El tedio de cuidar a un beb¨¦: si una pareja se aburre de su hijo no es porque sean malos padres
El cerebro del ni?o se desarrolla lentamente en sus primeros meses de vida. Es normal que un adulto encuentre tedioso su cuidado, pero eso no es dejar de prestarle atenci¨®n
La crianza se idealiz¨® durante a?os, ahora se lleva clamar a los cuatro vientos lo mucho que los beb¨¦s alteran la vida de los padres y la pr¨®xima moda podr¨ªa ser una tercera v¨ªa, silenciosa, que se enuncia casi con apuro: cuidar de un beb¨¦ es insoportablemente aburrido. Parece mentira porque uno puede quedarse completamente embelesado con el GIF animado de un reto?o bostezando, sin quitar ojo de la pantalla, pero cuando se trata de pasar las horas junto a esa misma criatura, en vivo y en directo... se aburre como una ostra.
Es comprensible, si uno se pone en situaci¨®n: un beb¨¦ de meses, en su gimnasio, observa con pasi¨®n c¨®mo se agita la se?ora Jirafa y pone atenci¨®n al emocionante sonido que emana de un le¨®n, relleno de alg¨²n tejido que hace ¡®ras, ras¡¯. Tiene su gracia, lo malo es que es lo mismo una y otra vez... Otro ejemplo: un ni?o de dos a?os llenando el cubo de arena en el parque con la velocidad a la que se mueven las placas tect¨®nicas. Son situaciones entra?ables, pero la mar de tediosas.
La pregunta es: si te desconectas y miras el m¨®vil (que quiz¨¢ no deber¨ªas dejar tocar a tu beb¨¦), lees un libro o haces una llamada, en lugar de estar completamente pendiente del beb¨¦, ?eres un padre irresponsable, un inconsciente que est¨¢ perdiendo momentos preciosos para estimular intelectualmente a su reto?o?
Prestar atenci¨®n no significa estar todo el d¨ªa pegado
Afortunadamente, los meses de aburrimiento son pocos. Ese beb¨¦ de cerebro en fase de pruebas se convertir¨¢ en poco tiempo en una peque?a persona, muy din¨¢mica y con inigualables ansias por conocer el mundo. Y esa fase llega mucho antes de lo que los padres creen. Hasta entonces, en los meses de tedio paterno, el ni?o depende de sus progenitores para desarrollar su intelecto, y eso s¨ª que exige dedicaci¨®n.
"Es importante estar pendiente del beb¨¦ y conectado con ¨¦l, en especial cuando es muy peque?o, pero tampoco hay que obsesionarse por estimularle ni por hacer todo con el objetivo de que aprenda. Como en muchas cosas, alcanzar el t¨¦rmino medio es lo m¨¢s sabio", comenta M¨®nica Cruz Coronado, psic¨®loga especializada en ni?os en Nova Altamirano Psicolog¨ªa. No se trata de ponerle Mozart a todas horas, sino de hacerle caranto?as, hablarle, cogerle en brazos y mostrarle otros escenarios que no sean su cuna¡ Mandar un whatsapp mientras el cr¨ªo hace gorgoritos no es malo, no hacerle caso en toda la tarde, s¨ª lo es.
"El beb¨¦ requiere de la atenci¨®n y estimulaci¨®n del adulto para adentrarse en el mundo y enfrentarse a ¨¦l, puesto que lo conoce a trav¨¦s de sus padres. El ser humano es muy complejo y dependiente de sus progenitores porque su desarrollo cerebral es mucho m¨¢s lento y detallado que el de otros animales", dice la especialista. Y a?ade: "Durante esos primeros meses se est¨¢n formando las primeras conexiones neuronales que van a marcar nuestro aprendizaje y nuestra personalidad para el resto de la vida (luego las neuronas se regeneran, y hay formas de fomentar el proceso). Son meses de vital importancia".
?Significa esto que enviar un GIF al grupo de colegas puede dar al traste con un futuro Premio Nobel, quiz¨¢ un genio que cambiar¨¢ para siempre la econom¨ªa familiar? "En absoluto. Los padres no tienen que estar cada segundo atendiendo al ni?o, ni estimul¨¢ndole. Pero la independencia debe labrarse de forma progresiva, a medida que pasan los meses y los a?os". Hacerle caranto?as, cosquillas o pedorretas por en¨¦sima vez puede resultar un tost¨®n para un adulto pero, para el beb¨¦, es el nexo de confianza con sus adultos de referencia. En la jerga de los psic¨®logos se llama apego.
Ens¨¦?ale m¨²sica, pero no insistas con Mozart
Imagina a tu hijo llev¨¢ndose un trozo de br¨®coli a la boca por primera vez. En su peque?o cerebro es toda una explosi¨®n de sabores, texturas, colores y emociones, mientras que para ti solo es un beb¨¦ manch¨¢ndolo todo. Aguanta el tir¨®n, que acompa?arle en ese emocionante momento es clave para que se sienta seguro al comer, para arriesgarse a probar la zanahoria porque, si algo va mal, ah¨ª est¨¢n sus padres para salvarle. Adem¨¢s, te da la oportunidad de educarle para que coma bien para siempre y sin rechistar.
"Es crucial que desarrolle un apego seguro. Para ello debe sentirse atendido y en sincron¨ªa con el adulto. Esto implica que este identifique la emoci¨®n del ni?o, que le ayude a regularla y cubra su necesidad. Si esto ocurre, se sentir¨¢ c¨®modo y seguro. Entonces, el aprendizaje y el desarrollo cognitivo ser¨¢n mucho m¨¢s fluidos", explica Cruz Coronado.
Eso s¨ª, la psic¨®loga alerta del efecto perjudicial que producen los padres omnipresentes y sobreestimuladores, los que le ponen l¨¢minas de Van Gogh al beb¨¦ mientras est¨¢ sentado en el orinal, los que entonan los Cantajuegos y otras canciones en ingl¨¦s en el coche y anhelan que sea el primero en gatear de la guarder¨ªa. "Hay sobreestimulaci¨®n cuando no se deja al ni?o ning¨²n espacio para el juego libre e independiente. Es bueno hacer ciertas actividades como la m¨²sica, una gran elecci¨®n para fomentar el desarrollo cognitivo, pero tambi¨¦n tiene que haber tambi¨¦n momentos tranquilos, sin una actividad concreta. Tiene que descubrir sus manos, su fuerza¡"
Cu¨¢ndo se puede poner un poco de espacio con el beb¨¦
Puedes relajarte. No es pecado reconocer que pasar ciertos momentos con las criaturas es algo poco llevadero, pero piensa en ellos: lo que a los adultos nos parece mortalmente aburrido, en sus cerebros es un festival. No pasa nada por desconectar un rato, que aprovechen y conozcan mundo. Solo hay que hacerlo progresivamente y saber cu¨¢ndo empezar a poner m¨¢s distancia con los ni?os, que es a partir del mes, "ese momento en que se quedan tranquilos a ratos en la cuna mirando un m¨®vil (el de las bolas de colores, no el smartphone)", dice la psic¨®loga.
"A partir de los 3 meses, aproximadamente, empiezan a entretenerse m¨¢s en los gimnasios para beb¨¦s y mejoran su vista y su coordinaci¨®n, lo que les permite tocar las cosas o, al menos, intentarlo. M¨¢s adelante, algo de aburrimiento infantil tampoco es negativo, le obliga a desarrollar su imaginaci¨®n", a?ade.
Durante los primeros meses de vida del ni?o el tiempo fluye a distinta velocidad para el beb¨¦ y para los padres, y, como cualquier padre veterano puede corroborar, lo cierto es que el tiempo vuela. Cuando te quieras dar cuenta, tu hijo estar¨¢ crecidito y pidiendo el ¨²ltimo videojuego. No desperdicies esos momentos de tierno aburrimiento. Acabar¨¢n alimentando la nostalgia cuando el tiempo empiece a ir demasiado deprisa para ti.
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