuales gobernantes en esta guerra de Brasil! Uno de los compromisos ser¨¢ recordar el nombre de cada uno de estos guerreros! Sus familias ser¨¢n homenajeadas y cada uno de estos h¨¦roes tendr¨¢ su nombre grabado en el Pante¨®n de la Patria y de la Libertad!".
La gram¨¢tica militar no es casual y tampoco es exclusiva de Bolsonaro. En los ¨²ltimos a?os, el pa¨ªs ha visto una banalizaci¨®n del uso de las fuerzas militares en actividades de seguridad p¨²blica. El punto ¨¢lgido de esa pol¨ªtica ha sido el anuncio, en febrero de 2018, por parte el actual presidente Michel Temer, de la imposici¨®n de una intervenci¨®n federal militar en el estado de R¨ªo de Janeiro que dura hasta hoy y, en lugar de resolver la violencia, ha generado un sinf¨ªn de abusos.
Reforzar que Brasil vive un estado de guerra permanente como hace Bolsonaro, sirve al prop¨®sito discursivo de suspender garant¨ªas fundamentales y justificar violaciones de derechos humanos, adem¨¢s de imprimir en las pol¨ªticas de seguridad p¨²blica una l¨®gica de combate y eliminaci¨®n de un enemigo com¨²n.
Las palabras de Bolsonaro ganan concreci¨®n en propuestas impensables en cualquier Estado Democr¨¢tico de Derecho, como la de acabar con la investigaci¨®n y responsabilidad de polic¨ªas involucrados en asesinatos. Teniendo en cuenta el alto grado de impunidad en esos casos a d¨ªa de hoy, organizaciones de derechos humanos en el pa¨ªs afirman que la medida va a crear un verdadero salvoconducto para la violencia policial.
El capit¨¢n no estar¨¢ solo en la defensa de ese proyecto. Los gobernadores reci¨¦n elegidos en S?o Paulo y R¨ªo de Janeiro, por mencionar apenas dos ejemplos, reproducen y apoyan las ideas del nuevo presidente. Eso es importante porque, seg¨²n la divisi¨®n de tareas entre los entes de la federaci¨®n brasile?a, la responsabilidad por las pol¨ªticas carcelarias y de seguridad p¨²blica es de los gobiernos estatales, aunque el gobierno federal pueda colaborar en el dibujo de las estrategias y pol¨ªticas comunes, adem¨¢s de suministrar recursos.
Durante la campa?a, el gobernador electo de R¨ªo de Janeiro, Wilson Witzel, prometi¨®, si necesario, convertir nav¨ªos en c¨¢rceles y abrir cuevas para enterrar a los criminales. Arranc¨® aplausos de sus interlocutores. En S?o Paulo, el gobernador electo Jo?o Doria afirm¨® a su vez que, cuando asuma el puesto, la polic¨ªa va a "tirar para matar".
Otra idea destacada en el plan de gobierno de Bolsonaro es la de facilitar la compra y el porte de armas, regulado en Brasil desde en 2003 por el Estatuto del Desarmamiento. Seg¨²n diversos an¨¢lisis, esa ley puede haber salvado entre 130 y 160 mil vidas desde su adopci¨®n. Bolsonaro quiere destruirla ¡ªy lo podr¨¢ hacer con alguna facilidad en el Legislativo, ya que ahora cuenta con la segunda mayor bancada de diputados en el Congreso¡ª.
"Las armas son instrumentos, objetos inertes, que pueden ser utilizados para matar o salvar vidas. Eso depende de quien las segura: personas buenas o malas. Un martillo no clava y un cuchillo no corta sin una persona", dice su plan de gobierno en otro fragmento. Seg¨²n Bolsonaro, que ha adoptado como marca de campa?a un gesto con las manos como si asegurara dos pistolas, se trata de garantizar el derecho a la leg¨ªtima defensa. El incentivo al porte y uso de armas ya caus¨® por lo menos una v¨ªctima desde el ¨²ltimo domingo d¨ªa 28 de octubre. Un ni?o de tan solo 8 a?os muri¨® en medio de las conmemoraciones por la victoria del capit¨¢n, v¨ªctima de un disparo accidental.
Circula en las redes sociales una frase de la escritora negra Concei??o Evaristo que retrata bien la resistencia que desde hace mucho se articula desde las periferias, y que recobra importancia y urgencia en este momento: "ellos han acordado matarnos, pero nosotros hemos acordado no morir".
Laura Daud¨¦n es periodista y coordinadora de Comunicaci¨®n del Instituto de Defensa del Derecho a la Defensa (IDDD) en Brasil.?
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