Diez casos en los que los hombres borraron de la historia a mujeres
"Durante la mayor parte de la historia, An¨®nimo era el nombre de la mujer". Lo dijo Virginia Woolf y estos casos lo demuestran

No le demos m¨¢s vueltas: el mundo era y es machista. Se trata de tenerlo claro y de trabajar por una sociedad igualitaria para conseguirla lo antes posible. Empezar reconociendo casos de injusticia sobre mujeres en beneficio de los hombres es un paso. Estos son algunos que han ocurrido en el mundo del arte, de la ciencia, de los avances t¨¦cnicos, del entretenimiento...

- Gerda Taro: se ocult¨® junto a su pareja bajo el seud¨®nimo del mejor fot¨®grafo de guerra de la historia, Robert Capa, pero solo ¨¦l consigui¨® la gloria
Qui¨¦n. Gerda Taro (Alemania,1910 ¨C Espa?a, 1937), una de las mejores fotoperiodistas de la historia.
C¨®mo fue silenciada. Si se le pregunta a alguien por su fotoperiodista favorito es f¨¢cil que su respuesta sea Robert Capa (Hungr¨ªa, 1913- Vietnam, 1954). Para esas personas probablemente sea una sorpresa descubrir que realmente Robert Capa no existe y que esa persona que viene a sus mentes es realmente Endre Friedmann, la mitad de la pareja (profesional y sentimental) de fot¨®grafos que se ocultaba tras un seud¨®nimo; la otra mitad es Gerda Taro, seud¨®nimo a su vez de Gerta Pohorylle. Gerta, alemana y jud¨ªa, tard¨® poco en cambiar su nombre a Gerda Taro, m¨¢s sencillo y evocador, porque ten¨ªa claro que en aquel nuevo arte del fotoperiodismo tan importante como saber disparar en el momento adecuado era saber venderse: por eso cuando conoci¨® al jud¨ªo h¨²ngaro Friedmann le convenci¨® para que ambos uniesen sus fuerzas en un proyecto com¨²n. En la Europa de los a?os 30 los jud¨ªos Friedmman y Pohorylle no ten¨ªan mucho futuro, pero todos se rendir¨ªan ante Robert Capa, un c¨¦lebre fot¨®grafo estadounidense que acaba de llegar a Par¨ªs con sus trajes caros y su glamour del nuevo continente (la pareja se invent¨® una historia bastante cre¨ªble). En 1936, Gerda y Endre se incrustaron en el bando republicano espa?ol y realizaron algunas de sus fotograf¨ªas m¨¢s c¨¦lebres. Un a?o despu¨¦s Gerda falleci¨® tras ser atropellada por un tanque en El Escorial (Madrid). Endre sigui¨® usando el seud¨®nimo hasta el final de su vida y la figura de Gerda se diluy¨® hasta el punto de desaparecer. Pero el hallazgo en los noventa de La maleta mexicana (4.300 negativos de im¨¢genes de la pareja que nadie sab¨ªa que exist¨ªan) revitaliz¨® el inter¨¦s por su figura y, aunque a¨²n hoy es dif¨ªcil determinar a qui¨¦n de los dos pertenecen las primeras fotos firmadas por Capa (incluida la celeb¨¦rrima Muerte de un miliciano), es imposible seguir ocultando la importancia de ella.

- Katharine Wright, la mujer que invent¨® la aviaci¨®n junto a sus dos hermanos, pero fue borrada por los libros
Qui¨¦n. Katharine Wright, profesora estadounidense (1834-1929), y pieza fundamental en la invenci¨®n de la aviaci¨®n junto con sus hermanos Orville y Wilburg.
C¨®mo fue silenciada. ¡°Cuando el mundo hable de los hermanos Wright deber¨¢ incluir tambi¨¦n a nuestra hermana. Ella ha sido la fuente de inspiraci¨®n de todo nuestro trabajo¡±, declar¨® Orville Wright tras realizar el primer vuelo de un artefacto m¨¢s pesado que el aire. Fueron apenas unos segundos, pero cambiaron la historia para siempre. Tanto Orville como Wilburg sab¨ªan que si aquel rudimentario aparato hab¨ªa podido alzar el vuelo se deb¨ªa en gran parte a los esfuerzos de aquella hermana que hab¨ªa sacrificado su vida por cuidarles (su madre hab¨ªa fallecido cuando eran muy peque?os). Katharine sustentaba econ¨®micamente su proyecto con el dinero que ganaba como profesora de lenguas cl¨¢sicas, se encargaba de la administraci¨®n y las finanzas de su empresa, e incluso hab¨ªa trabajado f¨ªsicamente en el artefacto. Su importancia fue vital: cuando se produjo el primer accidente aeron¨¢utico con v¨ªctimas de la historia, abandon¨® sus estudios para cuidar al malherido Orville, que era quien pilotaba el avi¨®n; cuando viajaron a Europa para buscar financiaci¨®n, ella, que hablaba perfectamente franc¨¦s, fue su relaciones p¨²blicas con tanto ¨¦xito que fue galardonada con la Legi¨®n de Honor al igual que sus hermanos. Sin embargo, la historia de la aeron¨¢utica, escrita principalmente por hombres, la ha borrado de sus libros y cuando escuchamos ¡°hermanos Wright" solo pensamos en Orville y Wilburg.
La aviadora Amelia Earhart lo cuenta as¨ª en su autobiograf¨ªa Por el placer de hacerlo: ¡°A pesar de que ella misma nunca vol¨®, dudo que ninguna otra mujer americana haya jugado un papel tan directo y relevante en el nacimiento de la aeron¨¢utica como Katharine Wright, hermana de Orville y Wilburg Wright.¡±. Y algo sabr¨ªa Amelia del tema.

- Margaret Keane: encerrada en casa, pintaba cuadros para estrellas del cine mientras su marido los vend¨ªa como suyos
Qui¨¦n. Margaret Keane, pintora estadounidense (Nashville, 1927) cuya vida cont¨® Tim Burton en la pel¨ªcula Big eyes.
C¨®mo fue silenciada. Cuando Walter Keane descubri¨® que aquellos cuadros poblados de extra?as criaturas con ojos enormes que pintaba su mujer ten¨ªan cierto ¨¦xito, decidi¨® dejar su trabajo para dedicarse exclusivamente a su venta. Pero no se limit¨® a ser una agente m¨¢s o menos rapaz, sino que tambi¨¦n se atribuy¨® su autor¨ªa. Mientras Walter se pavoneaba vendiendo cuadros a las estrellas de Hollywood (Kim Novak, Natalie Wood, Joan Crawford y Jerry Lewis entre ellos), su mujer permanec¨ªa encerrada en casa durante 16 horas diarias realizando aquellas obras que la cr¨ªtica aborrec¨ªa, pero el p¨²blico adoraba y por los que estaban dispuestos a pagar hasta 50.000 d¨®lares. El enga?o de Walter se mantuvo hasta que una noche en una fiesta alguien le pregunt¨® si ella tambi¨¦n pintaba como su marido. La dependencia econ¨®mica y el maltrato psicol¨®gico al que estaba sometida provoc¨® que la mentira no fuese desvelada hasta que se divorci¨® de Walter y cont¨® toda la verdad en un programa de radio. Para dejar claro qui¨¦n era el verdadero artista le ret¨® a pintar un cuadro en una plaza de Nueva York: Walter ni siquiera se present¨®. Carec¨ªa del m¨¢s m¨ªnimo talento para la pintura, su punto fuerte era embaucar. Tim Burton, fan irredento de la obra de Keane, como queda patente en el dise?o de muchos de sus personajes, cont¨® su historia en la pel¨ªcula Big eyes.

- Lee Krasner: la pintora que acab¨® siendo "la mujer de Jackson Pollock"
Qui¨¦n. Lee Krasner (Estados Unidos, 1908-1982), pintora expresionista
C¨®mo fue silenciada. Cuando Krasner y Jackon Pollock se conocieron ella era la artista reputada. No lo hab¨ªa tenido f¨¢cil. Durante su formaci¨®n, su maestro, el prestigioso Hans Hoffman, no tuvo ning¨²n rubor en decirle cosas como "es una obra tan buena que nadie sabr¨ªa que fue realizada por una mujer". Probablemente ¨¦l incluso lo consider¨® un halago. En los a?os cuarenta Krasner expon¨ªa al lado de artistas que nadie pone en duda, como Rothko o De Kooning. Pero firmando como L.K, para que nadie pensase que era una mujer, algo desgraciadamente com¨²n a lo largo de la historia que la llev¨® a cambiar definitivamente su nombre de Leonore a Lee, mucho m¨¢s andr¨®gino. A los artistas americanos del expresionismo abstracto no les gustaba compartir espacio con sus colegas femeninas. Toleraban a las pintoras siempre que ellas se centrasen en paisajes, bodegones y retratos, pero pensaban que aquellos trazos vigorosos en lienzos de gran formato eran terreno acotado para su virilidad. En una de esas exposiciones fue donde Lee conoci¨® a Pollock. Ella ya era una artista consagrada y ¨¦l un aspirante a genio, pero a partir de ese encuentro ella abandon¨® la pintura para dedicarse por entero a ¨¦l. Le present¨® a todos sus contactos, lo introdujo en los c¨ªrculos del arte moderno neoyorquino y lo cuid¨®: protegi¨¦ndole de sus excesos alcoh¨®licos y su tendencia a la destrucci¨®n y llev¨¢ndose sus golpes. De hecho, no eran infrecuentes las visitas de la polic¨ªa tras alguna de sus peleas.
Tras la muerte de Pollock, Lee volvi¨® a la pintura y poco a poco su nombre se fue reivindicando. La casa que compartieron en Long Island (Nueva York) es hoy la Pollock-Krasner House and Study Center, aunque en la mayor¨ªa de las gu¨ªas tur¨ªsticas sigue figurando como ¡°la casa de Jason Pollock¡±.

- Elizabeth Magie: invent¨® el Monopoly, pero un hombre se llev¨® el m¨¦rito
Qui¨¦n. Elizabeth Magie (Estados Unidos, 1866-1948), inventora.
C¨®mo fue silenciada. En 1904, Elizabeth Magie, poeta, escen¨®grafa e inventora patent¨® El juego de los propietarios. Se trata de un juego de mesa compuesto por calles y edificios que pod¨ªan comprarse, venderse o alquilarse, pagar impuestos e ir a prisi¨®n. Lo acompa?¨® de dos modos de juego: Prosperidad, en el que se premiaba que todos mejorasen su posici¨®n inicial, y Monopolista, en el que solo hab¨ªa una ganador que desplumaba a todos los dem¨¢s. La idea de Magie era mostrar de una manera l¨²dica el efecto negativo de la especulaci¨®n. El juego se convirti¨® en un ¨¦xito en los campus universitarios progresistas y las reglas se fueron modificando. Durante a?os el entretenimiento fue sufriendo cambios por parte de los jugadores. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, cuando la patente hab¨ªa expirado, uno de esos jugadores, Charles Darrow ¨Cdejando claro que era un fan del segundo modo de juego¨C lo vendi¨® a Parker Brothers como propio y el nombre de Elisabeth Magie desapareci¨® de su propia creaci¨®n. Hasta que en los a?os setenta, como cuenta Mary Pilon en The Monopolists: Obsession, Fury, and the Scandal Behind the World¡¯s Favorite Board Game, un litigio contra la poderosa empresa de juegos sac¨® a la luz que la patente de Magie era anterior a la de Darrow a pesar de que el nombre de ¨¦l era el que figuraba en todos los Monopoly vendidos en el mundo. Y son muchos.

- Mar¨ªa Lej¨¢rraga: ella escrib¨ªa; su marido lo firmaba y acumulaba fama y dinero
Qui¨¦n. Mar¨ªa Lej¨¢rraga (Espa?a, 1874-Argentina, 1974), escritora y dramaturga espa?ola.
C¨®mo fue silenciada. Escritora, feminista, socialista, contraria a la pena de muerte y la prostituci¨®n legal, diputada, pol¨ªglota, agregada comercial en Suiza... El perfil de Mar¨ªa Lej¨¢rraga parece el de una mujer contempor¨¢nea, pero desgraciadamente naci¨® hace m¨¢s de un siglo y a pesar de su mentalidad abierta y visionaria se vio obligada a pagar el peaje que le impon¨ªa su sexo. Lej¨¢rraga, escritora brillante, no pudo disfrutar del ¨¦xito del p¨²blico ni de los halagos de la cr¨ªtica porque sus obras fueron firmadas por su marido, el empresario y autor teatral Gregorio Mart¨ªnez Sierra. Ella hac¨ªa el trabajo y ¨¦l se llevaba el dinero, los premios y los aplausos. Entre las obras usurpadas se encuentra Canci¨®n de cuna, adaptada al cine por Jos¨¦ Luis Garci en 1994. Tras la muerte de Gregorio y por razones econ¨®micas Mar¨ªa reivindic¨® su voz en su autobiograf¨ªa Gregorio y yo. Incluso hoy es imposible saber qu¨¦ hay de cada uno en las obras firmadas por ¨¦l. Pero estudios como el de Antonina Rodrigo y su biograf¨ªa de la autora, Mar¨ªa Lej¨¢rraga, una mujer en la sombra, dejan claro que la mayor¨ªa eran de Mar¨ªa.

- Sylvia Beach: fund¨® la librer¨ªa m¨¢s ic¨®nica de Par¨ªs, pero la gloria se la llev¨® un hombre
Qui¨¦n. Sylvia Beach (Estados Unidos, 1887 ¨C Par¨ªs, 1962), librera y editora, entre otras grandes obras, del Ulises, de James Joyce.
C¨®mo fue silenciada. Los amantes de los libros tienen una cita obligada en Par¨ªs, en el 37 de la Rue de la B?cherie. All¨ª se encuentra la librer¨ªa Shakespeare and Company, bautizada as¨ª por su propietario George Whitman a mediados de los sesenta, y parada y fonda de grandes escritores. Eso dicen las gu¨ªas de viaje y no mienten, aunque muy a menudo olvidan que esa librer¨ªa es un homenaje a otra Shakespeare and Company, la fundada en 1919 por la estadounidense Sylvia Beach, situada primero en el 8 de la calle Dupuytren y de manera definitiva en el 12 de la Rue de l¡¯Odeon, frente a otro templo literario de la Rive Gauche, La Maison des Livres, propiedad de su pareja, Adrienne Monnier. La inquieta Beach tard¨® poco en convertir su librer¨ªa en el epicentro de la vida cultural parisina en el periodo de entreguerras. Por all¨ª pasaban a diario artistas como Hemingway, F. Scott Fitzgerald, Djuna Barnes, Ezra Pound, Gertrude Stein, Man Ray y cualquiera que pintase algo en Par¨ªs. Pero sin duda su cliente m¨¢s c¨¦lebre fue James Joyce, quien debe gran parte de su ¨¦xito a su propietaria, porque cuando todas las puertas se cerraron para su Ulises, Beach, a pesar de su inexperiencia, arriesg¨® todo por editarlo: su dinero, su tiempo y su paciencia (s¨ª, paciencia: lo ¨²nico m¨¢s complejo que la narrativa del irland¨¦s era su car¨¢cter).
La llegada de los nazis a la ciudad provoc¨® el ¨¦xodo de la mayor¨ªa de los artistas que hab¨ªan dado esplendor a la ciudad y el cierre de la librer¨ªa en 1941, cuando Sylvia Beach se neg¨® a vender una copia del Finnegans Wake, de Joyce, a un oficial alem¨¢n. El militar, airado, prometi¨® que volver¨ªa: apareci¨® horas despu¨¦s acompa?ado de un grupo de soldados dispuestos a arrasar la librer¨ªa. Pero cuando lleg¨® ya no quedaba nada: Sylvia y sus amigos hab¨ªan puesto su invaluable legado a buen recaudo y cubierto con pintura el cartel de la fachada, tal como recoge Shari Benstock en Mujeres de la Rive Gauche. Pocos d¨ªas despu¨¦s Sylvia Beach fue detenida y recluida en el campo de concentraci¨®n de Vittel. Tras ser liberada sigui¨® viviendo en Par¨ªs, pero jam¨¢s volvi¨® a abrir su adorada librer¨ªa. Dos a?os despu¨¦s de su muerte el librero George Whitman renombr¨® su negocio, ¨Cse llamaba Mistral por Gabriela Mistral¨C como Shakespeare and Company en homenaje a su adorada Sylvia, aunque lo que realmente ha conseguido es que la fama de su librer¨ªa opaque a la original.

- Lise Meitner: descubri¨® la fisi¨®n nuclear, pero un hombre se llev¨® el m¨¦rito y el Nobel de Qu¨ªmica
Qui¨¦n. Lise Meitner (Austria, 1878 - Reino Unido, 1968), f¨ªsica austr¨ªaca.
C¨®mo fue silenciada. Meitner estudi¨® f¨ªsica en un momento en el que las mujeres ten¨ªan un acceso pr¨¢cticamente nulo al mundo de los laboratorios, lo que la llev¨® a trabajar en un s¨®tano al margen del resto de los estudiantes. Incluso utiliz¨® los ba?os de un restaurante para sus experimentos. Durante tres d¨¦cadas trabaj¨® junto al qu¨ªmico Otto Hahn. Entre los descubrimientos de Meitner se encuentra el fen¨®meno f¨ªsico por el cual la desaparici¨®n de un electr¨®n interno de un ¨¢tomo causa la emisi¨®n de un segundo electr¨®n, un fen¨®meno que recibe el nombre de Efecto Auger porque el franc¨¦s Pierre Victor Auger lleg¨® a la misma conclusi¨®n que Meitner¡.dos a?os despu¨¦s.
No fue el ¨²nico momento amargo de su carrera. La persecuci¨®n nazi la oblig¨® a fugarse a Suecia, desde donde sigui¨® trabajando con Hahn. Sus experimentos en colaboraci¨®n con el sobrino de Hahn, Otto Frisch, la llevaron a identificar la fisi¨®n nuclear, un hito que le otorg¨® a Hahn el Premio Nobel de Qu¨ªmica. El nombre de Lise ni siquiera fue mencionado. Unos opinan que la raz¨®n fue la persecuci¨®n que sufr¨ªan los jud¨ªos en Europa, pero los m¨¢s opinan que se debi¨® a su sexo.
En 1982 fue agasajada con un honor que no ha sido otorgado a ninguna otra mujer: el elemento 109 de la tabla peri¨®dica fue bautizado con su nombre, meitnerio.

- Lilly Reich: una de las grandes dise?adoras de interiores marginada por la larga sombra de su pareja, el arquitecto Mies Van der Rohe
Qui¨¦n. Lilly Reich (Alemania, 1885-1947), dise?adora alemana.
C¨®mo fue silenciada. Aunque empez¨® como dise?adora de moda no tard¨® en pasarse al dise?o de interiores, donde consigui¨® sus mayores ¨¦xitos gracias a su estilo revolucionario y vanguardista. Durante una d¨¦cada dirigi¨® su propio estudio, en el que realizaba proyectos de dise?o interior y artes decorativas. Antes de los treinta se convirti¨® en la primera directora de la Deutsche Werkbund y en una de las pocas mujeres que formaba parte de la Bauhaus. Pero poco despu¨¦s se uni¨® con el arquitecto Mies Van der Rohe en una relaci¨®n sentimental y laboral que termin¨® con su aportaci¨®n profesional fagocitada por el genio. Ambos realizaron conjuntamente el Pabell¨®n Alem¨¢n de la Exposici¨®n Internacional de Barcelona de 1929, que inclu¨ªa piezas de mobiliario como la ic¨®nica silla Barcelona. Su autor¨ªa se atribuy¨® ¨²nica y err¨®neamente a Van der Rohe a pesar de que ni antes ni despu¨¦s de colaborar con Lilly hab¨ªa realizado ninguna pieza de mobiliario. Antes, durante y despu¨¦s de Van der Rohe, fue una de las dise?adoras europeas m¨¢s activas y una de las impulsoras del dise?o racional en el siglo XX, aunque la historia prefiere pensar en ella como una simple ayudante del genio.
Para subsanar este olvido, en 2018 la Fundaci¨®n Mies van der Rohe cre¨® la beca Lilly Reich para la igualdad en la arquitectura, ¡°en reconocimiento al legado arquitect¨®nico de Lilly Reich, pareja de Ludwig Mies van der Rohe en la concepci¨®n y ejecuci¨®n del Pabell¨®n Alem¨¢n de Barcelona en 1929, relegada a un segundo plano, si no inexistente, en el relato y en la memoria de esta obra capital en la historia de la arquitectura¡±. Sin embargo, la silla Barcelona sigue comercializ¨¢ndose como una obra de Van der Rohe.

- Elsa von Freytag: la mujer tras el inodoro m¨¢s famoso del mundo (o sea, 'La Fuente', de?Duchamp)
Qui¨¦n. Elsa von Freytag (Polonia, 1874-Par¨ªs, 1927), artista multidisciplinar y entregada agitadora.
C¨®mo fue silenciada. A pesar de la libertad que parec¨ªa respirarse a principios del siglo XX, los ismos fueron un entorno bastante hostil para las mujeres. El dada¨ªsmo no fue una excepci¨®n. Elsa?von Freytag hab¨ªa nacido en una familia noble de Europa. Antes de los 18 ya se hab¨ªa sumergido en la vida de los cabarets berlineses de los a?os 20 lo que le proporcion¨® una visi¨®n de la vida lib¨¦rrima y una s¨ªfilis que la persigui¨® siempre. Fue poeta, bailarina, pintora, escultora, performer y modelo. Precursora del arte encontrado ¨Celevar figuras cotidianas a obras art¨ªsticas¨C, ejerci¨® desde su domicilio del Village neoyorquino de foco irradiador del dada¨ªsmo, porque ella misma era dad¨¢. Se cas¨® tres veces y fue amante de Djuna Barnes. Marcel Duchamp dijo de ella: ¡°Elsa no es futurista, es el futuro¡±. Fueron ¨ªntimos amigos y es probable que ella le haya regalado sin saberlo su objeto m¨¢s c¨¦lebre: La Fuente, el urinario ordinario que escandaliz¨® al mundo del arte cuando Duchamp lo present¨® en 1917 a una exposici¨®n que organizaba la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York. La alarma salt¨® cuando en 1982 se encontraron unas cartas de Duchamp a su hermana en las que escrib¨ªa: ¡°Una amiga, empleando el seud¨®nimo de Richard Mutt, me envi¨® un urinario de porcelana a modo de escultura para ser expuesto; como no ten¨ªa nada de indecente, no hab¨ªa ning¨²n motivo para rechazarlo¡±. Durante un tiempo se crey¨® que era una broma privada, pero m¨¢s datos recopilados, as¨ª como el exhaustivo trabajo realizado por Irene Gammel en Body Sweats: The Uncensored Writings of Elsa von Freytag-Loringhoven, respaldan la teor¨ªa de que La Fuente fue idea de?Elsa von Freytag. La baronesa muri¨® en 1927 sola, sin haber recibido ning¨²n reconocimiento en vida. Fue una de las personalidades m¨¢s intensas y burbujeantes de su tiempo, pero es dif¨ªcil encontrar su nombre en la abundante bibliograf¨ªa de la ¨¦poca. Era demasiado dada¨ªsta para el dad¨¢.
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