Sergu¨¦i Shoig¨², el hombre que pasea con Putin

Sergu¨¦i Shoig¨², de 63 a?os, ministro de Defensa de Rusia, es un valor estable en las escalas de popularidad de su pa¨ªs, donde suele estar en segunda posici¨®n, entre el comandante en jefe, el presidente Vlad¨ªmir Putin, y su colega de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov. Seg¨²n sondeos realizados el 3 de febrero por el centro sociol¨®gico VZIOM, la puntuaci¨®n respectiva de los tres pol¨ªticos es de 33,9% (Putin), 14,4% (Shoig¨²) y 12,8% (Lavrov).

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El responsable de Defensa tiene m¨¦ritos indiscutibles, pero en un sistema jerarquizado y piramidal como el ruso, el m¨¢s notable es la confianza de Putin, a quien ha acompa?ado durante a?os en sus excursiones por paisajes paradisiacos de Siberia. En sinton¨ªa con el presidente, Shoig¨² mostr¨® tambi¨¦n su torso desnudo (algo m¨¢s mullido que el de su jefe a juzgar por las fotos) durante su viaje a la regi¨®n de 2017. Como dice Vlad¨ªmir Is¨¢chenkov, un periodista especializado en temas militares: ¡°Shoig¨² pasea con Putin por el bosque y eso es algo que muy pocos pueden hacer¡±.

Ascendi¨® al puesto de general mayor (directamente desde el grado de teniente mayor en la reserva) en 1992, a?o en que lo nombraron jefe del comit¨¦ de defensa civil y situaciones de emergencias de Rusia (transformado en ministerio en 1994). Fue en aquella ¨¦poca turbulenta cuando demostr¨® su gran capacidad organizativa, al fundir en un solo organismo las unidades de defensa civil poco eficaces recibidas en herencia de la URSS con militares que por aquel entonces abandonaban el Ej¨¦rcito en tropel. Con aquel personal desorientado, molde¨® una instituci¨®n bien equipada y ¨²til para un territorio que sufr¨ªa sangrientas convulsiones, entre desastres naturales y resultados de la actividad humana. En 20 a?os, Shoig¨² form¨® una gigantesca estructura de salvadores para la que trabajaban 350.000 personas, se?ala el experto Alexandr Golts en un libro publicado recientemente.

Shoig¨² naci¨® en Tuv¨¢, hijo de un funcionario que lleg¨® a ser vicejefe del Gobierno en aquel territorio situado en las fuentes del Yenisei. Se licenci¨® en el Instituto Polit¨¦cnico de Krasnoyarsk, donde conoci¨® a su esposa Irina, y durante una d¨¦cada trabaj¨® en grandes obras en Siberia. Desde Abad¨¢n, donde lleg¨® a ser segundo secretario municipal del Partido Comunista, fue enviado a Mosc¨² a formarse como cuadro dirigente. En la capital comenz¨® a trabajar para el equipo de Yeltsin y se hizo cargo de la defensa civil.

En abril de 2012, tras m¨¢s de dos d¨¦cadas dedicado a ¡°salvar¡± conciudadanos, Shoig¨² fue nombrado gobernador de la regi¨®n de Mosc¨², cargo que desempe?¨® durante seis meses. Por su biograf¨ªa, era el candidato ideal para poner al frente de Defensa en noviembre de 2012, cuando Putin tuvo que sustituir a Anatoli Serdiukov, que hab¨ªa irritado a los mandos militares con una reforma que recort¨® dr¨¢sticamente el n¨²mero de oficiales y suboficiales. Especialistas militares consultados consideran que fue Serdiukov quien garantiz¨® la transformaci¨®n cualitativa del Ej¨¦rcito ruso en una entidad m¨¢s ¨¢gil y m¨¢s moderna. Shoig¨² fue por otros caminos. El ministro siente responsabilidad por el bienestar social de sus subordinados y posee tambi¨¦n un saber estar forjado en las tradiciones patriarcales, que incluye el armonizar intereses distintos.

En lo que se refiere a la doctrina, planificaci¨®n estrat¨¦gica militar de Rusia, el peso de estas tareas recae sobre el Estado Mayor del Ej¨¦rcito y su amplia red de institutos especializados, as¨ª como sobre el presidente, que gusta de las actividades b¨¦licas. Por su formaci¨®n, Shoig¨² sigue siendo un constructor y, bajo su administraci¨®n, se moderniz¨® un imponente edificio en las riberas del Moscova donde se alberga hoy el Estado Mayor. El ministro tambi¨¦n reform¨® su despacho de trabajo, donde sustituy¨® m¨¢rmoles y luces deslumbrantes y se hizo habilitar una biblioteca, seg¨²n cuenta un corresponsal militar ruso.

Contenido y equilibrado, Shoig¨² ama la naturaleza y protege su vida privada, aunque no se ha librado de las investigaciones de Alex¨¦i Navalni y el fondo anticorrupci¨®n, que en 2015 le atribuyeron una lujosa mansi¨®n de inspiraci¨®n oriental con c¨²pulas como pagodas en las afueras de la capital. Los datos de operaci¨®n de compra del solar donde se eleva la mansi¨®n, que apuntaban hacia la familia de Shoig¨², desaparecieron misteriosamente del registro de la propiedad. En la declaraci¨®n de Hacienda anual de 2017, Shoig¨² y su familia declararon una casa de 1240,4 metros cuadrados, un garaje de 133, 7 metros cuadrados y un taller de 153.?

Algunos consideran a Shoig¨² como un posible sustituto de Putin, pero el ministro no ha dado pie a estas interpretaciones. Hay quien ve pistas en el desfile de la victoria sovi¨¦tica contra los invasores nazis alemanes, que se celebra en la plaza Roja el 9 de mayo. A?o tras a?o, las c¨¢maras le muestran santigu¨¢ndose a la manera ortodoxa mientras sale del recinto del Kremlin -en uniforme de gala y de pie en la limusina- a pasar revista a la tropa. Tuv¨¢, su tierra natal, es de religi¨®n budista, y en las familias de funcionarios lo pol¨ªticamente correcto en ¨¦poca sovi¨¦tica era prescindir de la religi¨®n.

Algunos le consideran como un posible sucesor del presidente, pero ¨¦l no alimenta conjeturas

El ministro sabe estar junto a Putin sin eclipsarlo, pero no est¨¢ exento de cierta vanidad y le gusta cultivar la imagen de persona culta con estilo. Se interesa por el arte (¨¦l mismo pinta acuarelas y ¨®leos) y tambi¨¦n por los murales de batallas, impulsa la construcci¨®n de un gran templo ortodoxo militar. En privado colecciona objetos pertenecientes a la ¨¦poca de Stalin o relacionados con aquel caudillo.

La anexi¨®n de Crimea jug¨® un papel clave en su carrera de ministro y, un periodista militar ruso que lo trat¨® asegura que se alegr¨® de que no se hubieran producido v¨ªctimas en la operaci¨®n realizada en la noche del 26 al 27 de febrero de 2014, cuando fuerzas del GRU (la divisi¨®n de contrainteligencia del Ej¨¦rcito) tomaron el parlamento en Simfer¨®pol. Pocas horas antes, Shoig¨² habl¨® con Leonid Grach en una comunicaci¨®n telef¨®nica organizada por los emisarios del ministro a la pen¨ªnsula que fueron a visitar al ex dirigente comunista de Crimea. Shoig¨², que conoc¨ªa a Grash desde la ¨¦poca sovi¨¦tica, le inform¨® de que Rusia hab¨ªa tomado la decisi¨®n de recuperar la pen¨ªnsula y le pidi¨® que se declarara dispuesto a dirigirla en un mitin al d¨ªa siguiente. Pero Putin ten¨ªa otros enviados preparando la operaci¨®n, entre ellos un equipo del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ingl¨¦s), que actuaban en paralelo a los agentes del GRU, dijo a esta corresponsal el mismo Grash, que finalmente no fue el elegido del Kremlin. M¨¢s adelante, Shoig¨² se encarg¨® de difundir convenientemente la informaci¨®n sobre el protagonismo del GRU (que depende del Ministerio de Defensa) en previsi¨®n, aparentemente, de que el FSB u otras instituciones se atribuyeran el m¨¦rito en el marco de rancias rivalidades interdepartamentales, se?alan fuentes period¨ªsticas militares rusas.

Para Rusia, Crimea fue la primera etapa en una serie de intervenciones militares que continuaron en Donb¨¢s, en Ucrania, y en Siria. Oficialmente, y en contra de la evidencia, el Ministerio de Defensa ha negado haber apoyado a los secesionistas prorusos en Donb¨¢s. En Siria el ministro mostr¨® abiertamente su talento y realiz¨® operaciones militares complicadas que han permitido exhibir el potencial b¨¦lico ruso.

Un oscuro aspecto en la historia de los conflictos en Donb¨¢s y en Siria es el car¨¢cter de las relaciones del Ministerio con los grupos paramilitares rusos involucrados. En febrero de 2018, los norteamericanos aniquilaron a decenas de personas en Siria, entre ellas mercenarios rusos, despu¨¦s de que mandos militares de este pa¨ªs, interpelados por los estadounidenses, negaran la presencia de conciudadanos en un contingente armado que estaba asaltando una refiner¨ªa, seg¨²n public¨® una investigaci¨®n del The New York Times. Una de las interpretaciones del abandono de los mercenarios a su suerte son presuntos desacuerdos entre Shoig¨² y Evgueni Prigozhin, el restaurador de San Petersburgo vinculado con el grupo paramilitar Wagner, opina un analista militar ruso.

Pero nada frena la buena ascendencia de Shoig¨². El 2 de febrero, en el v¨ªdeo oficial sobre la respuesta del Kremlin a la salida de EE UU del tratado de armas de medio y corto alcance (INF), Putin apareci¨® flanqueado por los dos ministros. El de Defensa frunci¨® el ce?o y baj¨® los ojos para consultar sus notas, al responder a la pregunta del comandante en jefe sobre las medidas a tomar. Su propuesta consisti¨® en la instalaci¨®n de dos sistemas de armamento en tierra firme, una variante del Kalibr (un misil de crucero de base mar¨ªtima) y un nuevo misil hipers¨®nico de medio y largo alcance. Putin acept¨®, pero advirti¨® que no quer¨ªa gastar dinero extra, Shoig¨² asinti¨®, aunque anunci¨® una ¡°correcci¨®n¡± al presupuesto militar ya aprobado.