Universitarios estresados
El primer a?o de ense?anza superior puede generar una doble presi¨®n en los alumnos: muchos abandonan por primera vez el hogar familiar y afrontan verdaderas exigencias acad¨¦micas. Aprender a gestionar el cambio puede ayudar a evitar males mayores.
APRENDER A CONTROLAR el estr¨¦s se ha convertido en materia obligatoria para los estudiantes universitarios. La vida que se abre con la ense?anza superior resulta estimulante, pero tambi¨¦n puede llegar a ser desalentadora. Se trata de una etapa cr¨ªtica en la transici¨®n de la adolescencia a la madurez. Muchos alumnos abandonan por primera vez el hogar familiar, y algunos manejan mejor que otros el estr¨¦s que ello puede producir. Los peque?os reveses pueden provocar sentimientos negativos intensos que las m¨¢s de las veces resultan pasajeros. Gradualmente, la mayor¨ªa de los alumnos se van adaptando y asumen la responsabilidad de sus cuidados personales y de las demandas acad¨¦micas.
Pero la presi¨®n en el aula y en el campus se intensifica. El bajo rendimiento acad¨¦mico puede da?ar la autoestima y provocar efectos significativos. Ocasionalmente, llega a generar urgencia por abandonar los estudios. Adem¨¢s, la transformaci¨®n de las universidades ha agregado nuevos factores estresantes. El psic¨®logo Tayyab Rashid, de la Universidad de Toronto, afirma que la diversidad cultural puede llegar a ser un motivo de estr¨¦s. Rashid cita el ejemplo de un estudiante que empez¨® a salir con una compa?era de una cultura distinta a la suya y siente que no le es posible hablar con sus padres acerca de la relaci¨®n.
Un estudio realizado en Reino Unido se?ala que el 6% de los estudiantes dicen haber considerado el suicidio
A pesar de que la ansiedad en ciertos casos hasta puede ser ¨²til ¡ªespecialmente cuando los ex¨¢menes llaman a la puerta¡ª, si la irritabilidad, la agitaci¨®n y el aislamiento persisten por periodos prolongados, es posible que estemos ante un trastorno que requiera atenci¨®n profesional. El Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) de Bethesda (Maryland, EE UU) identifica estas condiciones como las manifestaciones m¨¢s comunes de padecimientos emocionales en los estudiantes.
Una publicaci¨®n reciente del Instituto para la Investigaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas (IPPR) de Reino Unido registra cifras alarmantes de universitarios afectados por problemas de salud mental. Aproximadamente el 6% de los estudiantes confirmaron haber considerado seriamente el suicidio. En las m¨¢s severas circunstancias, las condiciones de esta nueva vida pueden llegar a precipitarlo; de hecho, es la segunda causa de muerte en dicho sector de la poblaci¨®n. Afortunadamente, el estigma de las enfermedades mentales ha ido disminuyendo y, como consecuencia, se ha producido un incremento notable en el n¨²mero de estudiantes que recurren a los servicios de apoyo. Los centros educativos casi no dan abasto. En esta ¨²ltima d¨¦cada se ha multiplicado por cinco el n¨²mero de universitarios que deciden compartir problemas de este tipo.
?C¨®mo ayudarlos a enfrentar las batallas competitivas, las presiones sociales de la generaci¨®n millennial y la rutina dom¨¦stica fuera de casa? Adem¨¢s de las presiones financieras, o de la preocupaci¨®n porque al concluir los estudios quiz¨¢ no haya trabajo. Lo importante es que desarrollen conciencia de sus niveles de estr¨¦s. El profesor de inform¨¢tica Andrew Campbell y su grupo de la Universidad de Dartmouth (EE UU) han ideado la aplicaci¨®n StudentLife para ayudar a los estudiantes a monitorizar su estado de salud mental y rendimiento acad¨¦mico bas¨¢ndose en datos objetivos de sensores de tel¨¦fonos inteligentes. El estudio ¡ªa¨²n en fase experimental¡ª es uno de los primeros de su tipo en utilizar esta forma de detecci¨®n autom¨¢tica.
?Qu¨¦ podemos hacer por los estudiantes estresados? Son ellos quienes nos dicen lo cerca o lo lejos que quieren tenernos. Lo dif¨ªcil es encontrar el equilibrio entre ofrecerles ayuda y animarlos a desarrollar sus habilidades para enfrentar los desaf¨ªos. Debemos mantenernos en contacto con ellos: sobre todo los de primer a?o, necesitan saber que el apoyo familiar con el que contaban en casa a¨²n est¨¢ disponible. Chatear por tel¨¦fono, comunicarnos por Skype, visitarlos ocasionalmente. Procurar ser la voz tranquilizadora cuando las cosas se ponen dif¨ªciles. Ayudarlos a no esperar que la situaci¨®n se resuelva espont¨¢neamente y a abordar los problemas con paciencia. Insistir en que su bienestar no solo se traduce en un mejor rendimiento acad¨¦mico, sino que tambi¨¦n ayuda a tener ¨¦xito despu¨¦s de completar los estudios. No dejarles menospreciar el valor del ejercicio, la dieta equilibrada, el sue?o y otras actividades que controlan el estr¨¦s. Insistir en la importancia de que no se a¨ªslen. Alentarlos a utilizar los servicios espec¨ªficos disponibles en el campus. A ponerse en contacto con el m¨¦dico y, si fuese necesario, a ajustar su programa de estudios o hacer una pausa para concentrarse en su salud. Los centros, a pesar de sus limitaciones, cuentan con una variedad de recursos de apoyo y las pol¨ªticas que permiten a los alumnos ausentarse temporalmente son ahora m¨¢s flexibles. Aunque las universidades son ollas a presi¨®n, se han venido adaptando a las necesidades de bienestar del estudiante.?
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