?Puedo saltarme la dieta una vez a la semana para hincharme a hamburguesas?
La controversia est¨¢ servida sobre la moda de las 'cheat meals' y los 'cheat days'
Que el mundo tiene un problema con el exceso de kilos es de sobra conocido y los datos lo demuestran: m¨¢s de 1.900 millones de personas tienen sobrepeso. Solo en Espa?a, el 61% de la poblaci¨®n supera el l¨ªmite considerado normal (el 39,3 tiene sobrepeso y el 21% es directamente obesa), apunta el Estudio Nutricional de la Poblaci¨®n Espa?ola (ENPE). Esta realidad, unida a la presi¨®n social por la imagen y la moda por lo?healthy ofrece un campo abonado para que proliferen todo tipo de dietas (la mayor¨ªa con escaso rigor cient¨ªfico), que a menudo utilizan reclamos del tipo "sin pasar hambre", "variada" o "no aburrida" para captar adeptos.
Ponerse a dieta es sin¨®nimo de sacrificio. Por eso, muchas personas abogan por hacer peque?as transgresiones que alivian el rigor, aunque despu¨¦s de esas licencias suene la voz de Pepito Grillo martilleando la conciencia. Un ejemplo son los conocidos como?cheat day (d¨ªa trampa) y cheat meal (comida trampa), que consisten en saltarse la dieta durante una comida o un d¨ªa para comer todo aquello que nos apetezca, aunque no sea saludable.
"El concepto se introdujo como compensaci¨®n gratificante durante un d¨ªa o una comida en un escenario de una dieta hipocal¨®rica", describe Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y miembro del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y Nutrici¨®n (Ciberobn). La idea es que esta estrategia incremente la motivaci¨®n para llevar una dieta hipocal¨®rica el resto de los d¨ªas, pero "no hay ninguna evidencia cient¨ªfica que demuestre que esta forma de actuar incremente la p¨¦rdida de peso o la motivaci¨®n", a?ade Tinahones.
?Hay una relaci¨®n entre las "comidas trampa" y los des¨®rdenes alimentarios?
El concepto no procede del mundo de la medicina ni del de la nutrici¨®n, sino del fitness, indica Jos¨¦ Manuel Moreno, director de la revista Nutrici¨®n Hospitalaria, y aclara que en lugar de llamarlo "comida trampa" o "d¨ªa trampa" y prefiere hablar de hacer excepciones: "Trampa suena a enga?o, a falta de compromiso, y ese no es el prop¨®sito de hacer un d¨ªa o una comida diferente".
De hecho, un estudio publicado en Psychology&Health ha comprobado que hay personas que perciben esa recompensa como algo negativo y ese sentimiento de culpa puede conducir a p¨¦rdidas de autocontrol respecto a la comida. Otro trabajo en Appetite encuentra una fuerte correlaci¨®n (mayor en los hombres que en las mujeres) entre la participaci¨®n en comidas trampa y los s¨ªntomas de trastornos alimentarios y atracones, aunque sin repercusiones psicol¨®gicas o cl¨ªnicas.
Para Moreno ¡°en cualquier r¨¦gimen de alimentaci¨®n saludable hay cabida para que un d¨ªa o en una comida se pueda hacer una excepci¨®n sobre la dieta habitual. El problema est¨¢ en la falsa imagen que se ofrece de las cheat meal a trav¨¦s de las redes sociales, que tienden a idealizar su empleo en el contexto de personas muy comprometidas con la mejor¨ªa de su imagen o forma f¨ªsica que las conciben como una recompensa psicol¨®gica, sin demostrar potenciales repercusiones cl¨ªnicas".
"No existe un beneficio en seguir una dieta tan restrictiva que nos obligue a romperla"
La falta de evidencia cient¨ªfica sobre las consecuencias de las comidas trampa lleva a los expertos a poner en cuarentena los mensajes que llegan alrededor de esta estrategia. Por ejemplo, ?tiene alg¨²n impacto sobre las hormonas que regulan el apetito? Bartolom¨¦ Burguera, director del Programa de Obesidad de la Cl¨ªnica Cleveland, en Ohio (Estados Unidos) reconoce que "existe la creencia de que las dietas con trampa, al permitir una comida con cierto exceso, conllevan un aumento de los niveles de leptina [una de las hormonas reguladoras del apetito; cuanto m¨¢s alto su nivel, menor el hambre] que podr¨ªan alterar la tasa metab¨®lica basal, pero no est¨¢ demostrado". Por el contrario, existe evidencia cient¨ªfica de que "la p¨¦rdida de peso va asociada a una disminuci¨®n de la tasa metab¨®lica basal derivada del esfuerzo [del organismo] por conservar reservas", a?ade.
Burguera afirma que "no existe un riesgo significativo en el hecho de permitirse una comida menos restrictiva una vez a la semana; de la misma forma no existe un beneficio claro en seguir una dieta tan restrictiva que nos cause la necesidad imperiosa de romperla un d¨ªa".
Coincide con el director de la revista Nutrici¨®n Hospitalaria en que las comidas trampa pueden ser ¨²tiles en deportistas que tienen que alcanzar unos objetivos en un momento puntual, pero "para la poblaci¨®n en general no considero que sean eficaces a largo plazo ni hay ninguna evidencia que lo demuestre", y lanza un aviso: "Esa comida semanal donde no existe control lleva obviamente asociada una ingesta extra de calor¨ªas que pueden compensar la restricci¨®n que se ha llevado a cabo durante el resto de la semana, sin adem¨¢s causar ning¨²n beneficio asociado a un incremento en la tasa metab¨®lica basal".
No abusar de las grasas saturadas en los d¨ªas "trampa"
Despu¨¦s de esta declaraci¨®n parece dif¨ªcil defender esta estrategia, pero el dietista-nutricionista Rub¨¦n Bravo, portavoz del IMEO ofrece una propuesta conciliadora: "Disfruta de tu comida trampa, degusta ese plato que habitualmente no puedes comer". Pero que quede claro que ha dicho comida y no d¨ªa trampa: "Es muy importante aclarar que se trata de una sola comida y no un d¨ªa entero, pues lo que inicialmente puede ser un m¨¦todo que ayude a desestresar de una dieta muy estricta, pod¨ªa convertirse en una falta de control, que provoque altos niveles de ansiedad y potencie un proceso de comedor compulsivo".
Tampoco podemos venirnos arriba y llenar el plato de grasas saturadas. En su opini¨®n lo mejor es aprovechar para comer carbohidratos y enumera algunos de los platos que le parecen v¨¢lidos: "Una hamburguesa completa con patatas y de postre una porci¨®n de bizcocho; paella; tortilla de patata; un buen bocadillo de jam¨®n; fajitas de trigo y carne, dos huevos fritos para mojar pan; un plato de pasta o una buena raci¨®n de lasa?a; una pizza casera, o ensalada campera".
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